El martes 3 de noviembre tendrán lugar las elecciones presidenciales en Estados Unidos de Norteamérica, un suceso que de muchas maneras tiene repercusiones en nuestro país y en el mundo entero, dado el papel que esa poderosa nación desempeña en el contexto internacional y, principalmente, porque de las decisiones de quien ocupe la Casa Blanca dependen muchas cosas dentro y fuera de su territorio.
El actual mandatario, DONALD TRUMP, del Partido Republicano, busca la reelección mientras que el demócrata JOE BIDEN intenta mandarlo de vuelta a sus negocios infligiéndole una derrota vergonzante. Hasta ahora, las encuestas conceden a este último una considerable ventaja en las intenciones del voto.
TRUMP ha sido un personaje polémico. Tiene muy malas relaciones con los principales medios de comunicación a los que considera como parte del viejo “establishment”. Los periódicos de mayor tradición, como el New York Times, lo traen del rabo, coloquialmente hablando y se hace eco de los pronósticos que auguran su derrota. Es más, hasta en la mayoría de los espacios editoriales de México parece advertirse el deseo de que sea vencido.
Su estilo es el de un bravucón que no se deja de nadie y se pelea hasta con sus propios colaboradores, a algunos de los cuales ha despedido sin la menor cortesía. Siempre ha dicho que si sus contrarios son fuertes, negocia con ellos y si los advierte débiles, los aplasta.
Entre las decisiones relacionadas con México, no se ha cansado de insistir que un muro en la frontera común es la solución para evitar que entren más inmigrantes ilegales, lo que de este lado le ha valido no pocas críticas.
Pero, un hecho cierto es que no ha embarcado a su país en grandes guerras extranjeras, como sucedió en tiempos de los BUSH y salvo ataques selectivos en Medio Oriente, no hay acciones invasivas que cuesten miles de vidas. Es más, parece llevarse bien con el presidente de Rusia, VLADIMIR PUTIN, de quien se dice, le ayudó a llegar a la Casa Blanca. Ya no hay más “guerra fría” entre ambas naciones. También tiene un trato cordial con el mandatario mexicano ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR, quien le hizo la única visita de estado que este ha hecho.
En la pasada contienda, la mayoría de las encuestas y los mismos medios de comunicación, daban por ganadora a HILARY CLINTON, a quien hasta VICENTE FERNÁNDEZ fue a cantarle. Para la opinión pública mexicana su discurso era agresivo y hasta hubo condenas porque ENRIQUE PEÑA NIETO lo invitó a nuestro país.
Pero contra todos los augurios, se alzó con la victoria y allí está nuevamente intentando prolongar su mandato por otros cuatro años en condiciones igualmente adversas, sin que deje de tirar golpes a su actual oponente, con su habitual lenguaje combativo.
¿Logrará ese zorruno hombre de negocios mantenerse al frente del “Tío Sam”? ¿Volverá a sacar de sus casas a esas clases sociales silenciosas que solo expresan su voz en las urnas? o esta vez recibirá el rechazo mayoritario para que los demócratas vuelvan al poder con JOE BIDEN a la cabeza.
Sea como fuere, la atención mundial está puesta en el proceso estadounidense, pues de sus resultados, insistimos, dependen muchas cosas en el futuro cercano de las relaciones internacionales. La moneda sigue estando en el aire y hasta el cierre del conteo de votos, se sabrá la voluntad colectiva de los ciudadanos estadounidenses. Por lo interesante del caso, hay que estar pendientes.
Pasando a temas locales, una encuesta reciente indica que el PAN y Morena quedarían casi parejos en las diputaciones federales que corresponden a Tamaulipas, lo que equivaldría a ni un triunfo completo ni a una derrota completa. Y en el octavo distrito que corresponde a Tampico, es donde más ventaja se advierte para el partido blanquiazul, por lo que quien resulte candidato fácilmente podría llegar al palacio de San Lázaro.
El nombre del actual diputado local, EDMUNDO MARÓN, está resurgiendo como el principal prospecto para recibir la estafeta, aunque se mantiene vigente JOSÉ ANTONIO HEREDIA NIÑO, uno de los valores del tradicional panismo jaibo que libró tantas batallas en un entorno político adverso y que hoy es regidor por segunda ocasión consecutiva. Queda claro que su experiencia es mucho mayor que la de MARÓN. Pero la decisión depende de Ciudad Victoria y del palacio municipal.
Y mire usted que mientras el priismo tamaulipeco festina los triunfos de su partido en Coahuila y en Hidalgo, aquí en nuestra entidad no tiene nada que festejar, pues permanece sumido en el sótano bajo la pesada losa que le dejaron sus gobernadores TOMÁS YARRINGTON, EUGENIO HERNÁNDEZ FLORES y EGIDIO TORRE CANTÚ. No hay visos de que pueda recuperarse para participar competitivamente en las elecciones concurrentes del año próximo.
Su dirigencia estatal no ha podido reconstruir la estructura territorial, pues la mayoría de quienes la integraban emigraron a otras opciones como el PAN y Morena. Sin fondos económicos, será muy difícil encontrar quienes acepten ser candidatos para los puestos de representación popular que estarán en juego.
Según se anuncia, la playa de Miramar se abrirá al público, bajo estrictas medidas de prevención y sin que se permita el consumo de bebidas alcohólicas. A ver qué tanto los paseantes se ajustan a las restricciones.
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