/ lunes 18 de octubre de 2021

Con café y a media luz | Para el 2022

El 2022 será un año importante para la vida del México contemporáneo y, en particular, para Tamaulipas. El entorno político de cara al nuevo episodio que iniciará en dos meses y medio se ha robado la atención de periodistas, líderes de opinión, sociólogos y demás expertos porque, la relación que se construya entre la localidad y el gobierno federal a partir de una transición de corriente o el mantenimiento de la que ya se tiene en esta parte de la nación, será un parteaguas sumamente interesante para la concreción de proyectos en nuestra región.

Hasta el momento, tres morenistas han declarado, al interior de su partido, sus francas intenciones de “jugársela” por la silla tamaulipeca. Montados en la ola “lopezobradorista” que aún tiene un efecto importante en el ánimo de cierta parte de la población, cualquiera de ellos sabe que tendría algo de ventaja por el apoyo – velado o no – del ejecutivo federal.

No obstante que, con base en una mala elección del partido de un candidato que no convenza a la masa, MORENA podría vivir una fractura al interior de su estructura. Debemos recordar que, en Tamaulipas, las diferencias entre las corrientes medulares que conformaron esta nueva opción política en México han tenido sus roces y hasta sus choques.

Como evidencia de lo que se dice, basta con darse una vuelta por la Plaza de Armas de la ciudad para leer las pancartas y lonas que allí han sido colgadas por los miembros del escaparate al que nos referimos.

Por otro lado, ya hay panistas que están haciendo su “lucha” asegurando unos que están apadrinados y otros que “las flautas son de harina”.

Para nadie es un secreto que hay un franco interés en el Palacio Nacional de que Tamaulipas se vuelva guinda y así, haya un entendimiento entre ambas partes. Por un lado, un nuevo gobernador proveniente de la alternancia hablaría “el mismo idioma” que el ejecutivo federal y, por otro, para el hombre originario de Macuspana, esto sería un indicativo de la respuesta que tendría de cara a la elección federal del 2024.

Sin embargo, debemos hacernos una pregunta, porque en la política todo se puede esperar: ¿Qué va a suceder si hay alternancia política en la presidencia del país a partir del 2024? ¿Seríamos, nuevamente, testigos de una lucha de egos y poderes entre las figuras que ocupen la silla presidencial y la de la gubernatura?

De este tema platicaba con un buen amigo líder empresarial de la zona y quien, entre otras cosas me comentó que en las últimas reuniones que se han tenido los representantes de los diferentes giros comerciales, de servicios e industriales de la región con los miembros de la mesa de seguridad del sur de Tamaulipas, se planteó la importancia de que se sigan incrementando los esfuerzos en esta temática para que no “se pierda lo que tanto trabajo ha costado recuperar”.

Y es que, sin duda, los primeros que resienten los embates económicos son aquellos quienes viven activamente del comercio. Sin importar si los contratiempos son de carácter sanitario, de seguridad social o climatológico, los empresarios perciben, antes que cualquier otro ciudadano, las caídas y las pérdidas en sus ingresos y, por tanto, se percatan tempranamente de la desaceleración del circulante en el entorno en el que están enclavados.

Con ese fundamento, es que mi buen amigo me insistió que “se va a plantear que no se disminuya el recurso presupuestado para seguridad” y que, al ser etiquetado para este fin, no haya manera de que las nuevas autoridades, en caso de una alternancia, lo traten de desviar para beneficiar otro tipo de acciones o procesos gubernamentales.

Sería lamentable que, sabiendo los resultados en cuanto a incidencia del fenómeno delincuencial de Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Guerrero y la propia Ciudad de México – entre otros – aquí también se aplique la política de “los abrazos”. Lo ideal, por supuesto, sería que se incrementaran los operativos y la presencia policiaca de los tres niveles de gobierno para tranquilidad de la población en general.

En materia de economía y de inversión se perciben interesantes los proyectos de la reconversión del puerto de Tampico, para hacerlo un destino turístico y de servicios y, nuevamente, el multicitado acuario de la laguna del carpintero.

Cuya historia ha sido de “carpetazo tras carpetazo”. Aunque, debemos reconocerlo que, para que ambas ideas se conviertan en una franca realidad, no se puede prescindir del capital privado, cosa que, en los últimos años se ha estigmatizado por las figuras de representación y la sociedad civil. Cito como ejemplo a las áreas aledañas a la ExpoTampico.

Asimismo, aquel que busque estar al frente del gobierno de nuestra entidad deberá enfrentar un detalle que para muchos exmandatarios locales ha sido inexistente o, quizá, han preferido, por comodidad, hacer "ojos ciegos". Me refiero al escabroso tema de la regularización del transporte público.

El nuevo gobernador deberá enfrentar el compromiso de “meter mano” para evitar que continúen los abusos de algunos choferes, la presencia de rutas “pirata”, el uso de unidades en mal estado e impulsar la modernización en general de los factores que constituyen este tenor.

El 2022 será importante en el devenir del Tamaulipas de los próximos seis años, ojalá que haya candidatos honestos y responsables y también haya votantes maduros y conscientes para que la decisión que se tome sea la mejor. ¿No cree usted, gentil amigo lector?

