Ayer el empalagoso estribillo “When Im sixty four” (cuando tenga sesenta y cuatro años), producto de la inventiva de Paul McCartney y John Lennon, según reza uno de sus mejores álbumes, me persiguió todo el día.
Esta canción no es una de mis predilectas de los Beatles. Suena extraña para ser escrita e interpretada por cuatro adolescentes, aun bajo la óptica de los alucinantes años sesenta.
La letrilla que dice “when I get older, losing my hair, many years from now, will you still be sending me a valentine, Birthday Greetings bottle of wine”, (cuando sea mas viejo y se me caiga el pelo, dentro de algunos años, seguirás regalándome una tarjeta de San Valentín, y por mi cumpleaños una botella de vino), me condujo a reflexionar sobre que significa la hazaña de hacerse viejo en nuestra sociedad.
La Bruyere dijo, abrigamos la esperanza de llegar a ser viejos y, sin embargo, la vejez nos asusta. ¿Podría ser distinto pese a saber que se trata de un proceso inevitable? Quién sabe. Más aun, ¿Qué pensarán hoy los Beatles, convertidos en setentones y todavía en activo, Mcartney y Ringo Starr (y sus contemporáneos y compañeros de viaje de los años sesenta), al escuchar en pleno 2018 el celebre canto a la vejez, impregnado de fino sarcasmo británico. Una canción jamás escrita por John Lennon, afirman, y que por cierto, desdeñó hasta el final.
