/ miércoles 7 de octubre de 2020

Con café y a media luz | El cristal con que se mira

De la maravillosa imaginación de Roberto Gómez Bolaños, emergió una frase que quedó plasmada en uno de sus libros: “Porfirio Díaz fue el presidente que más aguantó a los mexicanos”. En un tono similar el monero mexicano por excelencia, “Rius”, declaró una frase similar a través de uno de sus conocidos personajes “Reuter Nopalsin”: “Si México es precioso, lástima que esté lleno de mexicanos”.

Estas dos oraciones las traigo a colación por el sentimiento y ánimo que se han despertado en los sectores sociales debido a las últimas conferencias matutinas y vespertinas ofrecidas por el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, en las que se han tocado los temas de economía, salud, protección civil e inconformidad traducida en marchas y plantones, entre muchos otros.

Por principio de cuentas y más allá de las discrepancias políticas y socioculturales que existen en nuestro país referidas, principalmente, a la figura de Andrés Manuel López Obrador y el proyecto de gobierno que ha nombrado “cuarta transformación”, hay algo que debemos reconocer por sobre todos los “dimes y diretes”: Este país está urgido de obras y resultados.

Al inicio de esta semana, en el marco de una firma de convenio entre los actores de la iniciativa privada y el Estado mexicano, se publicó un paquete de obras que impactarán en materia económica y logística a buena parte del país, tanto de forma directa como indirecta. Estos proyectos –la mayoría en el tema de puertos, aduanas y carreteras– serán detonantes para regiones consideradas “clave” para la actual administración pública federal.

En esa conferencia hubo un detalle que habla de la visión que deberían conservar todos los personajes que inciden en la evolución de México –gobierno, empresarios y población– y que pareciera se ha puesto en segundo término ante las rivalidades políticas y el divisionismo social: “La suma de esfuerzos es la que sacará a nuestro país adelante”.

Sin embargo, hubo otros hechos que se suscitaron después de la firma de este convenio y que ocuparon las agendas noticiosas de los medios de comunicación nacionales. Algunas de ellas merecían la total atención y repaso en periódicos, agencias informativas y noticiarios de radio y televisión, en tanto que otras no merecían un espacio como el recibido.

Los medios cubrieron –y lo siguen haciendo– el ajuste de cuentas de fallecidos por Covid-19 realizado por la Secretaría de Salud, al considerar en la suma a aquellos individuos que perdieron la vida por insuficiencia respiratoria y que, en un lapso de 14 días previos a su deceso, convivieron con alguien que fue diagnosticado con la enfermedad ocasionada por el virus SARS-CoV-2.

Esta nueva perspectiva que sale a la luz pública ha escandalizado a la sociedad pues abona a un creciente sentimiento de incredulidad que sobrevuela sobre la figura de quien ha sido vocero de la presidencia respecto a este tema, Dr. Hugo López–Gatell y, perdone el atrevimiento de la siguiente frase, aún no veo a los reporteros nacionales preguntando acerca de un nuevo planteamiento de cara a la llegada de la época de la influenza y la posible presencia de un rebrote, además de preguntar qué medidas tomará el gobierno y cuáles serán las recomendaciones para la población.

No me sorprendió la difusión que se le hizo a la marcha FRENAA y el posterior plantón realizado en el zócalo capitalino. Debemos reconocer que cualquier movimiento civil que obstaculice la capital del país es meritorio de un espacio en un modelo informativo, sin embargo, sí me llamó mucho la atención que se le dedicaran varios minutos a un debate que, desde mi punto de vista, era innecesario: La totalidad de los manifestantes.

Mientras que los miembros del mitin señalan que fueron 180 mil, los noticiarios hablan de 50 mil y el gobierno asegura que no llegaron a 10 mil, lo cierto es que se hayan juntado o no, las personas argumentadas por el Ejecutivo, la constitucionalidad del cargo no está puesta a “contentillo” de nadie. Ni el mismo mandatario puede aventurarse a poner a “gusto y modo” la estancia en la silla presidencial. Y, honestamente, a lo largo de la historia del país, sí hemos tenido presidentes cuya labor ha sido sumamente cuestionable y, por carecer de un entorno crítico y abierto, concluyeron entre vítores y aplausos su periodo.

En todo caso, el 2021 será definitorio para la manifestación pública, abierta y legal para determinar la continuidad del sexenio, si es que se llega a concretar el concepto de “revocación de mandato”.

Para concluir, un evento en el que los medios deberían poner mayor atención sería el impacto del huracán “Delta” que, al momento de la redacción de la presente entrega, ha alcanzado la categoría 2 de la escala Saffir–Simpson. Las consecuencias que traerá este meteoro para el sureste mexicano pueden ser devastadoras por la cantidad de agua que se decantará en esos lares, ocasionando el desborde de ríos, presas y lagunas, poniendo en riesgo a la población.

Cierto es que “A quien dos amos sirve, con uno queda mal” y que “No se puede estar bien con Dios y con el diablo”, empero, en el caso de la sociedad mexicana, la diversidad de opiniones, la radicalización de posturas y la necedad ante las ideas propuestas hace compleja “la chamba” de todos y, en especial, la de un presidente como AMLO quien, aunque tiene la mayoría en el Congreso, tiene a una buena parte de la sociedad en contra, la cual se ha empeñado en aplicar el verso refranero “Nada es verdad, nada es mentira. Todo depende del cristal con que se mira”.

