/ lunes 30 de marzo de 2020

Con café y a media luz | La última oportunidad

Así se refirió, en la conferencia del fin de semana, el subsecretario de Salud, Dr. Hugo López Gatell, a la situación que impera en torno al avance del Covid – 19 y las medidas de control indicadas por el gobierno y acatadas por la sociedad en general. “Impostergable”, “imprescindible” y “masivo” fueron solo algunos de los adjetivos que el facultativo usó para denotar la magnitud de las actuales circunstancias a las que nos estamos enfrentando.

Lo que me llamó la atención es la urgencia con la que hizo el llamado, enfatizando cada una de las sílabas de las palabras anteriores, tal y como lo hacían los padres de antaño cuando la solución debía ser inmediata o, de lo contrario, nos estaríamos enfrentando a una reprimenda más severa, así que debíamos corregir nuestro proceder.

“Es la última oportunidad de hacerlo. ¡Y hacerlo ya!” Fue la frase concreta y literal que el burócrata utilizó, como él mismo lo señaló, fundamentado en procesos proyectivos científicos y matemáticos utilizados por el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, unos; y otros, por el resto de las naciones que ya tienen un problema mayor por el contagio del coronavirus que, en casos como España e Italia, ha colapsado los servicios médicos.

La declaración hecha por López Gatell no debía sorprendernos tanto pues, si nos ponemos a reflexionar por un momento, el presidente López había hecho lo propio unas horas antes con un video difundido por sus redes sociales personales y por las oficiales del actual gobierno que encabeza el tabasqueño.

En dicho videoclip podemos ver y escuchar cómo el mandatario muestra y explica de manera sencilla unas gráficas de lo que pudiera ocurrir en caso de obviar las indicaciones y por otro lado, el escenario “controlado” que puede atender el sistema de salud pública mexicano con los recursos humano, técnico y de infraestructura que actualmente tiene.

En atención a lo escrito en el párrafo anterior, nos vemos obligados en detenernos y hacer la comparativa necesaria entre lo que dice ahora el representante del poder ejecutivo y lo que aseguraba en un video difundido con unos cuantos días de anterioridad en el que sostenía que las familias, si su condición económica lo permitía, debían salir a comer a los restaurantes de la localidad pues no se debía parar la economía. En poco tiempo, la perspectiva ha cambiado.

Y es que según las cifras mostradas por el Dr. López Gatell dan cuenta de casi un centenar de nuevos contagios por día, sumando a la fecha de la última declaración los setecientos cuarenta y ocho pacientes y más de dos mil seiscientos en situación de análisis por sospecha de contagio.

“No queremos llegar a las situaciones en las que están otros países, de lo contrario, no hay marcha atrás”. Fue otra de las frases que usó el burócrata para hacer énfasis del problema que tenemos en nuestras manos. Aunque el funcionario no quiso ser alarmista, considero que esta vez, sí lució angustiado y no es para menos, pues si el comportamiento del virus continúa, se llegará al escenario que no deseamos.

Lamentablemente, la problemática del Covid – 19 ha evidenciado algo que todos los mexicanos sabíamos y nos hacíamos de “ojos ciegos” pues no había una emergencia como esta y me refiero a dos cosas fundamentales. La primera de ellas de orden social y es la negación de la comunidad a mantenerse en un espacio confinado y, por otro lado, la endeble condición de la economía real de los sectores más desprotegidos que están obligados a trabajar para llevar el sustento a su hogar.

No todos los ciudadanos pueden hacer trabajo desde casa. Existen personas como los amigos albañiles, plomeros y de otros oficios que por la propia condición de su labor están obligados a desplazarse fuera de su hogar al iniciar el día para, posteriormente, volver a él cuando ha caído la tarde. La gran mayoría, por ser económicamente activos, no son considerados en los programas de apoyo o becas del gobierno del país, lo que, evidentemente, los obliga a trabajar.

De manera tajante y antes de empezar la sesión de preguntas y respuestas, el médico que ha actuado como vocero para el tema del coronavirus recalcó: “Es por eso por lo que, a todos y cada uno de los miembros de esta república, les decimos ¡Quédate en casa!”.

Lo anterior porque, como él mismo lo ha reconocido, estamos a punto de entrar a la fase 3 caracterizada, principalmente, por el contagio comunitario masivo. Esa es la razón del aislamiento, sin embargo, el arranque contemplado para esta tercera etapa, emergido de los parámetros matemáticos coincidirá con la finalización de esta cuarentena a la que se ha convocado, poniendo, según los expertos en la materia, en una nueva condición de riesgo a la población.

Pues si las cifras continúan y llegamos al 70% de la población infectada en este tercer capítulo, estamos hablando de casi 90 millones de personas enfermas y si obtenemos ese cinco a diez por ciento de pacientes en estado crítico que sostuvo el Dr. López Gatell, hablamos de entre cinco a nueve millones de individuos graves.

Esta “coincidencia” de fechas que citamos anteriormente pudiera ser derivada del punto de equilibrio entre la cuestión económica y de salud, porque, así como no se puede esperar que se colapse el servicio médico público de México, tampoco se puede apostar todo a que se constriña la economía más allá de lo que puede soportar el aparato mexicano.

Por tanto, la pregunta que seguramente nos estamos haciendo la gran mayoría de los mexicanos es ¿Qué valoramos más, nuestra salud y la de los que amamos o el trabajo que nos permite llevarle comida a casa a nuestra familia?, las autoridades, por su parte, se estarán cuestionando ¿Cómo hacer para que la economía fluya, los trabajos se mantengan, los alimentos lleguen a los hogares y no se aumente el número de enfermos?

Sin duda, esta “última oportunidad” es un verdadero galimatías socioeconómico y sanitario del que no se aprecia una salida enteramente satisfactoria.

