/ lunes 10 de febrero de 2020

Con café y a media luz | La solución del metrobús

En noviembre o diciembre del año pasado, las autoridades locales anunciaron “con bombo y platillo” que en el 2020 se estudiaría ampliamente la posibilidad de integrar el servicio de un Metrobús en Tampico y así satisfacer las necesidades de traslado de la población que radica en el puerto jaibo y cumple con sus quehaceres laborales en la vecina ciudad de Altamira y , por tanto, se ve obligada a circular por la avenida Miguel Hidalgo, por lo menos, dos veces al día.

Debemos reconocer que en este espacio – así como en muchos otros de libre opinión – los ciudadanos hemos compartido en más de una ocasión la preocupación que existe en torno a una problemática constante del servicio de transporte público en la zona conurbada que pareciera no tener fin. Esta serie de “detalles incómodos” para el usuario tienen diversos orígenes y están en varios contextos, no obstante, todos terminan perjudicando al consumidor del servicio.

Desde la imprudencia, carencia de educación y responsabilidad del chofer que lo mismo agrede a los pasajeros que juega “carreras” con su competencia en las principales avenidas de nuestras ciudades. Hasta las condiciones de desecho de las unidades que continúan licenciadas no solo para circular, sino para brindar un servicio de transporte a la población. Acto de verdadera irresponsabilidad.

También reconocemos que existen choferes sumamente amables, educados y respetuosos con el pasaje y los demás conductores, que cumplen con su labor de manera diligente. Tristemente, hay otro sector de amigos choferes quienes, a pesar de su avanzada edad y condiciones de salud, se ven en la necesidad de seguir laborando, poniendo en riesgo su vida y la de los demás. También debemos reconocer que hay concesionarios que están al pendiente de modernizar los vehículos de su propiedad.

La pregunta que nos deberíamos hacer aquí es ¿De verdad el Metrobús será la solución para el problema de transporte, principalmente entre Tampico y Altamira, debido a que operará sobre la avenida Miguel Hidalgo? Creo, sinceramente que, si no se solucionan primero las dificultades inherentes al reordenamiento vial, modernización de unidades, reasignación de rutas, erradicación de la piratería y retiro de concesiones, la puesta en marcha del proyecto no abonará mucho a la satisfacción de esta necesidad de primer orden en los habitantes de la zona conurbada del sur de Tamaulipas.

Y es que este asunto tiene varias lecturas.

Si usted ya tuvo la oportunidad de viajar en el Metrobús de la Ciudad de México, gentil amigo lector, recordará que se tratan de unidades articuladas “de tránsito rápido” que en promedio no sobrepasa la velocidad de cuarenta kilómetros por hora, iguales a aquel par de unidades que anduvieron ya por estos lares y que, según comentaban choferes de la empresa que las puso en marcha, no fueron bien recibidas por la población. De igual manera estos vehículos tenían paradas “establecidas”, pero el número excesivo de estas, convertían el traslado en un verdadero viacrucis para el trabajador de cualquier planta del corredor industrial pues terminaban deteniéndose más que el resto de la flotilla. Así que, de la noche a la mañana, simplemente desaparecieron.

Hoy, el Gobierno del Estado en conjunto con BANOBRAS, le están apostando a un ejercicio que ya tuvimos la oportunidad de vivir de manera parcial. La diferencia sustantiva, por lo que se ha declarado, será la construcción de terminales y andenes.

Declaran que el trayecto se hará en 25 minutos del inicio de la zona dorada hasta el puente roto, pues no habrá semáforos para el Metrobús, eso hace pensar en la creación – como en la capital de nuestro país – de un carril exclusivo para este medio de transporte.

¿Qué medidas se tomarán para generar la cultura de conducción no invasiva en algunos taxistas y choferes de rutas establecidas para no ocupar esta vía? Y otra pregunta, si se crea este carril exclusivo, ¿No contribuirá al congestionamiento de la arteria más importante de esta zona que de por sí, en horas pico, es intransitable?

El costo del Metrobús en la Ciudad de México es de seis pesos y en el caso de que usted desee ir a la terminal uno o dos del aeropuerto internacional, la tarifa se incrementa hasta los 30 pesos, empero la distancia es enorme ¿Cuánto costará en nuestra conurbación este servicio?

Además, ¿Cuál será la reacción de los concesionarios de los carros de ruta y microbuses de la zona que, por cierto, no son pocos, ante la llegada de esta competencia que asegura hará el mismo recorrido en menos de media hora hasta el puente roto, cosa que también lo veo difícil?

Aquí no nos queda más que esperar. Las dos primeras etapas de los estudios de factibilidad han sido aprobadas. Falta una tercera y, de ser apta, se empezarán los estudios del proyecto ejecutivo integral que ya considera las terminales, el encarpetado del carril con nuevos materiales y las unidades. Se asegura que el arranque será a mitad del 2020 y la entrega del Metrobús y su puesta en marcha para finales del 2022, solo esperemos que lo prometido con todas sus virtudes se vuelva una realidad.

