/ miércoles 4 de agosto de 2021

Con café y a media luz | Que sirva de ejemplo

En la agenda de los Juegos Olímpicos que se están celebrando en Tokio, Japón, una nota paralela a lo relativo a las hazañas de los deportistas ha ido subiendo los peldaños de interés de los medios de comunicación masiva. Me refiero al repunte de los casos de Covid – 19 en aquella nación oriental debido a las multitudes que se han reunido en torno a los diferentes cosos, sitios turísticos y demás, para apoyar a los atletas representantes de los diversos países asistentes.

Después de que, por varias semanas, el país del sol naciente lograra minimizar las cifras, hecho fundamental para poder llevar al cabo la justa deportiva más importante del orbe, el pasado fin de semana se filtraron los datos que, ahora, resultan más que alarmantes. Casi 66 mil casos confirmados de contagios de la enfermedad ocasionada por el virus SARS-CoV-2; esta cifra representa, aproximadamente, un incremento del 125 % por ciento en tan solo siete días, según fuentes oficiales de carácter internacional.

Esta lamentable situación ha hecho que los “focos rojos” se encendieran nuevamente y las medidas y protocolos sanitarios se aplicaran de manera más estricta para tratar de frenar esta nueva ola de contagios que estaría poniendo, en un momento dado, a millones de personas en un estado de riesgo, como dijimos, a causa de los eventos de las diferentes disciplinas deportivas.

Espectadores, deportistas, asistentes, personal de logística, colaboradores de las delegaciones y más, están en riesgo.

¿A qué se debe que el título de la entrega de este día que pongo a su amable consideración se refiere a un “ejemplo”? La respuesta es más que sencilla y la limitaré a dos temáticas que servirán para ilustrar de manera práctica lo que estamos tratando de compartir con usted.

En primer término, me refiero al retorno a clases de manera presencial que tanto ha insistido el representante del poder Ejecutivo federal quien, en las últimas fechas ha incrementado los dichos relacionados con este tema, mostrando una postura que nos remite al AMLO – el de campaña – que conocimos durante casi tres sexenios cuando las cosas no salían como deseaba.

Por mera curiosidad exploré las redes sociales de organizaciones que agrupan a padres de familia, a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y del propio sindicato de trabajadores del magisterio, además de una de las secciones de este último en la que están incluidos poco más de 250 plantes de nivel superior distribuidos en todo el país.

Para evitar escribir párrafos con detalles de cada una de las entidades que le comenté renglones arriba, le puedo decir que, por las publicaciones vertidas, todos coinciden en el rechazo al retorno definitivo de manera presencial, por lo menos, hasta que se pueda garantizar el no contagio a maestros, directivos, personal de asistencia manual y administrativa y, principalmente a los alumnos.

Esto último, pone en un severo entredicho a lo planteado por el mandatario, porque, en días pasados, él mismo reconoció que hasta el momento no hay, en el mundo, alguna vacuna destinada a los menores de edad y, aunque los contagios en los niños a causa de la variante Delta, se han incrementado, el discurso del presidente López se ha basado en que “a los niños no les afecta como a los adultos”.

El segundo ejemplo que le deseo citar y que me parece una situación que, de ocurrir, sería muy cuestionable, va de la mano con un fenómeno que, seguramente, usted ha atestiguado como yo. Se trata del desinterés mostrado por la sociedad – cito la de Tampico – por mantener y observar las medidas elementales de cuidado sanitario después de que se pasó por el proceso de vacunación.

Sin cuidar la sana distancia, ni el uso de gel o portar el cubrebocas, habitantes de la zona conurbada pasean por el centro, la playa, la laguna y organizan fiestas y convivios en el interior de su domicilio, olvidando que el riesgo continúa y, aunque es verdad que el biológico inoculada ayuda a disminuir el riesgo de padecer complicaciones severas de Covid – 19, también es verdad que no evita el contagio y, en un momento dado, la muerte.

No obstante, lo anterior, ya se está promoviendo a través de diversos canales, la realización de “Las fiestas de octubre 2021” y, aunque las autoridades han insistido en que se llevarán al cabo siempre que no aumente el índice de contagios, parecieran no prever que un evento así podría ocasionar – con sus debidas y guardadas proporciones – un fenómeno similar al que está viviendo Japón.

Se entiende que es imperante reactivar la economía del país y que es necesario evitar el cierre definitivo de más negocios que, a la postre lo que ocasionaría sería un elevado número de desempleos, empero, ¿Es realmente imprescindible un evento ferial de considerables magnitudes?

Con absoluta honestidad considero que como población no podemos estamos en condiciones de condenar y señalar la decisión del Ejecutivo federal del retorno a clases, mientras que, por otro lado, estamos aplaudiendo la organización de un festejo, amén de que, por nuestra cuenta, organizamos los propios sin procurar la salud y, más aún, como autoridades federales, locales y ciudadanía, no podemos estar haciendo “ojos ciegos” a lo que pasa en otras partes del mundo y que, por un descuido o un mal manejo, pudieran replicarse aquí.

