/ viernes 28 de enero de 2022

¡De bien para arriba! | ¿Qué comer?

A través del tiempo los seres humanos se han enfrentado a diario a la misma pregunta: ¿qué comer?, y la misma se la han hecho tanto cazadores-recolectores ancestrales, como padres y madres de vuelta a casa del trabajo, ambos pensando en con qué alimentar a su familia, la disponibilidad de alimentos sanos y las consecuencias de lo que decidamos hoy sobre nuestra dieta pueden ser un desafío para algunos y un reto abrumador para otros, sin embargo, esta pregunta no sólo tiene un impacto sobre nuestro bienestar, también lo tiene sobre el planeta.

Lo que comemos nos nutre y nos ayuda a llevar una vida sana, pero las malas decisiones también nos pueden hacer enfermar gravemente, el tipo de alimentos que comemos, la cantidad y cómo se cultivan son clave para la supervivencia de nuestro planeta, muchas de las personas del mundo académico al igual que de la sociedad, pensamos que la pregunta ¿qué comer? es una de las preguntas más críticas a la hora de configurar nuestro futuro, la respuesta determinará el tipo de futuro que tendrán nuestros hijos e hijas y quizá el destino no sólo de nuestra especie sino también de muchos de los animales, microbios y plantas que habitan el planeta Tierra.

Si alguien dudaba de que consumir es un acto político, la polémica provocada estas últimas semanas a propósito de las afirmaciones del ministro de Consumo de España sobre la ganadería industrial lo vuelve a confirmar, la organización Ecologistas en Acción considera que el debate provocado ha sido muy positivo para que la ciudadanía hable y se informe sobre un tema tan importante para un futuro sostenible como la producción y el consumo de carne, para empezar, no puede haber restos de hormonas y antibióticos en las carnes que llegan al mercado ya que están estrictamente prohibidos.

Sin embargo, con frecuencia se utilizan antibióticos de forma sistemática o preventiva, el hacinamiento en condiciones antinaturales y muy estresantes para los animales obliga al uso de antibióticos para mantenerlos sanos en estas condiciones, estudios recientes han confirmado la presencia en aguas de áreas con ganadería industrial de residuos de antibióticos y superbacterias resistentes a los mismos, este es uno de los mayores peligros para la salud humana, la ganadería industrial es la principal consumidora de antibióticos en el mundo.

Nuestra dieta ha variado drásticamente en las últimas décadas, aunque sigue habiendo grandes diferencias regionales, el aumento del consumo de productos de origen animal es un fenómeno global, por ejemplo, de 1989 a 2000, el consumo mundial de productos de origen animal aumentó más del triple en las zonas rurales y casi se cuadruplicó en las zonas urbanas, al mismo tiempo, la población mundial con síntomas de desnutrición bajó del 19% al 11%, sin embargo, para ese mismo periodo el porcentaje global de personas con sobrepeso aumentó de forma importante, pasando del 23% al 39% (1.900 millones en la actualidad según OMS).

Un informe de Greenpeace ilustra claramente que el actual sistema de ganadería es uno de los sectores que decidirá nuestro futuro y la supervivencia en el planeta, Greenpeace cree que la sólida evidencia científica se debe traducir en una actuación global urgente, para proteger la salud de nuestros hijos e hijas y de nuestro planeta frente a los impactos de la producción industrial de carne, necesitamos urgentemente empezar a comer más alimentos de origen vegetal y menos carne, si decidimos comer carne de vez en cuando, la mejor opción es comprarla a los pequeños ganaderos ecológicos locales.

Estamos en un mundo globalizado, donde las dietas saludables son inasequibles para más de 3.000 millones de personas, y donde cerca de un tercio de la mortalidad es debida a algún tipo de malnutrición, una dieta con protagonismo de la carne reduce las posibilidades de una alimentación saludable, sostenible y universal, el Veganismo, vegetarianismo y flexitarianismo son tres opciones éticas, saludables y sostenibles, enmarcadas en lo posible en la agroecología, en sentido amplio, los flexitarianos serían quienes no sobrepasan las 2-3 raciones de 125 gramos ni los 400-450 gramos totales por semana, la dieta mediterránea de toda la vida sería una concreción de la flexitariana.

