/ viernes 8 de enero de 2021

Con café y a media luz | Los riesgos del ejemplo

“Cuando veas las barbas de tu vecino rasurar, pon las tuyas a remojar”, decía el refrán que con tanta insistencia nos repetían los abuelos y, con la sabiduría ganada por los años, remataban el versículo al anudarlo con otro que perseguía una intención similar: “…si el río suena es porque agua lleva”, aseguraban, mientras ondeaban el dedo índice frente a nuestros infantiles ojos.

Esa analogía popular se permea a través de todos los niveles y, por consecuencia, cunde en todas y cada una de las actividades en las cuales intervienen la presencia del ser humano y, como usted supondrá, gentil amigo lector, está incluida, la política.

No obstante que el par de dicharachos persigue la enseñanza por medio del buen ejemplo y, en resumen, se procura evitar el desarrollo de actividades negativas gracias a la observación de las buenas costumbres de alguien más, siempre habrá quien busque obtener un beneficio de aquellas malas conductas que pueden ser explotadas como un atractivo para el resto de los miembros de la sociedad.

Hoy, lamentablemente, le tocó el ejemplo al subsecretario de Salud de la Presidencia de la República y vocero oficial del programa de lucha contra la pandemia ocasionada por el virus SARS-CoV-2 y la enfermedad que produce, Covid-19, Dr. Hugo López-Gatell quien, en el peor momento de la crisis sanitaria, fue captado en las playas de Zipolite, Oaxaca.

Degustando del clima paradisiaco de aquel lugar, sin cubrebocas y olvidando la sana distancia, el facultativo disfrutó de su periodo vacacional en compañía –dijo– de algunos familiares que habitan en aquellos lugares de la provincia mexicana, después de casi un año de estar al frente de la estrategia de combate a la enfermedad que, al momento de esta redacción, está cerca de cobrar las 129 mil vidas en este país. El par de fotografías circuló “como reguero de pólvora” en las redes sociales y de inmediato comenzaron a recoger los comentarios de la población tanto a favor, como en contra, en torno a la determinación tomada por el burócrata.

Las opiniones vertidas por los usuarios de las plataformas digitales se pueden agrupar en tres grandes tendencias. La primera de ellas que aglomera a la comunidad médica de nuestro país –particularmente aquellos que están “en la primera fila” de la lucha– que considera una ofensa el hecho de que el Dr. López-Gatell sí pueda tomar descansos, mientras que aquellos que cumplen la parte operativa de los tratamientos y están en riesgo constante, no tienen oportunidad de reposar ni una hora pues el flujo de pacientes es permanente y no ha disminuido.

La segunda tendencia lleva “raja política”. Aquellos simpatizantes de los partidos de oposición y miembros de otros escaparates políticos que ocupan un cargo público no han desaprovechado la situación y han condenado por todas las vías y con todos los argumentos la conducta del “hombre clave” en materia de salud para el gobierno federal. Han solicitado para este personaje todo tipo de sanciones e, incluso, han exigido la renuncia inmediata por la irresponsabilidad mostrada.

Y, por último, el tercer sector detectado de comentarios es muy parcial y maduro. Lo que habla de una seriedad de la población y, sobre todo, que no se trata de “opiniones compradas” para revertir tendencias en las redes. Estos comentarios justifican el descanso del vocero presidencial, pero lamentan que él no haya puesto el buen ejemplo al no usar el cubrebocas, no respetar la sana distancia y no atender a la no movilidad que él mismo propuso y subrayó como fundamental para detener los contagios.

Llama la atención las consecuencias de estos actos.

Después de que este tema se volviera tendencia en las redes sociales y que el propio presidente López “metiera mano” para justificar y hasta defender al médico y los derechos que tiene como trabajador público de nivel federal ante los embates de los representantes de la prensa que cuestionaron la “ocurrencia” que se evidencia en las fotografías, la situación ha tomado tintes claramente publicitarios.

Empezó una campaña mercadológica de cierta compañía promotora de viajes con el eslogan “Si Gatell ya se fue de viaje, ¿Tú para cuándo? ¡No te quedes fuera y reserva ya!” La respuesta no se ha hecho esperar. Las redes sociales de esta empresa se han inundado de comentarios públicos en los que se solicitan informes para disfrutar de unas “vacaciones” en la playa nudista más famosa de México.

¡Es más! El Gobierno oaxaqueño ha aprovechado las circunstancias para anunciar que, al igual que cada año, se celebrará el festival nudista internacional que es una tradición en esa parte del litoral mexicano; pero eso sí, en esta ocasión, se indicó, se llevará al cabo observando todas las medidas de salud necesarias para evitar la propagación de la enfermedad.

Yo me pregunto si lo anterior significa que los participantes de este festejo andarán con cubrebocas, pero sin taparrabo, ¿O cómo?

Lo cierto es que las figuras públicas de autoridad federal, estatal o municipal deben guardar el sumo cuidado de sus acciones pues, lo quieran o no, son ejemplo para el pueblo que gobiernan y, siendo honestos, en nuestro caso, como mexicanos, “tantito queremos” para “poner nuestras barbas a remojar” cuando así nos conviene, ¿No cree usted, amigo lector?

