/ lunes 30 de noviembre de 2020

Con café y a media luz | Tejiendo redes

¡Qué oscuro se observa en el horizonte el 2021! Y con “oscuro” no quiero aludir a términos relacionados con lo macabro, cadavérico, etcétera. Es mi deseo hacer énfasis en que son tantas las aristas que se alcanzan a percibir desde este fin de noviembre de 2020 que vuelven muy complejo un atisbo de luz que dé claridad al camino que habrá de seguir nuestro país.

Para muchos, esta situación innegable ya es motivo suficiente para lanzar sanciones, descréditos y hasta vituperios en contra de quien, aseguran, es el responsable del trance económico, político, sanitario y, me atrevo a decir, hasta de inseguridad por el que atraviesa México. Para otro grupo, en claro contrasentido, es meramente un síntoma de erradicación de males que, por primera vez en la historia contemporánea, están saliendo a flote –con toda su podredumbre– por lo que, es “natural” que nublen el entorno.

Lo cierto es que sí hay cosas que deberíamos reflexionar.

En cuestión de salud, quizá la más importante en estos momentos en los que la pandemia, según reconocieron los voceros presidenciales, está alcanzando las cifras que tuvo en agosto, lo que ameritó un confinamiento del que hemos salido de forma parcial, todo parece indicar que transitaremos a un 2020 en el que encierro será nuevamente el protagonista durante, por lo menos, el primer trimestre del año.

Y es que, por el natural transcurrir de los días, el aumento en el número de decesos y un incesante avance en los contagios, el proceso de consolidación de la vacuna se antoja más lento de lo que en realidad es. Aunque ya empezó la etapa de pruebas finales, en voz del Ejecutivo, la aplicación “universal” empezaría entre el mes de marzo y agosto. Sin embargo, en los últimos días y ante una pregunta de un representante de la prensa, el canciller Marcelo Ebrard sostuvo que el primer paso para aplicar la inoculación se dará el mes entrante.

En caso de que se llegara al 2020 con esta “losa” a espaldas, se detonará de manera negativa dos aspectos sustanciales para la vida nacional: La educación y la economía.

En el primer rubro, maestros, padres de familia y estudiantes –de todos los niveles– ya no ven la “puerta de salida” de la educación a distancia. Los esfuerzos por coordinar las responsabilidades del hogar, el trabajo y las encomiendas escolares, se han convertido en un verdadero galimatías para los protagonistas de este “improvisado” sistema educativo al que no se le ve “ni pies, ni cabeza”.

De seguir en el confinamiento –recordemos que las cifras que se expresan tarde a tarde no anuncian lo contrario– continuará una desaceleración económica que se verá traducida en disminución de recursos, desempleo, caída del PIB y un cierre definitivo de empresas.

A pesar de este panorama económico, el presidente López Obrador declaró en su última visita al estado de Baja California, la concreción de la clausura de la planta cervecera propiedad de una marca norteamericana. El sustento para dicha determinación fue la sobreexplotación del recurso hídrico de aquel lugar y, el amparo, promover una consulta “a mano alzada” como las que acostumbra el tabasqueño.

Esto promovió declaraciones como la del expresidente del Colegio de Economistas de aquella entidad, Enrique Rovirosa, quien apuntó que la determinación costará, aproximadamente, 3 mil 500 millones de dólares al pueblo de México. Curiosamente y como nota al calce, no debemos olvidar que, allá por el mes de marzo de este año, el gobernador tabasqueño Adán López ofrecía espacios en esa entidad para la instalación de dicha planta. Declaración que meses más tarde, en agosto, fue reforzada por el Ejecutivo federal. La cuestión es, después del “palmo de nariz” que se le dio a la cervecera, ¿El consejo directivo de la marca volverá a considerar a México como una opción para invertir?

Más allá de lo anterior, y como parte de esta enredada maraña de intereses para el 2021, por primera vez escuché a AMLO –el de campaña– manifestarse plena y abiertamente al proceso electoral del año venidero. “… Yo estoy seguro de que va a ganar el movimiento liberal…” pechó el tabasqueño y, ya encarrilado, continuó: “… las fuerzas progresistas le van a ganar al partido conservador, al partido de la corrupción, al partido de los privilegios…” apuntó el originario de Macuspana.

