/ viernes 29 de abril de 2022

¡De bien para arriba! | Día Internacional del Trabajo

En este año, los festejos del Día Internacional del Trabajo se llevarán a cabo en medio de cifras alarmantes de desempleo, informalidad y precariedad laboral a causa de la pandemia, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), para inicios de año la población ocupada alcanzó los 55.5 millones de personas y, de estos, sólo febrero de 2022 apuntó 178 mil 867 nuevos trabajadores formales ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

La precariedad es un proceso multidimensional que transforma las relaciones laborales y se presenta en dos sentidos, por un lado, la precariedad de la situación social que se refiere a aquellos trabajadores que tienen un empleo a tiempo parcial involuntariamente, autoempleados, por otro, la precariedad de subsistencia, que corresponde a aquellos empleados que se encuentran por debajo de los mínimos estándares de protección social, es importante señalar que ambas facetas no son excluyentes entre sí, sino que suelen manifestarse de manera conjunta.

Cifras de precariedad evidencian a 35 millones de personas viviendo en la informalidad y 3 millones más desempleados desde que inició la pandemia hasta la última ola de Ómicron, y es que esta baja en el capital de trabajo de nuestro país se debe a la visualización que los mismos mexicanos tienen del territorio como mano de obra barata, donde los salarios promedio por actividades económicas básicas no son ni siquiera similares a lo ofertado en EU, a esto le sumamos el deslizamiento de la inflación, visible tanto en alimentos, vivienda, gasolina y electricidad hacen que para muchas familias tener un trabajo no sea una garantía para cubrir todos sus gastos.

En contexto: el Día Internacional del Trabajo se creó para recordar un punto de inflexión en el movimiento obrero del siglo XIX, la revuelta de Haymarket de 1886, en la cual se exigían mejores condiciones de trabajo, además de la reducción de las largas jornadas laborales (que partía de un ideal de 8 horas de trabajo, 8 de descanso y 8 de ocio), los trabajadores de ese entonces buscaban indemnizaciones por accidentes laborales y la desaparición del trabajo infantil, así como el acceso a condiciones dignas y seguras en el trabajo, incluido el descanso dominical; en nuestro país, la Ley Federal del Trabajo establece normas que se alinean, precisamente, con los objetivos iniciales establecidos por el movimiento obrero.

Si bien, es importante la participación en la economía de las personas ocupadas en el país, se deben procurar las políticas públicas suficientes para crear un mejor mercado laboral en el corto plazo, que garanticen escenarios adecuados, que impulsen el bienestar social y le permitan a los trabajadores tener un empleo estable, ser más productivos y proveer para sus familias, al mismo tiempo que lleven una vida equilibrada; a 109 años de iniciados los festejos se deben reclamar mejores condiciones humanas en el trabajo.

Como consecuencia de la crisis sanitaria del Covid-19, el desempleo representa hoy el reto más importante en materia de política económica para el país, la capacidad de la economía mexicana para generar empleos productivos, al menos al mismo ritmo que crece la población en edad laboral, debe ser uno de los principales desafíos que debe enfrentar el país, sin duda, reactivar realmente el crecimiento económico y emplear productivamente la creciente oferta de mano de obra evitará el desplazamiento de la misma a mejores mercados laborales.

Este desafío debe considerar la mejora de la productividad laboral, como base para realzar la competitividad y el crecimiento económico, esto es: generar empleo productivo, que genere valor agregado y se caracterice por condiciones laborales adecuadas, que incluyan mecanismos de protección ante la amenaza de posibles reducciones de empleo e ingresos en el contexto de la globalización, en los que se tomen en cuenta la heterogeneidad en el mercado de trabajo y la necesidad de que dicho mercado funcione eficientemente y, por supuesto, incentivar la inserción laboral de grupos con problemas específicos de acceso al empleo productivo.

En conclusión, para continuar en el camino de crecimiento, México debe preservar aquellos factores que han dado soporte a la actividad económica durante las últimas décadas, como lo son la estabilidad macroeconómica, la apertura comercial, y diversas reformas que han abierto distintos sectores de la economía a una mayor competencia, y para que el país alcance tasas de crecimiento más elevadas es necesario complementar dichos factores con todas aquellas medidas adicionales que permitan obtener mayores niveles de productividad.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

  • Re-Generación 19.

