/ viernes 3 de junio de 2022

¡De bien para arriba! | Migración climática

Desde mitad del siglo XX, el medio ambiente y los recursos naturales han sufrido un deterioro acelerado en diversas partes del mundo, en algunas regiones con efectos más graves que en otras, las consecuencias derivadas del calentamiento global generan importantes movimientos migratorios: según ha revelado el último Informe Mundial sobre Desplazamiento interno (2017), las catástrofes naturales obligan a desplazarse dentro de su país a tres veces más personas que las que se trasladan por conflictos políticos.

Los patrones de desarrollo económico en la explotación intensiva de los recursos naturales, como la quema de combustibles fósiles y los cambios de uso del suelo de vocación forestal a agropecuaria, son la principal causa de la alteración de los procesos naturales que configuran el clima y los sistemas ecológicos que limpian el aire, regulan el flujo del agua, reciclan los elementos esenciales, crean y regeneran el suelo.

Son muchos los efectos del cambio climático, los cuales pueden desencadenar el desplazamiento, hacer aún más difíciles las condiciones de vida, o bien, impedir que las personas desplazadas vuelvan a su lugar de origen. La escasez de recursos naturales – como el agua potable – va en aumento en muchas partes del mundo donde se ha dado acogida a las personas refugiadas. El ganado y los cultivos luchan por sobrevivir en lugares donde las condiciones se tornan cada vez más áridas, o bien, cada vez más frías y húmedas; esto pone en riesgo los medios de vida.

La contaminación del aire, agua y suelo, así como la modificación y destrucción de los ecosistemas marinos y terrestres son prueba fehaciente del deterioro ambiental, en ese contexto, el cambio climático puede multiplicar las amenazas, exacerbar tensiones existentes y acrecentar posibles conflictos, la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) ha estado brindando asistencia y protección a un gran número de personas refugiadas y desplazadas por los efectos del cambio climático, además, las ayuda a ser resilientes en caso de futuros desastres.

ACNUR señala que la comunidad internacional debe garantizar una respuesta mejor y más sólidamente coordinada para el desplazamiento provocado por desastres repentinos, y que la migración para afrontar el cambio climático no debe ser vista como un problema, sino más bien como parte de la solución, por su parte la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) considera, por su parte, que la migración puede constituirse en una estrategia de sobrevivencia en caso de desastres. Esa estrategia al parecer ya está en curso, aunque la operación de los acuerdos superiores tarda en llegar a tierra.

Debido a su ubicación geoclimática los países centroamericanos están expuestos a alto riesgo climático y las consecuentes amenazas en términos de pérdidas de vidas humanas y económicas cuando ocurren eventos climáticos extremos; en 2020, el ACNUR desplegó equipos de asistencia en Centroamérica y en el sur de México, donde cerca de tres millones de personas se vieron afectadas por el huracán Eta, uno de los peores desastres climáticos que han tenido lugar en la región en las últimas dos décadas.

En marzo de 2019, cuando el ciclón tropical Idai golpeó Mozambique, Zimbabue y Malawi, ACNUR reubicó a familias refugiadas en albergues más seguros; además, proporcionó casas de campaña, cubiertas de plástico, equipo de saneamiento y agua limpia. En el mismo tenor, ACNUR ha estado brindando asistencia a las personas rohingyas (grupo étnico musulmán de Birmania) refugiadas al sur de Bangladesh para mitigar los efectos de monzones, inundaciones y derrumbes.

Ninguna región es inmune a la posible migración como consecuencia de los impactos del cambio climático en los medios de subsistencia de las comunidades y la pérdida de habitabilidad en lugares altamente expuestos: más de 216 millones de personas podrían desplazarse dentro de sus países en seis regiones para 2050, según la última edición de la serie de informes Groundswell del Banco Mundial.

Los informes Groundswell proporcionan recomendaciones en materia de políticas para respaldar los esfuerzos que podrían frenar la migración por razones climáticas y prepararse para la posible migración de millones de personas de aquí a 2050, y las soluciones tienen carácter mundial —como la reducción de las emisiones y la integración del cambio climático en la planificación del desarrollo con visión de futuro— nacional y local, para ayudar a las comunidades a adaptarse o trasladarse, por tanto, con el fin de desacelerar el movimiento de millones de personas en el futuro, es urgente adoptar medidas concertadas en el punto de confluencia del clima, el desarrollo y la migración.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

  • Re-Generación 19.

