/ sábado 3 de abril de 2021

¡De bien para arriba! | Bono demográfico

En los últimos 20 años se ha señalado que México tiene un bono demográfico y que hay que aprovecharlo, sin embargo, el bono se está desperdiciando por las condiciones socioeconómicas que no ha podido superar y por la falta de herramientas que permitan a los mexicanos hacerlo valer, además, cada día que transcurre está más cerca de comenzar su declive.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) ha identificado al bono demográfico como un potencial de crecimiento que resulta de los cambios en la estructura de edad de la población, especialmente cuando las personas en edad de trabajar (entre 15 y 64 años) son más que las personas dependientes (menores de 15 años y mayores de 65).

El bono demográfico, sin duda, puede ayudar a lograr un crecimiento económico más rápido y a reducir la presión de gastos de las familias, que podrían aumentar los ingresos de los miembros que trabajan y la esperanza de vida de todos sus integrantes, sin embargo, los beneficios del bono demográfico no se dan en automático; para aprovecharlo, se requieren políticas públicas efectivas que permitan aprovechar la estructura poblacional y que aumenten la productividad, entre ellas se pueden encontrar la inversión para mejora en competitividad, en educación, en salud y en infraestructura, el avance en las condiciones laborales, así como incentivos para ahorrar más y gastar menos. En nuestro país es necesario aprovechar el pico de personas en edad productiva, por lo que una prioridad es generar un número masivo de empleos productivos, que generen la recuperación del poder adquisitivo, así como un buen amortiguamiento de las fuerzas geográficas y tecnológicas sobre los salarios; también se debe impulsar la incursión de las mujeres en el mercado laboral, ya que, además de que no tienen equidad en la remuneración, merecen más flexibilidad para alcanzar su desarrollo personal y profesional.

La población es un recurso valioso para el crecimiento económico y se debe tener en cuenta que la reducción de las tasas de dependencia económica no necesariamente conducen a un mayor crecimiento económico de un país, sino que este último también depende de un escenario institucional y económico favorables, y de la existencia de una dinámica sociopolítica particular que coadyuve a generar ciertas condiciones para promover y acelerar el crecimiento de un país y la mejora de las condiciones de vida de su población.

Invertir en educación, salud y actividades productivas generadoras de empleos es vital para el aprovechamiento adecuado del bono demográfico; caso contrario, esta oportunidad de crecimiento económico puede convertirse en una pesadilla social, en la cual una fuerza de trabajo desempleada, cada vez más numerosa, puede alimentar el descontento y malestar social con acciones y comportamientos que pueden amenazar y debilitar la estabilidad política de un país.

De acuerdo con los resultados del Censo de Población y Vivienda 2020, el presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Julio Santaella, señala que el tema más importante del bono demográfico estriba en qué es lo que vamos a hacer con estas personas, porque de nada sirve tener un número muy importante de personas jóvenes que están trabajando, si lo hacen con pocas habilidades, poca capacitación, en mercados informales, con malas remuneraciones y sin acumular ingresos que después puedan utilizar en el futuro, cuando estén fuera del mercado laboral. Actualmente estamos a tiempo de tomar las decisiones necesarias para afrontar con éxito el reto de atender el envejecimiento demográfico, un cambio que es a todas luces inevitable y que es la contraparte del bono demográfico.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

  • Re-generación 19.

En los últimos 20 años se ha señalado que México tiene un bono demográfico y que hay que aprovecharlo, sin embargo, el bono se está desperdiciando por las condiciones socioeconómicas que no ha podido superar y por la falta de herramientas que permitan a los mexicanos hacerlo valer, además, cada día que transcurre está más cerca de comenzar su declive.

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés) ha identificado al bono demográfico como un potencial de crecimiento que resulta de los cambios en la estructura de edad de la población, especialmente cuando las personas en edad de trabajar (entre 15 y 64 años) son más que las personas dependientes (menores de 15 años y mayores de 65).

El bono demográfico, sin duda, puede ayudar a lograr un crecimiento económico más rápido y a reducir la presión de gastos de las familias, que podrían aumentar los ingresos de los miembros que trabajan y la esperanza de vida de todos sus integrantes, sin embargo, los beneficios del bono demográfico no se dan en automático; para aprovecharlo, se requieren políticas públicas efectivas que permitan aprovechar la estructura poblacional y que aumenten la productividad, entre ellas se pueden encontrar la inversión para mejora en competitividad, en educación, en salud y en infraestructura, el avance en las condiciones laborales, así como incentivos para ahorrar más y gastar menos. En nuestro país es necesario aprovechar el pico de personas en edad productiva, por lo que una prioridad es generar un número masivo de empleos productivos, que generen la recuperación del poder adquisitivo, así como un buen amortiguamiento de las fuerzas geográficas y tecnológicas sobre los salarios; también se debe impulsar la incursión de las mujeres en el mercado laboral, ya que, además de que no tienen equidad en la remuneración, merecen más flexibilidad para alcanzar su desarrollo personal y profesional.

La población es un recurso valioso para el crecimiento económico y se debe tener en cuenta que la reducción de las tasas de dependencia económica no necesariamente conducen a un mayor crecimiento económico de un país, sino que este último también depende de un escenario institucional y económico favorables, y de la existencia de una dinámica sociopolítica particular que coadyuve a generar ciertas condiciones para promover y acelerar el crecimiento de un país y la mejora de las condiciones de vida de su población.

Invertir en educación, salud y actividades productivas generadoras de empleos es vital para el aprovechamiento adecuado del bono demográfico; caso contrario, esta oportunidad de crecimiento económico puede convertirse en una pesadilla social, en la cual una fuerza de trabajo desempleada, cada vez más numerosa, puede alimentar el descontento y malestar social con acciones y comportamientos que pueden amenazar y debilitar la estabilidad política de un país.

De acuerdo con los resultados del Censo de Población y Vivienda 2020, el presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Julio Santaella, señala que el tema más importante del bono demográfico estriba en qué es lo que vamos a hacer con estas personas, porque de nada sirve tener un número muy importante de personas jóvenes que están trabajando, si lo hacen con pocas habilidades, poca capacitación, en mercados informales, con malas remuneraciones y sin acumular ingresos que después puedan utilizar en el futuro, cuando estén fuera del mercado laboral. Actualmente estamos a tiempo de tomar las decisiones necesarias para afrontar con éxito el reto de atender el envejecimiento demográfico, un cambio que es a todas luces inevitable y que es la contraparte del bono demográfico.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

  • Re-generación 19.