/ viernes 26 de marzo de 2021

Con café y a media luz | El Chacal me lo decía

Hace aproximadamente 15 años el destino me llevó a trabajar a tierras aguascalentenses. Allí, en el centro de la República Mexicana, tuve la oportunidad de colaborar en los medios de comunicación audiovisual pertenecientes al Gobierno de esa entidad durante la administración de Luis Armando Reynoso Femat.

Fue en las instalaciones de Aguascalientes TV, donde colaboré con personajes como Mario Pintor, a quien le deseo se encuentre bien después de su accidente y Kippy Casado. Sin embargo, de entre todos ellos, se destacó, por su ingenio, capacidad creativa y talento sin igual, el señor Héctor Kiev, a quien, seguramente, usted recuerda con el personaje de “Tacho López Cuarzo”, en la sección editorial del extinto noticiario “24 Horas”.

Héctor Kiev no solo era un actor, cantante e imitador estupendo. También era productor creativo y, literalmente, constructor de todos los artilugios que las demás emisiones requerían para tener entretenida a la audiencia vecina de la famosa “Hexedra mexicana”.

Empero, el talento del histrión se proyectó aún más allá. Desde un solitario hogar en la zona limítrofe de Aguascalientes y Jalisco, para ser más precisos, en el municipio de Teocaltiche, Kiev producía con una cámara vieja y una computadora obsoleta, lo que mejor sabía hacer, una crítica ácida y mordaz al gobierno en turno y al comportamiento de la sociedad. “Tacho” había muerto y, en ese entonces, empezó a encarnar al “Chacal del Valle”.

Acompañado de sus fieles perros –poco más de 20– pude colaborar en una de las últimas producciones de este singular personaje, en la que, vaticinaba muy al estilo norteño, una sequía causada por el terrible calentamiento global del que somos responsables todos nosotros, gentil amigo lector, y que, sorprendentemente, hoy, las autoridades lo ven con un gesto de seriedad que nos llama a la preocupación y a la reflexión.

“El científico Jacques Cousteau ha dicho que la Tierra se calienta un grado más por año”, aseguraba Kiev, mientras movía el falso mostacho y se enfundaba en la cuera tamaulipeca. “Muy pronto seremos presas de las fieras y ni a melón les vamos a saber”, remataba a la par que zapateaba una redova que él colocaba en la edición final.

Ahora, a casi 15 años de distancia, no pude evitar recordar aquella vieja cápsula que, incluso, un tiempo circuló por las redes sociales y ahora ya no he podido encontrar, cuando caminé esta mañana por la Laguna del Carpintero. El vaso lacustre, símbolo del centro de nuestra ciudad, está en un nivel nunca visto. El espejo de agua se ha reducido severamente y de forma constante.

Los grupos de ecologistas, la Comapa y la Conagua han llamado por diversos medios a cuidar el vital líquido ya que, al igual que en años anteriores, este 2021 será carente de lluvias o, por lo menos, las precipitaciones serán mínimas e insuficientes para satisfacer la demanda natural de los consumidores de la región que dependen del sistema lagunario, antes pródigo del sur de Tamaulipas, y ahora, un tanto enlutado.

Este problema, no es particular de nuestra zona. Basta con observar a través del internet la situación que prevalece en el Río Valles de la vecina población potosina que lleva el mismo nombre. Apenas y unos cuantos charcos se logran ver de lo que antes era un torrente de aguas cristalinas del que dependían, lo mismo, cañeros que pescadores.

El calentamiento global, el crecimiento desmedido de la población, el desarrollo de la mancha urbana, la tala inmoderada tanto por la necesidad de tierras de cultivo como por el crecimiento de las zonas habitacionales, así como otros factores, han puesto al mundo en un estado de alerta y pareciera no importar.

Puedo citar de lo antes dicho la forma inconsciente en que dos hoteles de nuestra ciudad lavaron, el día de ayer sus fachadas, desperdiciando miles de litros de agua por segundo. Uno de estos establecimientos –considerado de cinco estrellas– se encuentra en la zona norte de la ciudad y, el otro, en el corazón de Tampico.

Mientras los pasajeros del transporte público observábamos el segundo de los detalles comentados en el párrafo anterior, el chofer alzó la voz y preguntó a todos en el interior de la unidad: “¿No que estamos en crisis?, ¿Por qué a esos changarros nadie les dice nada?, Por el moche, ¿verdad?” Todos los que estábamos allí guardamos silencio. ¿Qué se le podía decir al conductor ante tal reproche?

La situación está crítica y se pondrá peor tal y como me lo decía el “Chacal del Valle” ¡Cuánta razón tenía! Querido amigo lector, hagamos un esfuerzo y cuidemos el agua, estamos más cerca de una crisis mundial de lo que nos imaginamos.

