/ viernes 15 de enero de 2021

¡De bien para arriba! | Pasaporte de inmunidad

En lo que se avanza en la aplicación de la vacuna contra el Covid-19, los países y diversas organizaciones de la salud trabajan en la búsqueda de soluciones para controlar la pandemia y una de las medidas que se plantean, envuelta en una gran polémica, es el pasaporte de inmunidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un informe científico el 24 de abril de 2020 que estipulaba que “en este momento de la pandemia, no hay suficiente evidencia sobre la efectividad de la inmunidad mediada por anticuerpos para garantizar la precisión de un pasaporte de inmunidad o certificado libre de riesgos", esto se basa en la afirmación de que “actualmente no hay evidencia de que las personas que se hayan recuperado del Covid-19 y tengan anticuerpos, estén protegidas de una segunda infección”.

La polémica con este pasaporte de inmunidad surge en el debate de opiniones a favor y en contra de este tipo de los certificados, debido a sus implicaciones éticas; diversos expertos alertan que este tipo de documentos puede abrir la vía a nuevas formas de discriminación y estigmatización, siendo su implantación incompatible con la protección a los derechos humanos, consideran que dicho pasaporte de inmunidad propiciaría que se presenten casos de discriminación laboral, propiciando que las empresas den preferencia a la contratación de una persona con anticuerpos y que estigmatizasen a las personas no inmunes calificándolas como “no-empleables”, del mismo modo, se podría priorizar a una proporción muy pequeña de la fuerza laboral, creando desigualdad al otorgar un privilegio inmunológico a unas pocas personas.

Como bien señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), las pruebas de inmunodiagnóstico inexactas pueden clasificar erróneamente a las personas de dos formas, la primera es que identifiquen erradamente como negativas a personas que han estado infectadas, y la segunda es que señalen inexactamente como positivas a personas que no han tenido la infección. Ambos errores tendrían consecuencias graves e incluso afectarían los esfuerzos para controlar la enfermedad. Además, es necesario que las pruebas distingan con exactitud entre infecciones anteriores por SARS-CoV-2 e infecciones causadas por alguno de los otros seis coronavirus conocidos que afectan a los humanos. Cuatro de ellos son los causantes del resfriado común y circulan de forma generalizada en el mundo. Los otros dos son los causantes del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo grave (SARS), las personas infectadas por cualquiera de estos virus podrían generar anticuerpos que diesen lugar a reacciones cruzadas con los anticuerpos generados en respuesta a la infección por SARS-CoV-2.

En esta fase de la pandemia, los datos científicos sobre la eficacia de la inmunidad mediada por anticuerpos no son suficientes para garantizar la exactitud de un "pasaporte de inmunidad" o "certificado de ausencia de riesgo". Las personas que den por hecho que son inmunes por haber obtenido un resultado positivo en la prueba podrían hacer caso omiso de las recomendaciones de salud pública, por lo que el uso de estos certificados podría aumentar el riesgo de transmisión continuada. La OMS actualizará esta nota científica a medida que se disponga de nuevos datos.

En la proporción que avance el programa de aplicación de la vacuna, los certificados de vacunación Covid-19 podrían incluirse en las recomendaciones de preocupación internacional (PHEIC por sus siglas en inglés) y revisadas por la OMS para la Emergencia Sanitaria, sin embargo, mientras no se concluya la vacunación, la salida de esta crisis se basará en las medidas establecidas: pruebas, rastreo, cuarentena de los contactos y aislamiento de los casos detectados. El éxito de estas prácticas depende en gran medida de la confianza pública, la solidaridad y la manera de abordar las desigualdades e injusticias que contribuyeron a que este brote se convirtiera en pandemia, por lo pronto, hasta que no se vacune de forma generalizada a toda la población y no se establezcan pruebas de anticuerpos y antígenos gratuitos, instaurar un pasaporte de inmunidad podría ser confuso, inconveniente y discriminatorio.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

Re-Generación 19.

