/ miércoles 14 de octubre de 2020

Con café y a media luz | Comentario a su consideración

Cuando algunos lectores se han tomado la molestia de escribirme, trato de responder los mensajes que me hacen llegar. Algunos de ellos, construidos sobre posturas sociológicas, jurídicas, económicas y filosóficas bien fundamentadas que atesoro como lecciones de alto nivel que me hacen llegar de manera gratuita por la confianza que han tenido para con su servidor. Otros escritos, por el contrario, se limitan a la discusión ofensiva y a la argumentación vacía que se manifiesta en diferentes niveles y a través de interpretaciones individualistas amparadas en la experiencia de vida del lector en turno.

En ambos casos, el redactor de este espacio ha buscado que la discrecionalidad de la plática privada sea el común denominador para que no se rompa o se vea vulnerada esa confianza de la que platicábamos en el párrafo que escribí con anterioridad.

Hoy, de manera parcial, romperé ese paradigma de discreción o secrecía, pues el correo electrónico que me escribió una joven nos debe llamar a la reflexión. Antes de compartirla me permito hacerle tres comentarios. El primero de ellos es que no haré público el nombre del remitente; el segundo es que solo pondré a su consideración una parte del mensaje y el último es que le suplico que no se tome la entrega a un rumor malsano.

Como usted recordará, el pasado lunes puse a su consideración una columna que se tituló “De cambios, consolidaciones y aberraciones” en la que platicábamos, entre otras cosas, acerca de la conducta de la mayoría de los jóvenes en el marco de la pandemia y cómo evadían la realidad y las responsabilidades propias de sus actividades escolares y en el hogar.

Pues bien, derivado de esa entrega, me hicieron llegar un escrito del que rescato los siguientes renglones y que me permití corregir para respetar la ortografía y la sintaxis gramatical, pero cuidando no transformar la esencia y la intención.

“… No tienes idea de lo que representan seis meses de encierro. Sin ver a mis amigas. Sin ir al cine o al antro. La cantidad de tarea que me encargan en la escuela como si los maestros no tuvieran quehacer y, a parte, tener que aguantar los gritos de mi mamá todos los días para que me ponga a hacer no sé qué, porque no hay dinero. Como si yo tuviera la culpa…”

La opinión sobre este argumento la dejo a su consideración y la comparto porque debemos preocuparnos como sociedad en ser corresponsables de evitar que esta perspectiva se permee en el resto de los jóvenes por un refrán fundamental: “Para muestra, basta un botón”, ya que ellos, son el futuro de México.

Y como deseamos que la columna de hoy no sea una pérdida de tiempo ni un abuso de espacio. Le propongo que platiquemos de una buena noticia.

Ayer, el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, firmó el convenio de colaboración y compromiso de compra, con laboratorios productores de los diversos tipos de vacunas contra el Covid-19 y así, adquirir, en suma, más de cien millones de dosis que serán distribuidas de forma equitativa entre la población mexicana, con lo que se pudiera hablar de términos como “inmunidad universal”.

Después de ocho meses de haber empezado esta travesía ocasionada por la propagación del virus SARS-CoV-2 y con una sumatoria lamentable de más de 800 mil enfermos y 83 mil víctimas mortales en un escenario que nadie deseó, se dio el anuncio en la conferencia matutina que encabeza el mandatario desde el salón Tesorería de Palacio Nacional.

Cabe hacer mención que, un día antes, un representante de la prensa centroamericana le preguntó al ejecutivo mexicano sobre la posibilidad de donar al Gobierno de otra nación de esa parte del continente, una cantidad importante de estos antivirales. A lo que el tabasqueño le recordó la gestión hecha por México ante la Organización Mundial de la Salud para que el medicamento sea distribuido en todo el orbe de manera gratuita.

Se resalta el hecho del acercamiento del Gobierno mexicano con varias farmacéuticas las cuales, con diferentes técnicas, han obtenido varios tipos de vacunas, gracias a esta estrategia de participación múltiple es que se habla de la aplicación a toda la población.

Según lo dicho por el secretario de Salud, Jorge Alcocer, el primer lote que consta de 35 millones de unidades empezará a distribuirse entre médicos y enfermeras de los distintos nosocomios entre los meses de diciembre de 2020 y enero de 2021, de esta manera se permitirá que el resto de la ciudadanía pueda seguir siendo atendida por personal de Salud de manera segura para ambas partes. En tanto que, para el resto de los mexicanos, la aplicación será de marzo a agosto del año entrante.

El canciller Marcelo Ebrard, por su parte, declaró que gracias a esta firma y al acceso al mecanismo “Covax”, México está a la par con Estados Unidos y la Unión Europea.

Considero, salvo su mejor opinión, que hoy, por primera vez en toda la historia del llamado “año muerto” se empieza a ver evidencia sólida e irrefutable de que estamos por escribir el epílogo del capítulo titulado “El Covid-19 en México”

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.

