/ martes 23 de junio de 2020

Cambiavía | Lectura y adolescencia

Tercera y última

Un tema interesante es el que se refiere a la relación con los padres y figuras que representan autoridad. El crecimiento por el que atraviesan nuestros adolescentes generalmente los conduce a un distanciamiento, a la soledad, a constantes enfrentamientos con los mayores; cuestionan la organización escolar, los modelos que se les impone desde la niñez. En este momento requieren identificarse con los adultos que puedan aclarar sus inquietudes y aspiraciones.

Estos adultos debieran estar más cerca en el ánimo de los jóvenes. En ese sentido, la literatura conocida como “clásica” les ofrece modelos cuya realidad es terriblemente distante del presente en el que están vigentes los conflictos estudiantiles, las luchas del feminismo, la equidad de género, la diversidad sexual, el sobrecalentamiento del planeta, los conflictos bélicos en Vietnam, Siria o Israel. ¿Cómo comprender esos hechos? Ante la mirada del adolescente esas situaciones aparecen desordenadamente. Intenta construir una lógica que le permita comprenderlos, conocer sus causas, orientarse en el tiempo. ¿Qué lecturas le ofrece la escuela que se relacionen con esos temas? Hasta donde se conoce, ninguna. Entonces, el estudiante concluye que las lecturas que se refieren a este presente “son peligrosas”.

¿Qué debieran considerar la familia y la escuela para ofrecer una propuesta de lectura?

En primer lugar habría que tener en cuenta la comprensión de los niveles lingüísticos; es decir, que los jóvenes tengan la oportunidad de acercarse a una obra literaria que contenga un vocabulario accesible y una trama que despierte su interés por leerla. Si ponemos por caso “El Cantar de Mío Cid”, observamos que la versión que se conoce está escrita en español antiguo, una lectura harto difícil de seguir y que más que entusiasmo, posiblemente causará desánimo. La comprensión lectora no se consigue obligando a los estudiantes a leer bajo la amenaza de reprobarlos, a memorizar significados de palabras difíciles o a redactar oraciones con ese vocabulario para memorizarlas.

En segundo lugar, es indispensable respetar los intereses de los jóvenes. Los grandes cambios físicos y emocionales, el crecimiento del cuerpo, el cambio de voz, sus experiencias vitales e intelectuales varían de un instante a otro.

Es imperativo respetar sus gustos e intereses. Basta con recordar cuál es nuestro comportamiento cuando vamos a comprar un libro: ¿En qué pensamos? ¿Qué nos motiva a comprar ese y no aquél? Recordemos que es mentira que uno selecciona el libro; es el libro quien nos encuentra. Generalmente un libro será leído si los personajes y las situaciones de la obra literaria encuentran eco en las preocupaciones vitales del lector posible. La tarea fundamental de la literatura es entretener y aportar valores estéticos.

Leer no está de moda. Leer es una actividad que se le valora poco en la sociedad y que los adolescentes ven como un asunto “de los mayores” o de gante rara e introvertida, por eso muchos de ellos reniegan de la lectura y los que sí leen, prefieren mantenerlo en privado.

Sabemos que en la escuela existen buenas propuestas literarias, pero se trata de libros que valora bien alguien que ya es un lector literario consagrado (el maestro), alguien que entiende la literatura, que siente ese poder de atracción por la lectura y cuyos alumnos no sienten.

Para revertir eso, es indispensable que, en principio, cada alumno decida qué libro leer. Al escoger ellos mismos, su compromiso de lectura es más fuerte y se incrementan las posibilidades de que desarrollen ese gusto por la lectura, pues habrán encontrado un tema que les interesa verdaderamente.

Hay muchos jóvenes con capacidades y competencias lectoras asombrosas que, además, conviven perfectamente con el uso de tecnologías. Por último, según la estadística, la mayoría de los jóvenes que se han formado como lectores, fue debido a que sus padres les leían cuentos en la infancia.A los jóvenes sí les gusta leer, sólo es cuestión de saber elegir el libro para seducirlos y acercarlos a uno de los mejores placeres de la vida.

