/ miércoles 16 de junio de 2021

Con café y a media luz | Campanas al vuelo

Ayer por la mañana, en una de sus ya tradicionales conferencias matutinas, el presidente Andrés Manuel López Obrador manifestó su sentir en torno al problema que ha vivido México en el marco de la pandemia ocasionada por el virus SARS-CoV-2 y los estragos que ha dejado en nuestra nación a lo largo de ya casi año y medio desde que se detectó el primer caso en febrero de 2020.

En una postura declarada ante los representantes de los medios de comunicación, el mandatario mexicano dividió su discurso en tres grandes áreas: En la primera de ellas reconoció el papel del Dr. Hugo López-Gatell quien, de manera ininterrumpida, realizó conferencias vespertinas diarias para dar a conocer los pormenores que se vivieron día con día respecto a la estrategia con la que se enfrentó el avance de este mal en nuestro país.

Posteriormente, fiel a su costumbre, el hombre originario de Macuspana señaló que “tuvimos que levantar del suelo el sistema de salud que nos dejaron”, al referirse a la forma en que se reconvirtieron los hospitales y los medios con los que se atendió a la población hasta el momento que llegaron las vacunas en enero de este año y empezó la aplicación a los diversos sectores que conforman la sociedad mexicana.

Después, el presidente López Obrador mostró a los allí presentes unas tablas en las que se basó para afirmar que México, actualmente, ocupa el lugar número 19 de una lista de los 30 países con un mayor número de personas fallecidas a causa del mal Covid-19. Hecho que, insistió, “nos duele y los recordaremos siempre”.

Antes de concluir la participación, el jefe del Estado mexicano recalcó que, a lo largo de toda esta travesía sanitaria, él y la 4T han sido víctimas de majaderías, insultos y descréditos a causa de la metodología aplicada para frenar los contagios, rehabilitar a los enfermos e inocular a toda la población. No obstante, recalcó que se sentía orgulloso porque, de no haber actuado, hubiese incrementado exponencialmente el número de fenecidos.

Después de escucharlo atentamente, me asaltaron cuatro o cinco preguntas que, sin perseguir intentona malsana, le comparto a usted, gentil amigo lector, en los siguientes renglones que construyen la entrega que este día pongo a su amable juicio y dispensa.

En primer lugar, ¿Cómo es que se puede presumir la táctica planteada por la Secretaría de Salud? Ya que el tabasqueño no puede dejar de lado o echar al olvido, que la estrategia se definió de manera tardía. Primero, a causa del mismo representante del Poder Ejecutivo que durante la etapa inicial recalcó que todo continuaría igual; invitaba a la población a salir y abrazarse e, incluso, se atrevió a sostener que “esta pandemia nos cayó como anillo al dedo para consolidar la Cuarta Transformación del país”.

Hasta este momento, con casi 300 mil personas muertas “oficialmente” por Covid y un número parecido no reconocido por las autoridades, hay un buen número de familias mexicanas que aún continúan dolidas por esta aseveración que, salvo su mejor opinión, fue la más desafortunada en toda la pandemia.

A este tenor –el de la estrategia tardía– hay que sumarle los dichos inconsistentes del facultativo en torno al impacto del virus en el organismo humano, el uso del cubrebocas que “sirve para lo que sirve y no sirve para lo que no sirve”, así como el asegurar que no eran necesarios los hospitales especializados y que el escenario más catastrófico al que pudiéramos llegar sería el de los 60 mil muertos.

Conforme avanzaron los meses, el especialista tuvo que contradecirse tanto en hechos como en palabras. Reconoció que el virus era potencialmente mortal, recomendó el uso del cubrebocas, se lanzó un programa de hospitales especializados y -con mucho- se superó el escenario catastrófico.

Después, me sorprendió que haya afirmado que se “levantó del suelo el sistema de salud”. Si usted ha ido a cualquiera de los hospitales públicos de la zona podrá haber testimoniado que la diferencia entre lo que se tenía y lo que hay actualmente, no es mucha. Vemos a médicos, enfermeras y camilleros haciendo esfuerzos sobrehumanos por atender a una población enferma, con las mismas carencias que tenían en sexenios pasados. ¿En dónde está el sistema hospitalario europeo que se tendría para el segundo año de gobierno?

Cuando el ejecutivo recalcó que ocupamos el lugar 19 de 30 en cuanto a fallecidos se refiere, me sorprendió el dato pues, en reiteradas ocasiones, organizaciones mundiales de salud e institutos universitarios de investigación médica de prestigio internacional han coincidido en colocar a nuestra nación en el cuarto lugar. Inmediatamente después, recibí la aclaración cuando el Presidente recalcó que el dato mostrado estaba tasado en razón de cada millón de habitantes de las naciones que integran el listado, por tanto, la perspectiva cambia.

Y, por último, ante el hecho de que el titular del Poder Ejecutivo lamentara las condenas por la labor realizada, me pregunté ¿Cuántos de los reclamos fueron insultos infundados por el mero rencor político y cuántas fueron demandas legítimas de una población que veía morir hermanos, padres, esposos y amigos? Me queda claro que las inconformidades han estado ocurriendo durante toda la pandemia, pero no por eso el mandatario está en condiciones de desestimar las exigencias de la ciudadanía.

Por último, la actitud de relación y los dichos de los funcionarios de ayer me hacen pensar que consideran que vamos saliendo de este mal, espero que así sea y que no seamos testigos de un rebrote lamentable, aunque, para ser honestos, en Tamaulipas -curiosamente después de las campañas- el hospital del Seguro Social ha reportado un incremento de enfermos, estos ¿Cómo serán contabilizados?, ¿Quién nos informará?, ¿Cómo nos enteraremos?