¡Y hasta aquí! Pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”

Escríbame a:

  • licajimenezmcc@hotmail.com


El 2022 será un año importante para la vida del México contemporáneo y, en particular, para Tamaulipas. El entorno político de cara al nuevo episodio que iniciará en dos meses y medio se ha robado la atención de periodistas, líderes de opinión, sociólogos y demás expertos porque, la relación que se construya entre la localidad y el gobierno federal a partir de una transición de corriente o el mantenimiento de la que ya se tiene en esta parte de la nación, será un parteaguas sumamente interesante para la concreción de proyectos en nuestra región.

Hasta el momento, tres morenistas han declarado, al interior de su partido, sus francas intenciones de “jugársela” por la silla tamaulipeca. Montados en la ola “lopezobradorista” que aún tiene un efecto importante en el ánimo de cierta parte de la población, cualquiera de ellos sabe que tendría algo de ventaja por el apoyo – velado o no – del ejecutivo federal.

No obstante que, con base en una mala elección del partido de un candidato que no convenza a la masa, MORENA podría vivir una fractura al interior de su estructura. Debemos recordar que, en Tamaulipas, las diferencias entre las corrientes medulares que conformaron esta nueva opción política en México han tenido sus roces y hasta sus choques.

Como evidencia de lo que se dice, basta con darse una vuelta por la Plaza de Armas de la ciudad para leer las pancartas y lonas que allí han sido colgadas por los miembros del escaparate al que nos referimos.

Por otro lado, ya hay panistas que están haciendo su “lucha” asegurando unos que están apadrinados y otros que “las flautas son de harina”.

Para nadie es un secreto que hay un franco interés en el Palacio Nacional de que Tamaulipas se vuelva guinda y así, haya un entendimiento entre ambas partes. Por un lado, un nuevo gobernador proveniente de la alternancia hablaría “el mismo idioma” que el ejecutivo federal y, por otro, para el hombre originario de Macuspana, esto sería un indicativo de la respuesta que tendría de cara a la elección federal del 2024.

Sin embargo, debemos hacernos una pregunta, porque en la política todo se puede esperar: ¿Qué va a suceder si hay alternancia política en la presidencia del país a partir del 2024? ¿Seríamos, nuevamente, testigos de una lucha de egos y poderes entre las figuras que ocupen la silla presidencial y la de la gubernatura?

De este tema platicaba con un buen amigo líder empresarial de la zona y quien, entre otras cosas me comentó que en las últimas reuniones que se han tenido los representantes de los diferentes giros comerciales, de servicios e industriales de la región con los miembros de la mesa de seguridad del sur de Tamaulipas, se planteó la importancia de que se sigan incrementando los esfuerzos en esta temática para que no “se pierda lo que tanto trabajo ha costado recuperar”.

Y es que, sin duda, los primeros que resienten los embates económicos son aquellos quienes viven activamente del comercio. Sin importar si los contratiempos son de carácter sanitario, de seguridad social o climatológico, los empresarios perciben, antes que cualquier otro ciudadano, las caídas y las pérdidas en sus ingresos y, por tanto, se percatan tempranamente de la desaceleración del circulante en el entorno en el que están enclavados.

Con ese fundamento, es que mi buen amigo me insistió que “se va a plantear que no se disminuya el recurso presupuestado para seguridad” y que, al ser etiquetado para este fin, no haya manera de que las nuevas autoridades, en caso de una alternancia, lo traten de desviar para beneficiar otro tipo de acciones o procesos gubernamentales.

Sería lamentable que, sabiendo los resultados en cuanto a incidencia del fenómeno delincuencial de Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Guerrero y la propia Ciudad de México – entre otros – aquí también se aplique la política de “los abrazos”. Lo ideal, por supuesto, sería que se incrementaran los operativos y la presencia policiaca de los tres niveles de gobierno para tranquilidad de la población en general.

En materia de economía y de inversión se perciben interesantes los proyectos de la reconversión del puerto de Tampico, para hacerlo un destino turístico y de servicios y, nuevamente, el multicitado acuario de la laguna del carpintero.

Cuya historia ha sido de “carpetazo tras carpetazo”. Aunque, debemos reconocerlo que, para que ambas ideas se conviertan en una franca realidad, no se puede prescindir del capital privado, cosa que, en los últimos años se ha estigmatizado por las figuras de representación y la sociedad civil. Cito como ejemplo a las áreas aledañas a la ExpoTampico.

Asimismo, aquel que busque estar al frente del gobierno de nuestra entidad deberá enfrentar un detalle que para muchos exmandatarios locales ha sido inexistente o, quizá, han preferido, por comodidad, hacer "ojos ciegos". Me refiero al escabroso tema de la regularización del transporte público.

El nuevo gobernador deberá enfrentar el compromiso de “meter mano” para evitar que continúen los abusos de algunos choferes, la presencia de rutas “pirata”, el uso de unidades en mal estado e impulsar la modernización en general de los factores que constituyen este tenor.

El 2022 será importante en el devenir del Tamaulipas de los próximos seis años, ojalá que haya candidatos honestos y responsables y también haya votantes maduros y conscientes para que la decisión que se tome sea la mejor. ¿No cree usted, gentil amigo lector?

¡Y hasta aquí! Pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”

Escríbame a:

  • licajimenezmcc@hotmail.com