/ viernes 8 de abril de 2022

¡De bien para arriba! | Revolución digital

Desde hace algunos años, Internet está posicionado como el medio acreditado con mayor dinamismo y no muchos recuerdan que inicialmente su creación fue para uso militar y pasó a convertirse en una red de conexión mundial y son cada vez más grandes los alcances en la accesibilidad del internet, lo cual convierte a nuestros días en la Era Digital, tenemos acceso a numerosa cantidad de información, a una amplia gama de entretenimiento, también podemos hacer trámites e interactuar con otras personas.

Sin embargo, aunque los beneficios están a la vista, también existen desventajas, las nuevas tecnologías y sus aplicaciones han evolucionado a la velocidad de la luz y han permitido avanzar en campos tan importantes como la educación, la ciencia o en la medicina, y han llegado a nuestras vidas para solucionar muchos problemas, pero también para crear otros, la pandemia de Covid-19 hizo que las economías avanzadas y las economías en desarrollo tomaran caminos muy distintos: se espera que las primeras se recuperen por completo en 2023 y que las segundas sigan rezagadas en los años venideros.

Por supuesto que las economías en desarrollo han adoptado soluciones digitales innovadoras que permiten la transformación económica y las encaminan hacia un crecimiento verde, resiliente e inclusivo, la inversión privada y pública en soluciones digitales está posibilitando la prestación de servicios esenciales para los más pobres, creando empleos, fortaleciendo a las pequeñas y medianas empresas, facilitando el comercio y los servicios, y generando resiliencia ante las crisis.

Los avances tecnológicos mejoran la calidad de vida de las personas y permiten reducir el impacto que muchas de las acciones cotidianas tienen en el medioambiente, por esa razón no es de extrañar que cada vez más empresas afronten una progresiva conversión tecnológica, como resultado hay más eficiencia y mayor conciencia del entorno, entre las tecnologías más populares se encuentran el almacenamiento de bases de datos en la Nube o el Big Data, pero también los sistemas físicos de diferentes características y tamaños, y los procedimientos de uso de dichos dispositivos para los empleados.

El rápido avance del Internet de las cosas, que se propone sustituir al comercio convencional –incluyendo hasta la compra semanal de los hogares–; la tecnología digital que mueve los mercados financieros; las transacciones y monedas digitales; la digitalización de la agricultura, con el uso de autómatas, drones, satélites, sensores y big data; la optogenética que propone manipular seres vivos a distancia; la omnipresencia de cámaras y sensores que se comunican con gigantescas bases de datos, que pueden incluir hasta nuestros datos genómicos; el Internet de los cuerpos, con la digitalización de la medicina y las nuevas biotecnologías, y el avance de la inteligencia artificial que subyace a todo ello, todas son áreas de fuertes impactos –escasamente comprendidos por la sociedad– y la lista apenas comienza.

Si la revolución digital ofrece oportunidades, también tiene riesgos; los bancos han llevado a cabo con éxito la primera etapa de transición a la banca online y, de hecho, han basado su elevada eficiencia en las nuevas tecnologías, a pesar de que la revolución digital tiene desventajas como propiciar un aislamiento de la sociedad, un aumento en la dependencia tecnológica, un aumento de la piratería y fraudes digitales, pero sus ventajas son importantes ya que facilita la comunicación en tiempo real, posibilita un acceso a la información con más facilidad, produce una automatización de servicios además de un incremento en la economía.

En resumen, es necesario que la revolución digital sea para todos y no sólo para aquellos que tienen la capacidad de invertir fuertes sumas de dinero en equipo conectado a la red, por supuesto que tendrán que pasar algunas décadas para que los sistemas digitales sean lo suficientemente económicos y se ofrezcan redes globales con acceso gratuito y de orden público, en esta revolución digital y de redes, se debe utilizar la información no sólo para que los hombres tengan acceso a datos, sino aprovechar libremente el conocimiento y resolver problemas y desafíos tanto individuales como mundiales.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

Re-Generación 19.

