/ lunes 6 de agosto de 2018

Con café y a media luz | A puras calenturas

Estando en una charla de sobremesa, un buen amigo lanzó una pregunta al aire para motivar al cambio de tema y, así, abordar uno en el que podíamos participar todos los que estábamos allí presentes. ¿Recuerdan, en los últimos diez años, algún frente frío a mitad de la canícula?, cuestionó, con una mezcla de asombro y reto a todos los que compartíamos la mesa.

De inmediato se desató un silencio que evidenciaba que todos estábamos tratando de recordar algún fenómeno similar.

Aunque yo no opiné, sí recuerdo que el fenómeno meteorológico más interesante que me tocó comentar fue aquel choque de una enorme masa de viento polar contra un huracán. En el ahora desaparecido cablecanal pude entrevistar a un distinguido oceanólogo que me explicó que dicho acontecimiento era motivado por el calentamiento global y que este tipo de cuestiones serían más comunes con el transcurrir de los años.

Este fin de semana, en las asociaciones digitales de los compañeros de la prensa se desató una polémica porque, a opinión de uno de los participantes, en el interior del Instituto Tecnológico de Ciudad Madero se estaban talando árboles de manera indiscriminada por órdenes de su directora Ana María Mendoza, en un lamentable contrasentido, debido a que uno de los programas académicos de esta casa de estudios es el de ingeniería ambiental.

Cabe hacer mención que horas más tarde, la catedrática mostró documentación que le fue obsequiada por el H. Ayuntamiento de la urbe petrolera y en el que, a primera vista, se le permitía hacer la ejecución ya citada con todas las prerrogativas que la ley le otorgaba.

Fue entonces que se cuestionó sobre el proceder de la administración que encabeza Andrés Zorrilla a través de la dirección de Ecología y Medio Ambiente ya que, se insistió, no era congruente que a mitad de la etapa más calurosa del año y con un calentamiento global que mantiene en alerta permanente a los gobiernos del mundo, se haya autorizado este “ecocidio”.

Me llamó la atención que los periodistas de la zona, tanto independientes como adscritos a un medio de comunicación masiva, mostraran tanto interés en un tema como este y que se mostraran preocupados por la salud medioambiental del planeta Tierra. Y es que, más allá del oficio o profesión que podamos desempeñar, querido amigo lector, todos estamos viviendo los estragos de un calor que, a juicio de este servidor, es el más severo que se ha sentido en los últimos años.

Unas de las reflexiones que se compartieron y en las que estoy de acuerdo es que, a lo largo de las avenidas y bulevares más transitados, las autoridades en su momento optaron por plantar palmeras en vez de árboles frutales de tupido follaje para disminuir con su sombra la temperatura del ambiente o, por lo menos, otro tipo de arbustos de talle pequeño pero igual de frondosos que ayudaran a generar más agua.

De igual manera se compartió la buena intención de adquirir plantas de ornato para tenerlas en el hogar ya que cualquier organismo vegetal ayuda a reducir los contaminantes dispersados en el aire, genera oxígeno, reduce la temperatura de su entorno y colabora en la generación de lluvias.

Asimismo, comparto el cuestionamiento que se hizo a los alcaldes electos de Tampico, Ciudad Madero y Altamira pues, según se dijo, no se escuchó en ningún momento durante sus campañas la aplicación de un programa que impulse el desarrollo de techos verdes y jardines verticales en los edificios públicos o algún programa de reforestación intensiva de plazas, colonias, banquetas y camellones de nuestra conurbación.

Hace más de diez años, platicando con el genial Héctor Kiev o “Tacho” López, como usted lo desee nombrar, en la bella ciudad de Aguascalientes, me dijo en su simpático y bien desarrollado arte de versar: “Negro, la cosa se pone dura, no vaya a ser que el planeta nos haga la travesura de acabar con los humanos a base de calenturas”.

Y su filosofía no estaba tan alejada de la realidad, él creía firmemente que la tierra, como cualquier organismo vivo, estaba defendiéndose de organismos que lo habían infectado y al aumentar sus grados centígrados iba a matar a esos entes patógenos para que, al último, las defensas naturales acabaran con los pocos y últimos que quedaban vivos.

Lo cierto, gentil amigo, es que el calentamiento global, los altos índices de contaminación, el derretimiento de los casquetes polares, la tala inmoderada, la sobrepoblación, el abandono del campo y el crecimiento de la mancha urbana son factores que están incidiendo en el cambio climático y nos está afectando a todos. Ojalá, pues, que todos podamos adoptar plantas y cuidar un jardín por pequeño que este sea, ya que el freno a este problema empezará desde el hogar.

¡Hasta la próxima!

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com.

