/ martes 5 de octubre de 2021

Ajo y Agua | Solo queda esperar y confiar

El panorama de los Pumas de la UNAM es desalentador por donde quiera que se le vea, pues aunque generan ocasiones de gol, el hecho de fallar en el último toque frente al arco rival lo hace todavía más preocupante.

Con cinco fechas por delante, el camino para llegar a la Liguilla parece estar lleno de peligros al tener que enfrentar, mayormente, a equipos que pelean por mantenerse o meterse entre los primeros ocho lugares.

Poco o nada ha podido mejorar el andar de los Pumas de la UNAM desde hace poco más de un mes, cuando hablé, en este espacio, de la crisis que se podría venir si Andrés Lillini no encontraba la forma de hacer reaccionar a sus jugadores.

Aquella ocasión, tras la derrota frente al Toluca, en la fecha 7, mencioné que era importante que interviniera Enrique Graue, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, para hacer una reestructuración económica, porque mientras el equipo de futbol profesional tenga que vender a sus jugadores para subsistir y hacer frente a todos los gastos por hacer esta temporada, difícilmente podremos hablar de una situación diferente.

La pandemia del Covid-19 no sólo ha afectado a los Pumas, sino a todos los equipos de México y del mundo, pero, lamentablemente, los resultados tampoco ayudan.

Desde aquel 29 de agosto, los dirigidos por Andrés Lillini acumulan ya seis partidos sin conocer el triunfo, con tres derrotas y tres empates que los han hecho caer hasta la penúltima posición en la clasificación, sólo por encima del Tijuana, al que enfrentarán en la fecha 15, el 24 de octubre.

El presidente del equipo, Leopoldo Silva, como parte de su trabajo, debería investigar, con el visto bueno del rector, y hacer un estudio profundo de cuál es la estructura económica, política, social y deportiva que tienen los Tigres de Nuevo León.

Hasta ahora, las soluciones no han llegado ni de la directiva ni del cuerpo técnico ni de los refuerzos. Higor Meritao, José Rogerio, Washington Corozo y Cristian Battocchio están muy lejos de ser los refuerzos que se necesitan, sin embargo, dicho con todo respeto, es lo que hay y para lo que alcanza. De ahí la importancia de que el cambio venga desde arriba, con la toma de decisiones inmediatas.

Lo normal es que el técnico salga y si no ha sido así, es porque confían en su trabajo, pero si no le dan las herramientas necesarias, lo más seguro es que terminará por decepcionar, no sólo a ellos, si no a los propios jugadores, que en cada partido hacen el máximo esfuerzo; así como a los aficionados y a todos los que queremos al club.

Hay que recuperar el rumbo, ahora que hay posibilidades, al menos matemáticas, a ocho puntos de la zona que de acceso directo a la Liguilla, aunque Pumas apunta más a pasar de panzazo, en el repechaje. A partir de este día habrá 12 días libres debido a los partidos de selecciones nacionales en la Fecha FIFA de octubre.

Sin duda, una oportunidad única para reflexionar, porque hay mucho que decidir de cara al futuro.

Este tiempo se debe aprovechar al máximo, sobre todo con los jugadores, a quienes hay que apoyar para que recuperen la motivación y la confianza. Salvo Alfredo Talavera, los Pumas no tienen jugadores convocados a la Selección Mexicana ni a ninguna otra, algo que también se extraña y que refleja no sólo el mal momento del equipo, sino la mala elección en los refuerzos extranjeros.

Siempre he defendido el lugar del futbolista mexicano en su propio país. Y siempre he dicho que si debe llegar un jugador extranjero, debe ser de selección nacional para que realmente pueda aportar crecimiento. Algo que incluso debería estar reglamentado, como en la Premier League de Inglaterra.

Ojalá que haya soluciones inmediatas para un equipo que ha sido, es y seguirá siendo uno de los grandes del futbol mexicano. De cara a los duelos contra FC Juárez, León, Tijuana, Pachuca y Cruz Azul, sólo queda sentarse a esperar y confiar en que los Pumas recuperarán la garra.

