/ miércoles 20 de noviembre de 2019

A todos iguala la ceniza, desiguales nacemos, iguales morimos

No hagas a otro lo que no desees que te hagan a ti... Regla de oro de las relaciones humanas y que refiere cualquier desdén o tipo de falta de respeto, que dedicamos a los que son notoriamente de un nivel futbolístico inferior al nuestro. Algo que debemos aceptar sin aires de grandeza pero sí con humildad.

Es común, por ejemplo, que los seguidores del Guadalajara vean como irrespetuoso que se les recuerden las muchas derrotas con marcadores de escándalo que sufrieron allá en sus años gloriosos, cuando jamás pudieron evitar que el Independiente de mi inolvidable amigo el “Mono” Bonelli les impusiera el marcador más recurrente en sus encuentros, que era un contundente 4-0 o aquel 8-0 que les impuso el Sao Paulo del portero Castilho, el central Carlitos Peters, el medio Neco, el interior Nicola Gravina y el otro inolvidable Luis Juraci. Y están equivocados los que piensan que apabullar a un equipo es faltarle al respeto, ya que es más ofensa tratarlos con una conmiseración (lástima).

En la filosofía china se habla de unas palabras que se atribuyen a Confusio “Debes proceder como el león, que ataca al conejo con la misma ferocidad que al búfalo”. No debemos prometer goleadas a equipo alguno, pero sí debemos siempre poner todo nuestro empeño en tratar de hacerlo. Pero como lo dice Gerardo Martino, el propósito importante es jugar bien, el golear es secundario. Un dos a cero jugado bien, es mejor que un seis a cero producto de la inferioridad del rival.

En la antigua Roma, Séneca, el magistral pensador escribió una obra titulada “Consolación a Marcia”. Marcia pierde a su hijo siendo éste muy joven y, Séneca trata de consolarla diciéndole que cuando se queja de la muerte de su hijo, está acusando el día de su nacimiento, ya que al nacer se le notificó la muerte. Ante la muerte de nuestros hijos y ante nuestra propia muerte, nada podemos hacer, todos estamos forzados a llegar al mismo término. Agitaré en la urna la suerte de todos y, siendo antes o después, llevamos en la barca fatal al eterno destino, saber que un día habremos de morir, prácticamente la gran mayoría no le perturba el corazón, sabemos que nacer es empezar a morir, el último instante de la vida se origina en el primero.

Podemos ver entonces que las diferencias entre nuestro jugadores y los de Bermudas son subjetivas, nuestra raza, de menor estatura que la de la raza afro que predomina en Bermudas, tiene de su parte la habilidad que se sustenta del más favorable punto de equilibrio de los chaparritos, mientras que la fuerza y velocidad se ve favorecida por la constitución física de los insulares, algunos de nuestros pequeños habilidosos (observándose algunas excepciones), se encuentran en Europa, mientras que un buen número de grandulones isleños, también juegan por allá, especialmente en Inglaterra y en equipos de segunda división, lo que les otorga cierta competitividad.

La mejor técnica y mayor experiencia marcan el plus que nos concede el favoritismo y, sin embargo volvemos a la propuesta de Daniel Brailovski, los partidos hay que jugarlos. La experiencia nos señala aquel Premundial jugado en Puerto Príncipe capital de Haití, en donde los locales se calificaron para asistir al Mundial de Alemania-74, hexagonal para el olvido del que nos eliminó Trinidad y Tobago y no Haití, a quienes vencimos uno a cero.

Manuel Lapuente, el jugador más experimentado de aquel TRI, confesó a la prensa: No quiero acordarme, no he dado muchas declaraciones al respecto, todos fuimos responsables. El mismo cuerpo técnico y los jugadores, de aquel gran fracaso que fue México, lo mismo opinaron Enrique Borja, Ignacio Calderón, Arturo “Gonini” Vázquez Ayala, Héctor Pulido, jugadores con igual capacidad técnica y física que la de los actuales, que no jugaron en Europa, porque en aquel tiempo no había las condiciones que ahora facilitan la contratación de jugadores al extranjero, pero basta el nombre de los que he mencionado, para compararlos con los actuales y, nos daremos cuenta de que no hay diferencia.

Lo único que pide Martino es que se juegue bien, concediendo menor importancia al marcador, pues lo importante de momento es consolidar en los jugadores la propuesta del “Tata”, que sin que aún la veamos ya bien dominada, sí nos convence de que faltaría muy poco para que se consiga. En qué consiste la seriedad de la que tanto se preocupa el “Tata”. Pues de que en el campo de juego, quede claro que los buenos logros del equipo sean consecuencia del estilo de juego que se está practicando, pues debemos recordar que hasta ahora carecemos de un estilo “mexicano” y esa es la prioridad para Gerardo Martino, ganar nuestra identidad.