Y hasta aquí pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”.

Así se refirió, en la conferencia del fin de semana, el subsecretario de Salud, Dr. Hugo López Gatell, a la situación que impera en torno al avance del Covid – 19 y las medidas de control indicadas por el gobierno y acatadas por la sociedad en general. “Impostergable”, “imprescindible” y “masivo” fueron solo algunos de los adjetivos que el facultativo usó para denotar la magnitud de las actuales circunstancias a las que nos estamos enfrentando.

Lo que me llamó la atención es la urgencia con la que hizo el llamado, enfatizando cada una de las sílabas de las palabras anteriores, tal y como lo hacían los padres de antaño cuando la solución debía ser inmediata o, de lo contrario, nos estaríamos enfrentando a una reprimenda más severa, así que debíamos corregir nuestro proceder.

“Es la última oportunidad de hacerlo. ¡Y hacerlo ya!” Fue la frase concreta y literal que el burócrata utilizó, como él mismo lo señaló, fundamentado en procesos proyectivos científicos y matemáticos utilizados por el gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, unos; y otros, por el resto de las naciones que ya tienen un problema mayor por el contagio del coronavirus que, en casos como España e Italia, ha colapsado los servicios médicos.

La declaración hecha por López Gatell no debía sorprendernos tanto pues, si nos ponemos a reflexionar por un momento, el presidente López había hecho lo propio unas horas antes con un video difundido por sus redes sociales personales y por las oficiales del actual gobierno que encabeza el tabasqueño.

En dicho videoclip podemos ver y escuchar cómo el mandatario muestra y explica de manera sencilla unas gráficas de lo que pudiera ocurrir en caso de obviar las indicaciones y por otro lado, el escenario “controlado” que puede atender el sistema de salud pública mexicano con los recursos humano, técnico y de infraestructura que actualmente tiene.

En atención a lo escrito en el párrafo anterior, nos vemos obligados en detenernos y hacer la comparativa necesaria entre lo que dice ahora el representante del poder ejecutivo y lo que aseguraba en un video difundido con unos cuantos días de anterioridad en el que sostenía que las familias, si su condición económica lo permitía, debían salir a comer a los restaurantes de la localidad pues no se debía parar la economía. En poco tiempo, la perspectiva ha cambiado.

Y es que según las cifras mostradas por el Dr. López Gatell dan cuenta de casi un centenar de nuevos contagios por día, sumando a la fecha de la última declaración los setecientos cuarenta y ocho pacientes y más de dos mil seiscientos en situación de análisis por sospecha de contagio.

“No queremos llegar a las situaciones en las que están otros países, de lo contrario, no hay marcha atrás”. Fue otra de las frases que usó el burócrata para hacer énfasis del problema que tenemos en nuestras manos. Aunque el funcionario no quiso ser alarmista, considero que esta vez, sí lució angustiado y no es para menos, pues si el comportamiento del virus continúa, se llegará al escenario que no deseamos.

Lamentablemente, la problemática del Covid – 19 ha evidenciado algo que todos los mexicanos sabíamos y nos hacíamos de “ojos ciegos” pues no había una emergencia como esta y me refiero a dos cosas fundamentales. La primera de ellas de orden social y es la negación de la comunidad a mantenerse en un espacio confinado y, por otro lado, la endeble condición de la economía real de los sectores más desprotegidos que están obligados a trabajar para llevar el sustento a su hogar.

No todos los ciudadanos pueden hacer trabajo desde casa. Existen personas como los amigos albañiles, plomeros y de otros oficios que por la propia condición de su labor están obligados a desplazarse fuera de su hogar al iniciar el día para, posteriormente, volver a él cuando ha caído la tarde. La gran mayoría, por ser económicamente activos, no son considerados en los programas de apoyo o becas del gobierno del país, lo que, evidentemente, los obliga a trabajar.

De manera tajante y antes de empezar la sesión de preguntas y respuestas, el médico que ha actuado como vocero para el tema del coronavirus recalcó: “Es por eso por lo que, a todos y cada uno de los miembros de esta república, les decimos ¡Quédate en casa!”.

Lo anterior porque, como él mismo lo ha reconocido, estamos a punto de entrar a la fase 3 caracterizada, principalmente, por el contagio comunitario masivo. Esa es la razón del aislamiento, sin embargo, el arranque contemplado para esta tercera etapa, emergido de los parámetros matemáticos coincidirá con la finalización de esta cuarentena a la que se ha convocado, poniendo, según los expertos en la materia, en una nueva condición de riesgo a la población.

Pues si las cifras continúan y llegamos al 70% de la población infectada en este tercer capítulo, estamos hablando de casi 90 millones de personas enfermas y si obtenemos ese cinco a diez por ciento de pacientes en estado crítico que sostuvo el Dr. López Gatell, hablamos de entre cinco a nueve millones de individuos graves.

Esta “coincidencia” de fechas que citamos anteriormente pudiera ser derivada del punto de equilibrio entre la cuestión económica y de salud, porque, así como no se puede esperar que se colapse el servicio médico público de México, tampoco se puede apostar todo a que se constriña la economía más allá de lo que puede soportar el aparato mexicano.

Por tanto, la pregunta que seguramente nos estamos haciendo la gran mayoría de los mexicanos es ¿Qué valoramos más, nuestra salud y la de los que amamos o el trabajo que nos permite llevarle comida a casa a nuestra familia?, las autoridades, por su parte, se estarán cuestionando ¿Cómo hacer para que la economía fluya, los trabajos se mantengan, los alimentos lleguen a los hogares y no se aumente el número de enfermos?

Sin duda, esta “última oportunidad” es un verdadero galimatías socioeconómico y sanitario del que no se aprecia una salida enteramente satisfactoria.

Y hasta aquí pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”.