/ lunes 7 de junio de 2021

Claroscuro | Observados

LO CLARO. Con tantas medidas precautorias, tantas bajas causadas por el enemigo diminuto y mortal que ha sido por más de un año el Covid-19, comenzamos a ver signos positivos que nos alientan en esta batalla desigual

Esfuerzos plausibles de quienes gobiernan (vacunación y cuidados), hacen que la educación sea uno de los primeros renglones en recuperar su estatus de desarrollo.

El nivel universitario se declara dispuesto a esa evolución paulatina, asintiendo con los alcances salubristas para comenzar con las clases presenciales.

La Universidad Autónoma de Tamaulipas así lo manifiesta, con la puesta en marcha de su temporada de verano para los niveles de clase presencial que aplique.

Una cantidad considerable de alumnado ya se alista con optimismo para comenzar este primer encuentro de vuelta a la normalidad.

LO MUY OSCURO. Sí…

Sí es muy posible que detrás de los ataques que recibe la administración federal, existan en muchas ocasiones intereses particulares.

Que desestiman o hacen ver que la crítica que debe ejercer la sociedad hacia sus gobiernos, cae en descrédito en primera instancia.

Sí, también es verdad que quizá los 38 mil 444 millones de pesos que adeuda CEMEX en impuestos a las arcas federales, 15 mil de TELMEX, 7 mil 500 de SORIANA, 5 mil 200 de Wal-Mart, 1 mil 868 de Bachoco, 1 mil 531 de SEARS, 712 de Grupo LAMOSA, 254 de Azteca sean razones suficientes para tener en contra a gran parte del empresariado que antes recibía condonaciones extraordinarias de aquellos funcionarios otrora coludidos.

Los 214 mil 665 millones de pesos que registra ‘condonados’ el SAT de parte del empresariado mexicano, hace dudosa la postura de desconfianza hacia esta sociedad civil por las acciones de gobierno.

Sin embargo, es imprescindible –a pesar de estos hechos- el contrapeso de la voz de la sociedad en la aplicabilidad de las políticas públicas y por supuesto, del ejercicio del gasto público.

Basados en esta premisa recientemente se rompieron esquemas arcaicos. La rendición de cuentas fue el eje central en la titularidad de los poderes que rigen a este país.

Los hechos mal explicados en temas de corrupción inmobiliaria al más alto nivel (Casa Blanca), dieron por consecuencia la exigencia de medidas obligatorias para los gobernantes, a partir del ejercicio de Peña Nieto.

La 3 de 3 para funcionarios públicos y la mira puesta en el incremento patrimonial de los familiares y red de amigos de los que detentan el poder, se convirtió en el mejor instrumento del que la sociedad hoy dispone.

Por esa razón y buscando la objetividad e independencia de la sociedad para exigir –no pedir- rendición de cuentas claras a los gobernantes, organismos como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad MCCI tiene razón de existir.

E igual que cualquier organización ciudadana, su forma de financiamiento observada –con la obviedad de su nombre- es transparente y fiscalizable.

Por esa causa resulta inexplicable el enojo de las autoridades (comenzando por el mandatario nacional) que desestiman de entrada el esfuerzo de tales organismos cuya finalidad primaria es ser un facilitador para clarificar y ‘blindar’ el ejercicio público de los recursos emanados de los impuestos.

Es decir. El escrutinio del gasto público que ausculta MCCI, su balance respecto a cada señalamiento que hacen del actuar gubernativo, es sustentado con pruebas que cada vez más inhiben las malas prácticas en los gobiernos.

Debería entonces ser aplaudido este instrumento por los gobernantes. De cualquier color.

¿Su fuente de financiamiento?, es sabido que la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional USAID –organismo internacional- apoya precisamente el fiscalizar cuantas públicas y el ejercicio y transparencia de la democracia en los países aliados.

Joe Biden recientemente declaró que incrementará el apoyo de su administración a esos organismos con mayores recursos (58 mil 500 millones de dólares) para que sean garantes de los valores democráticos y ahuyente el autoritarismo. El apoyo del presidente norteamericano, es total.

Si en MCCI existen personajes que ‘le caigan mal’ a los auditados –como Claudio X. González- no sería causa suficiente para desestimar el resultado de un instituto ciudadano que persigue un fin común. La claridad.

Antes mejor, si a las corrientes ciudadanas existentes interesadas en contar con mejores gobiernos se suma más sociedad civil, el resultado inmediato será un gobierno ejemplar que ya no ocupe de observadores para que lleve a cabo su trabajo.

Total, buscamos claridad, transparencia y que los recursos lleguen a quienes menos tienen… No hay nada que ocultar.