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”.

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.



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De la maravillosa imaginación de Roberto Gómez Bolaños, emergió una frase que quedó plasmada en uno de sus libros: “Porfirio Díaz fue el presidente que más aguantó a los mexicanos”. En un tono similar el monero mexicano por excelencia, “Rius”, declaró una frase similar a través de uno de sus conocidos personajes “Reuter Nopalsin”: “Si México es precioso, lástima que esté lleno de mexicanos”.

Estas dos oraciones las traigo a colación por el sentimiento y ánimo que se han despertado en los sectores sociales debido a las últimas conferencias matutinas y vespertinas ofrecidas por el Gobierno de los Estados Unidos Mexicanos, en las que se han tocado los temas de economía, salud, protección civil e inconformidad traducida en marchas y plantones, entre muchos otros.

Por principio de cuentas y más allá de las discrepancias políticas y socioculturales que existen en nuestro país referidas, principalmente, a la figura de Andrés Manuel López Obrador y el proyecto de gobierno que ha nombrado “cuarta transformación”, hay algo que debemos reconocer por sobre todos los “dimes y diretes”: Este país está urgido de obras y resultados.

Al inicio de esta semana, en el marco de una firma de convenio entre los actores de la iniciativa privada y el Estado mexicano, se publicó un paquete de obras que impactarán en materia económica y logística a buena parte del país, tanto de forma directa como indirecta. Estos proyectos –la mayoría en el tema de puertos, aduanas y carreteras– serán detonantes para regiones consideradas “clave” para la actual administración pública federal.

En esa conferencia hubo un detalle que habla de la visión que deberían conservar todos los personajes que inciden en la evolución de México –gobierno, empresarios y población– y que pareciera se ha puesto en segundo término ante las rivalidades políticas y el divisionismo social: “La suma de esfuerzos es la que sacará a nuestro país adelante”.

Sin embargo, hubo otros hechos que se suscitaron después de la firma de este convenio y que ocuparon las agendas noticiosas de los medios de comunicación nacionales. Algunas de ellas merecían la total atención y repaso en periódicos, agencias informativas y noticiarios de radio y televisión, en tanto que otras no merecían un espacio como el recibido.

Los medios cubrieron –y lo siguen haciendo– el ajuste de cuentas de fallecidos por Covid-19 realizado por la Secretaría de Salud, al considerar en la suma a aquellos individuos que perdieron la vida por insuficiencia respiratoria y que, en un lapso de 14 días previos a su deceso, convivieron con alguien que fue diagnosticado con la enfermedad ocasionada por el virus SARS-CoV-2.

Esta nueva perspectiva que sale a la luz pública ha escandalizado a la sociedad pues abona a un creciente sentimiento de incredulidad que sobrevuela sobre la figura de quien ha sido vocero de la presidencia respecto a este tema, Dr. Hugo López–Gatell y, perdone el atrevimiento de la siguiente frase, aún no veo a los reporteros nacionales preguntando acerca de un nuevo planteamiento de cara a la llegada de la época de la influenza y la posible presencia de un rebrote, además de preguntar qué medidas tomará el gobierno y cuáles serán las recomendaciones para la población.

No me sorprendió la difusión que se le hizo a la marcha FRENAA y el posterior plantón realizado en el zócalo capitalino. Debemos reconocer que cualquier movimiento civil que obstaculice la capital del país es meritorio de un espacio en un modelo informativo, sin embargo, sí me llamó mucho la atención que se le dedicaran varios minutos a un debate que, desde mi punto de vista, era innecesario: La totalidad de los manifestantes.

Mientras que los miembros del mitin señalan que fueron 180 mil, los noticiarios hablan de 50 mil y el gobierno asegura que no llegaron a 10 mil, lo cierto es que se hayan juntado o no, las personas argumentadas por el Ejecutivo, la constitucionalidad del cargo no está puesta a “contentillo” de nadie. Ni el mismo mandatario puede aventurarse a poner a “gusto y modo” la estancia en la silla presidencial. Y, honestamente, a lo largo de la historia del país, sí hemos tenido presidentes cuya labor ha sido sumamente cuestionable y, por carecer de un entorno crítico y abierto, concluyeron entre vítores y aplausos su periodo.

En todo caso, el 2021 será definitorio para la manifestación pública, abierta y legal para determinar la continuidad del sexenio, si es que se llega a concretar el concepto de “revocación de mandato”.

Para concluir, un evento en el que los medios deberían poner mayor atención sería el impacto del huracán “Delta” que, al momento de la redacción de la presente entrega, ha alcanzado la categoría 2 de la escala Saffir–Simpson. Las consecuencias que traerá este meteoro para el sureste mexicano pueden ser devastadoras por la cantidad de agua que se decantará en esos lares, ocasionando el desborde de ríos, presas y lagunas, poniendo en riesgo a la población.

Cierto es que “A quien dos amos sirve, con uno queda mal” y que “No se puede estar bien con Dios y con el diablo”, empero, en el caso de la sociedad mexicana, la diversidad de opiniones, la radicalización de posturas y la necedad ante las ideas propuestas hace compleja “la chamba” de todos y, en especial, la de un presidente como AMLO quien, aunque tiene la mayoría en el Congreso, tiene a una buena parte de la sociedad en contra, la cual se ha empeñado en aplicar el verso refranero “Nada es verdad, nada es mentira. Todo depende del cristal con que se mira”.

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”.

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.



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