En este año, los festejos del Día Internacional del Trabajo se llevarán a cabo en medio de cifras alarmantes de desempleo, informalidad y precariedad laboral a causa de la pandemia, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), para inicios de año la población ocupada alcanzó los 55.5 millones de personas y, de estos, sólo febrero de 2022 apuntó 178 mil 867 nuevos trabajadores formales ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

La precariedad es un proceso multidimensional que transforma las relaciones laborales y se presenta en dos sentidos, por un lado, la precariedad de la situación social que se refiere a aquellos trabajadores que tienen un empleo a tiempo parcial involuntariamente, autoempleados, por otro, la precariedad de subsistencia, que corresponde a aquellos empleados que se encuentran por debajo de los mínimos estándares de protección social, es importante señalar que ambas facetas no son excluyentes entre sí, sino que suelen manifestarse de manera conjunta.

Cifras de precariedad evidencian a 35 millones de personas viviendo en la informalidad y 3 millones más desempleados desde que inició la pandemia hasta la última ola de Ómicron, y es que esta baja en el capital de trabajo de nuestro país se debe a la visualización que los mismos mexicanos tienen del territorio como mano de obra barata, donde los salarios promedio por actividades económicas básicas no son ni siquiera similares a lo ofertado en EU, a esto le sumamos el deslizamiento de la inflación, visible tanto en alimentos, vivienda, gasolina y electricidad hacen que para muchas familias tener un trabajo no sea una garantía para cubrir todos sus gastos.

En contexto: el Día Internacional del Trabajo se creó para recordar un punto de inflexión en el movimiento obrero del siglo XIX, la revuelta de Haymarket de 1886, en la cual se exigían mejores condiciones de trabajo, además de la reducción de las largas jornadas laborales (que partía de un ideal de 8 horas de trabajo, 8 de descanso y 8 de ocio), los trabajadores de ese entonces buscaban indemnizaciones por accidentes laborales y la desaparición del trabajo infantil, así como el acceso a condiciones dignas y seguras en el trabajo, incluido el descanso dominical; en nuestro país, la Ley Federal del Trabajo establece normas que se alinean, precisamente, con los objetivos iniciales establecidos por el movimiento obrero.

Si bien, es importante la participación en la economía de las personas ocupadas en el país, se deben procurar las políticas públicas suficientes para crear un mejor mercado laboral en el corto plazo, que garanticen escenarios adecuados, que impulsen el bienestar social y le permitan a los trabajadores tener un empleo estable, ser más productivos y proveer para sus familias, al mismo tiempo que lleven una vida equilibrada; a 109 años de iniciados los festejos se deben reclamar mejores condiciones humanas en el trabajo.

Como consecuencia de la crisis sanitaria del Covid-19, el desempleo representa hoy el reto más importante en materia de política económica para el país, la capacidad de la economía mexicana para generar empleos productivos, al menos al mismo ritmo que crece la población en edad laboral, debe ser uno de los principales desafíos que debe enfrentar el país, sin duda, reactivar realmente el crecimiento económico y emplear productivamente la creciente oferta de mano de obra evitará el desplazamiento de la misma a mejores mercados laborales.

Este desafío debe considerar la mejora de la productividad laboral, como base para realzar la competitividad y el crecimiento económico, esto es: generar empleo productivo, que genere valor agregado y se caracterice por condiciones laborales adecuadas, que incluyan mecanismos de protección ante la amenaza de posibles reducciones de empleo e ingresos en el contexto de la globalización, en los que se tomen en cuenta la heterogeneidad en el mercado de trabajo y la necesidad de que dicho mercado funcione eficientemente y, por supuesto, incentivar la inserción laboral de grupos con problemas específicos de acceso al empleo productivo.

En conclusión, para continuar en el camino de crecimiento, México debe preservar aquellos factores que han dado soporte a la actividad económica durante las últimas décadas, como lo son la estabilidad macroeconómica, la apertura comercial, y diversas reformas que han abierto distintos sectores de la economía a una mayor competencia, y para que el país alcance tasas de crecimiento más elevadas es necesario complementar dichos factores con todas aquellas medidas adicionales que permitan obtener mayores niveles de productividad.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

  • Re-Generación 19.