/ martes 8 de junio de 2021

Cambiavía | No al matrimonio infantil

De acuerdo con la información presentada por la UNICEF, en 2019, en todo el mundo alrededor de un 21% de mujeres adolescentes se han casado antes de cumplir la mayoría de edad; 650 millones de niñas y mujeres que viven en el mundo se casaron siendo niñas; 12 millones de niñas menores de 18 años se casan cada año. La prevalencia del matrimonio infantil se presenta en África subsahariana, en donde un 37% de las niñas se han casado durante su infancia: en Nigeria el 76%, en República Centroafricana, el 68%, y en Chad el 67%.

Pero no todo está perdido, mire usted: en la última década se han evitado 25 millones de matrimonios infantiles, según información proporcionada por la UNICEF, la mayor disminución en la prevalencia del matrimonio infantil se ha registrado en Asia meridional, en donde se ha logrado reducir de un 50% a un 30%.

El matrimonio suele llevarse a cabo cuando apenas cumplen entre 8 y 12 años de edad, eso reduce drásticamente sus oportunidades de tener educación, una vida saludable y desarrollar sus potencialidades al máximo. Esta práctica, desgraciadamente, perpetúa la pobreza extrema, no solamente para las novias infantiles, sino que sus consecuencias alcanzan a la familia y a toda la comunidad. El matrimonio infantil incrementa la mortalidad materna y la mortalidad infantil. Así mismo, se incrementan los factores de riesgo para la salud en niñas que procrean hijos a temprana edad. Las niñas menores de 15 años que se embarazaron tiene cinco veces más probabilidades de que su producto no se logre, en comparación con las mujeres que dan a luz cuando tiene 20 años o más.

El matrimonio infantil afecta drásticamente las oportunidades de obtener educación. En algunos de los países más pobres, las niñas que son preparadas para casarse no asisten a la escuela. Y aquellas que se atreven a desafiar esa instrucción, frecuentemente son forzadas a abandonar sus estudios después de que se ha consumado el matrimonio.

Finalmente, un dato que por su lógica debiera ser suficiente motivo para que se tomaran medidas internacionales para abatir esa vergonzosa situación: La prevalencia del matrimonio infantil se relaciona directamente con los niveles de pobreza. Las niñas que son forzadas a contraer matrimonio provienen de una familia de escasos recursos económicos y una vez que se ha casado continuarán viviendo en la pobreza extrema. En algunos países, los matrimonios infantiles que se llevan a cabo en las poblaciones más pobres, ocurren cinco veces más que entre las poblaciones con mayor nivel económico.

Las causas. Podemos encontrar que el matrimonio infantil es producto de varias condiciones, basadas, sobre todo en cuestiones de índole social, cultural, económicas y religiosas. En la mayoría de los casos se presenta una mezcla de esos factores que conducen a contraer matrimonio cuando aún no se han cumplido los quince años de edad y, en todos los casos, sin el consentimiento de la niña.

La pobreza. Las familias de escasos recursos venden a sus niñas para saldar deudas o para hacerse de algún dinero y tratar de escapar del ciclo de pobreza que han padecido durante muchos años. Como ya se ha dicho, el matrimonio infantil alienta la pobreza, más que mejorar las condiciones de vida de la familia y de la comunidad. Por otra parte, las niñas que son obligadas a casarse no tendrán una educación apropiada y difícilmente podrán encontrar un empleo formal.

Otra causa, un tanto difícil de entender, es cuando la familia las obliga a casarse para “proteger” su sexualidad. En ciertas culturas, obligar a una niña a casarse obedece a que, “protegiendo” la sexualidad de la niña, se conserva el honor de la familia, pues al casarla siendo una niña se aseguran que la entregan “virgen” al matrimonio. Al imponer el honor de la familia sobre los derechos individuales de una niña, en esencia, se roban su honor y dignidad, y por otro lado, devalúan la escasa credibilidad del honor de la familia y dejan en entredicho la presunta protección que le querían proporcionar a la niña; a fin de cuentas, no es más que un ejercicio de poder y control.

La discriminación de género. El matrimonio infantil es producto de culturas caracterizadas por la devaluación de mujeres y niñas y de la discriminación. De acuerdo con la UNICEF, en su reporte “La discriminación”, expresa que ésta frecuentemente se manifiesta en la violencia doméstica, la violación por parte del esposo, el chantaje mediante el control de los alimentos, la imposibilidad de acceso a la información, educación, cuidado de la salud y todos los demás que impiden que acceda a un mejor nivel de vida.

Leyes inadecuadas. Muchos países como Pakistán tienen leyes que están en contra del matrimonio infantil. En cambio en Afganistán se acaba de aprobar una ley familiar en la que se incluye el permiso para que se pueda llevar a cabo el matrimonio infantil.

Trata de blancas. Muchas familias se ven en la necesidad de vender a sus niñas, no solamente para el matrimonio, en muchas ocasiones para que ejerzan la prostitución, acto que a las familias les proporciona un ingreso económico, con el que intentarán mejorar su nivel de vida.

Desgraciadamente la mayoría de los derechos ciudadanos, por increíble que parezca, no consignan una prohibición literal al matrimonio infantil; sin embargo, existe la “Convención de los derechos de los niños” en la que se establecen ciertos derechos que pueden contribuir a eliminar esa práctica que atenta contra la vida de las niñas.

Hagamos conciencia, comparte y ayuda a UNICEF a eliminar el matrimonio infantil.

#NoAlMatrimonioInfantil

Besitos a las niñas azules, a las mariposas amarillas y a mi Gaviota cuya libertad de vuelo es práctica cotidiana para preservar el amor.