Y hasta aquí, gentil amigo lector, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”.

En noviembre o diciembre del año pasado, las autoridades locales anunciaron “con bombo y platillo” que en el 2020 se estudiaría ampliamente la posibilidad de integrar el servicio de un Metrobús en Tampico y así satisfacer las necesidades de traslado de la población que radica en el puerto jaibo y cumple con sus quehaceres laborales en la vecina ciudad de Altamira y , por tanto, se ve obligada a circular por la avenida Miguel Hidalgo, por lo menos, dos veces al día.

Debemos reconocer que en este espacio – así como en muchos otros de libre opinión – los ciudadanos hemos compartido en más de una ocasión la preocupación que existe en torno a una problemática constante del servicio de transporte público en la zona conurbada que pareciera no tener fin. Esta serie de “detalles incómodos” para el usuario tienen diversos orígenes y están en varios contextos, no obstante, todos terminan perjudicando al consumidor del servicio.

Desde la imprudencia, carencia de educación y responsabilidad del chofer que lo mismo agrede a los pasajeros que juega “carreras” con su competencia en las principales avenidas de nuestras ciudades. Hasta las condiciones de desecho de las unidades que continúan licenciadas no solo para circular, sino para brindar un servicio de transporte a la población. Acto de verdadera irresponsabilidad.

También reconocemos que existen choferes sumamente amables, educados y respetuosos con el pasaje y los demás conductores, que cumplen con su labor de manera diligente. Tristemente, hay otro sector de amigos choferes quienes, a pesar de su avanzada edad y condiciones de salud, se ven en la necesidad de seguir laborando, poniendo en riesgo su vida y la de los demás. También debemos reconocer que hay concesionarios que están al pendiente de modernizar los vehículos de su propiedad.

La pregunta que nos deberíamos hacer aquí es ¿De verdad el Metrobús será la solución para el problema de transporte, principalmente entre Tampico y Altamira, debido a que operará sobre la avenida Miguel Hidalgo? Creo, sinceramente que, si no se solucionan primero las dificultades inherentes al reordenamiento vial, modernización de unidades, reasignación de rutas, erradicación de la piratería y retiro de concesiones, la puesta en marcha del proyecto no abonará mucho a la satisfacción de esta necesidad de primer orden en los habitantes de la zona conurbada del sur de Tamaulipas.

Y es que este asunto tiene varias lecturas.

Si usted ya tuvo la oportunidad de viajar en el Metrobús de la Ciudad de México, gentil amigo lector, recordará que se tratan de unidades articuladas “de tránsito rápido” que en promedio no sobrepasa la velocidad de cuarenta kilómetros por hora, iguales a aquel par de unidades que anduvieron ya por estos lares y que, según comentaban choferes de la empresa que las puso en marcha, no fueron bien recibidas por la población. De igual manera estos vehículos tenían paradas “establecidas”, pero el número excesivo de estas, convertían el traslado en un verdadero viacrucis para el trabajador de cualquier planta del corredor industrial pues terminaban deteniéndose más que el resto de la flotilla. Así que, de la noche a la mañana, simplemente desaparecieron.

Hoy, el Gobierno del Estado en conjunto con BANOBRAS, le están apostando a un ejercicio que ya tuvimos la oportunidad de vivir de manera parcial. La diferencia sustantiva, por lo que se ha declarado, será la construcción de terminales y andenes.

Declaran que el trayecto se hará en 25 minutos del inicio de la zona dorada hasta el puente roto, pues no habrá semáforos para el Metrobús, eso hace pensar en la creación – como en la capital de nuestro país – de un carril exclusivo para este medio de transporte.

¿Qué medidas se tomarán para generar la cultura de conducción no invasiva en algunos taxistas y choferes de rutas establecidas para no ocupar esta vía? Y otra pregunta, si se crea este carril exclusivo, ¿No contribuirá al congestionamiento de la arteria más importante de esta zona que de por sí, en horas pico, es intransitable?

El costo del Metrobús en la Ciudad de México es de seis pesos y en el caso de que usted desee ir a la terminal uno o dos del aeropuerto internacional, la tarifa se incrementa hasta los 30 pesos, empero la distancia es enorme ¿Cuánto costará en nuestra conurbación este servicio?

Además, ¿Cuál será la reacción de los concesionarios de los carros de ruta y microbuses de la zona que, por cierto, no son pocos, ante la llegada de esta competencia que asegura hará el mismo recorrido en menos de media hora hasta el puente roto, cosa que también lo veo difícil?

Aquí no nos queda más que esperar. Las dos primeras etapas de los estudios de factibilidad han sido aprobadas. Falta una tercera y, de ser apta, se empezarán los estudios del proyecto ejecutivo integral que ya considera las terminales, el encarpetado del carril con nuevos materiales y las unidades. Se asegura que el arranque será a mitad del 2020 y la entrega del Metrobús y su puesta en marcha para finales del 2022, solo esperemos que lo prometido con todas sus virtudes se vuelva una realidad.

Y hasta aquí, gentil amigo lector, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”.