A la memoria de mi entrañable amiga Lourdes Figueroa, periodista tampiqueña.
A un año de inicio de la contingencia sanitaria aplicada por las autoridades de Salud en Tamaulipas por el inicio de la pandemia por el Covid-19, lo que en un inicio pensamos que sería solo por unas pocas semanas, el incremento de casos en la entidad alertó a los tres órdenes de gobierno y las restricciones en general dieron pie a obligar al cierre de los comercios y lugares al aire libre y donde se incluyeron las playas del estado; de ahí que la Semana Santa a partir del 2020 ya no fue la misma.
En este año conforme han pasado los meses, los casos y las muertes ligeramente han bajado, de ahí que han vuelto abrir comercios no esenciales, los parques públicos y en el caso de las playas se han autorizado la apertura de manera gradual por porcentajes de asistentes y donde se tiene que llevar a cabo una reservación vía una aplicación en sus móviles para que asistan de forma ordenada y conforme a las normas sanitarias vigentes. Con el agregado que no se puede ingresar al máximo paseo turístico de la zona sur con bebidas alcohólicas.
Los destinos de playa de Tamaulipas se preparan para recibir en la próxima Semana Santa a 400 mil turistas, 60 por ciento menos que en el 2019, dadas las limitaciones sanitarias, pero con la esperanza para hoteleros, restauranteros y comerciantes de recuperar ventas y reemprender la capitalización de sus negocios.
En lo que corresponde a las estimaciones de la Cámara de Comercio en el estado, en la espera de menos de medio millón de visitantes que acudan a los lugares turísticos de Tamaulipas, mucho menos que hace dos años, teniendo en cuenta que el 2020 estuvo cancelada la Semana Santa, en términos fríos, si esa cantidad de turistas llegan a esta zona del Golfo de México, se incentivaría al comercio principalmente a los restaurantes, hoteles y lugares de diversión; sabiendo también que el principal punto turístico de la entidad es la zona sur, el reto para las autoridades como los comerciantes será el de cuidar las normas establecidas para evitar en sí los contagios por coronavirus, teniendo como antecedente el cierre total de la playa y los paseos el año pasado, corresponderán a gobierno y empresarios brindar además de las facilidades y garantías a los turistas como a los prestadores de servicios para que lleven a cabo los protocolos ya establecidos y evitar en sí un rebrote por falta de atención. También se requerirá un estricto manejo del personal para brindarle al turista el servicio y la atención que merecen.
La pandemia trajo como consecuencia el cierre y la falta de empleo, la crisis mundial es una realidad, a pesar de que se reabren al turismo las playas y paseos de forma limitada, también los visitantes serán muchos menos por la falta de recursos, quienes nos visiten cuidarán su gasto y serán meticulosos tanto en donde se hospedarán como donde disfrutarán sus vacaciones.
La apertura en Semana Santa del comercio y paseos es un gran respiro para empresarios y prestadores de servicios que han vivido meses de angustia y desesperación por tener sus negocios cerrados, haciendo frente a los gastos de un comercio que no genera ventas y en la realidad cerrando temporalmente o de forma definitiva.
La aspiración es que vengan los turistas y se les brinde una atención inmejorable, será en sí el inicio de esta nueva realidad, dejando atrás aquellas temporadas de Semana Santa de eventos multitudinarios, ríos de alcohol y abusos desenfrenados de autoridades y comerciantes con los visitantes; esto ya no puede pasar.
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