/ martes 6 de octubre de 2020

Cambiavía | Erotismo y libertad

Ángela Anaïs Juana Antolina Rosa Edelmira Nin y Culmell, mejor conocida como Anais Nin, encontró su pasión por la escritura a los once años de edad. Con una carrera que abarca varias décadas, logró lo que ninguna otra mujer pudo en aquella época. Nacida en una familia de artistas, traía consigo una creatividad inherente.

Anaïs escribió diarios, ensayos, cuentos; todas esas historias están impregnadas de un erotismo en el que no hay lugar para la inhibición; audaz y vehemente en su comportamiento supo sacar partido de sus propias experiencias. Los enredos amorosos creaban nuevos rumores y escándalos, eso no le importó, fiel a sus impulsos siguió escribiendo y creando obras cada vez de mayor importancia.

La obra más conocida, Delta de Venus, proyecta una habilidad de escritura liberal e intensa. Apegada a sus creencias, siempre se dejó llevar por sus instintos. Mantuvo varias relaciones amorosas con autores famosos sobre los que escribió en su diario; luego convertidos en personajes de sus libros eróticos. El romance más famoso fue el que mantuvo con el escritor surrealista Henry Miller.

Anaïs, nació en Francia el 21 de febrero de 1903. Fue hija de Joaquín Nin, compositor y de Rosa Culmell, cantante cubana. Tiempo después sus padres se divorciaron y ella se mudó con su madre y dos hermanos a los Estados Unidos. Estudió de manera formal hasta los dieciséis años, poco después abandonó la escuela, comenzó a modelar para artistas y como bailarina. Anaïs aprendió el idioma inglés, al que hablaba con mucha fluidez, al mismo tiempo que se aferró a sus raíces francesas.

A los veinte años de edad, Anaïs se enamoró y se casó con el banquero y cineasta experimental Hugh Parker Guiler, en cuba. Al año siguiente se trasladaron a París, lugar en el que comenzó a escribir a finales de la década de los veinte. Su primera obra la escribió en apenas 16 días, se tituló DH Lawrence: An Unprofessional Study. A mediados de la década de 1930 escribió varios diarios, en los que ponía de manifiesto intrépidas declaraciones de amor, conversaciones íntimas textuales entre ella y Henry Miller. En ese tiempo aprendió psicoanálisis bajo la guía de Otto Rank, un asistente de Sigmund Freud, con quien mantuvo una relación amorosa.

En 1939, ante el inminente inicio de la guerra, dejó París y se trasladó junto con Hugh a Nueva York. Fue en la década de 1940 cuando comenzó a escribir erotismo para un coleccionista que pagaba un dólar la página. En su diario menciona que Miller la acompañó en la escritura de estos libros. A los 44 años, cuando iba de camino a una fiesta, se cruzó en un elevador de Manhattan con el joven y carismático actor Rupert Pole; los dos se enamoraron de inmediato e iniciaron una vida juntos. Anaïs aún estaba casada con Guiler, quien no sabía nada de su romance con Pole, así que se casó en secreto en 1955. Cuenta la leyenda que Guiler no estaba enterado de esa alianza matrimonial o que sabiéndolo, optó por permanecer ajeno al romance de Anaïs. Así dio comienzo, según lo dijo ella misma, una vida llena de mentiras. En sus diarios escribe que, ese mundo de mentira la obligó a mantener dos talonarios de cheques, uno con la etiqueta “Anaïs Pole para Los Ángeles”, el otro “Anaïs Guiler para Nueva York”. Decía tantas mentiras que se vio obligada a mantener un registro de dónde dijo que, la mayor parte las anotó para que no se volvieran en su contra.

En 1966 dos eventos cambiaron su vida: El matrimonio con Pole fue anulado y se publicaron por primera vez los volúmenes de su diario. Ese fue el comienzo del reconocimiento como escritora. La gente comenzó a investigar las obras anteriores que había publicado, lo que le dio un gran impulso a su carrera. Los diez volúmenes de su diario titulado El diario de Anaïs Nin contienen algunas cartas íntimas que escribió a Miller, Edmund Wilson, Gore Vidal, Lawrence Durrell, James Leo Herlihy y James Agee; con todos ellos sostuvuvieron algún amorío. Los volúmenes de su diario fueron ampliamente reconocidos como una excelente obra literaria y fueron recibidos con mucho entusiasmo, lo mismo sucedería con sus novelas, las cuales fueron aclamadas por la crítica. Escribió el escandaloso Henry y June: From the Unexpurgated Diary of Anais Nin, en la que se muestra como bisexual, cuestión que luego refutó. En la novela, los relatos de su encuentro con June, quien era la esposa de Miller, reflejan un amor no consumado. El libro es una exploración de la lucha que vivió entre el amor por Hugh y su amante Miller.