Y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día.

Estando en una charla de sobremesa, un buen amigo lanzó una pregunta al aire para motivar al cambio de tema y, así, abordar uno en el que podíamos participar todos los que estábamos allí presentes. ¿Recuerdan, en los últimos diez años, algún frente frío a mitad de la canícula?, cuestionó, con una mezcla de asombro y reto a todos los que compartíamos la mesa.

De inmediato se desató un silencio que evidenciaba que todos estábamos tratando de recordar algún fenómeno similar.

Aunque yo no opiné, sí recuerdo que el fenómeno meteorológico más interesante que me tocó comentar fue aquel choque de una enorme masa de viento polar contra un huracán. En el ahora desaparecido cablecanal pude entrevistar a un distinguido oceanólogo que me explicó que dicho acontecimiento era motivado por el calentamiento global y que este tipo de cuestiones serían más comunes con el transcurrir de los años.

Este fin de semana, en las asociaciones digitales de los compañeros de la prensa se desató una polémica porque, a opinión de uno de los participantes, en el interior del Instituto Tecnológico de Ciudad Madero se estaban talando árboles de manera indiscriminada por órdenes de su directora Ana María Mendoza, en un lamentable contrasentido, debido a que uno de los programas académicos de esta casa de estudios es el de ingeniería ambiental.

Cabe hacer mención que horas más tarde, la catedrática mostró documentación que le fue obsequiada por el H. Ayuntamiento de la urbe petrolera y en el que, a primera vista, se le permitía hacer la ejecución ya citada con todas las prerrogativas que la ley le otorgaba.

Fue entonces que se cuestionó sobre el proceder de la administración que encabeza Andrés Zorrilla a través de la dirección de Ecología y Medio Ambiente ya que, se insistió, no era congruente que a mitad de la etapa más calurosa del año y con un calentamiento global que mantiene en alerta permanente a los gobiernos del mundo, se haya autorizado este “ecocidio”.

Me llamó la atención que los periodistas de la zona, tanto independientes como adscritos a un medio de comunicación masiva, mostraran tanto interés en un tema como este y que se mostraran preocupados por la salud medioambiental del planeta Tierra. Y es que, más allá del oficio o profesión que podamos desempeñar, querido amigo lector, todos estamos viviendo los estragos de un calor que, a juicio de este servidor, es el más severo que se ha sentido en los últimos años.

Unas de las reflexiones que se compartieron y en las que estoy de acuerdo es que, a lo largo de las avenidas y bulevares más transitados, las autoridades en su momento optaron por plantar palmeras en vez de árboles frutales de tupido follaje para disminuir con su sombra la temperatura del ambiente o, por lo menos, otro tipo de arbustos de talle pequeño pero igual de frondosos que ayudaran a generar más agua.

De igual manera se compartió la buena intención de adquirir plantas de ornato para tenerlas en el hogar ya que cualquier organismo vegetal ayuda a reducir los contaminantes dispersados en el aire, genera oxígeno, reduce la temperatura de su entorno y colabora en la generación de lluvias.

Asimismo, comparto el cuestionamiento que se hizo a los alcaldes electos de Tampico, Ciudad Madero y Altamira pues, según se dijo, no se escuchó en ningún momento durante sus campañas la aplicación de un programa que impulse el desarrollo de techos verdes y jardines verticales en los edificios públicos o algún programa de reforestación intensiva de plazas, colonias, banquetas y camellones de nuestra conurbación.

Hace más de diez años, platicando con el genial Héctor Kiev o “Tacho” López, como usted lo desee nombrar, en la bella ciudad de Aguascalientes, me dijo en su simpático y bien desarrollado arte de versar: “Negro, la cosa se pone dura, no vaya a ser que el planeta nos haga la travesura de acabar con los humanos a base de calenturas”.

Y su filosofía no estaba tan alejada de la realidad, él creía firmemente que la tierra, como cualquier organismo vivo, estaba defendiéndose de organismos que lo habían infectado y al aumentar sus grados centígrados iba a matar a esos entes patógenos para que, al último, las defensas naturales acabaran con los pocos y últimos que quedaban vivos.

Lo cierto, gentil amigo, es que el calentamiento global, los altos índices de contaminación, el derretimiento de los casquetes polares, la tala inmoderada, la sobrepoblación, el abandono del campo y el crecimiento de la mancha urbana son factores que están incidiendo en el cambio climático y nos está afectando a todos. Ojalá, pues, que todos podamos adoptar plantas y cuidar un jardín por pequeño que este sea, ya que el freno a este problema empezará desde el hogar.

¡Hasta la próxima!

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com.

Y recuerde, para mañana ¡Despierte, no se duerma que será un gran día.