/ viernes 14 de mayo de 2021

¡De bien para arriba! | Aprendizaje híbrido

La pandemia, el auge del internet y los nuevos modelos educativos y métodos de entrega de enseñanza-aprendizaje que han surgido gracias a los avances en tecnologías de la información (TI) han obligado a las universidades a repensar sus modelos educativos y cada día son más las universidades que consideran todo el entorno como una gran oportunidad para crear nuevas técnicas como: el conductismo, el cognitivismo, el constructivismo y últimamente el conectivismo.

Actualmente la educación debe enriquecer el potencial de los estudiantes y tenerlos como protagonistas en el proceso de enseñanza-aprendizaje, donde el catedrático debe orientarlos hacia una formación integral, que incluya el desarrollo de las capacidades cognitivas y socioemocionales, así como el uso de las nuevas tecnologías como herramienta de investigación para el aprendizaje, la comunicación y la difusión.

Los modelos de aprendizaje como blended learning y blearning están surgiendo como una innovación híbrida con la posibilidad de compromiso estudiantil, representando una innovación sostenible que combina las ventajas del aprendizaje en línea con los beneficios del aula tradicional, el catedrático se convierte en facilitador del aprendizaje, la clase se convierte en dialógica e interactiva, las clases se vuelven dinámicas, los estudiantes trabajan juntos, experimentan, realizan diferentes actividades de manera colaborativa, cooperativa e integrada entre compañeros y catedráticos, aumentando la interacción entre maestro y alumno.

El modelo de aprendizaje híbrido o blended learning gana más fuerza y presencia global a nivel universitario, ya que, más allá de su conveniencia y flexibilidad, brinda la posibilidad al alumnado de recibir una educación personalizada acorde a sus necesidades e intereses, lo que permite llegar a cualquier persona con acceso a internet, por tanto, cobra mayor protagonismo en pleno debate sobre cómo debe ser la educación en un mundo en pandemia. Aunque también se debe considerar que para que la educación híbrida funcione es necesario reducir la brecha digital entre el alumnado y no solo lo que tiene que ver con el acceso a las herramientas (banda ancha, computadoras, etc.), sino también en las capacidades digitales.

Las relaciones sociales en formato virtual, que son conocidas a la perfección por las nuevas generaciones, son motivo suficiente para que los responsables universitarios no vean ningún tipo de problema en el modelo semipresencial que se plantea. Desde hace más de 10 años, universidades de varias de partes del mundo comenzaron a adoptar nuevas formas de enseñanza, lo que dio nacimiento al modelo híbrido, ofertando modelos educativos flexibles y acordes a los nuevos tiempos, lo que ahora cobra más relevancia, a consecuencia del distanciamiento social.

En nuestro país, la pandemia no solo dimensionó la desigualdad del desarrollo digital, sino que mostró los riesgos de su escaso avance, su desarrollo desigual mostró una brecha que develó la escasa modernización de las estructuras productivas, de los mercados de trabajo, de las políticas públicas, de las inversiones en tecnologías y, sin duda, también de los sistemas educativos y de las formas de acceso al conocimiento. Esta debilidad en el desarrollo digital se manifiesta de muchas formas, por ejemplo en las limitaciones para la realización del teletrabajo y de la educación a distancia, aunque también en muchas otras áreas: los servicios de telesalud, telejusticia, comercio digital, gobierno digital, banca digital, etc.

Concluyendo, todas las dinámicas de acceso digital y la propia educación se convierten en derechos fundamentales; hechos como poseer una computadora y contar con acceso a internet se han constituido como el eje medular de la educación y, sin duda también, como parte fundamental del funcionamiento de la sociedad y de la inclusión y desarrollo. Se ha constituido su acceso en derecho fundamental en la actual dinámica de disrupción de una sociedad digital en red a escala global, la accesibilidad es la condición necesaria para insertarse en la educación híbrida y alcanzar una variedad creciente de bienes y servicios, de oportunidades de formación desde amplias zonas y diversidad de ofertas, de alcance a la información pública y, sin duda, de trabajo, por lo ya señalado se aplica una política pública centrada en el acceso a internet como espacio de igualdad de oportunidades.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

Re-generación 19.