En conclusión, llevar una dieta a base de plantas no se trata únicamente de evitar el maltrato animal sino también de contribuir a la preservación de nuestro planeta, hoy en día la industria de la carne y las actividades que giran alrededor de ella son consideradas de las más contaminantes del mundo, el avance de la deforestación relacionado con esta industria está causando estragos en toda la región, especialmente en la selva amazónica, que hoy está llegando a su punto límite, alimentarnos de manera saludable, con dietas a base de plantas o lo más cercano a ellas que se puede, favorece también a nuestra salud.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

Re-Generación 19

A través del tiempo los seres humanos se han enfrentado a diario a la misma pregunta: ¿qué comer?, y la misma se la han hecho tanto cazadores-recolectores ancestrales, como padres y madres de vuelta a casa del trabajo, ambos pensando en con qué alimentar a su familia, la disponibilidad de alimentos sanos y las consecuencias de lo que decidamos hoy sobre nuestra dieta pueden ser un desafío para algunos y un reto abrumador para otros, sin embargo, esta pregunta no sólo tiene un impacto sobre nuestro bienestar, también lo tiene sobre el planeta.

Lo que comemos nos nutre y nos ayuda a llevar una vida sana, pero las malas decisiones también nos pueden hacer enfermar gravemente, el tipo de alimentos que comemos, la cantidad y cómo se cultivan son clave para la supervivencia de nuestro planeta, muchas de las personas del mundo académico al igual que de la sociedad, pensamos que la pregunta ¿qué comer? es una de las preguntas más críticas a la hora de configurar nuestro futuro, la respuesta determinará el tipo de futuro que tendrán nuestros hijos e hijas y quizá el destino no sólo de nuestra especie sino también de muchos de los animales, microbios y plantas que habitan el planeta Tierra.

Si alguien dudaba de que consumir es un acto político, la polémica provocada estas últimas semanas a propósito de las afirmaciones del ministro de Consumo de España sobre la ganadería industrial lo vuelve a confirmar, la organización Ecologistas en Acción considera que el debate provocado ha sido muy positivo para que la ciudadanía hable y se informe sobre un tema tan importante para un futuro sostenible como la producción y el consumo de carne, para empezar, no puede haber restos de hormonas y antibióticos en las carnes que llegan al mercado ya que están estrictamente prohibidos.

Sin embargo, con frecuencia se utilizan antibióticos de forma sistemática o preventiva, el hacinamiento en condiciones antinaturales y muy estresantes para los animales obliga al uso de antibióticos para mantenerlos sanos en estas condiciones, estudios recientes han confirmado la presencia en aguas de áreas con ganadería industrial de residuos de antibióticos y superbacterias resistentes a los mismos, este es uno de los mayores peligros para la salud humana, la ganadería industrial es la principal consumidora de antibióticos en el mundo.

Nuestra dieta ha variado drásticamente en las últimas décadas, aunque sigue habiendo grandes diferencias regionales, el aumento del consumo de productos de origen animal es un fenómeno global, por ejemplo, de 1989 a 2000, el consumo mundial de productos de origen animal aumentó más del triple en las zonas rurales y casi se cuadruplicó en las zonas urbanas, al mismo tiempo, la población mundial con síntomas de desnutrición bajó del 19% al 11%, sin embargo, para ese mismo periodo el porcentaje global de personas con sobrepeso aumentó de forma importante, pasando del 23% al 39% (1.900 millones en la actualidad según OMS).

Un informe de Greenpeace ilustra claramente que el actual sistema de ganadería es uno de los sectores que decidirá nuestro futuro y la supervivencia en el planeta, Greenpeace cree que la sólida evidencia científica se debe traducir en una actuación global urgente, para proteger la salud de nuestros hijos e hijas y de nuestro planeta frente a los impactos de la producción industrial de carne, necesitamos urgentemente empezar a comer más alimentos de origen vegetal y menos carne, si decidimos comer carne de vez en cuando, la mejor opción es comprarla a los pequeños ganaderos ecológicos locales.

Estamos en un mundo globalizado, donde las dietas saludables son inasequibles para más de 3.000 millones de personas, y donde cerca de un tercio de la mortalidad es debida a algún tipo de malnutrición, una dieta con protagonismo de la carne reduce las posibilidades de una alimentación saludable, sostenible y universal, el Veganismo, vegetarianismo y flexitarianismo son tres opciones éticas, saludables y sostenibles, enmarcadas en lo posible en la agroecología, en sentido amplio, los flexitarianos serían quienes no sobrepasan las 2-3 raciones de 125 gramos ni los 400-450 gramos totales por semana, la dieta mediterránea de toda la vida sería una concreción de la flexitariana.

En conclusión, llevar una dieta a base de plantas no se trata únicamente de evitar el maltrato animal sino también de contribuir a la preservación de nuestro planeta, hoy en día la industria de la carne y las actividades que giran alrededor de ella son consideradas de las más contaminantes del mundo, el avance de la deforestación relacionado con esta industria está causando estragos en toda la región, especialmente en la selva amazónica, que hoy está llegando a su punto límite, alimentarnos de manera saludable, con dietas a base de plantas o lo más cercano a ellas que se puede, favorece también a nuestra salud.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

Re-Generación 19