/ viernes 13 de agosto de 2021

¡De bien para arriba! | Corresponsabilidad

La nueva normalidad asociada a la pandemia del Covid-19, nos da cuenta de diversas alteraciones en nuestras relaciones sociales, específicamente en aquellas asociadas con nuestro entorno familiar y en nuestra interpretación de las dinámicas de género, en ese momento empezamos a notar situaciones inequitativas que propician injusticia entre las personas, educación, familia y sociedad, en acciones de varias disciplinas, relaciones, acciones y prácticas y a pesar de que los distintos enfoques de género indican que hombres y mujeres son afectados por igual, la biología y las normas de género exponen lo contrario.

Han transcurrido casi 17 meses desde que se instruyó el confinamiento por la situación de todos conocida, en la que se recomendó permanecer en confinamiento y en la medida de lo posible dar continuidad a los compromisos laborales a través del teletrabajo, clases virtuales para los estudiantes de todos los niveles, entre otras actividades, con desconcierto y preocupación se fueron sumando los días y transcurriendo los meses y el entusiasmo con el que se abordaron diversas labores domésticas, manualidades y juegos de salón con los hijos, se fue disipando al grado de hacer patente la falta de corresponsabilidad en las labores domésticas y cuidados.

La definición de corresponsabilidad de acuerdo a la Real Academia Española (RAE): es la responsabilidad compartida con otra u otras personas, el concepto surge a partir del término responsabilidad y el prefijo co-, que implica unión y colaboración, por tanto, la corresponsabilidad tiene que ver con el reparto equitativo, entre mujeres y hombres, de las tareas de casa y el cuidado de las personas, en las organizaciones, la corresponsabilidad supone que el conjunto de la plantilla laboral disponen de cierta flexibilidad para administrar su propio tiempo, para responder a sus derechos y deberes en el trabajo y en la vida personal.

De acuerdo al portal: https://mexico.unwomen.org/, el cuidado de personas y de hogares en México recae principalmente en las mujeres: estas asumen en promedio 39 horas semanales de este trabajo no remunerado, en el contexto actual, esta carga invisible se incrementa, ya que las mujeres son generalmente las encargadas de las tareas de educación dentro del hogar, así como de las actividades de limpieza, coordinación logística del hogar, ocio y entretenimiento para las personas integrantes de la familia.

Hoy en día, los debates teóricos e internacionales analizan la interseccionalidad de la desigualdad, entendida como la forma en que las relaciones inequitativas permean la sociedad y legitiman las situaciones de injusticia, se deben incluir enfoques conceptuales, metodologías y esquemas que involucren el trabajo conjunto de una alta variedad de disciplinas, relaciones, acciones y prácticas que contribuyan con múltiples ejes de comprensión de las problemáticas y ofrezcan propuestas de acción para su inserción en la agenda pública, aunque sin dejar de lado que el desbalance en las relaciones de género no son la única razón que causa desigualdad.

Es importante incluir el enfoque de género, de acuerdo a la afirmación contundente de la revista The Lancet (The gendered dimensions of Covid-19, 2020): hombres y mujeres son afectados por el Covid-19, pero la biología y las normas de género han moldeado la carga de esta enfermedad, ya que mientras los hombres se están viendo afectados por las comorbilidades exacerbadas por comportamientos asociados a hábitos “masculinos” como beber y fumar, la mujer se ha visto perjudicada por el aumento del riesgo de sufrir actos de violencia, y por la inequidad en la distribución de las responsabilidades del cuidado familiar.

A manera de conclusión, es evidente la necesidad de incentivar las iniciativas implementadas por el Estado y por las empresas donde fenómenos como la migración, la religión y las tradiciones sociales continúan ampliando las brechas de desigualdad, no solo en el ámbito del trabajo no remunerado en los hogares, sino también en el ámbito remunerado, en este último, es donde se presentan condiciones laborales desiguales entre hombres y mujeres, que se caracterizan por trabajos no formales, pagos por debajo de los límites establecidos por la ley y ausencia de protección y seguridad social.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

Re-Generación 19.

