/ miércoles 24 de marzo de 2021

Con café y a media luz | Decálogos de la tercera ola

Más allá de la extracción política que tenga el Gobierno federal en este momento y olvidándonos de la controversia sobre si su visión de país es la más idónea o no o, si las decisiones tomadas ante la pandemia, la desaceleración económica o la inseguridad, son las mejores, hay algo que no podemos negar, ante un aviso como el realizado ayer por el presidente López y su vocero oficial, Hugo López-Gatell, es porque un sustento existe detrás.

Mientras que en Alemania se intensifican las medidas para contener el avance del virus que, rápidamente, continúa propagándose entre la población de aquel país, como una especie de “blindaje” de cara a la semana de descanso a causa del calendario litúrgico y, por otro lado, expertos a lo largo y ancho del orbe anuncian una “inevitable tercera ola” de Covid-19, el Gobierno mexicano apela a la “sabiduría del pueblo” y ha llamado a conducirse bajo un decálogo que permitirá, sin restricciones mayores, el sano esparcimiento y la distracción en las llamadas vacaciones de primavera.

Fue desde el salón Tesorería de Palacio Nacional que el subsecretario de Salud reconoció en días pasados que “puede haber un repunte en los contagios de SARS – Cov – 2, por lo que no hay que bajar la disciplina de las medidas de control hasta que tengamos una cobertura de, por lo menos, las tres cuartas partes de la población, como personas inmunes”.

Cabe hacer mención que, hasta el momento y después de un año que inició la jornada nacional de sana distancia como estrategia fundamental para evitar la propagación de este mal, se han contabilizado, tristemente, más de dos millones de contagios y estamos a punto de llegar a 200 mil personas fallecidas, cifras que han puesto en entredicho las acciones del Gobierno que, desde abril de 2020 ha sostenido que “se ha domado la pandemia”.

Asimismo, ayer por la mañana en la rueda de prensa que ya todos conocemos como “la mañanera”, los mismos funcionarios hicieron público este grupo de 10 acciones con las que plantean evitar lo que, tanto el Ejecutivo como el facultativo, han señalado como “la tercera ola”. Este planteamiento –el del decálogo– ha desatado en las redes sociales expresiones de inconformidad, molestia y burla por parte de los usuarios quienes, sin excusas, no han escatimado en verter comentarios de reproche por los resultados que, hasta el momento, se han obtenido y que, de no agilizar el proceso de vacunación, continuarán sin dar tregua a la población mexicana.

“…Se trata de reducir al máximo, con los elementos existentes, el riesgo de contagio de la enfermedad, en espacios públicos cerrados, en espacios públicos abiertos, en la industria turística de manera específica, en donde, también, tenemos un repertorio, de recomendaciones técnicas concretas…” , así se expresó el vocero presidencial para presentar la normatividad que se estará impulsando en los próximos días.

Este sencillo párrafo ha servido para que, de forma impía, se lancen los cuestionamientos y comentarios que se pudieran resumir en “¿Por qué seguir haciendo lo mismo en periodo de asueto, esperando que se tenga un resultado distinto al arrojado durante el último año laboral?” Y no está tan fuera de la lógica elemental esta forma de construir el razonamiento pues, en pocas palabras, lo único que se está solicitando, es que sigamos igual y, con 200 mil muertos a cuestas, el decálogo no es muy alentador.

En los siguientes renglones, por razones de espacio, le resumiré los diez puntos de este régimen extraordinario que se promoverá, mas no se impondrá, en el asueto concedido por la Semana Mayor. Manténgase cerca de su casa en compañía de su familia, de preferencia que no haya mucha gente y si va a salir que sea en grupos de hasta cinco personas y en horarios en los que haya menos número de turistas; si su paseo es al aire libre, mucho mejor.

Reúnase con pocos familiares. No más de ocho. Disfrute de eventos religiosos a través de los medios de comunicación. No olvide usar ropa ligera, lentes oscuros y protector solar, así como mantenerse hidratado. Siga usando el cubrebocas; continúe lavándose las manos y, si le es posible, quédese en su casa.

¿Recuerda usted, gentil amigo lector, cuando al principio de esta oscura travesía, primero nos dijeron que había que abrazarse, después que el cubrebocas no era útil y, semanas después, un urgente “quédese en casa” y “no son vacaciones”? Hoy las cosas han cambiado. Me preocupa que este “reblandecimiento” de la postura gubernamental ante este respecto, pudiera resultar en un modo de “presión” ante una terrible situación económica que no se puede soportar más.

Si bien es cierto que en los últimos meses ha habido una apertura paulatina de diversos giros comerciales que han permitido una mínima expresión del flujo de efectivo, también es verdad que aun es insuficiente para lograr la ansiada estabilidad que permita, por lo menos, recuperar los empleos perdidos hasta este momento.

Por lo anterior, la derrama de efectivo que trae consigo el sector turismo representa una verdadera “bocanada de oxígeno” para la economía nacional, razón suficiente para que ahora nos digan “¡Salga, pero nomás tantito!" Indicación que es discordante con la anterior de la tercera ola y, peor aún, que se esperen resultados distintos aplicando los mismos procedimientos que se han realizado hasta ahora. ¿No cree usted, gentil amigo lector?

