/ domingo 26 de septiembre de 2021

Así vivieron | ¿Quién será el Baltasar del 2022?

En septiembre del 2015, los altos mandos del PRI de Tamaulipas revisaban con preocupación una encuesta de la compañía Mendoza Blanco y Asociados, el puntero de esa encuesta con 30 puntos arriba del más cercano competidor era el entonces senador Francisco García Cabeza de Vaca, incrédulos los priistas reclamaron al directivo de esa empresa demoscópica que no podría tener veracidad ese sondeo, ya que las encuestas anteriores los números no estaban tan desproporcionados; 9 meses después el resultado en las urnas le dieron la razón a los encuestadores contratados por el tricolor y pierden la gubernatura en una elección que fue un simple trámite para el hoy mandatario estatal.

Y si, lo que le sucedió al partido en el poder hace poco más de 5 años, es lo que le podría pasar al PAN si no se aplican en seleccionar a un buen perfil, lo arropan, se unen todos y con suficiente tiempo lo ponen a recorrer el estado para que la ciudadanía lo conozca; el PRI fue derrotado hace 6 años por confiados, pensaron que porque nunca habían perdido una gubernatura, tenían segura esa elección, se olvidaron del hartazgo de la gente, la crisis económica, la inseguridad que se vivía en ese tiempo en la entidad y lo más importante, no seleccionaron con tiempo al candidato que podría darle confianza al elector, mientras que Cabeza de Vaca estaba en campaña permanente desde principios del milenio, en contraparte Baltasar Hinojosa Ochoa no tuvo el mínimo roce popular, habían pasado 7 años cuando buscó el voto de los matamorenses del distrito 4 y ganó; ya que en la elección a diputado federal del 2015, la obtuvo por la vía plurinominal; aun así Baltasar fue nominado por su partido como candidato a finales de enero del 2016, dejó su curul de San Lázaro para registrarse como candidato donde el desánimo de los priistas invadió los comités municipales al saber que no era un personaje popular al interior del instituto político, veían difícil obtener el triunfo.

Y vaya que sobre la selección que hizo el comité nacional del PRI con Hinojosa Ochoa fue en sí una imposición que dejó fuera a otros priistas con buenos perfiles, como Marco Antonio Bernal Gutiérrez, Alejandro Etienne Llano, Alejandro Guevara Cobos y Enrique Cárdenas del Avellano; conforme pasaron las semanas previas al destape, fueron declinando Guevara, Cárdenas y Etienne, quedando solo en la recta final Marco Bernal y Baltasar Hinojosa; al ser en ese tiempo el dirigente nacional del PRI Manlio Fabio Beltrones Rivera, varios priistas vieron como favorito a Bernal, por la cercanía con el líder del CEN, lo que no contaban fue que en ese entonces el presidente Enrique Peña Nieto tenía decisión en las candidaturas y al momento de decidir, la jerarquía del inquilino de Los Pinos, pesó y en reunión a puerta cerrada, teniendo como testigos a sus fieles colaboradores Luis Videgaray Caso y a Aurelio Nuño Mayer, junto con Beltrones, el llamado “primer priista de México” decidió que la candidatura fuera para Baltasar Hinojosa.

De la campaña constitucional que se llevó en 2016, mientras que Cabeza de Vaca, hizo una contienda señalando los errores de los gobiernos priistas, el matamorense se percibía sin ánimo, con pocos recorridos, eventos de poca asistencia, sin un mensaje claro, se le veía generalmente con su rostro serio, molesto algunas veces, cansado, distraído, él sabía que no era la campaña que esperaba, a la postre lo esperado, pierde la elección y sale victorioso el reynosense Cabeza de Vaca, consciente que no había nada que pelear a las pocas horas del cierre de la jornada el mismo Baltasar reconoció su derrota, se regresó a terminar su trabajo como legislador federal y desapareció del ambiente político de Tamaulipas; para los priistas, las dudas y razones de la derrota histórica eran claras, Peña Nieto entregó la gubernatura no solo de Tamaulipas sino de otros estados más a los panistas, a cambio de favores políticos por las aprobaciones de las reformas en las cámaras legislativas; en contraparte el dirigente nacional Manlio Fabio Beltrones desencajado asumió su responsabilidad y renunció al CEN, retirándose a la vida privada, la derrota del 2016 del PRI fue una lección para quienes pensaron de las hegemonías en el poder, bastó una coyuntura y una conveniencia de quienes tenían el control en el PRI para “negociar” por los intereses que en ese momento al gobierno Peñanietista interesaba; al final el gusto de Peña y su grupo duró solo dos años, tras la derrota en las urnas llegó Morena y Andrés Manuel López Obrador al gobierno federal, y con ello, las mentadas reformas fueron echadas abajo.