Tercera y última

Un tema interesante es el que se refiere a la relación con los padres y figuras que representan autoridad. El crecimiento por el que atraviesan nuestros adolescentes generalmente los conduce a un distanciamiento, a la soledad, a constantes enfrentamientos con los mayores; cuestionan la organización escolar, los modelos que se les impone desde la niñez. En este momento requieren identificarse con los adultos que puedan aclarar sus inquietudes y aspiraciones.

Estos adultos debieran estar más cerca en el ánimo de los jóvenes. En ese sentido, la literatura conocida como “clásica” les ofrece modelos cuya realidad es terriblemente distante del presente en el que están vigentes los conflictos estudiantiles, las luchas del feminismo, la equidad de género, la diversidad sexual, el sobrecalentamiento del planeta, los conflictos bélicos en Vietnam, Siria o Israel. ¿Cómo comprender esos hechos? Ante la mirada del adolescente esas situaciones aparecen desordenadamente. Intenta construir una lógica que le permita comprenderlos, conocer sus causas, orientarse en el tiempo. ¿Qué lecturas le ofrece la escuela que se relacionen con esos temas? Hasta donde se conoce, ninguna. Entonces, el estudiante concluye que las lecturas que se refieren a este presente “son peligrosas”.

¿Qué debieran considerar la familia y la escuela para ofrecer una propuesta de lectura?

En primer lugar habría que tener en cuenta la comprensión de los niveles lingüísticos; es decir, que los jóvenes tengan la oportunidad de acercarse a una obra literaria que contenga un vocabulario accesible y una trama que despierte su interés por leerla. Si ponemos por caso “El Cantar de Mío Cid”, observamos que la versión que se conoce está escrita en español antiguo, una lectura harto difícil de seguir y que más que entusiasmo, posiblemente causará desánimo. La comprensión lectora no se consigue obligando a los estudiantes a leer bajo la amenaza de reprobarlos, a memorizar significados de palabras difíciles o a redactar oraciones con ese vocabulario para memorizarlas.

En segundo lugar, es indispensable respetar los intereses de los jóvenes. Los grandes cambios físicos y emocionales, el crecimiento del cuerpo, el cambio de voz, sus experiencias vitales e intelectuales varían de un instante a otro.

Es imperativo respetar sus gustos e intereses. Basta con recordar cuál es nuestro comportamiento cuando vamos a comprar un libro: ¿En qué pensamos? ¿Qué nos motiva a comprar ese y no aquél? Recordemos que es mentira que uno selecciona el libro; es el libro quien nos encuentra. Generalmente un libro será leído si los personajes y las situaciones de la obra literaria encuentran eco en las preocupaciones vitales del lector posible. La tarea fundamental de la literatura es entretener y aportar valores estéticos.

Leer no está de moda. Leer es una actividad que se le valora poco en la sociedad y que los adolescentes ven como un asunto “de los mayores” o de gante rara e introvertida, por eso muchos de ellos reniegan de la lectura y los que sí leen, prefieren mantenerlo en privado.

Sabemos que en la escuela existen buenas propuestas literarias, pero se trata de libros que valora bien alguien que ya es un lector literario consagrado (el maestro), alguien que entiende la literatura, que siente ese poder de atracción por la lectura y cuyos alumnos no sienten.

Para revertir eso, es indispensable que, en principio, cada alumno decida qué libro leer. Al escoger ellos mismos, su compromiso de lectura es más fuerte y se incrementan las posibilidades de que desarrollen ese gusto por la lectura, pues habrán encontrado un tema que les interesa verdaderamente.

Hay muchos jóvenes con capacidades y competencias lectoras asombrosas que, además, conviven perfectamente con el uso de tecnologías. Por último, según la estadística, la mayoría de los jóvenes que se han formado como lectores, fue debido a que sus padres les leían cuentos en la infancia.A los jóvenes sí les gusta leer, sólo es cuestión de saber elegir el libro para seducirlos y acercarlos a uno de los mejores placeres de la vida.