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”.

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.

En la agenda de los Juegos Olímpicos que se están celebrando en Tokio, Japón, una nota paralela a lo relativo a las hazañas de los deportistas ha ido subiendo los peldaños de interés de los medios de comunicación masiva. Me refiero al repunte de los casos de Covid – 19 en aquella nación oriental debido a las multitudes que se han reunido en torno a los diferentes cosos, sitios turísticos y demás, para apoyar a los atletas representantes de los diversos países asistentes.

Después de que, por varias semanas, el país del sol naciente lograra minimizar las cifras, hecho fundamental para poder llevar al cabo la justa deportiva más importante del orbe, el pasado fin de semana se filtraron los datos que, ahora, resultan más que alarmantes. Casi 66 mil casos confirmados de contagios de la enfermedad ocasionada por el virus SARS-CoV-2; esta cifra representa, aproximadamente, un incremento del 125 % por ciento en tan solo siete días, según fuentes oficiales de carácter internacional.

Esta lamentable situación ha hecho que los “focos rojos” se encendieran nuevamente y las medidas y protocolos sanitarios se aplicaran de manera más estricta para tratar de frenar esta nueva ola de contagios que estaría poniendo, en un momento dado, a millones de personas en un estado de riesgo, como dijimos, a causa de los eventos de las diferentes disciplinas deportivas.

Espectadores, deportistas, asistentes, personal de logística, colaboradores de las delegaciones y más, están en riesgo.

¿A qué se debe que el título de la entrega de este día que pongo a su amable consideración se refiere a un “ejemplo”? La respuesta es más que sencilla y la limitaré a dos temáticas que servirán para ilustrar de manera práctica lo que estamos tratando de compartir con usted.

En primer término, me refiero al retorno a clases de manera presencial que tanto ha insistido el representante del poder Ejecutivo federal quien, en las últimas fechas ha incrementado los dichos relacionados con este tema, mostrando una postura que nos remite al AMLO – el de campaña – que conocimos durante casi tres sexenios cuando las cosas no salían como deseaba.

Por mera curiosidad exploré las redes sociales de organizaciones que agrupan a padres de familia, a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y del propio sindicato de trabajadores del magisterio, además de una de las secciones de este último en la que están incluidos poco más de 250 plantes de nivel superior distribuidos en todo el país.

Para evitar escribir párrafos con detalles de cada una de las entidades que le comenté renglones arriba, le puedo decir que, por las publicaciones vertidas, todos coinciden en el rechazo al retorno definitivo de manera presencial, por lo menos, hasta que se pueda garantizar el no contagio a maestros, directivos, personal de asistencia manual y administrativa y, principalmente a los alumnos.

Esto último, pone en un severo entredicho a lo planteado por el mandatario, porque, en días pasados, él mismo reconoció que hasta el momento no hay, en el mundo, alguna vacuna destinada a los menores de edad y, aunque los contagios en los niños a causa de la variante Delta, se han incrementado, el discurso del presidente López se ha basado en que “a los niños no les afecta como a los adultos”.

El segundo ejemplo que le deseo citar y que me parece una situación que, de ocurrir, sería muy cuestionable, va de la mano con un fenómeno que, seguramente, usted ha atestiguado como yo. Se trata del desinterés mostrado por la sociedad – cito la de Tampico – por mantener y observar las medidas elementales de cuidado sanitario después de que se pasó por el proceso de vacunación.

Sin cuidar la sana distancia, ni el uso de gel o portar el cubrebocas, habitantes de la zona conurbada pasean por el centro, la playa, la laguna y organizan fiestas y convivios en el interior de su domicilio, olvidando que el riesgo continúa y, aunque es verdad que el biológico inoculada ayuda a disminuir el riesgo de padecer complicaciones severas de Covid – 19, también es verdad que no evita el contagio y, en un momento dado, la muerte.

No obstante, lo anterior, ya se está promoviendo a través de diversos canales, la realización de “Las fiestas de octubre 2021” y, aunque las autoridades han insistido en que se llevarán al cabo siempre que no aumente el índice de contagios, parecieran no prever que un evento así podría ocasionar – con sus debidas y guardadas proporciones – un fenómeno similar al que está viviendo Japón.

Se entiende que es imperante reactivar la economía del país y que es necesario evitar el cierre definitivo de más negocios que, a la postre lo que ocasionaría sería un elevado número de desempleos, empero, ¿Es realmente imprescindible un evento ferial de considerables magnitudes?

Con absoluta honestidad considero que como población no podemos estamos en condiciones de condenar y señalar la decisión del Ejecutivo federal del retorno a clases, mientras que, por otro lado, estamos aplaudiendo la organización de un festejo, amén de que, por nuestra cuenta, organizamos los propios sin procurar la salud y, más aún, como autoridades federales, locales y ciudadanía, no podemos estar haciendo “ojos ciegos” a lo que pasa en otras partes del mundo y que, por un descuido o un mal manejo, pudieran replicarse aquí.

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”.

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.