/ lunes 31 de diciembre de 2018

Con café y a media luz | 2019 comprometido

Al concluir este año, es imposible el percatarse de cómo y cuánto se han comprometido nuestras autoridades de los diferentes niveles en un sinfín de materias para beneficiar al pópulo que está ansioso de ver que las palabras empeñadas durante el ciclo que hoy termina, se vuelvan tangibles realidades en el 2019 que está a punto de iniciar, gentil amigo lector.

En lo local, se apuntó que para el 2019, la zona sur de Tamaulipas viviría una consolidación en materia económica gracias a inversiones que se establecerían en el puerto industrial y, por tanto, dinamizarían el movimiento de circulante en nuestra región. Bien recuerdo que, en este tenor, lo gobiernos local y estatal, puntualizaron que la meta era brindar todo tipo de facilidades a las empresas interesadas para que vieran en Altamira un polo de desarrollo difícil de igualar.

Desafortunadamente los últimos vericuetos políticos, según me explicaron, han provocado cierta desconfianza en un determinado sector empresarial que ha hecho que los trámites y el “enamoramiento” debido, para que las firmas se asienten, se tarden un poco más de lo que se esperaba. Sin embargo, este servidor tiene fe en que, si las cosas se desarrollan de la mejor manera, todo haya quedado en un “mero” susto para las industrias interesadas.

Porque Altamira se ha vuelto “la veta perdida” para los inversionistas que antes pasaban por alto el potencial que desarrollo que tiene esta ciudad y todas las firmas comerciales buscaban asentarse en Tampico y Ciudad Madero por la vocación de servicios de estas dos urbes; hoy, la ciudad de Cuco Sánchez es el “paraíso a conquistar” con restaurantes, supermercados, hoteles y muy pronto con complejos cinematográficos.

En Tampico, no obstante que el compromiso para el 2019 fue el estudio y proposición de dos nuevos pasos a desnivel para el sur y, en cierto sentido, se le agradece al Gobernador del Estado y al Presidente Municipal, debemos insistir que la obra que más se demanda por los habitantes de esta región y que, lamentablemente, es un “gato al que nadie le quiere poner el cascabel”, es la implementación de un tren urbano de dos líneas que de manera económica y eficiente una las tres ciudades. Como lo hemos dicho en ocasiones anteriores, igual que el SITEUR de Guadalajara o el Metrorey de los vecinos neoleoneses.

Sabemos que los intereses en esta cuestión son muchos y de muy diversos orígenes y que, de manera indirecta, se golpearía a un considerado número de capitales ocasionando la molestia de sus dueños.

Y ya que estamos en este punto del desarrollo urbano, también hay detalles que se deberían ejecutar para el bienestar de nuestra zona y que traerían consigo un buen número de empleos para los tampiqueños, altamirenses y maderenses. Por ejemplo, una moderna y nueva central de autobuses en la zona norte que permita desahogar la llegada y salida de paseantes, principalmente en las temporadas altas de semana santa y vacaciones de verano y así evitar la proliferación de “centralitas” de diversas marcas que entorpecen el tránsito vehicular, pues cada quien detiene sus autobuses donde mejor le place.

En materia de cultura se prometió un nuevo recinto y es por eso que se está a punto de concluir el nuevo Museo del Niño en la estructura que, hasta hace algunos años, albergara al palacio penal de Andonegui. Esta obra no deberá ser motivo para que los representantes del gobierno “se duerman en los laureles” ya que deberán desarrollar complejos similares de contextos temáticos como lo son “La Victoria de Tampico” y “La Cultura Huasteca”.

El primero de ellos que se encuentra en la Aduana Marítima de Tampico y, el segundo, en el Espacio Cultural Metropolitano. Cualquiera de los dos quedaría muy bien en el edificio del antiguo Hospital Civil de Tampico, en la calle Altamira. Se trata de una construcción que espera con ansias el ser ocupada por un centro comercial, con cines, museos, oficinas de primer mundo y más. Ojalá y ya no se siga desperdiciando.

Y ya que nos anduvimos paseando por la Aduana, es imposible el no voltear a observar los mercados y darnos cuenta de que es obligatorio, impostergable, necesario y más, que para antes de semana santa los centros de abasto de Tampico estén terminados con todas las características prometidas: higiene, comodidad, modernidad, etcétera. Pues será vergonzoso que llegue nuevamente el descanso de la semana mayor y los turistas sigan viendo una obra sin concluir.

Lo mismo pasa con la plaza de mi bella Ciudad Madero. Lo que está allí abajo es un asunto que da tristeza. He pasado por este punto un centenar de veces y mi mente me lleva a las bancas que estaban en ese lugar donde hacía remolinos la brisa que provenía de la playa y todo se llenaba de frescura. Quizá en estos momentos, el clima nos nuble la memoria y gracias a los frentes fríos no nos percatemos de lo que acontece. Pero, como dijo la canción “cuando lleguen las flores de mayo” y el sol esté en todo su esplendor, echaremos de menos las sombras de esos majestuosos árboles que engalanaban la plaza.

Sin duda, se espera un 2019 con grandes cambios, enormes retos y compromisos para todos nosotros que deberemos enfrentar con pundonor, entusiasmo, entrega, trabajo y honestidad.

A usted, gentil amigo lector, le deseo lo mejor en este ciclo que está por comenzar, que los éxitos lo cobijen y el bienestar siempre reine en su hogar. Que tenga un mejor trabajo y una salud inquebrantable y, sobre todo, le agradezco infinitamente la gentileza de su compañía y la amabilidad de sus comentarios durante todo el 2018, como siempre, me despido y lo veré ¡El año entrante!

¡Hasta la próxima!