Desde hace algunos años, Internet está posicionado como el medio acreditado con mayor dinamismo y no muchos recuerdan que inicialmente su creación fue para uso militar y pasó a convertirse en una red de conexión mundial y son cada vez más grandes los alcances en la accesibilidad del internet, lo cual convierte a nuestros días en la Era Digital, tenemos acceso a numerosa cantidad de información, a una amplia gama de entretenimiento, también podemos hacer trámites e interactuar con otras personas.

Sin embargo, aunque los beneficios están a la vista, también existen desventajas, las nuevas tecnologías y sus aplicaciones han evolucionado a la velocidad de la luz y han permitido avanzar en campos tan importantes como la educación, la ciencia o en la medicina, y han llegado a nuestras vidas para solucionar muchos problemas, pero también para crear otros, la pandemia de Covid-19 hizo que las economías avanzadas y las economías en desarrollo tomaran caminos muy distintos: se espera que las primeras se recuperen por completo en 2023 y que las segundas sigan rezagadas en los años venideros.

Por supuesto que las economías en desarrollo han adoptado soluciones digitales innovadoras que permiten la transformación económica y las encaminan hacia un crecimiento verde, resiliente e inclusivo, la inversión privada y pública en soluciones digitales está posibilitando la prestación de servicios esenciales para los más pobres, creando empleos, fortaleciendo a las pequeñas y medianas empresas, facilitando el comercio y los servicios, y generando resiliencia ante las crisis.

Los avances tecnológicos mejoran la calidad de vida de las personas y permiten reducir el impacto que muchas de las acciones cotidianas tienen en el medioambiente, por esa razón no es de extrañar que cada vez más empresas afronten una progresiva conversión tecnológica, como resultado hay más eficiencia y mayor conciencia del entorno, entre las tecnologías más populares se encuentran el almacenamiento de bases de datos en la Nube o el Big Data, pero también los sistemas físicos de diferentes características y tamaños, y los procedimientos de uso de dichos dispositivos para los empleados.

El rápido avance del Internet de las cosas, que se propone sustituir al comercio convencional –incluyendo hasta la compra semanal de los hogares–; la tecnología digital que mueve los mercados financieros; las transacciones y monedas digitales; la digitalización de la agricultura, con el uso de autómatas, drones, satélites, sensores y big data; la optogenética que propone manipular seres vivos a distancia; la omnipresencia de cámaras y sensores que se comunican con gigantescas bases de datos, que pueden incluir hasta nuestros datos genómicos; el Internet de los cuerpos, con la digitalización de la medicina y las nuevas biotecnologías, y el avance de la inteligencia artificial que subyace a todo ello, todas son áreas de fuertes impactos –escasamente comprendidos por la sociedad– y la lista apenas comienza.

Si la revolución digital ofrece oportunidades, también tiene riesgos; los bancos han llevado a cabo con éxito la primera etapa de transición a la banca online y, de hecho, han basado su elevada eficiencia en las nuevas tecnologías, a pesar de que la revolución digital tiene desventajas como propiciar un aislamiento de la sociedad, un aumento en la dependencia tecnológica, un aumento de la piratería y fraudes digitales, pero sus ventajas son importantes ya que facilita la comunicación en tiempo real, posibilita un acceso a la información con más facilidad, produce una automatización de servicios además de un incremento en la economía.

En resumen, es necesario que la revolución digital sea para todos y no sólo para aquellos que tienen la capacidad de invertir fuertes sumas de dinero en equipo conectado a la red, por supuesto que tendrán que pasar algunas décadas para que los sistemas digitales sean lo suficientemente económicos y se ofrezcan redes globales con acceso gratuito y de orden público, en esta revolución digital y de redes, se debe utilizar la información no sólo para que los hombres tengan acceso a datos, sino aprovechar libremente el conocimiento y resolver problemas y desafíos tanto individuales como mundiales.

Mientras tanto, recuerda que todo está previsto para que tengas un día ¡de bien para arriba!

Re-Generación 19.