/ viernes 22 de julio de 2022

¡De bien para arriba! | 8 mil millones

Los temas demográficos han interesado a estadistas y filósofos desde los tiempos más remotos, pero sólo desde el siglo XIX, los científicos han intentado explorar de manera sistemática los factores del crecimiento o de la disminución de la población y las formas concretas de cómo los cambios demográficos pueden influir en el desarrollo de las instituciones sociales y en el bienestar de la humanidad.

De acuerdo a la Real Academia de la lengua (RAE) demografía es la ciencia que estudia la población humana en continuo cambio, considerando los ámbitos cuantitativos (estado) y cualitativo (dinámica), incluyendo el pasado y el presente, con el propósito de anticipar eventuales variaciones futuras, la relevancia de esta disciplina radica en que la información que aporta es fundamental para diseñar y planificar políticas tendientes al desarrollo social y económico de los pueblos. las dimensiones que aborda la demografía se refieren a las variables que dan cuentan, por una parte, del estado y, por otra, de la dinámica de la población.

En el año 2011, el mundo alcanzó una población de 7000 millones, al día de hoy a algunos les asombran los avances en materia de salud que han ampliado la esperanza de vida, reducido la mortalidad materna y la mortalidad infantil y que han llevado al desarrollo de vacunas en tiempo récord, otros exigen como un derecho las innovaciones tecnológicas que nos han facilitado la vida y nos han conectado más que nunca, mientras otros dan difusión a lo conseguido en materia de igualdad de género.

Mientras todo eso sucede, la población mundial alcanzará los 8,000 millones el 15 de noviembre de 2022, según el informe Perspectivas de la Población Mundial, que también prevé que India superará a China como el país más poblado del mundo en 2023, las últimas proyecciones de las Naciones Unidas, publicadas con motivo del Día Mundial de la Población sugieren que el número de habitantes del planeta podría llegar a alrededor de 8500 millones en 2030 y 9700 millones en 2050.

En términos reales y en un mundo ideal, 8,000 millones de personas significarían 8,000 millones de oportunidades para crear sociedades más sanas fortalecidas por derechos y elecciones, sin embargo el escenario no es, ni nunca ha sido, igualitario, por razón de género, etnicidad, clase social, religión, orientación sexual, discapacidad y origen, entre otros factores, demasiadas personas siguen enfrentándose a la discriminación, acoso y violencia, nada resolvemos ignorando a aquellas personas que se quedan atrás.

El crecimiento de la población se hace sentir en cada faceta de la vida, desde los patrones de asentamiento de un país, hasta el costo de la canasta básica, el reciente envejecimiento de las poblaciones de los países industrializados ha tenido repercusiones en la industria de alimentos y también en la reducción de la fuerza laboral, al igual que en las tasas de delincuencia, el empleo, los fondos de pensiones y jubilación, efectos en las decisiones políticas y económicas, en decisiones de defensa de la soberanía como ha ocurrido con la priorización actual de la lucha contra el terrorismo.

El crecimiento de la población es determinante de cambios sustanciales en diferentes esferas del desarrollo social; es posible formular como efectos de este crecimiento estructuras de Estado evolucionadas desde la transformación demográfica; la explosión demográfica hace que el crecimiento de la pobreza aumente, de tal forma que los indicadores de empobrecimiento, como indicadores sociales, la línea de pobreza, indigencia, Gini y Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) sean los principales indicadores a transformar.

La demografía se constituye en una herramienta fundamental para los procesos de planificación, organización, dirección, evaluación y retroalimentación que permiten al estado una adecuada aplicación de las políticas generales encaminadas al mejoramiento de las condiciones de la vida de los ciudadanos, los gobiernos generalmente anteponen intereses políticos y particulares en la planificación de Estado, olvidando el interés general, tal puede ser el caso de países de economía emergente ya conocidos.

Estas megatendencias tienen consecuencias de gran alcance. Afectan al desarrollo económico, al empleo, a la distribución de la renta, a la pobreza y a las protecciones sociales. Asimismo, repercuten en los esfuerzos por garantizar el acceso universal a la atención médica, la educación, la vivienda, el saneamiento, el agua, los alimentos y la energía. Para satisfacer de manera más sostenible las necesidades de las personas, los encargados de la formulación de políticas deben saber cuántas personas viven en el Planeta, dónde se encuentran, qué edad tienen y cuántas personas habrá en el futuro.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

Los temas demográficos han interesado a estadistas y filósofos desde los tiempos más remotos, pero sólo desde el siglo XIX, los científicos han intentado explorar de manera sistemática los factores del crecimiento o de la disminución de la población y las formas concretas de cómo los cambios demográficos pueden influir en el desarrollo de las instituciones sociales y en el bienestar de la humanidad.