COLOFÓN. Claro ejemplo de participación ciudadana, son los comicios democráticos que permitirán la conformación de un nuevo Congreso de la Unión que será tan plural, como lo fue el voto recientemente emitido. Somos una sociedad participativa… que nadie dude de su sociedad.

alejandrodeanda@hotmail.com

@deandaalejandro

LO CLARO. Con tantas medidas precautorias, tantas bajas causadas por el enemigo diminuto y mortal que ha sido por más de un año el Covid-19, comenzamos a ver signos positivos que nos alientan en esta batalla desigual

Esfuerzos plausibles de quienes gobiernan (vacunación y cuidados), hacen que la educación sea uno de los primeros renglones en recuperar su estatus de desarrollo.

El nivel universitario se declara dispuesto a esa evolución paulatina, asintiendo con los alcances salubristas para comenzar con las clases presenciales.

La Universidad Autónoma de Tamaulipas así lo manifiesta, con la puesta en marcha de su temporada de verano para los niveles de clase presencial que aplique.

Una cantidad considerable de alumnado ya se alista con optimismo para comenzar este primer encuentro de vuelta a la normalidad.

LO MUY OSCURO. Sí…

Sí es muy posible que detrás de los ataques que recibe la administración federal, existan en muchas ocasiones intereses particulares.

Que desestiman o hacen ver que la crítica que debe ejercer la sociedad hacia sus gobiernos, cae en descrédito en primera instancia.

Sí, también es verdad que quizá los 38 mil 444 millones de pesos que adeuda CEMEX en impuestos a las arcas federales, 15 mil de TELMEX, 7 mil 500 de SORIANA, 5 mil 200 de Wal-Mart, 1 mil 868 de Bachoco, 1 mil 531 de SEARS, 712 de Grupo LAMOSA, 254 de Azteca sean razones suficientes para tener en contra a gran parte del empresariado que antes recibía condonaciones extraordinarias de aquellos funcionarios otrora coludidos.

Los 214 mil 665 millones de pesos que registra ‘condonados’ el SAT de parte del empresariado mexicano, hace dudosa la postura de desconfianza hacia esta sociedad civil por las acciones de gobierno.

Sin embargo, es imprescindible –a pesar de estos hechos- el contrapeso de la voz de la sociedad en la aplicabilidad de las políticas públicas y por supuesto, del ejercicio del gasto público.

Basados en esta premisa recientemente se rompieron esquemas arcaicos. La rendición de cuentas fue el eje central en la titularidad de los poderes que rigen a este país.

Los hechos mal explicados en temas de corrupción inmobiliaria al más alto nivel (Casa Blanca), dieron por consecuencia la exigencia de medidas obligatorias para los gobernantes, a partir del ejercicio de Peña Nieto.

La 3 de 3 para funcionarios públicos y la mira puesta en el incremento patrimonial de los familiares y red de amigos de los que detentan el poder, se convirtió en el mejor instrumento del que la sociedad hoy dispone.

Por esa razón y buscando la objetividad e independencia de la sociedad para exigir –no pedir- rendición de cuentas claras a los gobernantes, organismos como Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad MCCI tiene razón de existir.

E igual que cualquier organización ciudadana, su forma de financiamiento observada –con la obviedad de su nombre- es transparente y fiscalizable.

Por esa causa resulta inexplicable el enojo de las autoridades (comenzando por el mandatario nacional) que desestiman de entrada el esfuerzo de tales organismos cuya finalidad primaria es ser un facilitador para clarificar y ‘blindar’ el ejercicio público de los recursos emanados de los impuestos.

Es decir. El escrutinio del gasto público que ausculta MCCI, su balance respecto a cada señalamiento que hacen del actuar gubernativo, es sustentado con pruebas que cada vez más inhiben las malas prácticas en los gobiernos.

Debería entonces ser aplaudido este instrumento por los gobernantes. De cualquier color.

¿Su fuente de financiamiento?, es sabido que la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional USAID –organismo internacional- apoya precisamente el fiscalizar cuantas públicas y el ejercicio y transparencia de la democracia en los países aliados.

Joe Biden recientemente declaró que incrementará el apoyo de su administración a esos organismos con mayores recursos (58 mil 500 millones de dólares) para que sean garantes de los valores democráticos y ahuyente el autoritarismo. El apoyo del presidente norteamericano, es total.

Si en MCCI existen personajes que ‘le caigan mal’ a los auditados –como Claudio X. González- no sería causa suficiente para desestimar el resultado de un instituto ciudadano que persigue un fin común. La claridad.

Antes mejor, si a las corrientes ciudadanas existentes interesadas en contar con mejores gobiernos se suma más sociedad civil, el resultado inmediato será un gobierno ejemplar que ya no ocupe de observadores para que lleve a cabo su trabajo.

Total, buscamos claridad, transparencia y que los recursos lleguen a quienes menos tienen… No hay nada que ocultar.

COLOFÓN. Claro ejemplo de participación ciudadana, son los comicios democráticos que permitirán la conformación de un nuevo Congreso de la Unión que será tan plural, como lo fue el voto recientemente emitido. Somos una sociedad participativa… que nadie dude de su sociedad.

alejandrodeanda@hotmail.com

@deandaalejandro