/ martes 7 de julio de 2020

Acontecer político | Encuentro

Hoy al mediodía, el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR viajará en un vuelo comercial a Washington.

En lo que constituye su primera salida al extranjero como jefe del estado mexicano para entrevistarse con su homólogo norteamericano DONALD TRUMP, en un encuentro que ha despertado grandes expectativas por lo que pudiera representar para el futuro político de uno y otro.

LOPEZ OBRADOR y TRUMP son diametralmente distintos en cuanto a posiciones ideológicas. Mientras que el mandatario mexicano es etiquetado como socialista, tirándole a comunista y semejante a NICOLAS MADURO, de Venezuela, el rubio estadounidense desprecia todo aquello que huela a izquierda y defiende un estatus donde los negocios privados son la esencia del acontecer mundial.

Sin embargo, entre ambos personajes existen ciertos paralelismos que no se pueden ignorar.

DONALDO TRUMP, que se hizo multimillonario como inversionista de bienes raíces, a veces haciendo truculencias fiscales que se le han restregado en la cara, ganó contra todos los pronósticos la candidatura del Partido Republicano, imponiéndose en la elección a dinastías políticas y financieras como los Clinton, los Bush y hasta los Kennedy que eran la vieja nobleza de la política en el vecino país. Y en ese tránsito, se peleó contra las grandes empresas de la comunicación que no dejan de atacarlo.

Si se quiere insertarlo en un lenguaje coloquial, es un “fajador callejero” que devuelve cada golpe que recibe. Y ahora está en busca de ser reelecto para otro período de cuatro años frente a un Partido Demócrata que quiere enviarlo de regreso a su domicilio particular, algo que, por lo que se ve, no está dispuesto a hacer si de él depende.

Por su parte, LOPEZ OBRADOR batalló durante doce años para llegar a la presidencia de México, tras dos fallidos intentos en los que se le estigmatizó como “un peligro para México” para ganar luego con una histórica votación de más de 30 millones de sufragios, equivalente a más del 50 por ciento del padrón electoral.

Pero sigue enfrentando la oposición de sus tradicionales oponentes que con caravanas vehiculares de protesta y a través de las redes sociales, buscan igualmente que se vaya a su casa a ver televisión. Pero, al igual que TRUMP, él responde los golpes.

México y Estados Unidos, representan dos sistemas históricamente antagónicos. El llamado “Tío Sam” representa el capitalismo a ultranza y desde tiempos difíciles de recordar se ha erigido en el policía del mundo que castiga, a veces cruelmente, a quienes osan desafiar su poder y, ante todos, sus intereses.

En cambio, nuestro país ha sido el “buen vecino” que tuvo que soportar que le robaran, es la palabra adecuada, la mitad de su territorio, bajo la sumisión de presidentes pusilánimes y que ha tenido que soportar en el curso del tiempo el humillante papel de ser el “traspatio” de la Unión Americana.

En ese contexto y a la luz de los cambiantes tiempos en que se desenvuelven las relaciones internacionales donde China y Rusia ya le disputan el liderazgo mundial a la otrora mayor potencia del planeta, no resulta irrazonable pensar que fuera de las ideologías, los actores de la política global estén cambiando las estrategias de sus juegos para entrar en entendimientos nunca antes imaginados.

No faltan los que aseguran que con su visita a Washington, LOPEZ OBRADOR está bajando la testa ante el imperio y que va a ponerse a las órdenes del actual huésped de la Casa Blanca. Pero, también hay quienes dicen detrás de la frontera que TRUMP quiere aprovechar al mandatario mexicano para ganar popularidad entre la población latina que allá reside para respaldar su reelección, con lo que tácitamente le estaría reconociendo al tabasqueño un peso que puede inclinar la balanza en su favor.

La alta política es un tema tan complicado que queda fuera del alcance del entendimiento del ciudadano común que a menudo forma su criterio en base a las noticias que más concurrentemente recibe. Pero no hay forma de desentrañar a nivel de suelo la madeja que arriba se teje.

¿De qué hablarán LOPEZ OBRADOR yTRUMP en sus entrevistas privadas?Nunca, nadie, lo sabrá fuera de lo que digan los comunicados oficiales que serán respaldados con fotos donde ambos aparecen juntos, sin estrecharse las manos, claro está, por aquello del coronavirus.

¿Será que las vidas políticamente paralelas de ambos presidentes, aunque ideológicamente distintas, serán un ingrediente de apoyo mutuo? Eso, estimado lector, ni usted ni yo lo sabremos. Pero de que algo se cocinará al margen de los protocolos diplomáticos, ni duda cabe. Y sus efectos se conocerán con el tiempo, solo es cosa de estar pendientes. Así es el acontecer político.

Pues mire usted que el avance de la pandemia del Covid 19 no disminuye pese a las medidas decretadas por las autoridades de Salud. La peligrosidad del virus, que antes para muchos era solo una fantasía, ya está tomando rostro, cuando sabemos que muchos amigos y familiares están hospitalizados o han muerto a causa del padecimiento. El enemigo invisible cada vez acecha a más segmentos de la población.

El pasado fin de semana los centros comerciales y tiendas de conveniencia permanecieron cerrados como una drástica medida para romper la línea de transmisión de la amenaza oculta. Aún no se sabe la eficacia de la disposición oficial, pero es de esperarse que los reportes oficiales la confirmen.

raulpazos45@gmail.com

Hoy al mediodía, el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR viajará en un vuelo comercial a Washington.