Cuando algunos lectores se han tomado la molestia de escribirme, trato de responder los mensajes que me hacen llegar. Algunos de ellos, construidos sobre posturas sociológicas, jurídicas, económicas y filosóficas bien fundamentadas que atesoro como lecciones de alto nivel que me hacen llegar de manera gratuita por la confianza que han tenido para con su servidor. Otros escritos, por el contrario, se limitan a la discusión ofensiva y a la argumentación vacía que se manifiesta en diferentes niveles y a través de interpretaciones individualistas amparadas en la experiencia de vida del lector en turno.

En ambos casos, el redactor de este espacio ha buscado que la discrecionalidad de la plática privada sea el común denominador para que no se rompa o se vea vulnerada esa confianza de la que platicábamos en el párrafo que escribí con anterioridad.

Hoy, de manera parcial, romperé ese paradigma de discreción o secrecía, pues el correo electrónico que me escribió una joven nos debe llamar a la reflexión. Antes de compartirla me permito hacerle tres comentarios. El primero de ellos es que no haré público el nombre del remitente; el segundo es que solo pondré a su consideración una parte del mensaje y el último es que le suplico que no se tome la entrega a un rumor malsano.

Como usted recordará, el pasado lunes puse a su consideración una columna que se tituló “De cambios, consolidaciones y aberraciones” en la que platicábamos, entre otras cosas, acerca de la conducta de la mayoría de los jóvenes en el marco de la pandemia y cómo evadían la realidad y las responsabilidades propias de sus actividades escolares y en el hogar.

Pues bien, derivado de esa entrega, me hicieron llegar un escrito del que rescato los siguientes renglones y que me permití corregir para respetar la ortografía y la sintaxis gramatical, pero cuidando no transformar la esencia y la intención.

“… No tienes idea de lo que representan seis meses de encierro. Sin ver a mis amigas. Sin ir al cine o al antro. La cantidad de tarea que me encargan en la escuela como si los maestros no tuvieran quehacer y, a parte, tener que aguantar los gritos de mi mamá todos los días para que me ponga a hacer no sé qué, porque no hay dinero. Como si yo tuviera la culpa…”

La opinión sobre este argumento la dejo a su consideración y la comparto porque debemos preocuparnos como sociedad en ser corresponsables de evitar que esta perspectiva se permee en el resto de los jóvenes por un refrán fundamental: “Para muestra, basta un botón”, ya que ellos, son el futuro de México.

Y como deseamos que la columna de hoy no sea una pérdida de tiempo ni un abuso de espacio. Le propongo que platiquemos de una buena noticia.

Ayer, el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Andrés Manuel López Obrador, firmó el convenio de colaboración y compromiso de compra, con laboratorios productores de los diversos tipos de vacunas contra el Covid-19 y así, adquirir, en suma, más de cien millones de dosis que serán distribuidas de forma equitativa entre la población mexicana, con lo que se pudiera hablar de términos como “inmunidad universal”.

Después de ocho meses de haber empezado esta travesía ocasionada por la propagación del virus SARS-CoV-2 y con una sumatoria lamentable de más de 800 mil enfermos y 83 mil víctimas mortales en un escenario que nadie deseó, se dio el anuncio en la conferencia matutina que encabeza el mandatario desde el salón Tesorería de Palacio Nacional.

Cabe hacer mención que, un día antes, un representante de la prensa centroamericana le preguntó al ejecutivo mexicano sobre la posibilidad de donar al Gobierno de otra nación de esa parte del continente, una cantidad importante de estos antivirales. A lo que el tabasqueño le recordó la gestión hecha por México ante la Organización Mundial de la Salud para que el medicamento sea distribuido en todo el orbe de manera gratuita.

Se resalta el hecho del acercamiento del Gobierno mexicano con varias farmacéuticas las cuales, con diferentes técnicas, han obtenido varios tipos de vacunas, gracias a esta estrategia de participación múltiple es que se habla de la aplicación a toda la población.

Según lo dicho por el secretario de Salud, Jorge Alcocer, el primer lote que consta de 35 millones de unidades empezará a distribuirse entre médicos y enfermeras de los distintos nosocomios entre los meses de diciembre de 2020 y enero de 2021, de esta manera se permitirá que el resto de la ciudadanía pueda seguir siendo atendida por personal de Salud de manera segura para ambas partes. En tanto que, para el resto de los mexicanos, la aplicación será de marzo a agosto del año entrante.

El canciller Marcelo Ebrard, por su parte, declaró que gracias a esta firma y al acceso al mecanismo “Covax”, México está a la par con Estados Unidos y la Unión Europea.

Considero, salvo su mejor opinión, que hoy, por primera vez en toda la historia del llamado “año muerto” se empieza a ver evidencia sólida e irrefutable de que estamos por escribir el epílogo del capítulo titulado “El Covid-19 en México”

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.