/ viernes 24 de julio de 2020

Con café y a media luz | Tan poco espacio, tan poco tiempo

Hay tan poco espacio para escribir todo lo que deseo compartirle, querido amigo lector y es tan poco el tiempo que tenemos para disfrutar de esta taza de café. Nuestro México se mueve tan vertiginosamente en tantos sentidos que, al querer abarcar uno o dos temas de suma trascendencia para cada uno de nosotros, he tenido que cambiarle el nombre a la columna en dos ocasiones y aventurarme a tratar de mencionar situaciones diversas en la entrega correspondiente a este viernes.

Como si se tratara de una película cuya historia se desarrolla en la posguerra, a Tampico llegó un camión para congelar cadáveres de víctimas de Covid-19 o por causas relacionadas a este mal. ¿Se puede usted imaginar? La presencia de esta unidad en nuestra zona tiene varias lecturas en diversos sentidos y nos hace referencia a circunstancias y consecuencias.

¡La noticia del frigorífico móvil es tan lamentable como aquella de que el ayuntamiento de Altamira había empezado a preparar las fosas para los fallecidos por la pandemia que tanto nos aqueja! En otras palabras, es un referente a la magnitud de lo que estamos empezando a vivir en el sur de la entidad. ¿Alguna vez, gentil amigo lector, usted había observado una situación similar, independientemente del azote del ciclón de 1955?

El entorno social debe asumir que existe este elemento y el lamentable contenido que albergará.

Pero como le escribí renglones arriba, es indicativo, también, de que seguimos tomando la situación con “aires” de irresponsabilidad. Usted podrá observar a las siete u ocho de la mañana en las paradas de autobuses de la avenida Miguel Hidalgo a cerca de diez personas, una junto a la otra, sin cubrebocas y actuando como si la “normalidad” no hubiera sido transformada por el virus SARS – COV – 2

La misma situación se ve a las afueras de un conocido supermercado al descender del puente del acceso a Tancol. Ni se diga en las gradas de “La Morita” o de “Monte Alto” en Altamira o en las calles de Ciudad Madero o zona centro de Tampico.

Es tan lamentable el ver el camión congelador que se vuelve inimaginable la angustia de los familiares de los pacientes internados por este mal, como tan desesperante es observar el desdén que algunos ciudadanos muestran ante la crisis sanitaria que, sin importar que pueden contagiar a familiares o amigos –ya no digo al resto de la población– andan por las avenidas y bulevares deambulando con toda tranquilidad.

Por otra parte, y tal como se había anunciado desde el domingo pasado, ayer se concretó la renuncia de Javier Jiménez al frente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, debido a la decisión del presidente López de que las aduanas y puertos fueran administrados por elementos castrenses.

“Es mi diferendo por su decisión de política pública, de trasladar al ámbito militar de la Secretaría de Marina, las funciones eminentemente civiles de los Puertos, de la Marina Mercante y de la formación de marinos mercantes que ha estado a cargo de la SCT desde 1970”, se puede leer en el documento con fecha del 17 de julio en el que Jiménez Espriú solicita la separación del cargo.

De igual manera, el exfuncionario público escribe “Lamento profundamente no haber tenido éxito en transmitirle mi convicción y mi preocupación, sobre la grave trascendencia que, considero, tiene esta medida para el presente y futuro de México, tanto en lo económico como en lo político”.

Como dijimos desde que se filtró la información, en la política ni sobra el que llega, ni falta el que se va, no obstante, el caso de Jiménez Espriú sí es considerado por muchos un golpe severo a la actual administración y ya se presume que algunos colaboradores leales “al ingeniero” presentarán su correspondiente dimisión.

En la corta historia de la 4T AMLO ya había tenido diferencias con el excolaborador, como cuando declaró que “no se detectó corrupción en la administración de los recursos para la construcción del NAIM” y se argumentó que “solo había errores técnicos”, al día siguiente en su conferencia mañanera, el presidente López “le corrigió la plana” al colaborador asegurando ante los representantes de la prensa que sí había malos manejos en el proyecto de la terminal aeroportuaria.

También se habla de un intercambio de opiniones por la construcción de un tramo del Tren Maya que quedó a cargo de los militares.

Lo que resulta más curioso o cuestionable, como usted lo desee ver, gentil amigo lector, es que a dos años de la administración lopezobradorista, el mismo representante del Poder Ejecutivo señale vía redes sociales y en el marco de la renuncia del exsecretario, que la decisión de que los militares controlen las aduanas es porque siguen convertidas en vías de acceso de drogas, señalando indirectamente al personal civil que él mismo encabeza en dichas dependencias de estar involucrados.

Y por último, aparece la declaración del secretario de Educación, Esteban Moctezuma, sobre la implementación de un sistema de educación híbrida que “pervivirá” a la pandemia e incluye las clases en línea, los sistemas digitales, las sesiones presenciales y los canales televisivos dedicados a la formación académica.

Ante eso, algunos padres de familia ya empezaron a protestar y por los argumentos de tiempo, inexperiencia, carencia de recursos y otros detalles, ya se puede empezar a observar un nuevo nubarrón en el horizonte.

Y hasta aquí, pues como decía cierto periodista, “El tiempo apremia y el espacio se agota”.

