/ lunes 30 de agosto de 2021

Con café y a media luz | De cara al tercero

De cara al tercer informe de gobierno que deberá realizar en dos días el presidente Andrés Manuel López Obrador, el mandatario ha sido testigo y protagonista de dos detalles que dan muestra de un fenómeno que no fue permeado –como muchos otros– por la buena voluntad que tiene de gobernar con un eslogan de honestidad y lucha contra la corrupción.

El primero de ellos ha sido el constante cambio de figuras del primer círculo de poder del mandatario, aquellos que se presumía como incondicionales y que, de la noche a la mañana, han decidido decir adiós al concepto de gobierno al que muchos ya le llaman “el lopezobradorato”. Ocurrió con las secretarías de Hacienda, de Comunicaciones y Transportes; con la dirección del Indep y del IMSS y, algo que para muchos fue un indicativo de que las cosas no están bien fue el regreso al Senado de quien fuera la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.

Al interior de las filas de Morena y de los partidos satelitales se oye insistente la versión de que la dama decidió retirarse de sana manera del puesto encomendado, por algunas discrepancias con el mandatario en torno a ciertos conceptos del orden jurídico. Aseguran que no es la primera ocasión en que la señora al no estar de acuerdo con lo que ocurre en una entidad para la que está prestando sus servicios, decide –sabiamente– alejarse de los problemas y los desacuerdos.

El segundo detalle que también sería un indicativo parcial de una realidad negada es la manifestación de los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación que impidieron que el titular del Ejecutivo realizara desde aquella entidad su acostumbrada conferencia “mañanera”.

Curiosamente y como un detalle colocado “al calce” quien salió como “bateador emergente” fue el gobernador Rutilio Escandón para decir que el presidente López no llegaba a la palestra por estar dialogando con los “profesores” –sí, lo puse entre comillas– porque esa era la característica fundamental de esta administración: “Todo por la fuerza de la razón”. Mientras que, desde la camioneta, el mandatario se parapetaba al interior de la unidad negándose a dialogar y exigiendo, a través de las redes sociales, que primero se le dejara pasar y “ya luego vemos si hablamos”. Como dirían en la colonia. “Entonces, ¿en qué quedamos?”

Debemos recordar que este organismo sindical que opera principalmente en los estados de Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas y que, por sus manejos, tienen, literalmente, desde hace muchos años secuestrado al quehacer educativo a costa de obtener prebendas y beneficios tan absurdos como el llamado “bono de lástima”, respaldó la campaña del ahora jefe del Estado mexicano a cambio de la promesa de derogar “la reforma educativa” que llevaba a los maestros al campo de la preparación y evaluación continuas. Algo que en definitiva no le pareció a quien está acostumbrado a no trabajar.

Dicho bloqueo es, en parte, consecuencia de las promesas del mandatario, pues en lugar de haber llamado al orden a los profesores con o sin reforma educativa, les “solapó la chiflazón” y terminaron por darle la espalda al grito de “¡Mentira, mentira; es la misma porquería!” por la decisión de volver a clases presenciales en el trance del tercer pico de la pandemia. Sabemos que los miembros de la CNTE no regresarán y, la mayoría, tampoco brindará servicio virtual pues en aquellos lares el acceso a las TIC lo tienen muy pocas personas.

Otro detalle que salió a relucir en la postura del presidente López fue el característico cambio de papeles y de ser el reclamado por la población, se convirtió en el reclamante y aseguró que él fue el que estuvo en plantón para recordar aquellos días en los que se apostó en el Monumento a la Revolución o cuando realizó las marchas de Tabasco a la Ciudad de México.

En resumen. Cuando el hombre originario de Macuspana llegó al poder con su centenar de promesas por cumplir se topó con una serie de obstáculos que han construido la realidad nacional desde varios sexenios atrás y, hoy, son motivo de severos cuestionamientos, no obstante que, en su última rendición de cuentas de carácter extraoficial, aseguró que solo bastaban dos de esos compromisos por cumplir. Aunque, para ser precisos, en los primeros tres años de la administración encabezada por el tabasqueño, según cifras oficiales, el 90% de dichos compromisos no se han concluido, algunos están a la mitad de concretarse y otros, apenas y han empezado.

Asimismo y tras el abandono de varios colaboradores del proyecto administrativo, la aparente traición de otros, la cuestionada estrategia de lucha contra la pandemia que hasta el momento ha superado el cuarto de millón de mexicanos muertos, aunque el INEGI señala que puede ser poco más del doble, 52% de mexicanos carentes de acceso a programas de servicio y seguridad social, un aumento en los últimos años en la cifra de desempleo y una economía detenida por todo lo anterior, se le debe sumar, ahora, la tercera manifestación en contra del ejecutivo por un sector de la población, pues a esta se deben sumar las de Sinaloa y Jalisco.

Por tanto, se espera que en el tercer informe de gobierno -y con los otros datos- el presidente López hable de la refinería, del tren, del aeropuerto, del gas “Bienestar”, de los tianguis del mismo nombre, presuma el programa “Sembrando vida” que ya fue cuestionado por algunos beneficiarios al igual que el de “Construyendo el futuro” y asegure que ya no hay corrupción porque “Ya no llueve arriba para que gotee abajo”.

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista, “El tiempo apremia y el espacio se agota”.

