/ lunes 14 de octubre de 2019

Confianza, elemento vital para el desarrollo

Desconozco mucho de la ciencia económica que, durante varios sexenios, fuertemente “soldada” al Fondo Monetario Internacional (FMI)...

Demostró tener la mejor fórmula para arruinar el país; sin embargo, la declaración del secretario de Hacienda, Arturo Herrera, durante la Reunión Anual de Industriales llevada a cabo en Leon, Guanajuato, de que la economía nacional requiere de un empujoncito para salir de la desaceleración en la que se encuentra, debe ser justipreciada. Sobre todo, cuando el crecimiento de la economía de 0.6% por ciento que presentó Alfonso Romo Garza, jefe de la oficina de la Presidencia, según las previsiones del Banco Mundial, acaba de sufrir un descenso de 0.4%, revelado por el FMI.

Alfonso Romo pidió mantener el optimismo como una medida para crear confianza. “Échenle mentiras si quieren, pero por favor creen un ambiente optimista, es importantísimo, porque eso va relacionado con los beneficios a sus negocios, a sus familias, a sus empleados”, acotó el funcionario.

Lo anteriormente aseverado nos conduce a esta anécdota: “Un día, el pánico monetario se apoderó de un pais y los ahorradores acudieron al banco emisor a solicitar su dinero. La situación se agravó terriblemente por la falta de confianza. De pronto a alguien se le ocurrió descargar en las bodegas del banco decenas de barriles llenos de monedas de oro, y los tenedores de los billetes recuperaron la confianza, terminándose el pánico. Años después un barril de aquellos se pudrió y se desfondó, descubriéndose que el contenido no era oro, sino plomo. Alarmado el vigilante, avisó al banquero quien le dijo: Ya sabemos que es plomo; pero funcionó como si fuera oro para recuperar la confianza”.

En ocasiones para lograr la confianza de la población se ha actuado con llantos, gritos, silencio y promesas demagógicas; pero lo mejor es llevar a efecto una política económica que estimule y aliente la producción nacional.

La clave para conducir a México por el camino de la seguridad y certidumbre depende de la pericia de los gobernantes para señalar caminos, para decir la verdad y ser reiterativos con base en hechos, no solo palabras, de una sola cosa: que es posible la lucha sin cuartel contra los problemas que acosan al pais y amenazan su viabilidad.

Si bien la misión de crear una nación más vigorosa, más fuerte y más justa demanda el concurso organizado de pueblo y gobierno, unidos, en un objetivo común, quienes gobiernan tienen la responsabilidad de dejar de ser el personaje agradecido, el jefe complaciente y el politico distante, ya que finalmente los últimos responsables de la labor al frente de los trabajos y desvelos de la república son los que aparecen arriba en el organigrama.

NOTA DEL DÍA.- En el momento político que se vive, considero prudente la lectura de libros de historia de Mexico y de historia universal, pero sin desdeñar la calidad de estos. “Los libros de cierta alcurnia nunca dejan al lector tal como eran antes de conocerlos, sino que lo mejoran”. La lectura nos ilustra acerca del desarrollo de terribles querellas causantes de guerras civiles o mundiales y otros conflictos politicos y sociales, circunstancia que nos adiestra en la práctica de la moderación y la tolerancia. Después de todo, “muchas conflagraciones bélicas y diferendos no son hoy en día más que controversias fenecidas”. Los libros de historia, asimismo, nos recuerdan que todos los seres humanos tienen rasgos comunes y la esencia que compartimos es la misma. Las pasiones de los Reyes de la antigüedad no son muy distintas a las de líderes y gobernantes del globo, me digo, cada vez que termino de leer a William Shakespeare.

Desconozco mucho de la ciencia económica que, durante varios sexenios, fuertemente “soldada” al Fondo Monetario Internacional (FMI)...

Demostró tener la mejor fórmula para arruinar el país; sin embargo, la declaración del secretario de Hacienda, Arturo Herrera, durante la Reunión Anual de Industriales llevada a cabo en Leon, Guanajuato, de que la economía nacional requiere de un empujoncito para salir de la desaceleración en la que se encuentra, debe ser justipreciada. Sobre todo, cuando el crecimiento de la economía de 0.6% por ciento que presentó Alfonso Romo Garza, jefe de la oficina de la Presidencia, según las previsiones del Banco Mundial, acaba de sufrir un descenso de 0.4%, revelado por el FMI.

Alfonso Romo pidió mantener el optimismo como una medida para crear confianza. “Échenle mentiras si quieren, pero por favor creen un ambiente optimista, es importantísimo, porque eso va relacionado con los beneficios a sus negocios, a sus familias, a sus empleados”, acotó el funcionario.

Lo anteriormente aseverado nos conduce a esta anécdota: “Un día, el pánico monetario se apoderó de un pais y los ahorradores acudieron al banco emisor a solicitar su dinero. La situación se agravó terriblemente por la falta de confianza. De pronto a alguien se le ocurrió descargar en las bodegas del banco decenas de barriles llenos de monedas de oro, y los tenedores de los billetes recuperaron la confianza, terminándose el pánico. Años después un barril de aquellos se pudrió y se desfondó, descubriéndose que el contenido no era oro, sino plomo. Alarmado el vigilante, avisó al banquero quien le dijo: Ya sabemos que es plomo; pero funcionó como si fuera oro para recuperar la confianza”.

En ocasiones para lograr la confianza de la población se ha actuado con llantos, gritos, silencio y promesas demagógicas; pero lo mejor es llevar a efecto una política económica que estimule y aliente la producción nacional.

La clave para conducir a México por el camino de la seguridad y certidumbre depende de la pericia de los gobernantes para señalar caminos, para decir la verdad y ser reiterativos con base en hechos, no solo palabras, de una sola cosa: que es posible la lucha sin cuartel contra los problemas que acosan al pais y amenazan su viabilidad.

Si bien la misión de crear una nación más vigorosa, más fuerte y más justa demanda el concurso organizado de pueblo y gobierno, unidos, en un objetivo común, quienes gobiernan tienen la responsabilidad de dejar de ser el personaje agradecido, el jefe complaciente y el politico distante, ya que finalmente los últimos responsables de la labor al frente de los trabajos y desvelos de la república son los que aparecen arriba en el organigrama.

NOTA DEL DÍA.- En el momento político que se vive, considero prudente la lectura de libros de historia de Mexico y de historia universal, pero sin desdeñar la calidad de estos. “Los libros de cierta alcurnia nunca dejan al lector tal como eran antes de conocerlos, sino que lo mejoran”. La lectura nos ilustra acerca del desarrollo de terribles querellas causantes de guerras civiles o mundiales y otros conflictos politicos y sociales, circunstancia que nos adiestra en la práctica de la moderación y la tolerancia. Después de todo, “muchas conflagraciones bélicas y diferendos no son hoy en día más que controversias fenecidas”. Los libros de historia, asimismo, nos recuerdan que todos los seres humanos tienen rasgos comunes y la esencia que compartimos es la misma. Las pasiones de los Reyes de la antigüedad no son muy distintas a las de líderes y gobernantes del globo, me digo, cada vez que termino de leer a William Shakespeare.