/ viernes 9 de agosto de 2019

Convertir los sucesos en ideas; tal es la función de la literatura

La educación que veo se da en las mal llamadas escuelas de futbol, se limitan al cultivo de la memoria, de los músculos y, a ciertas reglas de urbanidad.

Pero de equilibrio mental, estabilidad nerviosa, juicio recto, valor moral, audacia, resistencia al mal, tacto, forma de tratar al prójimo y manera de sacar el mayor bien de los contratiempos, de eso... nada.

Claro que la acción es importante, la experiencia es la mejor forma de aprender, pero para entrar a la acción que brinda la experiencia, es necesario que el joven obtenga antes todos los fundamentos. Viene entonces el proceso de formación compuesto por etapas semejantes a las de la escolaridad, que no deben de saltarse, sino llevarlas paso a paso y sin prisa. Todo lo que se enseñe hay que enseñarlo con la máxima profundidad, los aprendizajes superficiales producen con harta frecuencia jugadores mediocres y presuntuosos.

Hemos escuchado a algunos de los jugadores profesionales mexicanos, que al terminar su aventura en el futbol europeo se lamentan de que sus hijos no tendrán acá la formación integral que se brinda a las categorías infantiles y juveniles de Europa. Venimos a darnos cuenta de nuestras carencias cuando escuchamos a los deportistas que nos representan en las competencias internacionales, quejarse de las condiciones en que han de prepararse para cumplir con sus compromisos. Nuestros gobernantes en todos los niveles, acostumbran a desviar hacia otros intereses las aportaciones gubernamentales para apoyar al deporte.

Tenemos afortunadamente algunos equipos profesionales con capacidad económica suficiente como para garantizar los estudios de sus prospectos, siendo incluso, en algunos equipos, que el estudio sea obligatorio, para lo que otorgan becas a los jóvenes. Sus instalaciones están a la altura de las de los clubes europeos, aunque no en todos, pero me consta que el Monterrey, por ejemplo, cuenta con todo lo necesario, incluso comedores en los que se vigila la nutrición de sus jugadores canteranos y, por lo que sabemos a través de los medios informativos, Pachuca trabaja igual, así que no dudamos que algunos otros también lo estén haciendo como es debido.

Y me da mucho gusto constatar que tambien cumplan con los programas obligatorios que impone la Femexfut, que obliga a los equipos a conceder tiempo de juego a sus jugadores menores. En el último partido de Copa, el Monterrey, que tiene en el torneo de Copa como uno de sus objetivos, alineó a cinco debutantes, a cuatro menores ya con experiencia y, a un solo jugador de base, Lionel Vangioni. Otros equipos tambien están cumpliendo cabalmente con estas condiciones, pero tenemos a otros que a un juego para finalizar el torneo, no han cumplido aún con la cantidad de minutos de juego acordada para los menores.

Tanto que critican los medios informativos a los jugadores que no desean formar parte de la selección, pero muy pocos son los que se refieren a los equipos que no prestan a sus jugadores para formar parte de las selecciones menores, aduciendo que no son juegos en fecha FIFA, sólo por nombrar algunos, el Pachuca, el León y el Cruz azul no prestaron a Roberto de la Rosa, Misael Domínguez, José Macías para la selección Sub-20 dirigida por Jaime Lozano, que jugó con un solo centro delantero Jesus Godínez, que hubo de jugar todos los encuentros con el consabido desgaste calórico, mientras que Roberto de la Rosa, goleador efectivo que ha destacado ya en varias competencias con dicha selección, no ha sido utilizado en la Copa por su equipo, el Pachuca, diferente al caso Macías que es insustituible en la alineación del León.

Mi reconocimiento para Jaime Lozano y para todos sus jugadores, no somos el gigante de Concacaf como muchos pretenden, no tenemos aún suficientes jugadores menores como para formar dos selecciones, no sé cuantos jugadores le solicitaron al Monterrey, pero el defensa central Johan Vázquez y, el mediocampista Cantú, son relevos importantes para los rayados y, no solamente los prestaron, sino que debutaron a otros para que ocuparan sus puestos en los juegos de Copa de la Liga MX. ¿Qué esperan los demás equipos para hacer lo mismo?

Al igual que el desaparecido escritor y periodista Eduardo Galeano, que se declaró “ladrón de palabras”, personalmente aprecio a los escritores que se muestran preocupados por el problema social, del que no tengo fórmula para resolver. Pero por vocación, tengo mucha más idea para opinar de los problemas que atañen al deporte, especialmente el futbol, así que para mí no existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.