Y, mientras eso ocurrió, Porfirio Muñoz Ledo, excandidato a la dirigencia de Morena, desestimó en un medio de circulación nacional –quizá por un rencor derivado de su última derrota– a la recién presentada “Guía Ética” cuando fue cuestionado al respecto. “Es un ejemplo de corrupción y podredumbre”, dijo el legislador quien señaló que en el partido que representa se hace todo lo contrario a lo que dicta la publicación moralista, señaló.

Asimismo, Muñoz Ledo abundó que “… el país no se ha democratizado. ¡Hay un renacimiento del dedazo; con más gasto y más excesos de los que se hizo en el pasado!”, esto último es una sentencia sumamente grave que macula la imagen que ha tratado de mantener el presidente López a lo largo de su ejercicio con la frase “no somos como los de antes”.

Como si todo lo anterior no bastara, este intrincado enredijo incluye el desconocimiento “prudente” que ha manifestado el presidente López a quien, todo apunta, deberá convertirse en su mayor aliado cuando sea declarado mandatario de la Unión Americana: Joe Biden.

Con esta postura, el mexicano trata de evitar un error diplomático que le pudiera costar la buena relación que tiene hasta este momento con el aun ejecutivo norteamericano, Donald Trump, no obstante, todo augura el cambio del titular de la Casa Blanca, hecho que pudiera ser un arma “de doble filo” para AMLO y su proyecto de nación en materia de relaciones internacionales.

A esta serie de cuestiones ya se suman otras de menor importancia y unas más que incluso pudieran ser tomados como rumores de mal gusto y comparativas innecesarias que ni tiene caso ser plasmadas en este espacio.

Empero, insisto, la red de asuntos y sus posibles consecuencias no dejan en claro cuál será el camino de México en el 2021, habrá que estar al pendiente. ¡Feliz inicio de semana!

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.

¡Qué oscuro se observa en el horizonte el 2021! Y con “oscuro” no quiero aludir a términos relacionados con lo macabro, cadavérico, etcétera. Es mi deseo hacer énfasis en que son tantas las aristas que se alcanzan a percibir desde este fin de noviembre de 2020 que vuelven muy complejo un atisbo de luz que dé claridad al camino que habrá de seguir nuestro país.

Para muchos, esta situación innegable ya es motivo suficiente para lanzar sanciones, descréditos y hasta vituperios en contra de quien, aseguran, es el responsable del trance económico, político, sanitario y, me atrevo a decir, hasta de inseguridad por el que atraviesa México. Para otro grupo, en claro contrasentido, es meramente un síntoma de erradicación de males que, por primera vez en la historia contemporánea, están saliendo a flote –con toda su podredumbre– por lo que, es “natural” que nublen el entorno.

Lo cierto es que sí hay cosas que deberíamos reflexionar.

En cuestión de salud, quizá la más importante en estos momentos en los que la pandemia, según reconocieron los voceros presidenciales, está alcanzando las cifras que tuvo en agosto, lo que ameritó un confinamiento del que hemos salido de forma parcial, todo parece indicar que transitaremos a un 2020 en el que encierro será nuevamente el protagonista durante, por lo menos, el primer trimestre del año.

Y es que, por el natural transcurrir de los días, el aumento en el número de decesos y un incesante avance en los contagios, el proceso de consolidación de la vacuna se antoja más lento de lo que en realidad es. Aunque ya empezó la etapa de pruebas finales, en voz del Ejecutivo, la aplicación “universal” empezaría entre el mes de marzo y agosto. Sin embargo, en los últimos días y ante una pregunta de un representante de la prensa, el canciller Marcelo Ebrard sostuvo que el primer paso para aplicar la inoculación se dará el mes entrante.

En caso de que se llegara al 2020 con esta “losa” a espaldas, se detonará de manera negativa dos aspectos sustanciales para la vida nacional: La educación y la economía.

