/ miércoles 2 de octubre de 2019

Carta sin sobre

Sr. Diego Fernández de Cevallos:

Las amistades peligrosas destruyen. Y finalmente su alianza con el Partido Accion Nacional (PAN), de filiacion conservadora, y el partido Revolucionario Institucional (PRI), resultó autodestructiva para el blanquiazul. Remembremos, una mayoría priista y panista en el Congreso liderado por usted le dio al entonces presidente Carlos Salinas de Gortari el poder de modificar sustancialmente la Constitución. A cambio de esto, el PAN pasó de ser tercera a segunda fuerza politica en el país, y en poco tiempo ganó espacios y avanzó. Esta alianza con el partido conservador le permitió a CSG, durante su gestión, “eliminar mecanismos y crear riqueza”, solo que esta riqueza se concentró en unos cuantos y dañó sin remedio a la planta productiva nacional, incluido el campo. Quienes se opusieron a la perestroika salinista (sin Glasnost), recibieron “mano dura” por replica.

Sr. Diego Fernández, “jefe Diego”, los experimentos sociales a los que nos expuso el PRIAN, del cual usted es promotor, produjo una desaceleración económica sin democracia. En lo social, se produjo el ensanchamiento de la brecha existente entre ricos y pobres, lo que ocasionó un clima de violencia jamás visto, acompañado del desempleo y la migración indocumentada hacia Estados Unidos. Este “coctel social y económico”, unido a la progresiva devaluacion del peso frente a otras monedas, entre ellas el dólar, desencadenó la intranquilidad y una disminución del poder de compra de grandes sectores de la población, en contraste a las declaraciones públicas oficiales y la petición de más sacrificios económicos con cada nuevo sexenio.

Sr. Diego Fernandez, en este país donde nada se olvida, nada se perdona, excepto, que convenga políticamente olvidar…o perdonar, tarea en la que usted sobresalió con insistencia digna de mejor causa, su denuedo habitual ya no tiene el mismo efecto. Sus frecuentes apariciones públicas en este sexenio, con desplantes de abogado bizantino, solo lo reconfirman como el paladín de “los rencores no satisfechos” y “las revanchas personales”, al grado de nublar su entendimiento, como todo indica.

Sr. Diego Fernández de Cevallos:

Las amistades peligrosas destruyen. Y finalmente su alianza con el Partido Accion Nacional (PAN), de filiacion conservadora, y el partido Revolucionario Institucional (PRI), resultó autodestructiva para el blanquiazul. Remembremos, una mayoría priista y panista en el Congreso liderado por usted le dio al entonces presidente Carlos Salinas de Gortari el poder de modificar sustancialmente la Constitución. A cambio de esto, el PAN pasó de ser tercera a segunda fuerza politica en el país, y en poco tiempo ganó espacios y avanzó. Esta alianza con el partido conservador le permitió a CSG, durante su gestión, “eliminar mecanismos y crear riqueza”, solo que esta riqueza se concentró en unos cuantos y dañó sin remedio a la planta productiva nacional, incluido el campo. Quienes se opusieron a la perestroika salinista (sin Glasnost), recibieron “mano dura” por replica.

Sr. Diego Fernández, “jefe Diego”, los experimentos sociales a los que nos expuso el PRIAN, del cual usted es promotor, produjo una desaceleración económica sin democracia. En lo social, se produjo el ensanchamiento de la brecha existente entre ricos y pobres, lo que ocasionó un clima de violencia jamás visto, acompañado del desempleo y la migración indocumentada hacia Estados Unidos. Este “coctel social y económico”, unido a la progresiva devaluacion del peso frente a otras monedas, entre ellas el dólar, desencadenó la intranquilidad y una disminución del poder de compra de grandes sectores de la población, en contraste a las declaraciones públicas oficiales y la petición de más sacrificios económicos con cada nuevo sexenio.

Sr. Diego Fernandez, en este país donde nada se olvida, nada se perdona, excepto, que convenga políticamente olvidar…o perdonar, tarea en la que usted sobresalió con insistencia digna de mejor causa, su denuedo habitual ya no tiene el mismo efecto. Sus frecuentes apariciones públicas en este sexenio, con desplantes de abogado bizantino, solo lo reconfirman como el paladín de “los rencores no satisfechos” y “las revanchas personales”, al grado de nublar su entendimiento, como todo indica.