En 1936 publicó Incesto, Diario amoroso, una novela corta de apenas 72 páginas, en donde narra vívidamente incidentes con su padre que resaltaban la relación física inapropiada que tenía con él. Cuando el libro apareció, su padre sufrió una gran impresión al pensar en la cantidad y el manierismo de su abuso físico que saldría a la luz. No obstante, Anaïs decidió no ser excesivamente expresiva en este libro; ocultó muchos incidentes traumatizantes y enmascaró las verdaderas intenciones de su padre. En el libro aparece un sueño que ella nombra “infierno”, un infierno del que quiere escapar, una pesadilla de la cual despertar pero eso, será imposible.

Anaïs participó activamente en los movimientos literarios más interesantes del siglo XX, incluidos los movimientos psicoanalistas y surrealistas, el movimiento Beat de los 50, en Greenwich Village, los feministas de los 70. Al morir, su exmarido Pole publicó varias de sus novelas, las cuales fueron bien recibidas por muchos autores, sobresalen: Delta de Venus (1977) y Little Birds (1979).

Murió en Los Ángeles en 1977 a la edad de 74 años, víctima de un cáncer con el que luchó casi tres años. Sus cenizas fueron esparcidas en la bahía de Santa Mónica, en Mermaid Cove. En honor a su obra literaria más polémica, Philip Kaufman dirigió la película “Henry y June”, en 1990, su personaje fue interpretado por la famosa María de Medeiros.

Glorificada como una de las escritoras más audaces del erotismo, con la capacidad de dibujar astutamente personajes tanto “masculinos” como “femeninos”, Anaïs Nin fue una de la pocas escritoras que se clasificó a sí misma como una escritora de literatura erótica. Sus aportaciones a ese género y a las luchas feministas, son hoy un referente obligado. Que viva Anaïs Nin.

Ángela Anaïs Juana Antolina Rosa Edelmira Nin y Culmell, mejor conocida como Anais Nin, encontró su pasión por la escritura a los once años de edad. Con una carrera que abarca varias décadas, logró lo que ninguna otra mujer pudo en aquella época. Nacida en una familia de artistas, traía consigo una creatividad inherente.

Anaïs escribió diarios, ensayos, cuentos; todas esas historias están impregnadas de un erotismo en el que no hay lugar para la inhibición; audaz y vehemente en su comportamiento supo sacar partido de sus propias experiencias. Los enredos amorosos creaban nuevos rumores y escándalos, eso no le importó, fiel a sus impulsos siguió escribiendo y creando obras cada vez de mayor importancia.

La obra más conocida, Delta de Venus, proyecta una habilidad de escritura liberal e intensa. Apegada a sus creencias, siempre se dejó llevar por sus instintos. Mantuvo varias relaciones amorosas con autores famosos sobre los que escribió en su diario; luego convertidos en personajes de sus libros eróticos. El romance más famoso fue el que mantuvo con el escritor surrealista Henry Miller.

Anaïs, nació en Francia el 21 de febrero de 1903. Fue hija de Joaquín Nin, compositor y de Rosa Culmell, cantante cubana. Tiempo después sus padres se divorciaron y ella se mudó con su madre y dos hermanos a los Estados Unidos. Estudió de manera formal hasta los dieciséis años, poco después abandonó la escuela, comenzó a modelar para artistas y como bailarina. Anaïs aprendió el idioma inglés, al que hablaba con mucha fluidez, al mismo tiempo que se aferró a sus raíces francesas.

A los veinte años de edad, Anaïs se enamoró y se casó con el banquero y cineasta experimental Hugh Parker Guiler, en cuba. Al año siguiente se trasladaron a París, lugar en el que comenzó a escribir a finales de la década de los veinte. Su primera obra la escribió en apenas 16 días, se tituló DH Lawrence: An Unprofessional Study. A mediados de la década de 1930 escribió varios diarios, en los que ponía de manifiesto intrépidas declaraciones de amor, conversaciones íntimas textuales entre ella y Henry Miller. En ese tiempo aprendió psicoanálisis bajo la guía de Otto Rank, un asistente de Sigmund Freud, con quien mantuvo una relación amorosa.