En lo que constituye su primera salida al extranjero como jefe del estado mexicano para entrevistarse con su homólogo norteamericano DONALD TRUMP, en un encuentro que ha despertado grandes expectativas por lo que pudiera representar para el futuro político de uno y otro.

LOPEZ OBRADOR y TRUMP son diametralmente distintos en cuanto a posiciones ideológicas. Mientras que el mandatario mexicano es etiquetado como socialista, tirándole a comunista y semejante a NICOLAS MADURO, de Venezuela, el rubio estadounidense desprecia todo aquello que huela a izquierda y defiende un estatus donde los negocios privados son la esencia del acontecer mundial.

Sin embargo, entre ambos personajes existen ciertos paralelismos que no se pueden ignorar.

DONALDO TRUMP, que se hizo multimillonario como inversionista de bienes raíces, a veces haciendo truculencias fiscales que se le han restregado en la cara, ganó contra todos los pronósticos la candidatura del Partido Republicano, imponiéndose en la elección a dinastías políticas y financieras como los Clinton, los Bush y hasta los Kennedy que eran la vieja nobleza de la política en el vecino país. Y en ese tránsito, se peleó contra las grandes empresas de la comunicación que no dejan de atacarlo.

Si se quiere insertarlo en un lenguaje coloquial, es un “fajador callejero” que devuelve cada golpe que recibe. Y ahora está en busca de ser reelecto para otro período de cuatro años frente a un Partido Demócrata que quiere enviarlo de regreso a su domicilio particular, algo que, por lo que se ve, no está dispuesto a hacer si de él depende.

Por su parte, LOPEZ OBRADOR batalló durante doce años para llegar a la presidencia de México, tras dos fallidos intentos en los que se le estigmatizó como “un peligro para México” para ganar luego con una histórica votación de más de 30 millones de sufragios, equivalente a más del 50 por ciento del padrón electoral.

Pero sigue enfrentando la oposición de sus tradicionales oponentes que con caravanas vehiculares de protesta y a través de las redes sociales, buscan igualmente que se vaya a su casa a ver televisión. Pero, al igual que TRUMP, él responde los golpes.

México y Estados Unidos, representan dos sistemas históricamente antagónicos. El llamado “Tío Sam” representa el capitalismo a ultranza y desde tiempos difíciles de recordar se ha erigido en el policía del mundo que castiga, a veces cruelmente, a quienes osan desafiar su poder y, ante todos, sus intereses.

En cambio, nuestro país ha sido el “buen vecino” que tuvo que soportar que le robaran, es la palabra adecuada, la mitad de su territorio, bajo la sumisión de presidentes pusilánimes y que ha tenido que soportar en el curso del tiempo el humillante papel de ser el “traspatio” de la Unión Americana.

En ese contexto y a la luz de los cambiantes tiempos en que se desenvuelven las relaciones internacionales donde China y Rusia ya le disputan el liderazgo mundial a la otrora mayor potencia del planeta, no resulta irrazonable pensar que fuera de las ideologías, los actores de la política global estén cambiando las estrategias de sus juegos para entrar en entendimientos nunca antes imaginados.

No faltan los que aseguran que con su visita a Washington, LOPEZ OBRADOR está bajando la testa ante el imperio y que va a ponerse a las órdenes del actual huésped de la Casa Blanca. Pero, también hay quienes dicen detrás de la frontera que TRUMP quiere aprovechar al mandatario mexicano para ganar popularidad entre la población latina que allá reside para respaldar su reelección, con lo que tácitamente le estaría reconociendo al tabasqueño un peso que puede inclinar la balanza en su favor.

La alta política es un tema tan complicado que queda fuera del alcance del entendimiento del ciudadano común que a menudo forma su criterio en base a las noticias que más concurrentemente recibe. Pero no hay forma de desentrañar a nivel de suelo la madeja que arriba se teje.

¿De qué hablarán LOPEZ OBRADOR yTRUMP en sus entrevistas privadas?Nunca, nadie, lo sabrá fuera de lo que digan los comunicados oficiales que serán respaldados con fotos donde ambos aparecen juntos, sin estrecharse las manos, claro está, por aquello del coronavirus.

¿Será que las vidas políticamente paralelas de ambos presidentes, aunque ideológicamente distintas, serán un ingrediente de apoyo mutuo? Eso, estimado lector, ni usted ni yo lo sabremos. Pero de que algo se cocinará al margen de los protocolos diplomáticos, ni duda cabe. Y sus efectos se conocerán con el tiempo, solo es cosa de estar pendientes. Así es el acontecer político.

Pues mire usted que el avance de la pandemia del Covid 19 no disminuye pese a las medidas decretadas por las autoridades de Salud. La peligrosidad del virus, que antes para muchos era solo una fantasía, ya está tomando rostro, cuando sabemos que muchos amigos y familiares están hospitalizados o han muerto a causa del padecimiento. El enemigo invisible cada vez acecha a más segmentos de la población.

El pasado fin de semana los centros comerciales y tiendas de conveniencia permanecieron cerrados como una drástica medida para romper la línea de transmisión de la amenaza oculta. Aún no se sabe la eficacia de la disposición oficial, pero es de esperarse que los reportes oficiales la confirmen.

raulpazos45@gmail.com