¡Hasta la próxima!

Hay tan poco espacio para escribir todo lo que deseo compartirle, querido amigo lector y es tan poco el tiempo que tenemos para disfrutar de esta taza de café. Nuestro México se mueve tan vertiginosamente en tantos sentidos que, al querer abarcar uno o dos temas de suma trascendencia para cada uno de nosotros, he tenido que cambiarle el nombre a la columna en dos ocasiones y aventurarme a tratar de mencionar situaciones diversas en la entrega correspondiente a este viernes.

Como si se tratara de una película cuya historia se desarrolla en la posguerra, a Tampico llegó un camión para congelar cadáveres de víctimas de Covid-19 o por causas relacionadas a este mal. ¿Se puede usted imaginar? La presencia de esta unidad en nuestra zona tiene varias lecturas en diversos sentidos y nos hace referencia a circunstancias y consecuencias.

¡La noticia del frigorífico móvil es tan lamentable como aquella de que el ayuntamiento de Altamira había empezado a preparar las fosas para los fallecidos por la pandemia que tanto nos aqueja! En otras palabras, es un referente a la magnitud de lo que estamos empezando a vivir en el sur de la entidad. ¿Alguna vez, gentil amigo lector, usted había observado una situación similar, independientemente del azote del ciclón de 1955?

El entorno social debe asumir que existe este elemento y el lamentable contenido que albergará.

Pero como le escribí renglones arriba, es indicativo, también, de que seguimos tomando la situación con “aires” de irresponsabilidad. Usted podrá observar a las siete u ocho de la mañana en las paradas de autobuses de la avenida Miguel Hidalgo a cerca de diez personas, una junto a la otra, sin cubrebocas y actuando como si la “normalidad” no hubiera sido transformada por el virus SARS – COV – 2

La misma situación se ve a las afueras de un conocido supermercado al descender del puente del acceso a Tancol. Ni se diga en las gradas de “La Morita” o de “Monte Alto” en Altamira o en las calles de Ciudad Madero o zona centro de Tampico.

Es tan lamentable el ver el camión congelador que se vuelve inimaginable la angustia de los familiares de los pacientes internados por este mal, como tan desesperante es observar el desdén que algunos ciudadanos muestran ante la crisis sanitaria que, sin importar que pueden contagiar a familiares o amigos –ya no digo al resto de la población– andan por las avenidas y bulevares deambulando con toda tranquilidad.

Por otra parte, y tal como se había anunciado desde el domingo pasado, ayer se concretó la renuncia de Javier Jiménez al frente de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, debido a la decisión del presidente López de que las aduanas y puertos fueran administrados por elementos castrenses.

“Es mi diferendo por su decisión de política pública, de trasladar al ámbito militar de la Secretaría de Marina, las funciones eminentemente civiles de los Puertos, de la Marina Mercante y de la formación de marinos mercantes que ha estado a cargo de la SCT desde 1970”, se puede leer en el documento con fecha del 17 de julio en el que Jiménez Espriú solicita la separación del cargo.

De igual manera, el exfuncionario público escribe “Lamento profundamente no haber tenido éxito en transmitirle mi convicción y mi preocupación, sobre la grave trascendencia que, considero, tiene esta medida para el presente y futuro de México, tanto en lo económico como en lo político”.

Como dijimos desde que se filtró la información, en la política ni sobra el que llega, ni falta el que se va, no obstante, el caso de Jiménez Espriú sí es considerado por muchos un golpe severo a la actual administración y ya se presume que algunos colaboradores leales “al ingeniero” presentarán su correspondiente dimisión.

En la corta historia de la 4T AMLO ya había tenido diferencias con el excolaborador, como cuando declaró que “no se detectó corrupción en la administración de los recursos para la construcción del NAIM” y se argumentó que “solo había errores técnicos”, al día siguiente en su conferencia mañanera, el presidente López “le corrigió la plana” al colaborador asegurando ante los representantes de la prensa que sí había malos manejos en el proyecto de la terminal aeroportuaria.

También se habla de un intercambio de opiniones por la construcción de un tramo del Tren Maya que quedó a cargo de los militares.

Lo que resulta más curioso o cuestionable, como usted lo desee ver, gentil amigo lector, es que a dos años de la administración lopezobradorista, el mismo representante del Poder Ejecutivo señale vía redes sociales y en el marco de la renuncia del exsecretario, que la decisión de que los militares controlen las aduanas es porque siguen convertidas en vías de acceso de drogas, señalando indirectamente al personal civil que él mismo encabeza en dichas dependencias de estar involucrados.

Y por último, aparece la declaración del secretario de Educación, Esteban Moctezuma, sobre la implementación de un sistema de educación híbrida que “pervivirá” a la pandemia e incluye las clases en línea, los sistemas digitales, las sesiones presenciales y los canales televisivos dedicados a la formación académica.

Ante eso, algunos padres de familia ya empezaron a protestar y por los argumentos de tiempo, inexperiencia, carencia de recursos y otros detalles, ya se puede empezar a observar un nuevo nubarrón en el horizonte.

Y hasta aquí, pues como decía cierto periodista, “El tiempo apremia y el espacio se agota”.

¡Hasta la próxima!