/ sábado 7 de marzo de 2020

Así vivieron | ¿Qué le pasó al PRI?

En aquel octubre del año 2006, fui a renovar mi visa al Consulado de los Estados Unidos en Matamoros; al momento que me correspondió pasar a la ventanilla para mi entrevista y revisión de documentos, el oficial muy serio, sin verme a la cara me pide mis papeles, los revisa de manera rápida, mi pasaporte, el estado de cuenta bancario, los recibos de pago de nómina, el comprobante de domicilio y al ver la carta que me expidió la oficina donde trabajaba, se detiene y la lee minuciosamente, me mira e inmediatamente me dice, “¿Qué le pasó al PRI…

Pues no perdieron todo en la elección con el Peje López Obrador del PRD?” seguido de una risa burlona; el agente del consulado me confió que sus padres eran mexicanos y sabía que el Partido Revolucionario Institucional había sido derrotado en la elección presidencial de ese año, en ese momento la entrevista para obtener mi visa había terminado y por unos minutos mi entrevistador norteamericano se puso a platicar de política y elecciones conmigo, al final me selló y autorizó mi refrendo con un “que te vaya bien paisano y ya cámbiate de partido porque para la próxima no te voy a autorizar tu visa”, seguido de una sonora carcajada.

Eso sucedió hace más de 13 años, aunque el ganador de aquella elección fue Felipe Calderón, AMLO ya era referente; en ese entonces yo laboraba en el PRI en el estado; después de esa derrota pasaron 6 elecciones, la mayoría con triunfos para el tricolor hasta llegar al 2016 y la suerte le volteó la cara al que era invencible.

Al día de hoy echarle la culpa al PRI que dejó de ser ganador o que es un partido corrupto, es en sí absurdo, dejó de ser simplemente el partido en el poder, porque sus dirigentes se olvidaron de sus militantes y los ciudadanos quedaron decepcionados de quienes les depositaron la confianza con su voto para llegar a gobernar y les fallaron.

Hoy a 91 años de su fundación el PRI ya no representa a las mayorías en Tamaulipas, gobierna a unos cuantos municipios de poca población y fue casi borrado en las Cámaras legislativas.

Pero ¿Qué le pasó al PRI? Su dirigencia, ellos son los responsables de operar, administrar el dinero público que reciben, consensar con su militancia las acciones a seguir y organizarse para competir y ganar elecciones; cuando los dirigentes dejan de escuchar a sus mismos compañeros entonces se da el rompimiento, en los últimos 4 años miles de priistas han abandonado a ese partido, todos los que deciden irse tienen un motivo, algunos se sienten traicionados, otros decepcionados, algunos más porque vieron mejores opciones en otros partidos, pero el común denominador es la inconformidad que tienen con sus dirigentes.

Actualmente el Comité del PRI en la entidad lo encabeza Edgardo Melhem Salinas, un político fronterizo quien tomó el control de ese instituto político a mediados de diciembre del año pasado tras haber sido designado sin ninguna elección democrática interna de por medio.

El actual presidente estatal evade a reagrupar a la militancia molesta, ofendida y olvidada; si en la elección del 2019 el PRI no llegó a los 90 mil votos, para el 2021, podría obtener no más de 50 mil sufragios en todo el estado, tomando en cuenta que habrán elecciones concurrentes para renovar los ayuntamientos, diputados locales y federales.

Por eso en Tamaulipas el PRI sigue perdiendo espacios, casi sin militantes, sin saber ser oposición, con más multas y demandas por atender que solicitudes de ingresos de nuevos miembros por registrar y una dirigencia sorda, ensoberbecida, sin liderazgo; los pocos priistas que quedan siguen buscando culpables y se consuelan viviendo solo de las glorias pasadas, no hay un presente estable y aun así alardean que regresarán al poder.

Contactos:

  • @jorgevelavi
  • Jorge Vela Villarreal
  • jorgeluisvelavilla@gmail.com
  • En aquel octubre del año 2006, fui a renovar mi visa al Consulado de los Estados Unidos en Matamoros; al momento que me correspondió pasar a la ventanilla para mi entrevista y revisión de documentos, el oficial muy serio, sin verme a la cara me pide mis papeles, los revisa de manera rápida, mi pasaporte, el estado de cuenta bancario, los recibos de pago de nómina, el comprobante de domicilio y al ver la carta que me expidió la oficina donde trabajaba, se detiene y la lee minuciosamente, me mira e inmediatamente me dice, “¿Qué le pasó al PRI…

    Pues no perdieron todo en la elección con el Peje López Obrador del PRD?” seguido de una risa burlona; el agente del consulado me confió que sus padres eran mexicanos y sabía que el Partido Revolucionario Institucional había sido derrotado en la elección presidencial de ese año, en ese momento la entrevista para obtener mi visa había terminado y por unos minutos mi entrevistador norteamericano se puso a platicar de política y elecciones conmigo, al final me selló y autorizó mi refrendo con un “que te vaya bien paisano y ya cámbiate de partido porque para la próxima no te voy a autorizar tu visa”, seguido de una sonora carcajada.

    Eso sucedió hace más de 13 años, aunque el ganador de aquella elección fue Felipe Calderón, AMLO ya era referente; en ese entonces yo laboraba en el PRI en el estado; después de esa derrota pasaron 6 elecciones, la mayoría con triunfos para el tricolor hasta llegar al 2016 y la suerte le volteó la cara al que era invencible.

    Al día de hoy echarle la culpa al PRI que dejó de ser ganador o que es un partido corrupto, es en sí absurdo, dejó de ser simplemente el partido en el poder, porque sus dirigentes se olvidaron de sus militantes y los ciudadanos quedaron decepcionados de quienes les depositaron la confianza con su voto para llegar a gobernar y les fallaron.

    Hoy a 91 años de su fundación el PRI ya no representa a las mayorías en Tamaulipas, gobierna a unos cuantos municipios de poca población y fue casi borrado en las Cámaras legislativas.

    Pero ¿Qué le pasó al PRI? Su dirigencia, ellos son los responsables de operar, administrar el dinero público que reciben, consensar con su militancia las acciones a seguir y organizarse para competir y ganar elecciones; cuando los dirigentes dejan de escuchar a sus mismos compañeros entonces se da el rompimiento, en los últimos 4 años miles de priistas han abandonado a ese partido, todos los que deciden irse tienen un motivo, algunos se sienten traicionados, otros decepcionados, algunos más porque vieron mejores opciones en otros partidos, pero el común denominador es la inconformidad que tienen con sus dirigentes.

    Actualmente el Comité del PRI en la entidad lo encabeza Edgardo Melhem Salinas, un político fronterizo quien tomó el control de ese instituto político a mediados de diciembre del año pasado tras haber sido designado sin ninguna elección democrática interna de por medio.

    El actual presidente estatal evade a reagrupar a la militancia molesta, ofendida y olvidada; si en la elección del 2019 el PRI no llegó a los 90 mil votos, para el 2021, podría obtener no más de 50 mil sufragios en todo el estado, tomando en cuenta que habrán elecciones concurrentes para renovar los ayuntamientos, diputados locales y federales.

    Por eso en Tamaulipas el PRI sigue perdiendo espacios, casi sin militantes, sin saber ser oposición, con más multas y demandas por atender que solicitudes de ingresos de nuevos miembros por registrar y una dirigencia sorda, ensoberbecida, sin liderazgo; los pocos priistas que quedan siguen buscando culpables y se consuelan viviendo solo de las glorias pasadas, no hay un presente estable y aun así alardean que regresarán al poder.

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  • jorgeluisvelavilla@gmail.com