/ domingo 3 de mayo de 2020

Añoranzas | Perdón a nuestros niños mexicanos

Ya es hora de pedirle perdón a la olvidada niñez mexicana.

A los niños indígenas desamparados, a los niños de la calle tratados como ratas de alcantarilla y no conocen el amor ni la esperanza; a los más de 20 mil niños huérfanos de la guerra contra el narcotráfico quienes son presa fácil para enrolarse en una banda de la delincuencia organizada; a los niños emigrantes que son masacrados y amontonados en fosas clandestinas; a los niños que esperan ser adoptados por familias que desean vehementemente hacerlos sus hijos y darles oportunidad para una buena vida y se topan con una burocracia absurda e infame negándoles su felicidad; a los niños violados por pederastas degenerados y cínicos, a los niños víctimas de la prostitución infantil que daña para siempre sus mentes dejándolos sin dignidad y marca sus vidas sin retorno. A los niños drogadictos que evaden su triste realidad adormeciendo su desconsuelo.

A los niños golpeados por sus padres que se encuentran inmersos en la ira y la miseria. A los niños sicarios que matan sin saber que la vida es valiosa y no conocen la culpa porque no tienen conciencia. A los niños que tienen a sus familiares en la cárcel a pesar de ser inocentes; a los 49 niños que fallecieron en el incendio de la Guardería ABC en Hermosillo, Sonora, hace diez años y aún no se castiga a los intocables responsables. A los niños rurales que deben caminar kilómetros para llegar a su destartalada escuelita con los estómagos vacíos, a los niños veracruzanos víctimas del cáncer que les dieron fármacos falsos quitándoles la posibilidad de cura.

Mientras los niños mexicanos vivan sumidos en el olvido y la ignorancia, los adultos no tendremos derecho a vivir en paz, porque no hay cosa más triste que ver los ojos de nuestros niños mexicanos tristes y sin esperanza. Los niños son seres delicados y vulnerables ante cualquier despropósito de los adultos que, sin duda, los marcará para toda su vida. Son el tesoro más grande de una nación, esperanza del mundo y como tal deberían ser protegidos y tratados por el bien de la humanidad.

TODO ES RONDA

Los astros son ronda de niños / jugando a la Tierra espiar... / Los trigos son talles de niñas / jugando a ondular…, a ondular… Los ríos son rondas de niños / jugando a encontrarse en el mar… / Las olas son rondas de niñas / jugando a la Tierra abrazar.

GABRIELA MISTRAL…

Mientras los niños mexicanos vivan sumidos en el olvido y la ignorancia, los adultos no tendremos derecho a vivir en paz

Ya es hora de pedirle perdón a la olvidada niñez mexicana.

A los niños indígenas desamparados, a los niños de la calle tratados como ratas de alcantarilla y no conocen el amor ni la esperanza; a los más de 20 mil niños huérfanos de la guerra contra el narcotráfico quienes son presa fácil para enrolarse en una banda de la delincuencia organizada; a los niños emigrantes que son masacrados y amontonados en fosas clandestinas; a los niños que esperan ser adoptados por familias que desean vehementemente hacerlos sus hijos y darles oportunidad para una buena vida y se topan con una burocracia absurda e infame negándoles su felicidad; a los niños violados por pederastas degenerados y cínicos, a los niños víctimas de la prostitución infantil que daña para siempre sus mentes dejándolos sin dignidad y marca sus vidas sin retorno. A los niños drogadictos que evaden su triste realidad adormeciendo su desconsuelo.

A los niños golpeados por sus padres que se encuentran inmersos en la ira y la miseria. A los niños sicarios que matan sin saber que la vida es valiosa y no conocen la culpa porque no tienen conciencia. A los niños que tienen a sus familiares en la cárcel a pesar de ser inocentes; a los 49 niños que fallecieron en el incendio de la Guardería ABC en Hermosillo, Sonora, hace diez años y aún no se castiga a los intocables responsables. A los niños rurales que deben caminar kilómetros para llegar a su destartalada escuelita con los estómagos vacíos, a los niños veracruzanos víctimas del cáncer que les dieron fármacos falsos quitándoles la posibilidad de cura.

Mientras los niños mexicanos vivan sumidos en el olvido y la ignorancia, los adultos no tendremos derecho a vivir en paz, porque no hay cosa más triste que ver los ojos de nuestros niños mexicanos tristes y sin esperanza. Los niños son seres delicados y vulnerables ante cualquier despropósito de los adultos que, sin duda, los marcará para toda su vida. Son el tesoro más grande de una nación, esperanza del mundo y como tal deberían ser protegidos y tratados por el bien de la humanidad.

TODO ES RONDA

Los astros son ronda de niños / jugando a la Tierra espiar... / Los trigos son talles de niñas / jugando a ondular…, a ondular… Los ríos son rondas de niños / jugando a encontrarse en el mar… / Las olas son rondas de niñas / jugando a la Tierra abrazar.

GABRIELA MISTRAL…

Mientras los niños mexicanos vivan sumidos en el olvido y la ignorancia, los adultos no tendremos derecho a vivir en paz