Hasta pronto amigo.

No hagas a otro lo que no desees que te hagan a ti... Regla de oro de las relaciones humanas y que refiere cualquier desdén o tipo de falta de respeto, que dedicamos a los que son notoriamente de un nivel futbolístico inferior al nuestro. Algo que debemos aceptar sin aires de grandeza pero sí con humildad.

Es común, por ejemplo, que los seguidores del Guadalajara vean como irrespetuoso que se les recuerden las muchas derrotas con marcadores de escándalo que sufrieron allá en sus años gloriosos, cuando jamás pudieron evitar que el Independiente de mi inolvidable amigo el “Mono” Bonelli les impusiera el marcador más recurrente en sus encuentros, que era un contundente 4-0 o aquel 8-0 que les impuso el Sao Paulo del portero Castilho, el central Carlitos Peters, el medio Neco, el interior Nicola Gravina y el otro inolvidable Luis Juraci. Y están equivocados los que piensan que apabullar a un equipo es faltarle al respeto, ya que es más ofensa tratarlos con una conmiseración (lástima).

En la filosofía china se habla de unas palabras que se atribuyen a Confusio “Debes proceder como el león, que ataca al conejo con la misma ferocidad que al búfalo”. No debemos prometer goleadas a equipo alguno, pero sí debemos siempre poner todo nuestro empeño en tratar de hacerlo. Pero como lo dice Gerardo Martino, el propósito importante es jugar bien, el golear es secundario. Un dos a cero jugado bien, es mejor que un seis a cero producto de la inferioridad del rival.

En la antigua Roma, Séneca, el magistral pensador escribió una obra titulada “Consolación a Marcia”. Marcia pierde a su hijo siendo éste muy joven y, Séneca trata de consolarla diciéndole que cuando se queja de la muerte de su hijo, está acusando el día de su nacimiento, ya que al nacer se le notificó la muerte. Ante la muerte de nuestros hijos y ante nuestra propia muerte, nada podemos hacer, todos estamos forzados a llegar al mismo término. Agitaré en la urna la suerte de todos y, siendo antes o después, llevamos en la barca fatal al eterno destino, saber que un día habremos de morir, prácticamente la gran mayoría no le perturba el corazón, sabemos que nacer es empezar a morir, el último instante de la vida se origina en el primero.

Podemos ver entonces que las diferencias entre nuestro jugadores y los de Bermudas son subjetivas, nuestra raza, de menor estatura que la de la raza afro que predomina en Bermudas, tiene de su parte la habilidad que se sustenta del más favorable punto de equilibrio de los chaparritos, mientras que la fuerza y velocidad se ve favorecida por la constitución física de los insulares, algunos de nuestros pequeños habilidosos (observándose algunas excepciones), se encuentran en Europa, mientras que un buen número de grandulones isleños, también juegan por allá, especialmente en Inglaterra y en equipos de segunda división, lo que les otorga cierta competitividad.

La mejor técnica y mayor experiencia marcan el plus que nos concede el favoritismo y, sin embargo volvemos a la propuesta de Daniel Brailovski, los partidos hay que jugarlos. La experiencia nos señala aquel Premundial jugado en Puerto Príncipe capital de Haití, en donde los locales se calificaron para asistir al Mundial de Alemania-74, hexagonal para el olvido del que nos eliminó Trinidad y Tobago y no Haití, a quienes vencimos uno a cero.

Manuel Lapuente, el jugador más experimentado de aquel TRI, confesó a la prensa: No quiero acordarme, no he dado muchas declaraciones al respecto, todos fuimos responsables. El mismo cuerpo técnico y los jugadores, de aquel gran fracaso que fue México, lo mismo opinaron Enrique Borja, Ignacio Calderón, Arturo “Gonini” Vázquez Ayala, Héctor Pulido, jugadores con igual capacidad técnica y física que la de los actuales, que no jugaron en Europa, porque en aquel tiempo no había las condiciones que ahora facilitan la contratación de jugadores al extranjero, pero basta el nombre de los que he mencionado, para compararlos con los actuales y, nos daremos cuenta de que no hay diferencia.

Lo único que pide Martino es que se juegue bien, concediendo menor importancia al marcador, pues lo importante de momento es consolidar en los jugadores la propuesta del “Tata”, que sin que aún la veamos ya bien dominada, sí nos convence de que faltaría muy poco para que se consiga. En qué consiste la seriedad de la que tanto se preocupa el “Tata”. Pues de que en el campo de juego, quede claro que los buenos logros del equipo sean consecuencia del estilo de juego que se está practicando, pues debemos recordar que hasta ahora carecemos de un estilo “mexicano” y esa es la prioridad para Gerardo Martino, ganar nuestra identidad.

Hasta pronto amigo.