De acuerdo a la Real Academia de la lengua (RAE) demografía es la ciencia que estudia la población humana en continuo cambio, considerando los ámbitos cuantitativos (estado) y cualitativo (dinámica), incluyendo el pasado y el presente, con el propósito de anticipar eventuales variaciones futuras, la relevancia de esta disciplina radica en que la información que aporta es fundamental para diseñar y planificar políticas tendientes al desarrollo social y económico de los pueblos. las dimensiones que aborda la demografía se refieren a las variables que dan cuentan, por una parte, del estado y, por otra, de la dinámica de la población.

En el año 2011, el mundo alcanzó una población de 7000 millones, al día de hoy a algunos les asombran los avances en materia de salud que han ampliado la esperanza de vida, reducido la mortalidad materna y la mortalidad infantil y que han llevado al desarrollo de vacunas en tiempo récord, otros exigen como un derecho las innovaciones tecnológicas que nos han facilitado la vida y nos han conectado más que nunca, mientras otros dan difusión a lo conseguido en materia de igualdad de género.

Mientras todo eso sucede, la población mundial alcanzará los 8,000 millones el 15 de noviembre de 2022, según el informe Perspectivas de la Población Mundial, que también prevé que India superará a China como el país más poblado del mundo en 2023, las últimas proyecciones de las Naciones Unidas, publicadas con motivo del Día Mundial de la Población sugieren que el número de habitantes del planeta podría llegar a alrededor de 8500 millones en 2030 y 9700 millones en 2050.

En términos reales y en un mundo ideal, 8,000 millones de personas significarían 8,000 millones de oportunidades para crear sociedades más sanas fortalecidas por derechos y elecciones, sin embargo el escenario no es, ni nunca ha sido, igualitario, por razón de género, etnicidad, clase social, religión, orientación sexual, discapacidad y origen, entre otros factores, demasiadas personas siguen enfrentándose a la discriminación, acoso y violencia, nada resolvemos ignorando a aquellas personas que se quedan atrás.

El crecimiento de la población se hace sentir en cada faceta de la vida, desde los patrones de asentamiento de un país, hasta el costo de la canasta básica, el reciente envejecimiento de las poblaciones de los países industrializados ha tenido repercusiones en la industria de alimentos y también en la reducción de la fuerza laboral, al igual que en las tasas de delincuencia, el empleo, los fondos de pensiones y jubilación, efectos en las decisiones políticas y económicas, en decisiones de defensa de la soberanía como ha ocurrido con la priorización actual de la lucha contra el terrorismo.

El crecimiento de la población es determinante de cambios sustanciales en diferentes esferas del desarrollo social; es posible formular como efectos de este crecimiento estructuras de Estado evolucionadas desde la transformación demográfica; la explosión demográfica hace que el crecimiento de la pobreza aumente, de tal forma que los indicadores de empobrecimiento, como indicadores sociales, la línea de pobreza, indigencia, Gini y Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) sean los principales indicadores a transformar.

La demografía se constituye en una herramienta fundamental para los procesos de planificación, organización, dirección, evaluación y retroalimentación que permiten al estado una adecuada aplicación de las políticas generales encaminadas al mejoramiento de las condiciones de la vida de los ciudadanos, los gobiernos generalmente anteponen intereses políticos y particulares en la planificación de Estado, olvidando el interés general, tal puede ser el caso de países de economía emergente ya conocidos.

Estas megatendencias tienen consecuencias de gran alcance. Afectan al desarrollo económico, al empleo, a la distribución de la renta, a la pobreza y a las protecciones sociales. Asimismo, repercuten en los esfuerzos por garantizar el acceso universal a la atención médica, la educación, la vivienda, el saneamiento, el agua, los alimentos y la energía. Para satisfacer de manera más sostenible las necesidades de las personas, los encargados de la formulación de políticas deben saber cuántas personas viven en el Planeta, dónde se encuentran, qué edad tienen y cuántas personas habrá en el futuro.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!