De acuerdo con la información presentada por la UNICEF, en 2019, en todo el mundo alrededor de un 21% de mujeres adolescentes se han casado antes de cumplir la mayoría de edad; 650 millones de niñas y mujeres que viven en el mundo se casaron siendo niñas; 12 millones de niñas menores de 18 años se casan cada año. La prevalencia del matrimonio infantil se presenta en África subsahariana, en donde un 37% de las niñas se han casado durante su infancia: en Nigeria el 76%, en República Centroafricana, el 68%, y en Chad el 67%.

Pero no todo está perdido, mire usted: en la última década se han evitado 25 millones de matrimonios infantiles, según información proporcionada por la UNICEF, la mayor disminución en la prevalencia del matrimonio infantil se ha registrado en Asia meridional, en donde se ha logrado reducir de un 50% a un 30%.

El matrimonio suele llevarse a cabo cuando apenas cumplen entre 8 y 12 años de edad, eso reduce drásticamente sus oportunidades de tener educación, una vida saludable y desarrollar sus potencialidades al máximo. Esta práctica, desgraciadamente, perpetúa la pobreza extrema, no solamente para las novias infantiles, sino que sus consecuencias alcanzan a la familia y a toda la comunidad. El matrimonio infantil incrementa la mortalidad materna y la mortalidad infantil. Así mismo, se incrementan los factores de riesgo para la salud en niñas que procrean hijos a temprana edad. Las niñas menores de 15 años que se embarazaron tiene cinco veces más probabilidades de que su producto no se logre, en comparación con las mujeres que dan a luz cuando tiene 20 años o más.

El matrimonio infantil afecta drásticamente las oportunidades de obtener educación. En algunos de los países más pobres, las niñas que son preparadas para casarse no asisten a la escuela. Y aquellas que se atreven a desafiar esa instrucción, frecuentemente son forzadas a abandonar sus estudios después de que se ha consumado el matrimonio.

Finalmente, un dato que por su lógica debiera ser suficiente motivo para que se tomaran medidas internacionales para abatir esa vergonzosa situación: La prevalencia del matrimonio infantil se relaciona directamente con los niveles de pobreza. Las niñas que son forzadas a contraer matrimonio provienen de una familia de escasos recursos económicos y una vez que se ha casado continuarán viviendo en la pobreza extrema. En algunos países, los matrimonios infantiles que se llevan a cabo en las poblaciones más pobres, ocurren cinco veces más que entre las poblaciones con mayor nivel económico.

Las causas. Podemos encontrar que el matrimonio infantil es producto de varias condiciones, basadas, sobre todo en cuestiones de índole social, cultural, económicas y religiosas. En la mayoría de los casos se presenta una mezcla de esos factores que conducen a contraer matrimonio cuando aún no se han cumplido los quince años de edad y, en todos los casos, sin el consentimiento de la niña.

La pobreza. Las familias de escasos recursos venden a sus niñas para saldar deudas o para hacerse de algún dinero y tratar de escapar del ciclo de pobreza que han padecido durante muchos años. Como ya se ha dicho, el matrimonio infantil alienta la pobreza, más que mejorar las condiciones de vida de la familia y de la comunidad. Por otra parte, las niñas que son obligadas a casarse no tendrán una educación apropiada y difícilmente podrán encontrar un empleo formal.

Otra causa, un tanto difícil de entender, es cuando la familia las obliga a casarse para “proteger” su sexualidad. En ciertas culturas, obligar a una niña a casarse obedece a que, “protegiendo” la sexualidad de la niña, se conserva el honor de la familia, pues al casarla siendo una niña se aseguran que la entregan “virgen” al matrimonio. Al imponer el honor de la familia sobre los derechos individuales de una niña, en esencia, se roban su honor y dignidad, y por otro lado, devalúan la escasa credibilidad del honor de la familia y dejan en entredicho la presunta protección que le querían proporcionar a la niña; a fin de cuentas, no es más que un ejercicio de poder y control.

La discriminación de género. El matrimonio infantil es producto de culturas caracterizadas por la devaluación de mujeres y niñas y de la discriminación. De acuerdo con la UNICEF, en su reporte “La discriminación”, expresa que ésta frecuentemente se manifiesta en la violencia doméstica, la violación por parte del esposo, el chantaje mediante el control de los alimentos, la imposibilidad de acceso a la información, educación, cuidado de la salud y todos los demás que impiden que acceda a un mejor nivel de vida.

Leyes inadecuadas. Muchos países como Pakistán tienen leyes que están en contra del matrimonio infantil. En cambio en Afganistán se acaba de aprobar una ley familiar en la que se incluye el permiso para que se pueda llevar a cabo el matrimonio infantil.

Trata de blancas. Muchas familias se ven en la necesidad de vender a sus niñas, no solamente para el matrimonio, en muchas ocasiones para que ejerzan la prostitución, acto que a las familias les proporciona un ingreso económico, con el que intentarán mejorar su nivel de vida.

Desgraciadamente la mayoría de los derechos ciudadanos, por increíble que parezca, no consignan una prohibición literal al matrimonio infantil; sin embargo, existe la “Convención de los derechos de los niños” en la que se establecen ciertos derechos que pueden contribuir a eliminar esa práctica que atenta contra la vida de las niñas.

Hagamos conciencia, comparte y ayuda a UNICEF a eliminar el matrimonio infantil.

#NoAlMatrimonioInfantil

Besitos a las niñas azules, a las mariposas amarillas y a mi Gaviota cuya libertad de vuelo es práctica cotidiana para preservar el amor.