Escríbame y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será el 2019!

licajimenezmcc@hotmail.com

Al concluir este año, es imposible el percatarse de cómo y cuánto se han comprometido nuestras autoridades de los diferentes niveles en un sinfín de materias para beneficiar al pópulo que está ansioso de ver que las palabras empeñadas durante el ciclo que hoy termina, se vuelvan tangibles realidades en el 2019 que está a punto de iniciar, gentil amigo lector.

En lo local, se apuntó que para el 2019, la zona sur de Tamaulipas viviría una consolidación en materia económica gracias a inversiones que se establecerían en el puerto industrial y, por tanto, dinamizarían el movimiento de circulante en nuestra región. Bien recuerdo que, en este tenor, lo gobiernos local y estatal, puntualizaron que la meta era brindar todo tipo de facilidades a las empresas interesadas para que vieran en Altamira un polo de desarrollo difícil de igualar.

Desafortunadamente los últimos vericuetos políticos, según me explicaron, han provocado cierta desconfianza en un determinado sector empresarial que ha hecho que los trámites y el “enamoramiento” debido, para que las firmas se asienten, se tarden un poco más de lo que se esperaba. Sin embargo, este servidor tiene fe en que, si las cosas se desarrollan de la mejor manera, todo haya quedado en un “mero” susto para las industrias interesadas.

Porque Altamira se ha vuelto “la veta perdida” para los inversionistas que antes pasaban por alto el potencial que desarrollo que tiene esta ciudad y todas las firmas comerciales buscaban asentarse en Tampico y Ciudad Madero por la vocación de servicios de estas dos urbes; hoy, la ciudad de Cuco Sánchez es el “paraíso a conquistar” con restaurantes, supermercados, hoteles y muy pronto con complejos cinematográficos.

En Tampico, no obstante que el compromiso para el 2019 fue el estudio y proposición de dos nuevos pasos a desnivel para el sur y, en cierto sentido, se le agradece al Gobernador del Estado y al Presidente Municipal, debemos insistir que la obra que más se demanda por los habitantes de esta región y que, lamentablemente, es un “gato al que nadie le quiere poner el cascabel”, es la implementación de un tren urbano de dos líneas que de manera económica y eficiente una las tres ciudades. Como lo hemos dicho en ocasiones anteriores, igual que el SITEUR de Guadalajara o el Metrorey de los vecinos neoleoneses.

Sabemos que los intereses en esta cuestión son muchos y de muy diversos orígenes y que, de manera indirecta, se golpearía a un considerado número de capitales ocasionando la molestia de sus dueños.

Y ya que estamos en este punto del desarrollo urbano, también hay detalles que se deberían ejecutar para el bienestar de nuestra zona y que traerían consigo un buen número de empleos para los tampiqueños, altamirenses y maderenses. Por ejemplo, una moderna y nueva central de autobuses en la zona norte que permita desahogar la llegada y salida de paseantes, principalmente en las temporadas altas de semana santa y vacaciones de verano y así evitar la proliferación de “centralitas” de diversas marcas que entorpecen el tránsito vehicular, pues cada quien detiene sus autobuses donde mejor le place.

En materia de cultura se prometió un nuevo recinto y es por eso que se está a punto de concluir el nuevo Museo del Niño en la estructura que, hasta hace algunos años, albergara al palacio penal de Andonegui. Esta obra no deberá ser motivo para que los representantes del gobierno “se duerman en los laureles” ya que deberán desarrollar complejos similares de contextos temáticos como lo son “La Victoria de Tampico” y “La Cultura Huasteca”.

El primero de ellos que se encuentra en la Aduana Marítima de Tampico y, el segundo, en el Espacio Cultural Metropolitano. Cualquiera de los dos quedaría muy bien en el edificio del antiguo Hospital Civil de Tampico, en la calle Altamira. Se trata de una construcción que espera con ansias el ser ocupada por un centro comercial, con cines, museos, oficinas de primer mundo y más. Ojalá y ya no se siga desperdiciando.

Y ya que nos anduvimos paseando por la Aduana, es imposible el no voltear a observar los mercados y darnos cuenta de que es obligatorio, impostergable, necesario y más, que para antes de semana santa los centros de abasto de Tampico estén terminados con todas las características prometidas: higiene, comodidad, modernidad, etcétera. Pues será vergonzoso que llegue nuevamente el descanso de la semana mayor y los turistas sigan viendo una obra sin concluir.

Lo mismo pasa con la plaza de mi bella Ciudad Madero. Lo que está allí abajo es un asunto que da tristeza. He pasado por este punto un centenar de veces y mi mente me lleva a las bancas que estaban en ese lugar donde hacía remolinos la brisa que provenía de la playa y todo se llenaba de frescura. Quizá en estos momentos, el clima nos nuble la memoria y gracias a los frentes fríos no nos percatemos de lo que acontece. Pero, como dijo la canción “cuando lleguen las flores de mayo” y el sol esté en todo su esplendor, echaremos de menos las sombras de esos majestuosos árboles que engalanaban la plaza.

Sin duda, se espera un 2019 con grandes cambios, enormes retos y compromisos para todos nosotros que deberemos enfrentar con pundonor, entusiasmo, entrega, trabajo y honestidad.

A usted, gentil amigo lector, le deseo lo mejor en este ciclo que está por comenzar, que los éxitos lo cobijen y el bienestar siempre reine en su hogar. Que tenga un mejor trabajo y una salud inquebrantable y, sobre todo, le agradezco infinitamente la gentileza de su compañía y la amabilidad de sus comentarios durante todo el 2018, como siempre, me despido y lo veré ¡El año entrante!

¡Hasta la próxima!

Escríbame y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será el 2019!

licajimenezmcc@hotmail.com