/ sábado 15 de junio de 2019

Alerta, si con 8 ganaron su revolución, con doce podrían repetir. Yo solo sé que el que teme padecer, padece ya lo que teme

Arrancó ayer el prestigioso torneo Copa América, la competencia internacional de futbol más antigua de la historia y Brasil y Bolivia fueron los contendientes que tuvieron el honor de inaugurar tan importante celebración. Esta Copa, como todas, observa diferentes niveles de calidad, que van desde la clase alta, hasta la media, que no mediocre, ya que perteneciendo una de las confederaciones más prestigiosas (Conmebol), en sus campeonatos no se promueve la mediocridad, existiendo en ella solo equipos superiores y equipos buenos.

Así como el futbol no es democrático, los dominantes Brasil, con cinco Copas del Mundo ganadas, Uruguay con dos y Argentina también con dos, son los equipos a vencer, dándose en ocasiones enfrentamientos dispares como lo es el que hoy nos ocupa, en donde Brasil alineó con Alisson, portero del Liverpool, actual campeón de la Champions League; Dani Alves, Thiago Silva, Marquinhos, los tres del PSG de Francia, y Felipe Luis del Chelsea inglés; Casemiro del Real Madrid; Fernandinho del Manchester City; Richarlison del Everton; Coutinho del Barcelona y David Neres del Ajax holandés. Adelante se encuentra Gabriel Firmino del Liverpool, mientras que de Bolivia solo puedo nombrar a Alejandro Chumacero que jugó la recién terminada Clausura 2019 de la Liga MX vistiendo la camisa del Puebla. Adenor Bacchi “Tite” es el director técnico de Brasil y ya dirigió en un Mundial, Rusia 2018. Eduardo Villegas recién se hizo cargo de la selección boliviana y es su primera experiencia.

Claro que hay diferencia, pero como ya lo dije, en el futbol la democracia no funciona y, en él dominan siempre los más fuertes, los mejores, digo, excepto en México, en donde tanto los hinchas como los federativos piensan que todos los equipos tienen derecho a ser campeones. Así, utilizan una competencia que promueve la mediocridad tan solo para que una vez que nuestros campeones regresen del Mundial de Clubes no podamos explicarnos cómo fue que se coronaron y que al siguiente torneo estén peleando por el descenso. Bueno, pues todo sea en aras de la democracia... México, creo en ti.

Y vaya que extrañamos el rigor del futbol de Sudamérica, en donde nuestra selección asombró al conocedor público de aquella región rica en buen futbol, llegando incluso en 1993 a disputar la final contra Argentina, practicando un juego pleno de belleza y alegría, que como todo lo bueno, fuimos incapaces de conservarlo permitiendo que se perdiera, quedando vigente solo en el recuerdo de quienes tuvimos oportunidad de disfrutarlo. Pueden ustedes imaginar cómo pudimos encarar a uno de los gigantes del mundo, Argentina, que plagada de superestrellas necesitó hasta el último segundo del juego para poder derrotarnos. No, claro que no pueden, caso contrario no estarían temblando de miedo debido a la ausencia de fulano y mengano. Cuba puede derrotarnos en la Copa de Oro.

Cuba, que a causa de mil razones se presenta a competir, con solo 12 jugadores, de una lista de 26 que registró, una nación a la que a Estados Unidos no le faltarán motivos para impedirles el paso a su territorio, ya que legales o no, los cubanos son y serán vistos siempre como las turbas de migrantes que diariamente intentan cruzar el Bravo. Para colmo, su misma Liga, extrañamente, contraria a nuestra costumbre, prohíbe la participación en su selección a todo aquel cubano que juegue en el extranjero, así que muchos de los experimentados isleños que participan en la MSL no pueden vestir la camiseta de su país... ¿A esos doce heroicos cubanos son a los que tanto tememos? Y, por los que estámos maldiciendo a los indispensables mexicanos que no quisieron venir, más los lesionados por los que organizamos misas pidiendole a Dios que los cure, porque sin ellos vamos aperder. ¿Será posible? Ni siquiera en Londres, en donde nadie daba un cacahuate por nosotros, le temblaron las canillas a los nuestros y, eso que el de enfrente era Brasil, el más grande de todos.

Con un uniforme de camisa blanca y calzón azul, Brasil enfrentó a Bolivia, derrotándola 3 goles a 0, marcador corto que bien pudo ser de 6 ó de 7 de no haberse defendido tan bien Bolivia, siendo eso el mérito que podemos aplaudirles. No es que Brasil haya estado errático, insistieron como siempre lo hacen y, en lugar de decir que fallaron sus muchos intentos, diré que Bolivia impidió que se realizaran. Un solo tiro a gol fue lo que recibió Alisson, quien tuvo una noche tranquila. Fue hasta el minuto 49 cuando con un penal, Brasil pudo por fin abrir el marcador, siendo Coutinho el autor del tanto, repitiendo al minuto 52 cuando Firmino le regaló un bombon imposible de errar. Ya para terminar, al 84, Everton, que tenía cinco minutos en el juego, anotó el mejor gol de la noche con un bombazo al ángulo desde el límite del área grande. No puede decirse que Bolivia jugó mal, simplemente la ya conocida superioridad de Brasil se impuso.

