/ viernes 30 de julio de 2021

Con café y a media luz | Un fin para la Historia

Este fin de semana conjuga una serie de hechos trascendentales para la vida de México que lo llevarían a ocupar un lugar importante en la historia nacional. Más allá de lo que se pudiera advertir a simple vista o, como dicen en “el barrio”, por encimita, la trascendencia de dos eventos, en lo particular, pueden marcar un “golpe de timón” en el rumbo que ha tomado la nación y el proyecto administrativo del presidente López Obrador.

En primer término, se encuentra la consulta popular que se llevará a cabo el próximo domingo para enjuiciar a los expresidentes de México; desde Carlos Salinas de Gortari hasta Enrique Peña Nieto, pasando, sin excepción, por todos y cada uno de los jefes del estado mexicano que estuvieron comprendidos entre ambos priistas ya citados.

Llama la atención, insisto, como en otras ocasiones, la postura del hombre originario de Macuspana que, de la noche a la mañana, después de haber azuzado a la población con la necesidad de este ejercicio, ahora diga que no es indispensable o relevante y que, si estuviera en sus manos, no se realizaría, empero, “el pueblo bueno y sabio lo demanda” y “hay que saber mandar obedeciendo”. Este argumento muy fiel a Poncio Pilatos – perdón por el término – es de los mejores recursos que se le han visto al ejecutivo porque, a fin de cuentas, se hará lo que tanto deseó, pero porque la nación lo quiere.

Y, mientras esa jornada transcurre, el mandatario mexicano se dará cita en el municipio de Badiraguato, en Sinaloa, en un evento que, según se dijo, se realizaría en su totalidad a “puerta cerrada” y, ni siquiera, entrarían representantes de la oficina de Comunicación Social del Gobierno. Esta revelación hizo que, en minutos, la figura del presidente López Obrador y el nombre del municipio se convirtieran en tendencia negativa en las redes sociales ocasionando un severo entredicho que derivó en una contraorden que rápidamente fue divulgada por las cuentas oficiales de los departamentos correspondientes: “Solo el evento del domingo se realizaría a puerta cerrada para no entorpecer la jornada de la consulta popular”.

Vayamos por partes

Nunca se había llamado a preguntarle al pueblo si se aplica una ley o no. Si apreciamos el hecho desde esa perspectiva, se puede interpretar, incluso como algo absurdo. No obstante, como escuché decir a un alto burócrata de Tamaulipas: “Cada uno interpreta o expresa a su modo el ejercicio de su función”. Si esto fuera así y el presidente quiere preguntarle al pueblo su sentir, pensemos, pues que es un mero detalle de democracia.

Empero, esta conseja que la sociedad le daría al mandatario se volvería irrelevante si se demuestra que Salinas de Gortari, Zedillo Ponce de León, Fox Quesada, Calderón Hinojosa y Peña Nieto han cometido actos tipificados como ilícitos en la ley, ya que, en el estricto sentido del estado de derecho estos personajes deberán ser detenidos, juzgados y procesados siempre que se demuestre su responsabilidad directa o indirecta en la comisión de tales delitos.

Bajo este argumento es que varios sectores de la sociedad apuntan a que “la consulta” no es más que un “circo bien montado”, pues de aprobarse y se realice todo el proceso jurídico que duraría un lapso considerable y, al final, no ejercer acción penal, todo habría sido una “cortina de humo” para distraer la atención de eventos, situaciones y cosas como la visita de este domingo.

¿Por qué decimos lo anterior? Basta con hacer un pequeño planteamiento. Según fuentes oficiales, el motivo “oficial” de la gira por aquel municipio es la supervisión de una carretera. Entenderíamos que el presidente inspeccione, de primera mano obras como la construcción del tren maya, el tramo transístmico, la refinería de Dos Bocas en Tabasco y el aeropuerto internacional “Felipe Ángeles” porque son sus obras “sello”; son las que dejará como herencia tangible en bien de los mexicanos o, en su defecto, que esté al pendiente de la construcción de nuevos hospitales para luchar contra el Covid – 19 porque es una necesidad urgente ante condiciones no previstas, pero no podemos negar que causa mucha extrañeza la orden de revisar la vía Badiraguato-Guadalupe y Calvo de manera personal y “a puerta cerrada”.

¡Es más! Se pudiera entender que se restringiera la entrada a los representantes de la prensa para evitar las transmisiones en vivo y la divulgación de las fotografías por las redes sociales para evitar entorpecer la legítima intención de la consulta, pero ¿Por qué también restringir el acceso a los trabajadores del Cepropie, quienes llevan la oficina de prensa del mandatario y divulgarían la información al día siguiente?

Más allá del “motivo extraoficial” de la visita del presidente – que no sabemos si existe o no – no podemos negar que la decisión de negar el acceso a los periodistas es motivo para generar una polémica por demás innecesaria en el marco de vida que, quizá, sea el más complejo de la actual administración que, en estos momentos, está señalada por el regreso a clases a pesar de la tercera ola, el incremento del fenómeno delincuencial en varias de sus expresiones, la crisis financiera, la falta de medicamentos en un sistema hospitalario no coincidente con el prometido y más.

Sin embargo, lo repito, por lo que ha de suceder oficial y extraoficialmente en este domingo, México vivirá un fin de semana para la historia porque algo cambiará de manera definitiva.

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”

Escríbame y recuerde, será un gran día.