La nueva normalidad asociada a la pandemia del Covid-19, nos da cuenta de diversas alteraciones en nuestras relaciones sociales, específicamente en aquellas asociadas con nuestro entorno familiar y en nuestra interpretación de las dinámicas de género, en ese momento empezamos a notar situaciones inequitativas que propician injusticia entre las personas, educación, familia y sociedad, en acciones de varias disciplinas, relaciones, acciones y prácticas y a pesar de que los distintos enfoques de género indican que hombres y mujeres son afectados por igual, la biología y las normas de género exponen lo contrario.

Han transcurrido casi 17 meses desde que se instruyó el confinamiento por la situación de todos conocida, en la que se recomendó permanecer en confinamiento y en la medida de lo posible dar continuidad a los compromisos laborales a través del teletrabajo, clases virtuales para los estudiantes de todos los niveles, entre otras actividades, con desconcierto y preocupación se fueron sumando los días y transcurriendo los meses y el entusiasmo con el que se abordaron diversas labores domésticas, manualidades y juegos de salón con los hijos, se fue disipando al grado de hacer patente la falta de corresponsabilidad en las labores domésticas y cuidados.

La definición de corresponsabilidad de acuerdo a la Real Academia Española (RAE): es la responsabilidad compartida con otra u otras personas, el concepto surge a partir del término responsabilidad y el prefijo co-, que implica unión y colaboración, por tanto, la corresponsabilidad tiene que ver con el reparto equitativo, entre mujeres y hombres, de las tareas de casa y el cuidado de las personas, en las organizaciones, la corresponsabilidad supone que el conjunto de la plantilla laboral disponen de cierta flexibilidad para administrar su propio tiempo, para responder a sus derechos y deberes en el trabajo y en la vida personal.

De acuerdo al portal: https://mexico.unwomen.org/, el cuidado de personas y de hogares en México recae principalmente en las mujeres: estas asumen en promedio 39 horas semanales de este trabajo no remunerado, en el contexto actual, esta carga invisible se incrementa, ya que las mujeres son generalmente las encargadas de las tareas de educación dentro del hogar, así como de las actividades de limpieza, coordinación logística del hogar, ocio y entretenimiento para las personas integrantes de la familia.

Hoy en día, los debates teóricos e internacionales analizan la interseccionalidad de la desigualdad, entendida como la forma en que las relaciones inequitativas permean la sociedad y legitiman las situaciones de injusticia, se deben incluir enfoques conceptuales, metodologías y esquemas que involucren el trabajo conjunto de una alta variedad de disciplinas, relaciones, acciones y prácticas que contribuyan con múltiples ejes de comprensión de las problemáticas y ofrezcan propuestas de acción para su inserción en la agenda pública, aunque sin dejar de lado que el desbalance en las relaciones de género no son la única razón que causa desigualdad.

Es importante incluir el enfoque de género, de acuerdo a la afirmación contundente de la revista The Lancet (The gendered dimensions of Covid-19, 2020): hombres y mujeres son afectados por el Covid-19, pero la biología y las normas de género han moldeado la carga de esta enfermedad, ya que mientras los hombres se están viendo afectados por las comorbilidades exacerbadas por comportamientos asociados a hábitos “masculinos” como beber y fumar, la mujer se ha visto perjudicada por el aumento del riesgo de sufrir actos de violencia, y por la inequidad en la distribución de las responsabilidades del cuidado familiar.

A manera de conclusión, es evidente la necesidad de incentivar las iniciativas implementadas por el Estado y por las empresas donde fenómenos como la migración, la religión y las tradiciones sociales continúan ampliando las brechas de desigualdad, no solo en el ámbito del trabajo no remunerado en los hogares, sino también en el ámbito remunerado, en este último, es donde se presentan condiciones laborales desiguales entre hombres y mujeres, que se caracterizan por trabajos no formales, pagos por debajo de los límites establecidos por la ley y ausencia de protección y seguridad social.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

Re-Generación 19.