/ domingo 8 de julio de 2018

Antes y después

Todo México, incluyendo a los que no creían en él, esperan del hombre de Macuspana una fuerte sacudida al sistema que nos gobierna, dando paso a la anunciada transformación de la vida pública nacional, que termine de una vez por todas con los privilegios de la clase gobernante y encauce al país por la ruta del progreso.

México es rico y poderoso, tiene lo necesario para surgir al mundo como potencia real, autosuficiente y creativo, con historia y con futuro, pero por desgracia se desgarró por dentro a resultas de una nefasta descomposición política, prohijada por los intereses de la oligarquía.

Y es por ahí donde Andrés Manuel López Obrador comenzará la recomposición política; iniciará una gran batalla contra la corrupción oficial y echará abajo las malas prácticas judiciales que cobijan la impunidad, principal cáncer que estaba minando la paz interna y la soberanía nacional y que amenazaba con provocar una sacudida social de incalculables consecuencias.

De ser así, de impedir y terminar con el saqueo criminal de la riqueza mexicana, nuestro país seguro volverá a retomar el camino de grandeza que en otro tiempo lo distinguió, impulsado por los insignes patriotas que lucharon por su soberanía y por su mejor destino.

El arribo de Andrés Manuel López Obrador, con su triunfo en las elecciones, logró a manera de aperitivo político, minimizar hasta casi eliminar al principal instituto político de donde surgieron los más descarados saqueadores de México, mandándolo al vergonzoso tercer lugar del mapa electoral.

Si tan solo AMLO lograra terminar con la corrupción, la impunidad y la pobreza, ya estaría cumpliéndole a los mexicanos en sus esperanzas de mejorar, pero como se ven las cosas, el dirigente de Morena va mucho más allá de eso, va por la transformación total de la vida nacional.

La gente lo sabe, tan es así que los grupos sociales, políticos, empresariales, sindicales y de toda índole, ya han manifestado su disposición para unirse al movimiento que pretende moralizar a México en su sistema político, cada quien desde su propia trinchera.

Si las cosas siguen como van, el cambio será brutal, es decir, será contundente y trascendente, dejará una profunda huella en la historia de México, de tal manera que en el futuro se podrá hablar de un antes y un después de Andrés Manuel López Obrador.

La era de la corrupción terminará y quedará solo como estigma de la historia, dando paso a una nueva época donde la moral sea el signo de los tiempos.

Por el bien de todos, pidamos a Dios porque así sea.

P.D.- Un pueblo sin moral, será un pueblo sin remedio.

A partir del pasado 1 de Julio, la luz de la esperanza ha vuelto a iluminar nuestro territorio nacional bañando con su esplendor los corazones de millones de mexicanos, que hoy más que nunca creen en su mejor destino, a partir de la llegada del nuevo líder político a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador.

Email: armando_juarezbecerra@hotmail.com

Todo México, incluyendo a los que no creían en él, esperan del hombre de Macuspana una fuerte sacudida al sistema que nos gobierna, dando paso a la anunciada transformación de la vida pública nacional, que termine de una vez por todas con los privilegios de la clase gobernante y encauce al país por la ruta del progreso.

México es rico y poderoso, tiene lo necesario para surgir al mundo como potencia real, autosuficiente y creativo, con historia y con futuro, pero por desgracia se desgarró por dentro a resultas de una nefasta descomposición política, prohijada por los intereses de la oligarquía.

Y es por ahí donde Andrés Manuel López Obrador comenzará la recomposición política; iniciará una gran batalla contra la corrupción oficial y echará abajo las malas prácticas judiciales que cobijan la impunidad, principal cáncer que estaba minando la paz interna y la soberanía nacional y que amenazaba con provocar una sacudida social de incalculables consecuencias.

De ser así, de impedir y terminar con el saqueo criminal de la riqueza mexicana, nuestro país seguro volverá a retomar el camino de grandeza que en otro tiempo lo distinguió, impulsado por los insignes patriotas que lucharon por su soberanía y por su mejor destino.

El arribo de Andrés Manuel López Obrador, con su triunfo en las elecciones, logró a manera de aperitivo político, minimizar hasta casi eliminar al principal instituto político de donde surgieron los más descarados saqueadores de México, mandándolo al vergonzoso tercer lugar del mapa electoral.

Si tan solo AMLO lograra terminar con la corrupción, la impunidad y la pobreza, ya estaría cumpliéndole a los mexicanos en sus esperanzas de mejorar, pero como se ven las cosas, el dirigente de Morena va mucho más allá de eso, va por la transformación total de la vida nacional.

La gente lo sabe, tan es así que los grupos sociales, políticos, empresariales, sindicales y de toda índole, ya han manifestado su disposición para unirse al movimiento que pretende moralizar a México en su sistema político, cada quien desde su propia trinchera.

Si las cosas siguen como van, el cambio será brutal, es decir, será contundente y trascendente, dejará una profunda huella en la historia de México, de tal manera que en el futuro se podrá hablar de un antes y un después de Andrés Manuel López Obrador.

La era de la corrupción terminará y quedará solo como estigma de la historia, dando paso a una nueva época donde la moral sea el signo de los tiempos.

Por el bien de todos, pidamos a Dios porque así sea.

P.D.- Un pueblo sin moral, será un pueblo sin remedio.

A partir del pasado 1 de Julio, la luz de la esperanza ha vuelto a iluminar nuestro territorio nacional bañando con su esplendor los corazones de millones de mexicanos, que hoy más que nunca creen en su mejor destino, a partir de la llegada del nuevo líder político a la Presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador.

Email: armando_juarezbecerra@hotmail.com