En 1939, ante el inminente inicio de la guerra, dejó París y se trasladó junto con Hugh a Nueva York. Fue en la década de 1940 cuando comenzó a escribir erotismo para un coleccionista que pagaba un dólar la página. En su diario menciona que Miller la acompañó en la escritura de estos libros. A los 44 años, cuando iba de camino a una fiesta, se cruzó en un elevador de Manhattan con el joven y carismático actor Rupert Pole; los dos se enamoraron de inmediato e iniciaron una vida juntos. Anaïs aún estaba casada con Guiler, quien no sabía nada de su romance con Pole, así que se casó en secreto en 1955. Cuenta la leyenda que Guiler no estaba enterado de esa alianza matrimonial o que sabiéndolo, optó por permanecer ajeno al romance de Anaïs. Así dio comienzo, según lo dijo ella misma, una vida llena de mentiras. En sus diarios escribe que, ese mundo de mentira la obligó a mantener dos talonarios de cheques, uno con la etiqueta “Anaïs Pole para Los Ángeles”, el otro “Anaïs Guiler para Nueva York”. Decía tantas mentiras que se vio obligada a mantener un registro de dónde dijo que, la mayor parte las anotó para que no se volvieran en su contra.

En 1966 dos eventos cambiaron su vida: El matrimonio con Pole fue anulado y se publicaron por primera vez los volúmenes de su diario. Ese fue el comienzo del reconocimiento como escritora. La gente comenzó a investigar las obras anteriores que había publicado, lo que le dio un gran impulso a su carrera. Los diez volúmenes de su diario titulado El diario de Anaïs Nin contienen algunas cartas íntimas que escribió a Miller, Edmund Wilson, Gore Vidal, Lawrence Durrell, James Leo Herlihy y James Agee; con todos ellos sostuvuvieron algún amorío. Los volúmenes de su diario fueron ampliamente reconocidos como una excelente obra literaria y fueron recibidos con mucho entusiasmo, lo mismo sucedería con sus novelas, las cuales fueron aclamadas por la crítica. Escribió el escandaloso Henry y June: From the Unexpurgated Diary of Anais Nin, en la que se muestra como bisexual, cuestión que luego refutó. En la novela, los relatos de su encuentro con June, quien era la esposa de Miller, reflejan un amor no consumado. El libro es una exploración de la lucha que vivió entre el amor por Hugh y su amante Miller.

En 1936 publicó Incesto, Diario amoroso, una novela corta de apenas 72 páginas, en donde narra vívidamente incidentes con su padre que resaltaban la relación física inapropiada que tenía con él. Cuando el libro apareció, su padre sufrió una gran impresión al pensar en la cantidad y el manierismo de su abuso físico que saldría a la luz. No obstante, Anaïs decidió no ser excesivamente expresiva en este libro; ocultó muchos incidentes traumatizantes y enmascaró las verdaderas intenciones de su padre. En el libro aparece un sueño que ella nombra “infierno”, un infierno del que quiere escapar, una pesadilla de la cual despertar pero eso, será imposible.

Anaïs participó activamente en los movimientos literarios más interesantes del siglo XX, incluidos los movimientos psicoanalistas y surrealistas, el movimiento Beat de los 50, en Greenwich Village, los feministas de los 70. Al morir, su exmarido Pole publicó varias de sus novelas, las cuales fueron bien recibidas por muchos autores, sobresalen: Delta de Venus (1977) y Little Birds (1979).

Murió en Los Ángeles en 1977 a la edad de 74 años, víctima de un cáncer con el que luchó casi tres años. Sus cenizas fueron esparcidas en la bahía de Santa Mónica, en Mermaid Cove. En honor a su obra literaria más polémica, Philip Kaufman dirigió la película “Henry y June”, en 1990, su personaje fue interpretado por la famosa María de Medeiros.

Glorificada como una de las escritoras más audaces del erotismo, con la capacidad de dibujar astutamente personajes tanto “masculinos” como “femeninos”, Anaïs Nin fue una de la pocas escritoras que se clasificó a sí misma como una escritora de literatura erótica. Sus aportaciones a ese género y a las luchas feministas, son hoy un referente obligado. Que viva Anaïs Nin.