/ lunes 24 de junio de 2019

Cada fracaso nos enseña algo que teníamos que aprender

Pongamos atención, no destruyamos lo que aún no hemos construido.

He podido ver por la mañana, un juego de la categoría Sub-21, en la que España, dando un verdadero recital de buen futbol, derrotó a Polonia 5 goles a 0. No entiendo cómo es que muchos niegan que se puede jugar con dos nueves, y mucho menos con dos dieces, sin embargo, hoy vimos cómo España, dirigida por Ceballos y por Ruiz, según quien tuviera el balón tenía la batuta, y lo han hecho tan magistralmente, que no es posible atribuirle la suma de la importancia a uno solo de ellos. Los españoles han iniciado con: Sivera, Martín Aguirregabiria, Unai Núñez, Jorge Meré, Aarón, Ceballos, Fabián Ruiz, Marc Roca, Dani Olmo, Fornals y Oyarzabal.

España, que necesitaba ganar por tres goles de diferencia, hizo cinco, mismos que fueron anotados por: Fornals (cómo corre), Oyarzabal, Fabián Ruiz (golazo), Ceballos (golazo de tiro libre) yBorja Mayoral, que entró en la segunda parte. Con esto, España se encuentra calificada para la semifinal del europeo y para los Juegos Olímpicos de Tokio. Extraordinario trabajo el realizado por Luis de la Fuente al frente de los rojos y, cómo no, si con ese nombre nuestro “Pirata” Fuente derrotó a cuanto rival encontró tanto en España como en Paraguay, Argentina y México, en donde hasta un estadio lleva su nombre: Luis de la Fuente y Oyo el “Pirata”, el idolo de los niños de mi infancia. Mucho cuidado con las nuevas generaciones de España, Brasil e Italia, son las que más me han impresionado.

Adiós Paraguay, a no ser que un milagro los califique. Colombia confirmó, aunque ajustadamente, la superioridad que los números le brindan. Con los argentinos pendientes de este resultado. Los colombianos pensando en ellos y con el reconocimiento como el equipo que junto a Brasil han mostrado una mayor solidez, salieron con: Alvaro Montero, Santiago Arias, Cristian Zapata, Jhon Lucumi, Cristian Borja, Jefferson Lerma, Gustavo Cuéllar, Edwin Cardona, Juan Cuadrado, Radamel Falcao y Luis Díaz. Paraguay por su parte puso a Roberto Fernández, Iván Piris, Gustavo Gómez, Junior Alonso, Santiago Arzamendia, Derlis González, Richard Sánchez, Rodrigo Rojas, Matías Rojas, Miguel Almirón, Oscar Cardozo. Fue al minuto 31 cuando Gustavo Cuéllar hizo el gol de la diferencia. En la segunda parte, Luis Díaz hizo el que pudo haber sido el segundo para Colombia pero, ya saben, el VAR dijo que no.

Mientras tanto, a la misma hora, el tercero en discordia, Argentina, se las veía con Catar, a quien debía ganar o ganar, y muy temprano se encontraron con la buena fortuna, cuando un defensor cometió grave error que les costó el primer gol anotado por Lautaro Martínez cuando apenas se jugaba el minuto 4. Muy mal Argentina, pero con mucha suerte, ya que los cataríes, extraordinariamente disciplinados, son excelentes tácticamente, pero técnicamente son todo lo contrario, pecan de inocentes y concluyo que han sido muy afortunados al llegar hasta estas instancias, logrando con su disciplina táctica retardar la muerte, que era inminente.

Así, en minutos desesperantes en los que Argentina, ni con la participación inútil de Lionel Messi -tan sobrevalorado, de quien se esperan milagros, siendo esa la única propuesta de los albicelestes-, teniendo enfrente a un moribundo que se tropezaba solo con el balón, hasta que casi al final del juego, minuto 82, Dybala, jugador que no es de las simpatías de Messi, por lo tanto tampoco del entrenador, cedió el balón para Agüero, otro de los discriminados, quien a base de fuerza llegó hasta la meta contraria para sentenciar el juego que los califica para la siguiente fase. Armani repitió en la portería, Saravia, Foith, Otamendi, Tagliafico, Locelso, Paredes, Depaul, Lionel Messi, Agüero y Lautaro Martínez... Mientras que Catar jugó con: Saad Al Sheb, Pedro Miguel, Bassan Al Raui, Boualem Cloukhi, Salem Al Hajri, Tarek Salman, Hasan Al Haydos, Karim Boudiaf, Abdelaziz Hatem, Almoez Ali, Akam Afif...

El morbo, con el que tanto nos gusta jugar a los mexicanos, hace crear expectaciones en las que especulamos con marcadores absurdos. No escuché e ningún mexicano que vaticinara un marcador menor a seis goles y, algunos, los menos, le concedían un gol a Martinica y, ¡Oh, desilusión! No solo no acertaron a los anotados, sino que tambien erraron en los recibidos. Infumable actuación de unos arrogantes tricolores que ya habían goleado al contrario antes de empezar el juego. Tranquilos, seguramente esto servirá de lección, nada ha pasado, solamente que el compromiso que implicaba ganar la Copa ahora se duplica, y claro que se ganará, y ojalá que Martino sea enérgico en la llamada de atención y que asimilemos aquello que dice que un fracaso nos enseña más que una victoria. Todos hemos experimentado el sentimiento del fracaso, nos duele y nos daña en nuestro equilibrio emocional. Pero todo fracaso, si lo sabemos aprovechar, nos servirá para reaccionar adecuadamente al medio en que nos movemos... Si se fijan bien, no hemos perdido nada, solamente hemos sido tocados en el amor propio, y si no lo podemos superar, será porque somos tan arrogantes como nos ven los demás.