Hasta pronto amigo.

La educación que veo se da en las mal llamadas escuelas de futbol, se limitan al cultivo de la memoria, de los músculos y, a ciertas reglas de urbanidad.

Pero de equilibrio mental, estabilidad nerviosa, juicio recto, valor moral, audacia, resistencia al mal, tacto, forma de tratar al prójimo y manera de sacar el mayor bien de los contratiempos, de eso... nada.

Claro que la acción es importante, la experiencia es la mejor forma de aprender, pero para entrar a la acción que brinda la experiencia, es necesario que el joven obtenga antes todos los fundamentos. Viene entonces el proceso de formación compuesto por etapas semejantes a las de la escolaridad, que no deben de saltarse, sino llevarlas paso a paso y sin prisa. Todo lo que se enseñe hay que enseñarlo con la máxima profundidad, los aprendizajes superficiales producen con harta frecuencia jugadores mediocres y presuntuosos.

Hemos escuchado a algunos de los jugadores profesionales mexicanos, que al terminar su aventura en el futbol europeo se lamentan de que sus hijos no tendrán acá la formación integral que se brinda a las categorías infantiles y juveniles de Europa. Venimos a darnos cuenta de nuestras carencias cuando escuchamos a los deportistas que nos representan en las competencias internacionales, quejarse de las condiciones en que han de prepararse para cumplir con sus compromisos. Nuestros gobernantes en todos los niveles, acostumbran a desviar hacia otros intereses las aportaciones gubernamentales para apoyar al deporte.

Tenemos afortunadamente algunos equipos profesionales con capacidad económica suficiente como para garantizar los estudios de sus prospectos, siendo incluso, en algunos equipos, que el estudio sea obligatorio, para lo que otorgan becas a los jóvenes. Sus instalaciones están a la altura de las de los clubes europeos, aunque no en todos, pero me consta que el Monterrey, por ejemplo, cuenta con todo lo necesario, incluso comedores en los que se vigila la nutrición de sus jugadores canteranos y, por lo que sabemos a través de los medios informativos, Pachuca trabaja igual, así que no dudamos que algunos otros también lo estén haciendo como es debido.

Y me da mucho gusto constatar que tambien cumplan con los programas obligatorios que impone la Femexfut, que obliga a los equipos a conceder tiempo de juego a sus jugadores menores. En el último partido de Copa, el Monterrey, que tiene en el torneo de Copa como uno de sus objetivos, alineó a cinco debutantes, a cuatro menores ya con experiencia y, a un solo jugador de base, Lionel Vangioni. Otros equipos tambien están cumpliendo cabalmente con estas condiciones, pero tenemos a otros que a un juego para finalizar el torneo, no han cumplido aún con la cantidad de minutos de juego acordada para los menores.

Tanto que critican los medios informativos a los jugadores que no desean formar parte de la selección, pero muy pocos son los que se refieren a los equipos que no prestan a sus jugadores para formar parte de las selecciones menores, aduciendo que no son juegos en fecha FIFA, sólo por nombrar algunos, el Pachuca, el León y el Cruz azul no prestaron a Roberto de la Rosa, Misael Domínguez, José Macías para la selección Sub-20 dirigida por Jaime Lozano, que jugó con un solo centro delantero Jesus Godínez, que hubo de jugar todos los encuentros con el consabido desgaste calórico, mientras que Roberto de la Rosa, goleador efectivo que ha destacado ya en varias competencias con dicha selección, no ha sido utilizado en la Copa por su equipo, el Pachuca, diferente al caso Macías que es insustituible en la alineación del León.

Mi reconocimiento para Jaime Lozano y para todos sus jugadores, no somos el gigante de Concacaf como muchos pretenden, no tenemos aún suficientes jugadores menores como para formar dos selecciones, no sé cuantos jugadores le solicitaron al Monterrey, pero el defensa central Johan Vázquez y, el mediocampista Cantú, son relevos importantes para los rayados y, no solamente los prestaron, sino que debutaron a otros para que ocuparan sus puestos en los juegos de Copa de la Liga MX. ¿Qué esperan los demás equipos para hacer lo mismo?

Al igual que el desaparecido escritor y periodista Eduardo Galeano, que se declaró “ladrón de palabras”, personalmente aprecio a los escritores que se muestran preocupados por el problema social, del que no tengo fórmula para resolver. Pero por vocación, tengo mucha más idea para opinar de los problemas que atañen al deporte, especialmente el futbol, así que para mí no existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.

Hasta pronto amigo.