Desde mitad del siglo XX, el medio ambiente y los recursos naturales han sufrido un deterioro acelerado en diversas partes del mundo, en algunas regiones con efectos más graves que en otras, las consecuencias derivadas del calentamiento global generan importantes movimientos migratorios: según ha revelado el último Informe Mundial sobre Desplazamiento interno (2017), las catástrofes naturales obligan a desplazarse dentro de su país a tres veces más personas que las que se trasladan por conflictos políticos.

Los patrones de desarrollo económico en la explotación intensiva de los recursos naturales, como la quema de combustibles fósiles y los cambios de uso del suelo de vocación forestal a agropecuaria, son la principal causa de la alteración de los procesos naturales que configuran el clima y los sistemas ecológicos que limpian el aire, regulan el flujo del agua, reciclan los elementos esenciales, crean y regeneran el suelo.

Son muchos los efectos del cambio climático, los cuales pueden desencadenar el desplazamiento, hacer aún más difíciles las condiciones de vida, o bien, impedir que las personas desplazadas vuelvan a su lugar de origen. La escasez de recursos naturales – como el agua potable – va en aumento en muchas partes del mundo donde se ha dado acogida a las personas refugiadas. El ganado y los cultivos luchan por sobrevivir en lugares donde las condiciones se tornan cada vez más áridas, o bien, cada vez más frías y húmedas; esto pone en riesgo los medios de vida.

La contaminación del aire, agua y suelo, así como la modificación y destrucción de los ecosistemas marinos y terrestres son prueba fehaciente del deterioro ambiental, en ese contexto, el cambio climático puede multiplicar las amenazas, exacerbar tensiones existentes y acrecentar posibles conflictos, la Agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) ha estado brindando asistencia y protección a un gran número de personas refugiadas y desplazadas por los efectos del cambio climático, además, las ayuda a ser resilientes en caso de futuros desastres.

ACNUR señala que la comunidad internacional debe garantizar una respuesta mejor y más sólidamente coordinada para el desplazamiento provocado por desastres repentinos, y que la migración para afrontar el cambio climático no debe ser vista como un problema, sino más bien como parte de la solución, por su parte la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) considera, por su parte, que la migración puede constituirse en una estrategia de sobrevivencia en caso de desastres. Esa estrategia al parecer ya está en curso, aunque la operación de los acuerdos superiores tarda en llegar a tierra.

Debido a su ubicación geoclimática los países centroamericanos están expuestos a alto riesgo climático y las consecuentes amenazas en términos de pérdidas de vidas humanas y económicas cuando ocurren eventos climáticos extremos; en 2020, el ACNUR desplegó equipos de asistencia en Centroamérica y en el sur de México, donde cerca de tres millones de personas se vieron afectadas por el huracán Eta, uno de los peores desastres climáticos que han tenido lugar en la región en las últimas dos décadas.

En marzo de 2019, cuando el ciclón tropical Idai golpeó Mozambique, Zimbabue y Malawi, ACNUR reubicó a familias refugiadas en albergues más seguros; además, proporcionó casas de campaña, cubiertas de plástico, equipo de saneamiento y agua limpia. En el mismo tenor, ACNUR ha estado brindando asistencia a las personas rohingyas (grupo étnico musulmán de Birmania) refugiadas al sur de Bangladesh para mitigar los efectos de monzones, inundaciones y derrumbes.

Ninguna región es inmune a la posible migración como consecuencia de los impactos del cambio climático en los medios de subsistencia de las comunidades y la pérdida de habitabilidad en lugares altamente expuestos: más de 216 millones de personas podrían desplazarse dentro de sus países en seis regiones para 2050, según la última edición de la serie de informes Groundswell del Banco Mundial.

Los informes Groundswell proporcionan recomendaciones en materia de políticas para respaldar los esfuerzos que podrían frenar la migración por razones climáticas y prepararse para la posible migración de millones de personas de aquí a 2050, y las soluciones tienen carácter mundial —como la reducción de las emisiones y la integración del cambio climático en la planificación del desarrollo con visión de futuro— nacional y local, para ayudar a las comunidades a adaptarse o trasladarse, por tanto, con el fin de desacelerar el movimiento de millones de personas en el futuro, es urgente adoptar medidas concertadas en el punto de confluencia del clima, el desarrollo y la migración.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

  • Re-Generación 19.