/ martes 7 de junio de 2022

Ajo y Agua | La ilusión es más fuerte que la realidad

Los recientes resultados de la Selección Mexicana contra Uruguay y Ecuador preocupan ante la cercanía de la Copa del Mundo de Qatar 2022.

La Selección Mexicana enfrentó dos partidos atractivos de cara al Mundial de Qatar. Lejos de emocionarnos, esto nos ha servido para ubicarnos en qué circunstancias futbolísticas nos encontramos. En el partido contra Uruguay nos hemos dado cuenta que no estamos ni preparados ni capacitados para dar alguna sorpresa agradable para nuestra gente durante la Copa del Mundo; más bien es una gran preocupación por tener un cuerpo técnico que no es el idóneo y que no ha sabido darle un estilo definitivo a nuestra Selección.

Todo esto se puede ver en situaciones concretas; como por ejemplo, las modificaciones tácticas de jugar con tres centrales, en una línea de cinco defensores y luego cuatro centrocampistas, para dejar a Raúl Jiménez muy solo en el ataque. Esto nos permite saber que el equipo no está trabajado ni tiene un estilo, es más bien una improvisación. Por obvias razones el resultado fue desfavorable y el marcador de 0-3 nos hace ubicarnos en dónde nos encontramos.

Viendo hacia el futuro, Uruguay no es igual pero es una similitud al juego y al futbol que se desarrolla en Sudamérica, y en este caso a nuestro rival más importante dentro del grupo mundialista, que va a ser Argentina. Fue un acierto jugar contra ellos, pero obviamente no fue ningún acierto la manera en la que se planteó el partido.

Raúl Jiménez prácticamente ni apareció, sólo lo hizo en una ocasión, en cambio Uruguay dio muestra de su contundencia al marcar tres goles en sólo cuatro oportunidades claras, efectividad que al equipo mexicano le está faltando, ya que sólo Raúl Jiménez y Jesús Manuel Corona se aproximaron al marco rival, sin que se pueda considerar una ocasión clara de gol. Esto dio como resultado que el equipo Tricolor terminara goleado y con malas sensaciones.

Si nos desplazamos al partido contra Ecuador, nos daremos cuenta que el equipo mexicano tuvo más oficio al regresar al parado táctico que habitualmente utiliza Martino de 4-3-3. Se notó el liderazgo y la presencia de los jugadores que tienen más horas en este negocio.

Independientemente de eso, las conclusiones tampoco son muy favorables, tomando en cuenta que no hay un estilo de juego definido y que no se crean las ocasiones de gol necesarias que debe de tener la Selección Mexicana. Contra Ecuador pasó lo mismo que contra Uruguay, con un rival que generó más oportunidades claras y esto es muy preocupante, sobre todo por el poco tiempo que falta para la gran cita mundialista de noviembre y que en los próximos meses se tendrán muy pocas ocasiones para trabajar con el equipo debido a lo apretado del calendario.

Si no se actúa de manera inmediata para dar un revulsivo que cambie la dinámica de México, en el próximo Mundial de Qatar, tristemente veremos que nuestra Selección no va a llegar muy lejos, más bien tendrá dificultades incluso para pasar la primera fase, una instancia que el equipo nacional ha superado sin problemas durante las últimas Copas del Mundo. El sueño del quinto partido luce más lejano que en otras ocasiones.

Ya veremos si la fortuna nos da para clasificar a los octavos de final en Qatar y ver quién nos toca. De momento, tal como noto las circunstancias y la falta de liderazgo del actual cuerpo técnico argentino, no estoy esperanzado, y mira que lo que más quiero es que México llegue a la final y cumpla el sueño de ser campeón del mundo, pero tal y como se está manejando el futbol mexicano, con la invasión de jugadores y técnicos extranjeros, que ocupan los puestos que deberían estar destinados para los mexicanos, veo que nuestra raza futbolística se está extinguiendo, y así es muy difícil trascender en una Copa del Mundo.

