/ viernes 12 de octubre de 2018

Arte de conciliar

La moción defendida por el ocupante de la Casa Blanca y avalada por el Congreso de Washington, en los hechos, representa un duro golpe para la imagen del poder judicial y la esencia de la división de poderes en un sistema democrático.

El papel protagónico de Trump como defensor de Kavanaugh, torna menos creíble que en la Corte las decisiones se efectúan de manera imparcial y sin ventajas obvias o encubiertas para nadie.

Como se sabe, en los tribunales federales, particularmente la Suprema Corte, es donde se hacen e interpretan las leyes, por lo que son considerados guardianes de los valores democráticos y la sociedad en su conjunto.

El Tribunal Supremo puede algunas veces impulsar las politicas nacionales y la opinión publica en áreas sustantivas, y la percepción de que se actúa por consigna o favoritismo lo debilita su papel definitorio para resolver conflictos, principalmente algunos de naturaleza política (incluido las elecciones presidenciales).

Acerca de la división de poderes, aludo una anécdota del expresidente de Estados Unidos, Gerald Ford, en su libro autobiográfico “Tiempo de Conciliar”.

A fines de la guerra los confederados –inicia Ford--, organizaron una carga de caballería contra Washington. Fue una maniobra hija de la desesperación, más que un verdadero ataque.

El presidente Lincoln salió a caballo de la Casa Blanca para contemplar la escaramuza que se efectuó cerca de lo que hoy es el hospital Walter Reed del ejército.

Mientras el presidente, de 1.92 de estatura contemplaba la escena, un joven teniente de la Unión le gritó: ¡Desmonte estúpido! (Al dia siguiente Lincoln escribió dándole las gracias al oficial, el futuro presidente del Tribunal Supremo, Oliver Wendel Homes”.

La moción defendida por el ocupante de la Casa Blanca y avalada por el Congreso de Washington, en los hechos, representa un duro golpe para la imagen del poder judicial y la esencia de la división de poderes en un sistema democrático.

El papel protagónico de Trump como defensor de Kavanaugh, torna menos creíble que en la Corte las decisiones se efectúan de manera imparcial y sin ventajas obvias o encubiertas para nadie.

Como se sabe, en los tribunales federales, particularmente la Suprema Corte, es donde se hacen e interpretan las leyes, por lo que son considerados guardianes de los valores democráticos y la sociedad en su conjunto.

El Tribunal Supremo puede algunas veces impulsar las politicas nacionales y la opinión publica en áreas sustantivas, y la percepción de que se actúa por consigna o favoritismo lo debilita su papel definitorio para resolver conflictos, principalmente algunos de naturaleza política (incluido las elecciones presidenciales).

Acerca de la división de poderes, aludo una anécdota del expresidente de Estados Unidos, Gerald Ford, en su libro autobiográfico “Tiempo de Conciliar”.

A fines de la guerra los confederados –inicia Ford--, organizaron una carga de caballería contra Washington. Fue una maniobra hija de la desesperación, más que un verdadero ataque.

El presidente Lincoln salió a caballo de la Casa Blanca para contemplar la escaramuza que se efectuó cerca de lo que hoy es el hospital Walter Reed del ejército.

Mientras el presidente, de 1.92 de estatura contemplaba la escena, un joven teniente de la Unión le gritó: ¡Desmonte estúpido! (Al dia siguiente Lincoln escribió dándole las gracias al oficial, el futuro presidente del Tribunal Supremo, Oliver Wendel Homes”.