No me dejarán mentir que quienes no creen en su totalidad en la Navidad, o no conocen el significado de la Navidad, sí reconocen la trascendencia de 2018 años celebrando el nacimiento de un niño llamado Jesús
Quienes sí creemos en Dios, sabemos que solo él pudo hacerse hombre, trascender y dejar huella en estos 2018 años.
No es casualidad que nació hace 2018 años y haya dejado huella.
No es casualidad que cada año, el día 25 de diciembre festejemos el nacimiento de un niñito llamado Jesús.
Su ejemplo arrasó generación tras generación.
En el aniversario por el natalicio de la persona más importante en la historia, es ideal pensar y reflexionar las muestras de amor y tener muy en claro los siguientes cuestionamientos, ¿por qué nació Jesús?, ¿por qué en un pesebre?, ¿por qué María y José?, esto nos da un claro ejemplo de humildad, sencillez y fe y, sobre todo, nos recuerda el origen de todo: el núcleo familiar.
La Navidad nos muestra de nuevo a la familia como primicia, con los niños, por una parte, que asumen un papel protagónico en la reunión de hijos y nietos, primos y sobrinos, siempre bulliciosos e inquietos, y por otra, con los mayores, los abuelos y los tíos, con sus canas y recuerdos, unos y otros necesitados de cuidado y afecto.
Debemos tener presente también que la Navidad tiene su origen en una pequeña y humilde familia, esa que formaron un sencillo carpintero de Nazaret, en Galilea, y su esposa, la mujer a quien un ángel sorprendió con el anuncio del misterio de la encarnación, que fue escogida para traer el Mesías al mundo, y es ejemplo maravilloso de fe y confianza en Dios. Y en ese hogar, el de José y María, nació Jesús, el Niño Dios.
La llegada de la Navidad transpira un ambiente que nos lleva a revivir el espíritu de la paz en su concepto más profundo entre los hombres, y por extensión entre los pueblos de la Tierra, y con la esperanza y los deseos porque los conflictos existentes en muchas latitudes y en nuestro entorno se encaminen a la reconciliación.
El concepto de la Navidad nos llama a ser solidarios. Tengamos presentes a los que carecen de lo mínimo para vivir con dignidad y hasta para sobrevivir como seres humanos.
A nombre de este Jaibo de Corazón y de mi familia les deseo:
Que nunca falte un sueño por el que luchar, un proyecto que realizar, algo que aprender, un lugar a dónde ir y alguien a quien querer.
Celebremos la Navidad en unión familiar, rescatando nuestros mejores valores, inculcando a los nuestros el respeto, el amor por los demás y por nuestra tierra.
Es la percepción de un Jaibo de Corazón.
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