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”.

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.

Más allá de la extracción política que tenga el Gobierno federal en este momento y olvidándonos de la controversia sobre si su visión de país es la más idónea o no o, si las decisiones tomadas ante la pandemia, la desaceleración económica o la inseguridad, son las mejores, hay algo que no podemos negar, ante un aviso como el realizado ayer por el presidente López y su vocero oficial, Hugo López-Gatell, es porque un sustento existe detrás.

Mientras que en Alemania se intensifican las medidas para contener el avance del virus que, rápidamente, continúa propagándose entre la población de aquel país, como una especie de “blindaje” de cara a la semana de descanso a causa del calendario litúrgico y, por otro lado, expertos a lo largo y ancho del orbe anuncian una “inevitable tercera ola” de Covid-19, el Gobierno mexicano apela a la “sabiduría del pueblo” y ha llamado a conducirse bajo un decálogo que permitirá, sin restricciones mayores, el sano esparcimiento y la distracción en las llamadas vacaciones de primavera.

Fue desde el salón Tesorería de Palacio Nacional que el subsecretario de Salud reconoció en días pasados que “puede haber un repunte en los contagios de SARS – Cov – 2, por lo que no hay que bajar la disciplina de las medidas de control hasta que tengamos una cobertura de, por lo menos, las tres cuartas partes de la población, como personas inmunes”.

Cabe hacer mención que, hasta el momento y después de un año que inició la jornada nacional de sana distancia como estrategia fundamental para evitar la propagación de este mal, se han contabilizado, tristemente, más de dos millones de contagios y estamos a punto de llegar a 200 mil personas fallecidas, cifras que han puesto en entredicho las acciones del Gobierno que, desde abril de 2020 ha sostenido que “se ha domado la pandemia”.

Asimismo, ayer por la mañana en la rueda de prensa que ya todos conocemos como “la mañanera”, los mismos funcionarios hicieron público este grupo de 10 acciones con las que plantean evitar lo que, tanto el Ejecutivo como el facultativo, han señalado como “la tercera ola”. Este planteamiento –el del decálogo– ha desatado en las redes sociales expresiones de inconformidad, molestia y burla por parte de los usuarios quienes, sin excusas, no han escatimado en verter comentarios de reproche por los resultados que, hasta el momento, se han obtenido y que, de no agilizar el proceso de vacunación, continuarán sin dar tregua a la población mexicana.

“…Se trata de reducir al máximo, con los elementos existentes, el riesgo de contagio de la enfermedad, en espacios públicos cerrados, en espacios públicos abiertos, en la industria turística de manera específica, en donde, también, tenemos un repertorio, de recomendaciones técnicas concretas…” , así se expresó el vocero presidencial para presentar la normatividad que se estará impulsando en los próximos días.

Este sencillo párrafo ha servido para que, de forma impía, se lancen los cuestionamientos y comentarios que se pudieran resumir en “¿Por qué seguir haciendo lo mismo en periodo de asueto, esperando que se tenga un resultado distinto al arrojado durante el último año laboral?” Y no está tan fuera de la lógica elemental esta forma de construir el razonamiento pues, en pocas palabras, lo único que se está solicitando, es que sigamos igual y, con 200 mil muertos a cuestas, el decálogo no es muy alentador.

En los siguientes renglones, por razones de espacio, le resumiré los diez puntos de este régimen extraordinario que se promoverá, mas no se impondrá, en el asueto concedido por la Semana Mayor. Manténgase cerca de su casa en compañía de su familia, de preferencia que no haya mucha gente y si va a salir que sea en grupos de hasta cinco personas y en horarios en los que haya menos número de turistas; si su paseo es al aire libre, mucho mejor.

Reúnase con pocos familiares. No más de ocho. Disfrute de eventos religiosos a través de los medios de comunicación. No olvide usar ropa ligera, lentes oscuros y protector solar, así como mantenerse hidratado. Siga usando el cubrebocas; continúe lavándose las manos y, si le es posible, quédese en su casa.

¿Recuerda usted, gentil amigo lector, cuando al principio de esta oscura travesía, primero nos dijeron que había que abrazarse, después que el cubrebocas no era útil y, semanas después, un urgente “quédese en casa” y “no son vacaciones”? Hoy las cosas han cambiado. Me preocupa que este “reblandecimiento” de la postura gubernamental ante este respecto, pudiera resultar en un modo de “presión” ante una terrible situación económica que no se puede soportar más.

Si bien es cierto que en los últimos meses ha habido una apertura paulatina de diversos giros comerciales que han permitido una mínima expresión del flujo de efectivo, también es verdad que aun es insuficiente para lograr la ansiada estabilidad que permita, por lo menos, recuperar los empleos perdidos hasta este momento.

Por lo anterior, la derrama de efectivo que trae consigo el sector turismo representa una verdadera “bocanada de oxígeno” para la economía nacional, razón suficiente para que ahora nos digan “¡Salga, pero nomás tantito!" Indicación que es discordante con la anterior de la tercera ola y, peor aún, que se esperen resultados distintos aplicando los mismos procedimientos que se han realizado hasta ahora. ¿No cree usted, gentil amigo lector?

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”.

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.