Correo: licajimenezmcc@hotmail.com

Este fin de semana conjuga una serie de hechos trascendentales para la vida de México que lo llevarían a ocupar un lugar importante en la historia nacional. Más allá de lo que se pudiera advertir a simple vista o, como dicen en “el barrio”, por encimita, la trascendencia de dos eventos, en lo particular, pueden marcar un “golpe de timón” en el rumbo que ha tomado la nación y el proyecto administrativo del presidente López Obrador.

En primer término, se encuentra la consulta popular que se llevará a cabo el próximo domingo para enjuiciar a los expresidentes de México; desde Carlos Salinas de Gortari hasta Enrique Peña Nieto, pasando, sin excepción, por todos y cada uno de los jefes del estado mexicano que estuvieron comprendidos entre ambos priistas ya citados.

Llama la atención, insisto, como en otras ocasiones, la postura del hombre originario de Macuspana que, de la noche a la mañana, después de haber azuzado a la población con la necesidad de este ejercicio, ahora diga que no es indispensable o relevante y que, si estuviera en sus manos, no se realizaría, empero, “el pueblo bueno y sabio lo demanda” y “hay que saber mandar obedeciendo”. Este argumento muy fiel a Poncio Pilatos – perdón por el término – es de los mejores recursos que se le han visto al ejecutivo porque, a fin de cuentas, se hará lo que tanto deseó, pero porque la nación lo quiere.

Y, mientras esa jornada transcurre, el mandatario mexicano se dará cita en el municipio de Badiraguato, en Sinaloa, en un evento que, según se dijo, se realizaría en su totalidad a “puerta cerrada” y, ni siquiera, entrarían representantes de la oficina de Comunicación Social del Gobierno. Esta revelación hizo que, en minutos, la figura del presidente López Obrador y el nombre del municipio se convirtieran en tendencia negativa en las redes sociales ocasionando un severo entredicho que derivó en una contraorden que rápidamente fue divulgada por las cuentas oficiales de los departamentos correspondientes: “Solo el evento del domingo se realizaría a puerta cerrada para no entorpecer la jornada de la consulta popular”.

Vayamos por partes

Nunca se había llamado a preguntarle al pueblo si se aplica una ley o no. Si apreciamos el hecho desde esa perspectiva, se puede interpretar, incluso como algo absurdo. No obstante, como escuché decir a un alto burócrata de Tamaulipas: “Cada uno interpreta o expresa a su modo el ejercicio de su función”. Si esto fuera así y el presidente quiere preguntarle al pueblo su sentir, pensemos, pues que es un mero detalle de democracia.

Empero, esta conseja que la sociedad le daría al mandatario se volvería irrelevante si se demuestra que Salinas de Gortari, Zedillo Ponce de León, Fox Quesada, Calderón Hinojosa y Peña Nieto han cometido actos tipificados como ilícitos en la ley, ya que, en el estricto sentido del estado de derecho estos personajes deberán ser detenidos, juzgados y procesados siempre que se demuestre su responsabilidad directa o indirecta en la comisión de tales delitos.

Bajo este argumento es que varios sectores de la sociedad apuntan a que “la consulta” no es más que un “circo bien montado”, pues de aprobarse y se realice todo el proceso jurídico que duraría un lapso considerable y, al final, no ejercer acción penal, todo habría sido una “cortina de humo” para distraer la atención de eventos, situaciones y cosas como la visita de este domingo.

¿Por qué decimos lo anterior? Basta con hacer un pequeño planteamiento. Según fuentes oficiales, el motivo “oficial” de la gira por aquel municipio es la supervisión de una carretera. Entenderíamos que el presidente inspeccione, de primera mano obras como la construcción del tren maya, el tramo transístmico, la refinería de Dos Bocas en Tabasco y el aeropuerto internacional “Felipe Ángeles” porque son sus obras “sello”; son las que dejará como herencia tangible en bien de los mexicanos o, en su defecto, que esté al pendiente de la construcción de nuevos hospitales para luchar contra el Covid – 19 porque es una necesidad urgente ante condiciones no previstas, pero no podemos negar que causa mucha extrañeza la orden de revisar la vía Badiraguato-Guadalupe y Calvo de manera personal y “a puerta cerrada”.

¡Es más! Se pudiera entender que se restringiera la entrada a los representantes de la prensa para evitar las transmisiones en vivo y la divulgación de las fotografías por las redes sociales para evitar entorpecer la legítima intención de la consulta, pero ¿Por qué también restringir el acceso a los trabajadores del Cepropie, quienes llevan la oficina de prensa del mandatario y divulgarían la información al día siguiente?

Más allá del “motivo extraoficial” de la visita del presidente – que no sabemos si existe o no – no podemos negar que la decisión de negar el acceso a los periodistas es motivo para generar una polémica por demás innecesaria en el marco de vida que, quizá, sea el más complejo de la actual administración que, en estos momentos, está señalada por el regreso a clases a pesar de la tercera ola, el incremento del fenómeno delincuencial en varias de sus expresiones, la crisis financiera, la falta de medicamentos en un sistema hospitalario no coincidente con el prometido y más.

Sin embargo, lo repito, por lo que ha de suceder oficial y extraoficialmente en este domingo, México vivirá un fin de semana para la historia porque algo cambiará de manera definitiva.

¡Y hasta aquí!, pues como decía cierto periodista: “El tiempo apremia y el espacio se agota”

Escríbame y recuerde, será un gran día.

Correo: licajimenezmcc@hotmail.com