En el primer rubro, maestros, padres de familia y estudiantes –de todos los niveles– ya no ven la “puerta de salida” de la educación a distancia. Los esfuerzos por coordinar las responsabilidades del hogar, el trabajo y las encomiendas escolares, se han convertido en un verdadero galimatías para los protagonistas de este “improvisado” sistema educativo al que no se le ve “ni pies, ni cabeza”.

De seguir en el confinamiento –recordemos que las cifras que se expresan tarde a tarde no anuncian lo contrario– continuará una desaceleración económica que se verá traducida en disminución de recursos, desempleo, caída del PIB y un cierre definitivo de empresas.

A pesar de este panorama económico, el presidente López Obrador declaró en su última visita al estado de Baja California, la concreción de la clausura de la planta cervecera propiedad de una marca norteamericana. El sustento para dicha determinación fue la sobreexplotación del recurso hídrico de aquel lugar y, el amparo, promover una consulta “a mano alzada” como las que acostumbra el tabasqueño.

Esto promovió declaraciones como la del expresidente del Colegio de Economistas de aquella entidad, Enrique Rovirosa, quien apuntó que la determinación costará, aproximadamente, 3 mil 500 millones de dólares al pueblo de México. Curiosamente y como nota al calce, no debemos olvidar que, allá por el mes de marzo de este año, el gobernador tabasqueño Adán López ofrecía espacios en esa entidad para la instalación de dicha planta. Declaración que meses más tarde, en agosto, fue reforzada por el Ejecutivo federal. La cuestión es, después del “palmo de nariz” que se le dio a la cervecera, ¿El consejo directivo de la marca volverá a considerar a México como una opción para invertir?

Más allá de lo anterior, y como parte de esta enredada maraña de intereses para el 2021, por primera vez escuché a AMLO –el de campaña– manifestarse plena y abiertamente al proceso electoral del año venidero. “… Yo estoy seguro de que va a ganar el movimiento liberal…” pechó el tabasqueño y, ya encarrilado, continuó: “… las fuerzas progresistas le van a ganar al partido conservador, al partido de la corrupción, al partido de los privilegios…” apuntó el originario de Macuspana.

Y, mientras eso ocurrió, Porfirio Muñoz Ledo, excandidato a la dirigencia de Morena, desestimó en un medio de circulación nacional –quizá por un rencor derivado de su última derrota– a la recién presentada “Guía Ética” cuando fue cuestionado al respecto. “Es un ejemplo de corrupción y podredumbre”, dijo el legislador quien señaló que en el partido que representa se hace todo lo contrario a lo que dicta la publicación moralista, señaló.

Asimismo, Muñoz Ledo abundó que “… el país no se ha democratizado. ¡Hay un renacimiento del dedazo; con más gasto y más excesos de los que se hizo en el pasado!”, esto último es una sentencia sumamente grave que macula la imagen que ha tratado de mantener el presidente López a lo largo de su ejercicio con la frase “no somos como los de antes”.

Como si todo lo anterior no bastara, este intrincado enredijo incluye el desconocimiento “prudente” que ha manifestado el presidente López a quien, todo apunta, deberá convertirse en su mayor aliado cuando sea declarado mandatario de la Unión Americana: Joe Biden.

Con esta postura, el mexicano trata de evitar un error diplomático que le pudiera costar la buena relación que tiene hasta este momento con el aun ejecutivo norteamericano, Donald Trump, no obstante, todo augura el cambio del titular de la Casa Blanca, hecho que pudiera ser un arma “de doble filo” para AMLO y su proyecto de nación en materia de relaciones internacionales.

A esta serie de cuestiones ya se suman otras de menor importancia y unas más que incluso pudieran ser tomados como rumores de mal gusto y comparativas innecesarias que ni tiene caso ser plasmadas en este espacio.

Empero, insisto, la red de asuntos y sus posibles consecuencias no dejan en claro cuál será el camino de México en el 2021, habrá que estar al pendiente. ¡Feliz inicio de semana!

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”

Escríbame a: licajimenezmcc@hotmail.com

Y recuerde, será un gran día.