En la próxima elección de junio del 2022 persiste la pregunta en sí, ¿Quién será el Baltasar del 2022?, veremos.

jvela@elsoldetampico.com.mx

FB: Jorge Vela Villarreal

@jorgevelavi

En septiembre del 2015, los altos mandos del PRI de Tamaulipas revisaban con preocupación una encuesta de la compañía Mendoza Blanco y Asociados, el puntero de esa encuesta con 30 puntos arriba del más cercano competidor era el entonces senador Francisco García Cabeza de Vaca, incrédulos los priistas reclamaron al directivo de esa empresa demoscópica que no podría tener veracidad ese sondeo, ya que las encuestas anteriores los números no estaban tan desproporcionados; 9 meses después el resultado en las urnas le dieron la razón a los encuestadores contratados por el tricolor y pierden la gubernatura en una elección que fue un simple trámite para el hoy mandatario estatal.

Y si, lo que le sucedió al partido en el poder hace poco más de 5 años, es lo que le podría pasar al PAN si no se aplican en seleccionar a un buen perfil, lo arropan, se unen todos y con suficiente tiempo lo ponen a recorrer el estado para que la ciudadanía lo conozca; el PRI fue derrotado hace 6 años por confiados, pensaron que porque nunca habían perdido una gubernatura, tenían segura esa elección, se olvidaron del hartazgo de la gente, la crisis económica, la inseguridad que se vivía en ese tiempo en la entidad y lo más importante, no seleccionaron con tiempo al candidato que podría darle confianza al elector, mientras que Cabeza de Vaca estaba en campaña permanente desde principios del milenio, en contraparte Baltasar Hinojosa Ochoa no tuvo el mínimo roce popular, habían pasado 7 años cuando buscó el voto de los matamorenses del distrito 4 y ganó; ya que en la elección a diputado federal del 2015, la obtuvo por la vía plurinominal; aun así Baltasar fue nominado por su partido como candidato a finales de enero del 2016, dejó su curul de San Lázaro para registrarse como candidato donde el desánimo de los priistas invadió los comités municipales al saber que no era un personaje popular al interior del instituto político, veían difícil obtener el triunfo.

Y vaya que sobre la selección que hizo el comité nacional del PRI con Hinojosa Ochoa fue en sí una imposición que dejó fuera a otros priistas con buenos perfiles, como Marco Antonio Bernal Gutiérrez, Alejandro Etienne Llano, Alejandro Guevara Cobos y Enrique Cárdenas del Avellano; conforme pasaron las semanas previas al destape, fueron declinando Guevara, Cárdenas y Etienne, quedando solo en la recta final Marco Bernal y Baltasar Hinojosa; al ser en ese tiempo el dirigente nacional del PRI Manlio Fabio Beltrones Rivera, varios priistas vieron como favorito a Bernal, por la cercanía con el líder del CEN, lo que no contaban fue que en ese entonces el presidente Enrique Peña Nieto tenía decisión en las candidaturas y al momento de decidir, la jerarquía del inquilino de Los Pinos, pesó y en reunión a puerta cerrada, teniendo como testigos a sus fieles colaboradores Luis Videgaray Caso y a Aurelio Nuño Mayer, junto con Beltrones, el llamado “primer priista de México” decidió que la candidatura fuera para Baltasar Hinojosa.

De la campaña constitucional que se llevó en 2016, mientras que Cabeza de Vaca, hizo una contienda señalando los errores de los gobiernos priistas, el matamorense se percibía sin ánimo, con pocos recorridos, eventos de poca asistencia, sin un mensaje claro, se le veía generalmente con su rostro serio, molesto algunas veces, cansado, distraído, él sabía que no era la campaña que esperaba, a la postre lo esperado, pierde la elección y sale victorioso el reynosense Cabeza de Vaca, consciente que no había nada que pelear a las pocas horas del cierre de la jornada el mismo Baltasar reconoció su derrota, se regresó a terminar su trabajo como legislador federal y desapareció del ambiente político de Tamaulipas; para los priistas, las dudas y razones de la derrota histórica eran claras, Peña Nieto entregó la gubernatura no solo de Tamaulipas sino de otros estados más a los panistas, a cambio de favores políticos por las aprobaciones de las reformas en las cámaras legislativas; en contraparte el dirigente nacional Manlio Fabio Beltrones desencajado asumió su responsabilidad y renunció al CEN, retirándose a la vida privada, la derrota del 2016 del PRI fue una lección para quienes pensaron de las hegemonías en el poder, bastó una coyuntura y una conveniencia de quienes tenían el control en el PRI para “negociar” por los intereses que en ese momento al gobierno Peñanietista interesaba; al final el gusto de Peña y su grupo duró solo dos años, tras la derrota en las urnas llegó Morena y Andrés Manuel López Obrador al gobierno federal, y con ello, las mentadas reformas fueron echadas abajo.

En la próxima elección de junio del 2022 persiste la pregunta en sí, ¿Quién será el Baltasar del 2022?, veremos.

jvela@elsoldetampico.com.mx

FB: Jorge Vela Villarreal

@jorgevelavi