Hasta pronto amigo.

Arrancó ayer el prestigioso torneo Copa América, la competencia internacional de futbol más antigua de la historia y Brasil y Bolivia fueron los contendientes que tuvieron el honor de inaugurar tan importante celebración. Esta Copa, como todas, observa diferentes niveles de calidad, que van desde la clase alta, hasta la media, que no mediocre, ya que perteneciendo una de las confederaciones más prestigiosas (Conmebol), en sus campeonatos no se promueve la mediocridad, existiendo en ella solo equipos superiores y equipos buenos.

Así como el futbol no es democrático, los dominantes Brasil, con cinco Copas del Mundo ganadas, Uruguay con dos y Argentina también con dos, son los equipos a vencer, dándose en ocasiones enfrentamientos dispares como lo es el que hoy nos ocupa, en donde Brasil alineó con Alisson, portero del Liverpool, actual campeón de la Champions League; Dani Alves, Thiago Silva, Marquinhos, los tres del PSG de Francia, y Felipe Luis del Chelsea inglés; Casemiro del Real Madrid; Fernandinho del Manchester City; Richarlison del Everton; Coutinho del Barcelona y David Neres del Ajax holandés. Adelante se encuentra Gabriel Firmino del Liverpool, mientras que de Bolivia solo puedo nombrar a Alejandro Chumacero que jugó la recién terminada Clausura 2019 de la Liga MX vistiendo la camisa del Puebla. Adenor Bacchi “Tite” es el director técnico de Brasil y ya dirigió en un Mundial, Rusia 2018. Eduardo Villegas recién se hizo cargo de la selección boliviana y es su primera experiencia.

Claro que hay diferencia, pero como ya lo dije, en el futbol la democracia no funciona y, en él dominan siempre los más fuertes, los mejores, digo, excepto en México, en donde tanto los hinchas como los federativos piensan que todos los equipos tienen derecho a ser campeones. Así, utilizan una competencia que promueve la mediocridad tan solo para que una vez que nuestros campeones regresen del Mundial de Clubes no podamos explicarnos cómo fue que se coronaron y que al siguiente torneo estén peleando por el descenso. Bueno, pues todo sea en aras de la democracia... México, creo en ti.

Y vaya que extrañamos el rigor del futbol de Sudamérica, en donde nuestra selección asombró al conocedor público de aquella región rica en buen futbol, llegando incluso en 1993 a disputar la final contra Argentina, practicando un juego pleno de belleza y alegría, que como todo lo bueno, fuimos incapaces de conservarlo permitiendo que se perdiera, quedando vigente solo en el recuerdo de quienes tuvimos oportunidad de disfrutarlo. Pueden ustedes imaginar cómo pudimos encarar a uno de los gigantes del mundo, Argentina, que plagada de superestrellas necesitó hasta el último segundo del juego para poder derrotarnos. No, claro que no pueden, caso contrario no estarían temblando de miedo debido a la ausencia de fulano y mengano. Cuba puede derrotarnos en la Copa de Oro.

Cuba, que a causa de mil razones se presenta a competir, con solo 12 jugadores, de una lista de 26 que registró, una nación a la que a Estados Unidos no le faltarán motivos para impedirles el paso a su territorio, ya que legales o no, los cubanos son y serán vistos siempre como las turbas de migrantes que diariamente intentan cruzar el Bravo. Para colmo, su misma Liga, extrañamente, contraria a nuestra costumbre, prohíbe la participación en su selección a todo aquel cubano que juegue en el extranjero, así que muchos de los experimentados isleños que participan en la MSL no pueden vestir la camiseta de su país... ¿A esos doce heroicos cubanos son a los que tanto tememos? Y, por los que estámos maldiciendo a los indispensables mexicanos que no quisieron venir, más los lesionados por los que organizamos misas pidiendole a Dios que los cure, porque sin ellos vamos aperder. ¿Será posible? Ni siquiera en Londres, en donde nadie daba un cacahuate por nosotros, le temblaron las canillas a los nuestros y, eso que el de enfrente era Brasil, el más grande de todos.

Con un uniforme de camisa blanca y calzón azul, Brasil enfrentó a Bolivia, derrotándola 3 goles a 0, marcador corto que bien pudo ser de 6 ó de 7 de no haberse defendido tan bien Bolivia, siendo eso el mérito que podemos aplaudirles. No es que Brasil haya estado errático, insistieron como siempre lo hacen y, en lugar de decir que fallaron sus muchos intentos, diré que Bolivia impidió que se realizaran. Un solo tiro a gol fue lo que recibió Alisson, quien tuvo una noche tranquila. Fue hasta el minuto 49 cuando con un penal, Brasil pudo por fin abrir el marcador, siendo Coutinho el autor del tanto, repitiendo al minuto 52 cuando Firmino le regaló un bombon imposible de errar. Ya para terminar, al 84, Everton, que tenía cinco minutos en el juego, anotó el mejor gol de la noche con un bombazo al ángulo desde el límite del área grande. No puede decirse que Bolivia jugó mal, simplemente la ya conocida superioridad de Brasil se impuso.

Hasta pronto amigo.