/ lunes 11 de febrero de 2019

Cultura de prevención

Cultura de prevención

El escritor Mark Twain dijo: “Dejar de fumar es fácil, yo lo he hecho cientos de veces”.

Esto corrobora que la nicotina es tan adictiva o mas que los opiáceos, y si te atrapa, difícilmente te libera.

El dejar el cigarrillo es como aprender un idioma raro, aseguran. Se intenta cada día, y no hay camino corto ni píldora mágica.

El tabaquismo es la principal causa prevenible de defunción en todo el mundo.

En México, el tabaco mata a más de 44 mil personas cada año y provoca un gasto de unos 6 mil millones de dólares en cigarrillos.

El Estado mexicano debe gastar 2 mil 900 millones de dólares anuales para tratar los daños que produce el cigarro en la salud, recursos que podrían utilizarse en otros rubros.

La ley de protección para los no fumadores cierra espacios a los fumadores. Antes, se podía fumar en casi todos lados y era mayor el número de fumadores pasivos, quienes involuntariamente inhalan el humo exhalado por el fumador que genera la combustión del tabaco.

Pese a las regulaciones de ley, aún existen reductos para matar el ansia por la nicotina. Se fuma en la cama, en el baño, en parques públicos, al mirar tv y al conducir un automóvil, entre otros sitios.

Desde la primera inhalación, el humo de cigarrillo produce un estado de lasitud y tranquilidad. Entre una bocanada y otra en la mente de sus partidarios llega la solución para las angustias de la vida diaria.

Se tiene al consumo de tabaco como un hábito nocivo y difícil de vencer, tal y como corresponde a una sustancia altamente adictiva asociada con más de dos mil productos tóxicos. En esta lista se incluye el monóxido de carbono, cianuro y elementos radiactivos.

La persona que decide dejar el cigarrillo casi siempre lo hace al borde de la desesperación. Esa es la mala noticia. La “buena” es que el logro de esta meta frecuentemente se da en la quinta oportunidad, de acuerdo con la fórmula estadística.

En el protocolo para superar la adicción a la nicotina se incluyen parches, gomas de mascar, cigarro electrónico, inhaladores, aerosoles, medicamentos, terapia de grupo, asesoría vía telefónica y la hipnosis. La señal inequívoca de que una persona está lista para apartarse del hábito de fumar es cuando está plenamente convencida de que lo quiere hacer. Suena fácil.

Cultura de prevención

El escritor Mark Twain dijo: “Dejar de fumar es fácil, yo lo he hecho cientos de veces”.

Esto corrobora que la nicotina es tan adictiva o mas que los opiáceos, y si te atrapa, difícilmente te libera.

El dejar el cigarrillo es como aprender un idioma raro, aseguran. Se intenta cada día, y no hay camino corto ni píldora mágica.

El tabaquismo es la principal causa prevenible de defunción en todo el mundo.

En México, el tabaco mata a más de 44 mil personas cada año y provoca un gasto de unos 6 mil millones de dólares en cigarrillos.

El Estado mexicano debe gastar 2 mil 900 millones de dólares anuales para tratar los daños que produce el cigarro en la salud, recursos que podrían utilizarse en otros rubros.

La ley de protección para los no fumadores cierra espacios a los fumadores. Antes, se podía fumar en casi todos lados y era mayor el número de fumadores pasivos, quienes involuntariamente inhalan el humo exhalado por el fumador que genera la combustión del tabaco.

Pese a las regulaciones de ley, aún existen reductos para matar el ansia por la nicotina. Se fuma en la cama, en el baño, en parques públicos, al mirar tv y al conducir un automóvil, entre otros sitios.

Desde la primera inhalación, el humo de cigarrillo produce un estado de lasitud y tranquilidad. Entre una bocanada y otra en la mente de sus partidarios llega la solución para las angustias de la vida diaria.

Se tiene al consumo de tabaco como un hábito nocivo y difícil de vencer, tal y como corresponde a una sustancia altamente adictiva asociada con más de dos mil productos tóxicos. En esta lista se incluye el monóxido de carbono, cianuro y elementos radiactivos.

La persona que decide dejar el cigarrillo casi siempre lo hace al borde de la desesperación. Esa es la mala noticia. La “buena” es que el logro de esta meta frecuentemente se da en la quinta oportunidad, de acuerdo con la fórmula estadística.

En el protocolo para superar la adicción a la nicotina se incluyen parches, gomas de mascar, cigarro electrónico, inhaladores, aerosoles, medicamentos, terapia de grupo, asesoría vía telefónica y la hipnosis. La señal inequívoca de que una persona está lista para apartarse del hábito de fumar es cuando está plenamente convencida de que lo quiere hacer. Suena fácil.