¡Que te lo digo yo!

El panorama de los Pumas de la UNAM es desalentador por donde quiera que se le vea, pues aunque generan ocasiones de gol, el hecho de fallar en el último toque frente al arco rival lo hace todavía más preocupante.

Con cinco fechas por delante, el camino para llegar a la Liguilla parece estar lleno de peligros al tener que enfrentar, mayormente, a equipos que pelean por mantenerse o meterse entre los primeros ocho lugares.

Poco o nada ha podido mejorar el andar de los Pumas de la UNAM desde hace poco más de un mes, cuando hablé, en este espacio, de la crisis que se podría venir si Andrés Lillini no encontraba la forma de hacer reaccionar a sus jugadores.

Aquella ocasión, tras la derrota frente al Toluca, en la fecha 7, mencioné que era importante que interviniera Enrique Graue, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, para hacer una reestructuración económica, porque mientras el equipo de futbol profesional tenga que vender a sus jugadores para subsistir y hacer frente a todos los gastos por hacer esta temporada, difícilmente podremos hablar de una situación diferente.

La pandemia del Covid-19 no sólo ha afectado a los Pumas, sino a todos los equipos de México y del mundo, pero, lamentablemente, los resultados tampoco ayudan.

Desde aquel 29 de agosto, los dirigidos por Andrés Lillini acumulan ya seis partidos sin conocer el triunfo, con tres derrotas y tres empates que los han hecho caer hasta la penúltima posición en la clasificación, sólo por encima del Tijuana, al que enfrentarán en la fecha 15, el 24 de octubre.

El presidente del equipo, Leopoldo Silva, como parte de su trabajo, debería investigar, con el visto bueno del rector, y hacer un estudio profundo de cuál es la estructura económica, política, social y deportiva que tienen los Tigres de Nuevo León.

Hasta ahora, las soluciones no han llegado ni de la directiva ni del cuerpo técnico ni de los refuerzos. Higor Meritao, José Rogerio, Washington Corozo y Cristian Battocchio están muy lejos de ser los refuerzos que se necesitan, sin embargo, dicho con todo respeto, es lo que hay y para lo que alcanza. De ahí la importancia de que el cambio venga desde arriba, con la toma de decisiones inmediatas.

Lo normal es que el técnico salga y si no ha sido así, es porque confían en su trabajo, pero si no le dan las herramientas necesarias, lo más seguro es que terminará por decepcionar, no sólo a ellos, si no a los propios jugadores, que en cada partido hacen el máximo esfuerzo; así como a los aficionados y a todos los que queremos al club.

Hay que recuperar el rumbo, ahora que hay posibilidades, al menos matemáticas, a ocho puntos de la zona que de acceso directo a la Liguilla, aunque Pumas apunta más a pasar de panzazo, en el repechaje. A partir de este día habrá 12 días libres debido a los partidos de selecciones nacionales en la Fecha FIFA de octubre.

Sin duda, una oportunidad única para reflexionar, porque hay mucho que decidir de cara al futuro.

Este tiempo se debe aprovechar al máximo, sobre todo con los jugadores, a quienes hay que apoyar para que recuperen la motivación y la confianza. Salvo Alfredo Talavera, los Pumas no tienen jugadores convocados a la Selección Mexicana ni a ninguna otra, algo que también se extraña y que refleja no sólo el mal momento del equipo, sino la mala elección en los refuerzos extranjeros.

Siempre he defendido el lugar del futbolista mexicano en su propio país. Y siempre he dicho que si debe llegar un jugador extranjero, debe ser de selección nacional para que realmente pueda aportar crecimiento. Algo que incluso debería estar reglamentado, como en la Premier League de Inglaterra.

Ojalá que haya soluciones inmediatas para un equipo que ha sido, es y seguirá siendo uno de los grandes del futbol mexicano. De cara a los duelos contra FC Juárez, León, Tijuana, Pachuca y Cruz Azul, sólo queda sentarse a esperar y confiar en que los Pumas recuperarán la garra.

¡Que te lo digo yo!