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”.

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.

Ayer por la mañana, en una de sus ya tradicionales conferencias matutinas, el presidente Andrés Manuel López Obrador manifestó su sentir en torno al problema que ha vivido México en el marco de la pandemia ocasionada por el virus SARS-CoV-2 y los estragos que ha dejado en nuestra nación a lo largo de ya casi año y medio desde que se detectó el primer caso en febrero de 2020.

En una postura declarada ante los representantes de los medios de comunicación, el mandatario mexicano dividió su discurso en tres grandes áreas: En la primera de ellas reconoció el papel del Dr. Hugo López-Gatell quien, de manera ininterrumpida, realizó conferencias vespertinas diarias para dar a conocer los pormenores que se vivieron día con día respecto a la estrategia con la que se enfrentó el avance de este mal en nuestro país.

Posteriormente, fiel a su costumbre, el hombre originario de Macuspana señaló que “tuvimos que levantar del suelo el sistema de salud que nos dejaron”, al referirse a la forma en que se reconvirtieron los hospitales y los medios con los que se atendió a la población hasta el momento que llegaron las vacunas en enero de este año y empezó la aplicación a los diversos sectores que conforman la sociedad mexicana.

Después, el presidente López Obrador mostró a los allí presentes unas tablas en las que se basó para afirmar que México, actualmente, ocupa el lugar número 19 de una lista de los 30 países con un mayor número de personas fallecidas a causa del mal Covid-19. Hecho que, insistió, “nos duele y los recordaremos siempre”.

Antes de concluir la participación, el jefe del Estado mexicano recalcó que, a lo largo de toda esta travesía sanitaria, él y la 4T han sido víctimas de majaderías, insultos y descréditos a causa de la metodología aplicada para frenar los contagios, rehabilitar a los enfermos e inocular a toda la población. No obstante, recalcó que se sentía orgulloso porque, de no haber actuado, hubiese incrementado exponencialmente el número de fenecidos.

Después de escucharlo atentamente, me asaltaron cuatro o cinco preguntas que, sin perseguir intentona malsana, le comparto a usted, gentil amigo lector, en los siguientes renglones que construyen la entrega que este día pongo a su amable juicio y dispensa.

En primer lugar, ¿Cómo es que se puede presumir la táctica planteada por la Secretaría de Salud? Ya que el tabasqueño no puede dejar de lado o echar al olvido, que la estrategia se definió de manera tardía. Primero, a causa del mismo representante del Poder Ejecutivo que durante la etapa inicial recalcó que todo continuaría igual; invitaba a la población a salir y abrazarse e, incluso, se atrevió a sostener que “esta pandemia nos cayó como anillo al dedo para consolidar la Cuarta Transformación del país”.

Hasta este momento, con casi 300 mil personas muertas “oficialmente” por Covid y un número parecido no reconocido por las autoridades, hay un buen número de familias mexicanas que aún continúan dolidas por esta aseveración que, salvo su mejor opinión, fue la más desafortunada en toda la pandemia.

A este tenor –el de la estrategia tardía– hay que sumarle los dichos inconsistentes del facultativo en torno al impacto del virus en el organismo humano, el uso del cubrebocas que “sirve para lo que sirve y no sirve para lo que no sirve”, así como el asegurar que no eran necesarios los hospitales especializados y que el escenario más catastrófico al que pudiéramos llegar sería el de los 60 mil muertos.

Conforme avanzaron los meses, el especialista tuvo que contradecirse tanto en hechos como en palabras. Reconoció que el virus era potencialmente mortal, recomendó el uso del cubrebocas, se lanzó un programa de hospitales especializados y -con mucho- se superó el escenario catastrófico.

Después, me sorprendió que haya afirmado que se “levantó del suelo el sistema de salud”. Si usted ha ido a cualquiera de los hospitales públicos de la zona podrá haber testimoniado que la diferencia entre lo que se tenía y lo que hay actualmente, no es mucha. Vemos a médicos, enfermeras y camilleros haciendo esfuerzos sobrehumanos por atender a una población enferma, con las mismas carencias que tenían en sexenios pasados. ¿En dónde está el sistema hospitalario europeo que se tendría para el segundo año de gobierno?

Cuando el ejecutivo recalcó que ocupamos el lugar 19 de 30 en cuanto a fallecidos se refiere, me sorprendió el dato pues, en reiteradas ocasiones, organizaciones mundiales de salud e institutos universitarios de investigación médica de prestigio internacional han coincidido en colocar a nuestra nación en el cuarto lugar. Inmediatamente después, recibí la aclaración cuando el Presidente recalcó que el dato mostrado estaba tasado en razón de cada millón de habitantes de las naciones que integran el listado, por tanto, la perspectiva cambia.

Y, por último, ante el hecho de que el titular del Poder Ejecutivo lamentara las condenas por la labor realizada, me pregunté ¿Cuántos de los reclamos fueron insultos infundados por el mero rencor político y cuántas fueron demandas legítimas de una población que veía morir hermanos, padres, esposos y amigos? Me queda claro que las inconformidades han estado ocurriendo durante toda la pandemia, pero no por eso el mandatario está en condiciones de desestimar las exigencias de la ciudadanía.

Por último, la actitud de relación y los dichos de los funcionarios de ayer me hacen pensar que consideran que vamos saliendo de este mal, espero que así sea y que no seamos testigos de un rebrote lamentable, aunque, para ser honestos, en Tamaulipas -curiosamente después de las campañas- el hospital del Seguro Social ha reportado un incremento de enfermos, estos ¿Cómo serán contabilizados?, ¿Quién nos informará?, ¿Cómo nos enteraremos?

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”.

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.