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.

“Cuando veas las barbas de tu vecino rasurar, pon las tuyas a remojar”, decía el refrán que con tanta insistencia nos repetían los abuelos y, con la sabiduría ganada por los años, remataban el versículo al anudarlo con otro que perseguía una intención similar: “…si el río suena es porque agua lleva”, aseguraban, mientras ondeaban el dedo índice frente a nuestros infantiles ojos.

Esa analogía popular se permea a través de todos los niveles y, por consecuencia, cunde en todas y cada una de las actividades en las cuales intervienen la presencia del ser humano y, como usted supondrá, gentil amigo lector, está incluida, la política.

No obstante que el par de dicharachos persigue la enseñanza por medio del buen ejemplo y, en resumen, se procura evitar el desarrollo de actividades negativas gracias a la observación de las buenas costumbres de alguien más, siempre habrá quien busque obtener un beneficio de aquellas malas conductas que pueden ser explotadas como un atractivo para el resto de los miembros de la sociedad.

Hoy, lamentablemente, le tocó el ejemplo al subsecretario de Salud de la Presidencia de la República y vocero oficial del programa de lucha contra la pandemia ocasionada por el virus SARS-CoV-2 y la enfermedad que produce, Covid-19, Dr. Hugo López-Gatell quien, en el peor momento de la crisis sanitaria, fue captado en las playas de Zipolite, Oaxaca.

Degustando del clima paradisiaco de aquel lugar, sin cubrebocas y olvidando la sana distancia, el facultativo disfrutó de su periodo vacacional en compañía –dijo– de algunos familiares que habitan en aquellos lugares de la provincia mexicana, después de casi un año de estar al frente de la estrategia de combate a la enfermedad que, al momento de esta redacción, está cerca de cobrar las 129 mil vidas en este país. El par de fotografías circuló “como reguero de pólvora” en las redes sociales y de inmediato comenzaron a recoger los comentarios de la población tanto a favor, como en contra, en torno a la determinación tomada por el burócrata.

Las opiniones vertidas por los usuarios de las plataformas digitales se pueden agrupar en tres grandes tendencias. La primera de ellas que aglomera a la comunidad médica de nuestro país –particularmente aquellos que están “en la primera fila” de la lucha– que considera una ofensa el hecho de que el Dr. López-Gatell sí pueda tomar descansos, mientras que aquellos que cumplen la parte operativa de los tratamientos y están en riesgo constante, no tienen oportunidad de reposar ni una hora pues el flujo de pacientes es permanente y no ha disminuido.

La segunda tendencia lleva “raja política”. Aquellos simpatizantes de los partidos de oposición y miembros de otros escaparates políticos que ocupan un cargo público no han desaprovechado la situación y han condenado por todas las vías y con todos los argumentos la conducta del “hombre clave” en materia de salud para el gobierno federal. Han solicitado para este personaje todo tipo de sanciones e, incluso, han exigido la renuncia inmediata por la irresponsabilidad mostrada.

Y, por último, el tercer sector detectado de comentarios es muy parcial y maduro. Lo que habla de una seriedad de la población y, sobre todo, que no se trata de “opiniones compradas” para revertir tendencias en las redes. Estos comentarios justifican el descanso del vocero presidencial, pero lamentan que él no haya puesto el buen ejemplo al no usar el cubrebocas, no respetar la sana distancia y no atender a la no movilidad que él mismo propuso y subrayó como fundamental para detener los contagios.

Llama la atención las consecuencias de estos actos.

Después de que este tema se volviera tendencia en las redes sociales y que el propio presidente López “metiera mano” para justificar y hasta defender al médico y los derechos que tiene como trabajador público de nivel federal ante los embates de los representantes de la prensa que cuestionaron la “ocurrencia” que se evidencia en las fotografías, la situación ha tomado tintes claramente publicitarios.

Empezó una campaña mercadológica de cierta compañía promotora de viajes con el eslogan “Si Gatell ya se fue de viaje, ¿Tú para cuándo? ¡No te quedes fuera y reserva ya!” La respuesta no se ha hecho esperar. Las redes sociales de esta empresa se han inundado de comentarios públicos en los que se solicitan informes para disfrutar de unas “vacaciones” en la playa nudista más famosa de México.

¡Es más! El Gobierno oaxaqueño ha aprovechado las circunstancias para anunciar que, al igual que cada año, se celebrará el festival nudista internacional que es una tradición en esa parte del litoral mexicano; pero eso sí, en esta ocasión, se indicó, se llevará al cabo observando todas las medidas de salud necesarias para evitar la propagación de la enfermedad.

Yo me pregunto si lo anterior significa que los participantes de este festejo andarán con cubrebocas, pero sin taparrabo, ¿O cómo?

Lo cierto es que las figuras públicas de autoridad federal, estatal o municipal deben guardar el sumo cuidado de sus acciones pues, lo quieran o no, son ejemplo para el pueblo que gobiernan y, siendo honestos, en nuestro caso, como mexicanos, “tantito queremos” para “poner nuestras barbas a remojar” cuando así nos conviene, ¿No cree usted, amigo lector?

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.