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.

Hace aproximadamente 15 años el destino me llevó a trabajar a tierras aguascalentenses. Allí, en el centro de la República Mexicana, tuve la oportunidad de colaborar en los medios de comunicación audiovisual pertenecientes al Gobierno de esa entidad durante la administración de Luis Armando Reynoso Femat.

Fue en las instalaciones de Aguascalientes TV, donde colaboré con personajes como Mario Pintor, a quien le deseo se encuentre bien después de su accidente y Kippy Casado. Sin embargo, de entre todos ellos, se destacó, por su ingenio, capacidad creativa y talento sin igual, el señor Héctor Kiev, a quien, seguramente, usted recuerda con el personaje de “Tacho López Cuarzo”, en la sección editorial del extinto noticiario “24 Horas”.

Héctor Kiev no solo era un actor, cantante e imitador estupendo. También era productor creativo y, literalmente, constructor de todos los artilugios que las demás emisiones requerían para tener entretenida a la audiencia vecina de la famosa “Hexedra mexicana”.

Empero, el talento del histrión se proyectó aún más allá. Desde un solitario hogar en la zona limítrofe de Aguascalientes y Jalisco, para ser más precisos, en el municipio de Teocaltiche, Kiev producía con una cámara vieja y una computadora obsoleta, lo que mejor sabía hacer, una crítica ácida y mordaz al gobierno en turno y al comportamiento de la sociedad. “Tacho” había muerto y, en ese entonces, empezó a encarnar al “Chacal del Valle”.

Acompañado de sus fieles perros –poco más de 20– pude colaborar en una de las últimas producciones de este singular personaje, en la que, vaticinaba muy al estilo norteño, una sequía causada por el terrible calentamiento global del que somos responsables todos nosotros, gentil amigo lector, y que, sorprendentemente, hoy, las autoridades lo ven con un gesto de seriedad que nos llama a la preocupación y a la reflexión.

“El científico Jacques Cousteau ha dicho que la Tierra se calienta un grado más por año”, aseguraba Kiev, mientras movía el falso mostacho y se enfundaba en la cuera tamaulipeca. “Muy pronto seremos presas de las fieras y ni a melón les vamos a saber”, remataba a la par que zapateaba una redova que él colocaba en la edición final.

Ahora, a casi 15 años de distancia, no pude evitar recordar aquella vieja cápsula que, incluso, un tiempo circuló por las redes sociales y ahora ya no he podido encontrar, cuando caminé esta mañana por la Laguna del Carpintero. El vaso lacustre, símbolo del centro de nuestra ciudad, está en un nivel nunca visto. El espejo de agua se ha reducido severamente y de forma constante.

Los grupos de ecologistas, la Comapa y la Conagua han llamado por diversos medios a cuidar el vital líquido ya que, al igual que en años anteriores, este 2021 será carente de lluvias o, por lo menos, las precipitaciones serán mínimas e insuficientes para satisfacer la demanda natural de los consumidores de la región que dependen del sistema lagunario, antes pródigo del sur de Tamaulipas, y ahora, un tanto enlutado.

Este problema, no es particular de nuestra zona. Basta con observar a través del internet la situación que prevalece en el Río Valles de la vecina población potosina que lleva el mismo nombre. Apenas y unos cuantos charcos se logran ver de lo que antes era un torrente de aguas cristalinas del que dependían, lo mismo, cañeros que pescadores.

El calentamiento global, el crecimiento desmedido de la población, el desarrollo de la mancha urbana, la tala inmoderada tanto por la necesidad de tierras de cultivo como por el crecimiento de las zonas habitacionales, así como otros factores, han puesto al mundo en un estado de alerta y pareciera no importar.

Puedo citar de lo antes dicho la forma inconsciente en que dos hoteles de nuestra ciudad lavaron, el día de ayer sus fachadas, desperdiciando miles de litros de agua por segundo. Uno de estos establecimientos –considerado de cinco estrellas– se encuentra en la zona norte de la ciudad y, el otro, en el corazón de Tampico.

Mientras los pasajeros del transporte público observábamos el segundo de los detalles comentados en el párrafo anterior, el chofer alzó la voz y preguntó a todos en el interior de la unidad: “¿No que estamos en crisis?, ¿Por qué a esos changarros nadie les dice nada?, Por el moche, ¿verdad?” Todos los que estábamos allí guardamos silencio. ¿Qué se le podía decir al conductor ante tal reproche?

La situación está crítica y se pondrá peor tal y como me lo decía el “Chacal del Valle” ¡Cuánta razón tenía! Querido amigo lector, hagamos un esfuerzo y cuidemos el agua, estamos más cerca de una crisis mundial de lo que nos imaginamos.

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.