En lo que se avanza en la aplicación de la vacuna contra el Covid-19, los países y diversas organizaciones de la salud trabajan en la búsqueda de soluciones para controlar la pandemia y una de las medidas que se plantean, envuelta en una gran polémica, es el pasaporte de inmunidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un informe científico el 24 de abril de 2020 que estipulaba que “en este momento de la pandemia, no hay suficiente evidencia sobre la efectividad de la inmunidad mediada por anticuerpos para garantizar la precisión de un pasaporte de inmunidad o certificado libre de riesgos", esto se basa en la afirmación de que “actualmente no hay evidencia de que las personas que se hayan recuperado del Covid-19 y tengan anticuerpos, estén protegidas de una segunda infección”.

La polémica con este pasaporte de inmunidad surge en el debate de opiniones a favor y en contra de este tipo de los certificados, debido a sus implicaciones éticas; diversos expertos alertan que este tipo de documentos puede abrir la vía a nuevas formas de discriminación y estigmatización, siendo su implantación incompatible con la protección a los derechos humanos, consideran que dicho pasaporte de inmunidad propiciaría que se presenten casos de discriminación laboral, propiciando que las empresas den preferencia a la contratación de una persona con anticuerpos y que estigmatizasen a las personas no inmunes calificándolas como “no-empleables”, del mismo modo, se podría priorizar a una proporción muy pequeña de la fuerza laboral, creando desigualdad al otorgar un privilegio inmunológico a unas pocas personas.

Como bien señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), las pruebas de inmunodiagnóstico inexactas pueden clasificar erróneamente a las personas de dos formas, la primera es que identifiquen erradamente como negativas a personas que han estado infectadas, y la segunda es que señalen inexactamente como positivas a personas que no han tenido la infección. Ambos errores tendrían consecuencias graves e incluso afectarían los esfuerzos para controlar la enfermedad. Además, es necesario que las pruebas distingan con exactitud entre infecciones anteriores por SARS-CoV-2 e infecciones causadas por alguno de los otros seis coronavirus conocidos que afectan a los humanos. Cuatro de ellos son los causantes del resfriado común y circulan de forma generalizada en el mundo. Los otros dos son los causantes del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo grave (SARS), las personas infectadas por cualquiera de estos virus podrían generar anticuerpos que diesen lugar a reacciones cruzadas con los anticuerpos generados en respuesta a la infección por SARS-CoV-2.

En esta fase de la pandemia, los datos científicos sobre la eficacia de la inmunidad mediada por anticuerpos no son suficientes para garantizar la exactitud de un "pasaporte de inmunidad" o "certificado de ausencia de riesgo". Las personas que den por hecho que son inmunes por haber obtenido un resultado positivo en la prueba podrían hacer caso omiso de las recomendaciones de salud pública, por lo que el uso de estos certificados podría aumentar el riesgo de transmisión continuada. La OMS actualizará esta nota científica a medida que se disponga de nuevos datos.

En la proporción que avance el programa de aplicación de la vacuna, los certificados de vacunación Covid-19 podrían incluirse en las recomendaciones de preocupación internacional (PHEIC por sus siglas en inglés) y revisadas por la OMS para la Emergencia Sanitaria, sin embargo, mientras no se concluya la vacunación, la salida de esta crisis se basará en las medidas establecidas: pruebas, rastreo, cuarentena de los contactos y aislamiento de los casos detectados. El éxito de estas prácticas depende en gran medida de la confianza pública, la solidaridad y la manera de abordar las desigualdades e injusticias que contribuyeron a que este brote se convirtiera en pandemia, por lo pronto, hasta que no se vacune de forma generalizada a toda la población y no se establezcan pruebas de anticuerpos y antígenos gratuitos, instaurar un pasaporte de inmunidad podría ser confuso, inconveniente y discriminatorio.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

Re-Generación 19.