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.

De cara al tercer informe de gobierno que deberá realizar en dos días el presidente Andrés Manuel López Obrador, el mandatario ha sido testigo y protagonista de dos detalles que dan muestra de un fenómeno que no fue permeado –como muchos otros– por la buena voluntad que tiene de gobernar con un eslogan de honestidad y lucha contra la corrupción.

El primero de ellos ha sido el constante cambio de figuras del primer círculo de poder del mandatario, aquellos que se presumía como incondicionales y que, de la noche a la mañana, han decidido decir adiós al concepto de gobierno al que muchos ya le llaman “el lopezobradorato”. Ocurrió con las secretarías de Hacienda, de Comunicaciones y Transportes; con la dirección del Indep y del IMSS y, algo que para muchos fue un indicativo de que las cosas no están bien fue el regreso al Senado de quien fuera la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.

Al interior de las filas de Morena y de los partidos satelitales se oye insistente la versión de que la dama decidió retirarse de sana manera del puesto encomendado, por algunas discrepancias con el mandatario en torno a ciertos conceptos del orden jurídico. Aseguran que no es la primera ocasión en que la señora al no estar de acuerdo con lo que ocurre en una entidad para la que está prestando sus servicios, decide –sabiamente– alejarse de los problemas y los desacuerdos.

El segundo detalle que también sería un indicativo parcial de una realidad negada es la manifestación de los maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación que impidieron que el titular del Ejecutivo realizara desde aquella entidad su acostumbrada conferencia “mañanera”.

Curiosamente y como un detalle colocado “al calce” quien salió como “bateador emergente” fue el gobernador Rutilio Escandón para decir que el presidente López no llegaba a la palestra por estar dialogando con los “profesores” –sí, lo puse entre comillas– porque esa era la característica fundamental de esta administración: “Todo por la fuerza de la razón”. Mientras que, desde la camioneta, el mandatario se parapetaba al interior de la unidad negándose a dialogar y exigiendo, a través de las redes sociales, que primero se le dejara pasar y “ya luego vemos si hablamos”. Como dirían en la colonia. “Entonces, ¿en qué quedamos?”

Debemos recordar que este organismo sindical que opera principalmente en los estados de Oaxaca, Guerrero, Michoacán y Chiapas y que, por sus manejos, tienen, literalmente, desde hace muchos años secuestrado al quehacer educativo a costa de obtener prebendas y beneficios tan absurdos como el llamado “bono de lástima”, respaldó la campaña del ahora jefe del Estado mexicano a cambio de la promesa de derogar “la reforma educativa” que llevaba a los maestros al campo de la preparación y evaluación continuas. Algo que en definitiva no le pareció a quien está acostumbrado a no trabajar.

Dicho bloqueo es, en parte, consecuencia de las promesas del mandatario, pues en lugar de haber llamado al orden a los profesores con o sin reforma educativa, les “solapó la chiflazón” y terminaron por darle la espalda al grito de “¡Mentira, mentira; es la misma porquería!” por la decisión de volver a clases presenciales en el trance del tercer pico de la pandemia. Sabemos que los miembros de la CNTE no regresarán y, la mayoría, tampoco brindará servicio virtual pues en aquellos lares el acceso a las TIC lo tienen muy pocas personas.

Otro detalle que salió a relucir en la postura del presidente López fue el característico cambio de papeles y de ser el reclamado por la población, se convirtió en el reclamante y aseguró que él fue el que estuvo en plantón para recordar aquellos días en los que se apostó en el Monumento a la Revolución o cuando realizó las marchas de Tabasco a la Ciudad de México.

En resumen. Cuando el hombre originario de Macuspana llegó al poder con su centenar de promesas por cumplir se topó con una serie de obstáculos que han construido la realidad nacional desde varios sexenios atrás y, hoy, son motivo de severos cuestionamientos, no obstante que, en su última rendición de cuentas de carácter extraoficial, aseguró que solo bastaban dos de esos compromisos por cumplir. Aunque, para ser precisos, en los primeros tres años de la administración encabezada por el tabasqueño, según cifras oficiales, el 90% de dichos compromisos no se han concluido, algunos están a la mitad de concretarse y otros, apenas y han empezado.

Asimismo y tras el abandono de varios colaboradores del proyecto administrativo, la aparente traición de otros, la cuestionada estrategia de lucha contra la pandemia que hasta el momento ha superado el cuarto de millón de mexicanos muertos, aunque el INEGI señala que puede ser poco más del doble, 52% de mexicanos carentes de acceso a programas de servicio y seguridad social, un aumento en los últimos años en la cifra de desempleo y una economía detenida por todo lo anterior, se le debe sumar, ahora, la tercera manifestación en contra del ejecutivo por un sector de la población, pues a esta se deben sumar las de Sinaloa y Jalisco.

Por tanto, se espera que en el tercer informe de gobierno -y con los otros datos- el presidente López hable de la refinería, del tren, del aeropuerto, del gas “Bienestar”, de los tianguis del mismo nombre, presuma el programa “Sembrando vida” que ya fue cuestionado por algunos beneficiarios al igual que el de “Construyendo el futuro” y asegure que ya no hay corrupción porque “Ya no llueve arriba para que gotee abajo”.

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista, “El tiempo apremia y el espacio se agota”.

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.