¡Que te lo digo yo!

Los recientes resultados de la Selección Mexicana contra Uruguay y Ecuador preocupan ante la cercanía de la Copa del Mundo de Qatar 2022.

La Selección Mexicana enfrentó dos partidos atractivos de cara al Mundial de Qatar. Lejos de emocionarnos, esto nos ha servido para ubicarnos en qué circunstancias futbolísticas nos encontramos. En el partido contra Uruguay nos hemos dado cuenta que no estamos ni preparados ni capacitados para dar alguna sorpresa agradable para nuestra gente durante la Copa del Mundo; más bien es una gran preocupación por tener un cuerpo técnico que no es el idóneo y que no ha sabido darle un estilo definitivo a nuestra Selección.

Todo esto se puede ver en situaciones concretas; como por ejemplo, las modificaciones tácticas de jugar con tres centrales, en una línea de cinco defensores y luego cuatro centrocampistas, para dejar a Raúl Jiménez muy solo en el ataque. Esto nos permite saber que el equipo no está trabajado ni tiene un estilo, es más bien una improvisación. Por obvias razones el resultado fue desfavorable y el marcador de 0-3 nos hace ubicarnos en dónde nos encontramos.

Viendo hacia el futuro, Uruguay no es igual pero es una similitud al juego y al futbol que se desarrolla en Sudamérica, y en este caso a nuestro rival más importante dentro del grupo mundialista, que va a ser Argentina. Fue un acierto jugar contra ellos, pero obviamente no fue ningún acierto la manera en la que se planteó el partido.

Raúl Jiménez prácticamente ni apareció, sólo lo hizo en una ocasión, en cambio Uruguay dio muestra de su contundencia al marcar tres goles en sólo cuatro oportunidades claras, efectividad que al equipo mexicano le está faltando, ya que sólo Raúl Jiménez y Jesús Manuel Corona se aproximaron al marco rival, sin que se pueda considerar una ocasión clara de gol. Esto dio como resultado que el equipo Tricolor terminara goleado y con malas sensaciones.

Si nos desplazamos al partido contra Ecuador, nos daremos cuenta que el equipo mexicano tuvo más oficio al regresar al parado táctico que habitualmente utiliza Martino de 4-3-3. Se notó el liderazgo y la presencia de los jugadores que tienen más horas en este negocio.

Independientemente de eso, las conclusiones tampoco son muy favorables, tomando en cuenta que no hay un estilo de juego definido y que no se crean las ocasiones de gol necesarias que debe de tener la Selección Mexicana. Contra Ecuador pasó lo mismo que contra Uruguay, con un rival que generó más oportunidades claras y esto es muy preocupante, sobre todo por el poco tiempo que falta para la gran cita mundialista de noviembre y que en los próximos meses se tendrán muy pocas ocasiones para trabajar con el equipo debido a lo apretado del calendario.

Si no se actúa de manera inmediata para dar un revulsivo que cambie la dinámica de México, en el próximo Mundial de Qatar, tristemente veremos que nuestra Selección no va a llegar muy lejos, más bien tendrá dificultades incluso para pasar la primera fase, una instancia que el equipo nacional ha superado sin problemas durante las últimas Copas del Mundo. El sueño del quinto partido luce más lejano que en otras ocasiones.

Ya veremos si la fortuna nos da para clasificar a los octavos de final en Qatar y ver quién nos toca. De momento, tal como noto las circunstancias y la falta de liderazgo del actual cuerpo técnico argentino, no estoy esperanzado, y mira que lo que más quiero es que México llegue a la final y cumpla el sueño de ser campeón del mundo, pero tal y como se está manejando el futbol mexicano, con la invasión de jugadores y técnicos extranjeros, que ocupan los puestos que deberían estar destinados para los mexicanos, veo que nuestra raza futbolística se está extinguiendo, y así es muy difícil trascender en una Copa del Mundo.

¡Que te lo digo yo!