Hasta pronto amigo.

Pongamos atención, no destruyamos lo que aún no hemos construido.

He podido ver por la mañana, un juego de la categoría Sub-21, en la que España, dando un verdadero recital de buen futbol, derrotó a Polonia 5 goles a 0. No entiendo cómo es que muchos niegan que se puede jugar con dos nueves, y mucho menos con dos dieces, sin embargo, hoy vimos cómo España, dirigida por Ceballos y por Ruiz, según quien tuviera el balón tenía la batuta, y lo han hecho tan magistralmente, que no es posible atribuirle la suma de la importancia a uno solo de ellos. Los españoles han iniciado con: Sivera, Martín Aguirregabiria, Unai Núñez, Jorge Meré, Aarón, Ceballos, Fabián Ruiz, Marc Roca, Dani Olmo, Fornals y Oyarzabal.

España, que necesitaba ganar por tres goles de diferencia, hizo cinco, mismos que fueron anotados por: Fornals (cómo corre), Oyarzabal, Fabián Ruiz (golazo), Ceballos (golazo de tiro libre) yBorja Mayoral, que entró en la segunda parte. Con esto, España se encuentra calificada para la semifinal del europeo y para los Juegos Olímpicos de Tokio. Extraordinario trabajo el realizado por Luis de la Fuente al frente de los rojos y, cómo no, si con ese nombre nuestro “Pirata” Fuente derrotó a cuanto rival encontró tanto en España como en Paraguay, Argentina y México, en donde hasta un estadio lleva su nombre: Luis de la Fuente y Oyo el “Pirata”, el idolo de los niños de mi infancia. Mucho cuidado con las nuevas generaciones de España, Brasil e Italia, son las que más me han impresionado.

Adiós Paraguay, a no ser que un milagro los califique. Colombia confirmó, aunque ajustadamente, la superioridad que los números le brindan. Con los argentinos pendientes de este resultado. Los colombianos pensando en ellos y con el reconocimiento como el equipo que junto a Brasil han mostrado una mayor solidez, salieron con: Alvaro Montero, Santiago Arias, Cristian Zapata, Jhon Lucumi, Cristian Borja, Jefferson Lerma, Gustavo Cuéllar, Edwin Cardona, Juan Cuadrado, Radamel Falcao y Luis Díaz. Paraguay por su parte puso a Roberto Fernández, Iván Piris, Gustavo Gómez, Junior Alonso, Santiago Arzamendia, Derlis González, Richard Sánchez, Rodrigo Rojas, Matías Rojas, Miguel Almirón, Oscar Cardozo. Fue al minuto 31 cuando Gustavo Cuéllar hizo el gol de la diferencia. En la segunda parte, Luis Díaz hizo el que pudo haber sido el segundo para Colombia pero, ya saben, el VAR dijo que no.

Mientras tanto, a la misma hora, el tercero en discordia, Argentina, se las veía con Catar, a quien debía ganar o ganar, y muy temprano se encontraron con la buena fortuna, cuando un defensor cometió grave error que les costó el primer gol anotado por Lautaro Martínez cuando apenas se jugaba el minuto 4. Muy mal Argentina, pero con mucha suerte, ya que los cataríes, extraordinariamente disciplinados, son excelentes tácticamente, pero técnicamente son todo lo contrario, pecan de inocentes y concluyo que han sido muy afortunados al llegar hasta estas instancias, logrando con su disciplina táctica retardar la muerte, que era inminente.

Así, en minutos desesperantes en los que Argentina, ni con la participación inútil de Lionel Messi -tan sobrevalorado, de quien se esperan milagros, siendo esa la única propuesta de los albicelestes-, teniendo enfrente a un moribundo que se tropezaba solo con el balón, hasta que casi al final del juego, minuto 82, Dybala, jugador que no es de las simpatías de Messi, por lo tanto tampoco del entrenador, cedió el balón para Agüero, otro de los discriminados, quien a base de fuerza llegó hasta la meta contraria para sentenciar el juego que los califica para la siguiente fase. Armani repitió en la portería, Saravia, Foith, Otamendi, Tagliafico, Locelso, Paredes, Depaul, Lionel Messi, Agüero y Lautaro Martínez... Mientras que Catar jugó con: Saad Al Sheb, Pedro Miguel, Bassan Al Raui, Boualem Cloukhi, Salem Al Hajri, Tarek Salman, Hasan Al Haydos, Karim Boudiaf, Abdelaziz Hatem, Almoez Ali, Akam Afif...

El morbo, con el que tanto nos gusta jugar a los mexicanos, hace crear expectaciones en las que especulamos con marcadores absurdos. No escuché e ningún mexicano que vaticinara un marcador menor a seis goles y, algunos, los menos, le concedían un gol a Martinica y, ¡Oh, desilusión! No solo no acertaron a los anotados, sino que tambien erraron en los recibidos. Infumable actuación de unos arrogantes tricolores que ya habían goleado al contrario antes de empezar el juego. Tranquilos, seguramente esto servirá de lección, nada ha pasado, solamente que el compromiso que implicaba ganar la Copa ahora se duplica, y claro que se ganará, y ojalá que Martino sea enérgico en la llamada de atención y que asimilemos aquello que dice que un fracaso nos enseña más que una victoria. Todos hemos experimentado el sentimiento del fracaso, nos duele y nos daña en nuestro equilibrio emocional. Pero todo fracaso, si lo sabemos aprovechar, nos servirá para reaccionar adecuadamente al medio en que nos movemos... Si se fijan bien, no hemos perdido nada, solamente hemos sido tocados en el amor propio, y si no lo podemos superar, será porque somos tan arrogantes como nos ven los demás.

Hasta pronto amigo.