/ sábado 13 de marzo de 2021

Así vivieron | El fanatismo a los políticos

Hace un par de sexenios un veterano periodista me explicaba que Eugenio Hernández Flores era un muy buen gobernador; le faltaba un año para terminar su mandato y el comunicador me dijo con tal desparpajo, “Mira, Geño es sin duda el mejor gobernador que ha tenido Tamaulipas, yo he visto pasar a más de siete gobernadores y el actual es sin duda el mejor, me atrevo a decir que es mucho gobernador para tan poco Estado”.

A mediados del 2011 ya con Egidio Torre, me encuentro en la plaza del 15 en Ciudad Victoria al mismo reportero y le pregunté si aún consideraba que Hernández Flores había sido el mejor mandatario y este me contestó, “bueno Eugenio era tan buen gobernador para tan poco Estado, pero solo en su sexenio, hoy ya está otro en Palacio de gobierno tan bueno como el anterior” riéndose siguió su camino.

Casos como el anterior es común, el efecto de simpatizar con el gobernante en turno sin importar colores partidarios o por ser generacional; el ciudadano a veces no alcanza a distinguir la capacidad de quien como funcionario tiene la obligación de dar resultados, entendiendo que ellos son pagados con recursos públicos, se llega en sí al fanatismo perdiendo la proporción que quien gobierna es en sí un servidor público.

Las campañas políticas son sin duda un buen ejercicio político para que el elector más allá de decidir el voto en torno a una despensa o porque el vecino lo lleve a votar en sí es la oportunidad para saber que tan bien preparado está el aspirante a ser presidente municipal, diputado ya sea federal o local. Si bien el carisma cuenta en la persona que pide el voto, pero también la preparación, conocimiento y en algunos casos la experiencia.

Los ejemplos son claros, en Ciudad Victoria cuando fue candidato el doctor Xicoténcatl González Uresti por el PAN a la presidencia municipal, el personaje en cuestión se limitó a disfrazarse de charro y a caballo visitaba colonias populares entre calles empedradas y prometió pavimentarlas, emulando a los actores de las películas de Jorge Negrete, Xico advirtió que haría un cambio total.

Por si fuera poco más tarde amarraba su caballo, se quitaba su traje campirano y cual bailarín de ballet se enfundaba en mayones, tenis y playeras pegadas y encabezaba las clases de zumba en los parques públicos, como todo un profesional del baile el candidato dedicaba su tiempo a ganarse a sus posibles electores con promesas y haciéndose el chistoso, le ganó la elección al priista Óscar Almaraz, quien hizo un buen papel como alcalde, pero su miedo a ganarle al candidato del PAN, se dejó vencer por Xico, al final el triste papel como presidente municipal de la capital del estado, solo le duró casi dos años y fue echado del ayuntamiento.

Historias como el del charro bailador, hay muchos casos, quienes como candidatos caen bien al electorado, pero al momento que tienen que gobernar es cuando su capacidad no da para más.

Carlos Fernández Altamirano asegura también una plurinominal.

El exdirector de Instituto del Deporte en Tamaulipas, Carlos Fernández Altamirano, además de buscar ser diputado local por el distrito 20 que comprende Ciudad Madero, fue designado como candidato por la representación proporcional en la tercera posición. Fernández, quien los mismos panistas maderenses lo consideraron a mediados del año pasado como un firme aspirante a la alcaldía, aceptó la candidatura por el distrito 20 por mayoría y el Comité de su partido lo ubica entre los plurinominales que tendrán un lugar asegurado en la próxima legislatura.

jvela@elsoldetampico.com.mx

fb: Jorge Vela Villarreal

@jorgevelavi

Hace un par de sexenios un veterano periodista me explicaba que Eugenio Hernández Flores era un muy buen gobernador; le faltaba un año para terminar su mandato y el comunicador me dijo con tal desparpajo, “Mira, Geño es sin duda el mejor gobernador que ha tenido Tamaulipas, yo he visto pasar a más de siete gobernadores y el actual es sin duda el mejor, me atrevo a decir que es mucho gobernador para tan poco Estado”.

A mediados del 2011 ya con Egidio Torre, me encuentro en la plaza del 15 en Ciudad Victoria al mismo reportero y le pregunté si aún consideraba que Hernández Flores había sido el mejor mandatario y este me contestó, “bueno Eugenio era tan buen gobernador para tan poco Estado, pero solo en su sexenio, hoy ya está otro en Palacio de gobierno tan bueno como el anterior” riéndose siguió su camino.

Casos como el anterior es común, el efecto de simpatizar con el gobernante en turno sin importar colores partidarios o por ser generacional; el ciudadano a veces no alcanza a distinguir la capacidad de quien como funcionario tiene la obligación de dar resultados, entendiendo que ellos son pagados con recursos públicos, se llega en sí al fanatismo perdiendo la proporción que quien gobierna es en sí un servidor público.

Las campañas políticas son sin duda un buen ejercicio político para que el elector más allá de decidir el voto en torno a una despensa o porque el vecino lo lleve a votar en sí es la oportunidad para saber que tan bien preparado está el aspirante a ser presidente municipal, diputado ya sea federal o local. Si bien el carisma cuenta en la persona que pide el voto, pero también la preparación, conocimiento y en algunos casos la experiencia.

Los ejemplos son claros, en Ciudad Victoria cuando fue candidato el doctor Xicoténcatl González Uresti por el PAN a la presidencia municipal, el personaje en cuestión se limitó a disfrazarse de charro y a caballo visitaba colonias populares entre calles empedradas y prometió pavimentarlas, emulando a los actores de las películas de Jorge Negrete, Xico advirtió que haría un cambio total.

Por si fuera poco más tarde amarraba su caballo, se quitaba su traje campirano y cual bailarín de ballet se enfundaba en mayones, tenis y playeras pegadas y encabezaba las clases de zumba en los parques públicos, como todo un profesional del baile el candidato dedicaba su tiempo a ganarse a sus posibles electores con promesas y haciéndose el chistoso, le ganó la elección al priista Óscar Almaraz, quien hizo un buen papel como alcalde, pero su miedo a ganarle al candidato del PAN, se dejó vencer por Xico, al final el triste papel como presidente municipal de la capital del estado, solo le duró casi dos años y fue echado del ayuntamiento.

Historias como el del charro bailador, hay muchos casos, quienes como candidatos caen bien al electorado, pero al momento que tienen que gobernar es cuando su capacidad no da para más.

Carlos Fernández Altamirano asegura también una plurinominal.

El exdirector de Instituto del Deporte en Tamaulipas, Carlos Fernández Altamirano, además de buscar ser diputado local por el distrito 20 que comprende Ciudad Madero, fue designado como candidato por la representación proporcional en la tercera posición. Fernández, quien los mismos panistas maderenses lo consideraron a mediados del año pasado como un firme aspirante a la alcaldía, aceptó la candidatura por el distrito 20 por mayoría y el Comité de su partido lo ubica entre los plurinominales que tendrán un lugar asegurado en la próxima legislatura.

jvela@elsoldetampico.com.mx

fb: Jorge Vela Villarreal

@jorgevelavi