/ lunes 14 de diciembre de 2020

Claroscuro | Fortalecidos

LO CLARO. La ciencia guarda un especial lugar de reconocimiento para aquellos que son formadores y educadores.

Y quizá hoy como nunca antes, la ciencia médica lleva mayor preminencia sobre sus pares.

La Universidad Autónoma de Tamaulipas reconoce y distingue al Dr. Rómulo Almaraz Aguirre como Decano en su Facultad de Medicina.

Un distintivo especial a quien es reconocido por los colegios médicos de su comunidad y su trayectoria de impulso al cuidado de la Salud en este Estado.

LO CLAROSCURO. Japón, postrimerías del siglo XV. Un comandante del ejército nipón de nombre Ashikaga Yoshimasa envía a China un preciado tazón de porcelana de su colección que había sido quebrado, a que los artesanos de aquellos lares le reparasen.

A la "vuelta de correo" recibe el militar su tazón reparado con unas grapas de metal que a aquél le parecían horrendas.

De nueva cuenta es sometido a tratamiento riguroso por los artífices chinos y encuentran una técnica que, a la postre, se transformaría en un arte.

Los artesanos mezclaron metales preciosos (oro, plata y platino) fundidos con material arcilloso y resinas para "unir" las piezas rotas. El resultado daba un aspecto elegante y bello a las heridas sufridas por el recipiente.

A esta técnica se le conoce hasta hoy como Kintsugi “reparación con oro”.

Y su filosofía comparada con la vida, es que al objeto lo vuelve más hermoso y con mayor vida tras haber sufrido el trastorno al que fue sometido por el quebranto. Un objeto más bello que el original.

Los hombres de ciencia y medicina de hoy dan un nombre específico a esta emancipación del hombre: la resiliencia, que en psicología es la adaptabilidad del ser humano a las circunstancias traumáticas de la vida, como la pérdida física de un ser querido.

En el pasado, el mismo biólogo y estudioso de la vida Carlos Darwin también daba su punto de vista al respecto, con la teoría de la evolución de las especies. Donde la capacidad de adaptarse daba la posibilidad de sobrevivir; en este caso al ser humano.

La pandemia es fuente inagotable de oportunidades para emerger como seres más fuertes y formados tras la debacle que trastornó y detuvo por breves instantes –en comparación al tiempo del universo- y derivó en la catarsis económica y de innumerables muertes por causa del Covid-19.

Quienes logren superar esta dura prueba mostrarán orgullosos la amalgama de oro y platino que cubre las heridas a que sometió el destino a la humanidad entera.

Hombres de negocios, sin negocio. Familias enteras con seres queridos fallecidos. Gobiernos destrozados moral y económicamente a causa de la insuficiencia de recursos médicos, humanos y físicos para dar un resultado más eficaz contra el invisible enemigo.

No serán costuras discretas las que muestren al mundo aquellos que resulten sobrevivientes de la pandemia; más bien serán suturas de oro que expresen que lograron emerger y dar una segunda oportunidad a la humanidad.

COLOFÓN: Saldremos fortalecidos… no hay duda. Solo que algunos ocuparemos mucho más oro que otros. Las ollas ya venían desvencijadas desde antes de la pandemia.

  • alejandrodeanda@hotmail.com
  • @deandaalejandro

LO CLARO. La ciencia guarda un especial lugar de reconocimiento para aquellos que son formadores y educadores.

Y quizá hoy como nunca antes, la ciencia médica lleva mayor preminencia sobre sus pares.

La Universidad Autónoma de Tamaulipas reconoce y distingue al Dr. Rómulo Almaraz Aguirre como Decano en su Facultad de Medicina.

Un distintivo especial a quien es reconocido por los colegios médicos de su comunidad y su trayectoria de impulso al cuidado de la Salud en este Estado.

LO CLAROSCURO. Japón, postrimerías del siglo XV. Un comandante del ejército nipón de nombre Ashikaga Yoshimasa envía a China un preciado tazón de porcelana de su colección que había sido quebrado, a que los artesanos de aquellos lares le reparasen.

A la "vuelta de correo" recibe el militar su tazón reparado con unas grapas de metal que a aquél le parecían horrendas.

De nueva cuenta es sometido a tratamiento riguroso por los artífices chinos y encuentran una técnica que, a la postre, se transformaría en un arte.

Los artesanos mezclaron metales preciosos (oro, plata y platino) fundidos con material arcilloso y resinas para "unir" las piezas rotas. El resultado daba un aspecto elegante y bello a las heridas sufridas por el recipiente.

A esta técnica se le conoce hasta hoy como Kintsugi “reparación con oro”.

Y su filosofía comparada con la vida, es que al objeto lo vuelve más hermoso y con mayor vida tras haber sufrido el trastorno al que fue sometido por el quebranto. Un objeto más bello que el original.

Los hombres de ciencia y medicina de hoy dan un nombre específico a esta emancipación del hombre: la resiliencia, que en psicología es la adaptabilidad del ser humano a las circunstancias traumáticas de la vida, como la pérdida física de un ser querido.

En el pasado, el mismo biólogo y estudioso de la vida Carlos Darwin también daba su punto de vista al respecto, con la teoría de la evolución de las especies. Donde la capacidad de adaptarse daba la posibilidad de sobrevivir; en este caso al ser humano.

La pandemia es fuente inagotable de oportunidades para emerger como seres más fuertes y formados tras la debacle que trastornó y detuvo por breves instantes –en comparación al tiempo del universo- y derivó en la catarsis económica y de innumerables muertes por causa del Covid-19.

Quienes logren superar esta dura prueba mostrarán orgullosos la amalgama de oro y platino que cubre las heridas a que sometió el destino a la humanidad entera.

Hombres de negocios, sin negocio. Familias enteras con seres queridos fallecidos. Gobiernos destrozados moral y económicamente a causa de la insuficiencia de recursos médicos, humanos y físicos para dar un resultado más eficaz contra el invisible enemigo.

No serán costuras discretas las que muestren al mundo aquellos que resulten sobrevivientes de la pandemia; más bien serán suturas de oro que expresen que lograron emerger y dar una segunda oportunidad a la humanidad.

COLOFÓN: Saldremos fortalecidos… no hay duda. Solo que algunos ocuparemos mucho más oro que otros. Las ollas ya venían desvencijadas desde antes de la pandemia.

  • alejandrodeanda@hotmail.com
  • @deandaalejandro