La pandemia, el auge del internet y los nuevos modelos educativos y métodos de entrega de enseñanza-aprendizaje que han surgido gracias a los avances en tecnologías de la información (TI) han obligado a las universidades a repensar sus modelos educativos y cada día son más las universidades que consideran todo el entorno como una gran oportunidad para crear nuevas técnicas como: el conductismo, el cognitivismo, el constructivismo y últimamente el conectivismo.

Actualmente la educación debe enriquecer el potencial de los estudiantes y tenerlos como protagonistas en el proceso de enseñanza-aprendizaje, donde el catedrático debe orientarlos hacia una formación integral, que incluya el desarrollo de las capacidades cognitivas y socioemocionales, así como el uso de las nuevas tecnologías como herramienta de investigación para el aprendizaje, la comunicación y la difusión.

Los modelos de aprendizaje como blended learning y blearning están surgiendo como una innovación híbrida con la posibilidad de compromiso estudiantil, representando una innovación sostenible que combina las ventajas del aprendizaje en línea con los beneficios del aula tradicional, el catedrático se convierte en facilitador del aprendizaje, la clase se convierte en dialógica e interactiva, las clases se vuelven dinámicas, los estudiantes trabajan juntos, experimentan, realizan diferentes actividades de manera colaborativa, cooperativa e integrada entre compañeros y catedráticos, aumentando la interacción entre maestro y alumno.

El modelo de aprendizaje híbrido o blended learning gana más fuerza y presencia global a nivel universitario, ya que, más allá de su conveniencia y flexibilidad, brinda la posibilidad al alumnado de recibir una educación personalizada acorde a sus necesidades e intereses, lo que permite llegar a cualquier persona con acceso a internet, por tanto, cobra mayor protagonismo en pleno debate sobre cómo debe ser la educación en un mundo en pandemia. Aunque también se debe considerar que para que la educación híbrida funcione es necesario reducir la brecha digital entre el alumnado y no solo lo que tiene que ver con el acceso a las herramientas (banda ancha, computadoras, etc.), sino también en las capacidades digitales.

Las relaciones sociales en formato virtual, que son conocidas a la perfección por las nuevas generaciones, son motivo suficiente para que los responsables universitarios no vean ningún tipo de problema en el modelo semipresencial que se plantea. Desde hace más de 10 años, universidades de varias de partes del mundo comenzaron a adoptar nuevas formas de enseñanza, lo que dio nacimiento al modelo híbrido, ofertando modelos educativos flexibles y acordes a los nuevos tiempos, lo que ahora cobra más relevancia, a consecuencia del distanciamiento social.

En nuestro país, la pandemia no solo dimensionó la desigualdad del desarrollo digital, sino que mostró los riesgos de su escaso avance, su desarrollo desigual mostró una brecha que develó la escasa modernización de las estructuras productivas, de los mercados de trabajo, de las políticas públicas, de las inversiones en tecnologías y, sin duda, también de los sistemas educativos y de las formas de acceso al conocimiento. Esta debilidad en el desarrollo digital se manifiesta de muchas formas, por ejemplo en las limitaciones para la realización del teletrabajo y de la educación a distancia, aunque también en muchas otras áreas: los servicios de telesalud, telejusticia, comercio digital, gobierno digital, banca digital, etc.

Concluyendo, todas las dinámicas de acceso digital y la propia educación se convierten en derechos fundamentales; hechos como poseer una computadora y contar con acceso a internet se han constituido como el eje medular de la educación y, sin duda también, como parte fundamental del funcionamiento de la sociedad y de la inclusión y desarrollo. Se ha constituido su acceso en derecho fundamental en la actual dinámica de disrupción de una sociedad digital en red a escala global, la accesibilidad es la condición necesaria para insertarse en la educación híbrida y alcanzar una variedad creciente de bienes y servicios, de oportunidades de formación desde amplias zonas y diversidad de ofertas, de alcance a la información pública y, sin duda, de trabajo, por lo ya señalado se aplica una política pública centrada en el acceso a internet como espacio de igualdad de oportunidades.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

Re-generación 19.